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jueves, 29 de agosto de 2019

“El gran problema sobre el consumo de sustancias es que se discute el efecto, no la causa”

El Ministerio de Desarrollo Social organizó una serie de jornadas para realizar un balance del Plan Estratégico elaborado para la actual gestión. El próximo 25 de septiembre el ministro Gabriel Yedlin presentará la evaluación de la gestión actual en todas las áreas de la cartera. En la primera jornada, que se llevó a cabo el día de hoy en el CEPLA de la Costanera, se abordó las políticas públicas en prevención y asistencia de las adicciones, con la participación del sociólogo Alberto Calabrese, especialista en Drogas, y director de 1º Carrera de Especialización en Adicciones de la Universidad Nacional de Tucumán, quien cuenta con una larga trayectoria en políticas públicas vinculadas con las adicciones, tanto en provincia como en Nación. Desde La Nota, conversamos con el especialista y con Matías Tolosa, médico generalista y Secretario de Estado de Prevención y Asistencia de las Adicciones sobre las políticas de la actual gestión, los prejuicios y mitos sobre las adicciones, como afecta particularmente a los barrios más vulnerables la crisis actual y posibles horizontes a seguir.
Sobre la actual gestión: paradigmas. Trabajar con todos los actores en los barrios, como ser referentes, cocinas comunitarias, comedores, merenderos, clubes de barrio, con la iglesia, pero también sumando otros actores como universidades, gremios, empresas, es el paradigma desde el que se aborda la prevención y asistencia en adicciones, entendiendo que el consumo problemático es un tema complejo y multicausal. Teatro, boxeo, arte, música, son algunas de las actividades que se desarrollan en los diferentes barrios de la provincia dentro del marco de las acciones orientadas a la prevención y asistencia de las adicciones. “Cualquier estrategia que genere participación de los chicos, de las chicas y de las familias está generando un espacio de prevención, entendiendo que esto fortalece el tejido social. En épocas de crisis empieza a quebrarse y romperse”, agrega Alberto Calabrese. Calabrese fue director de Adicciones de la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones (ex Ministerio de Salud de la Nacion), y Comisionado general de Prevención y Asistencia de la SEDRONAR. El especialista sostiene que “al tema de las drogas se le da una importancia que está exacerbada”. “Tiene un peso muy grande en función del fantasma que se ha creado con mucha sagacidad para mantener una especie de presión sobre determinadas personas, porque no cualquiera va preso por el tema de drogas, no cualquiera es señalado por el consumo de drogas”, sostuvo el referente. Al respecto, detalló que desde que existe la ley 23.737, de reforma de la Ley de Estupefacientes, hubo más de 400.000 personas incriminadas. La mayoría pobres. “Esto tiene que ver con macroeconomía y macropolítica. Las drogas sirvieron para controlar países, poblaciones, territorios y personas”. Por otro lado, Calabrese explica que se estructura un prejuicio muy importante sobre el adicto y las drogas. En ese sentido, sostiene que el rol del Estado es cambiar esos imaginarios para lograr mayor inclusión en la sociedad. “El macrismo se ha encargado de acentuar la cuestión prejuicial. Lo que signa todo este problema es la actitud de seguridad, que está fomentada por esta gestión”. “En todo el mundo, las mejores policías no pasan del 10% de lo que se llama extracción, de diez sustancias que circulan, sólo una se saca del circuito. Lo que nos cuentan sobre el control, la lucha contra el narcotráfico son macanas. Además, este negocio es tan importante que a nadie le interesa que deje de serlo. Si en un momento dado, la droga se hace usual como la marihuana, entonces pude llegar a parecer un gran negocio como en este momento una provincia cercana está planificando hacer súper campos de explotación de la marihuana. Cuando conviene ya no le ven la pata mala”, manifestó. Construir al enemigo. “Cuando uno se construye un otro que es malo, que es violentos, que te va a atacar, sirve para que la respuesta sea más violenta y que la gente la aplauda”. Para Calabresse, abordar la problemática desde la seguridad solo acrecienta los prejuicios y la violencia sobre los sujetos más vulnerables. Las drogas no discriminan por clase social, pero existe un gran prejuicio al respecto asociando las adicciones a los jóvenes pobres de las villas y a la delincuencia. Al contrario de lo que comúnmente se cree, las sustancias que en este momento se están usando más y que tienen que ver con las intervenciones de emergencia y urgencia en todo el país, es la mezcla de alcohol con otras sustancias que los encuentran en el botiquín de la casa: psicofármacos y psicotrópicos. “El supuesto enemigo tiene olor diferente, color diferente, habla diferente, es sinuoso, es malo. Porque exculpa. Muchas veces la gente de los barrios, tiene tanta carencia que de lo único que puede hablar con pertenencia a la sociedad en la que vive, aunque sea marginalmente, es identificar también a ese enemigo y sentirse parte de los integrados, entonces viene esa denuncia de la madre por el hijo, o el ataque de todos los vecinos del barrio a uno que robó algo menor y el linchamiento, porque es la forma de decir `yo pertenezco´, destruyó en el otro lo que yo veo negativo de mí, eso es lo difícil, lo trágico. Y por eso, en las cárceles uno va a ver que la mayoría son pobres y pagan su pobreza con tratamientos compulsivos, o cárcel. Eso no es lo que le pasa al hijo de la clase media que siempre tiene un tío, un hermano un padre que le va a poner un abogado”, explicó el referente. “El problema recae en que al delito no se lo saca más, nadie le saca de sus antecedentes que tiene una infracción a la ley de drogas – agregó-. El gran problema sobre el tema de sustancias es que la gente discute el efecto, no la causa”. El consumo problemático es el síntoma de un entramado de problemáticas que subyacen el hecho del consumo en sí mismo. Por eso, el especialista sostiene que el abordaje debe ser integral y mancomunado entre las diferentes patas del Estado, donde intervenga no solo Salud y Desarrollo Social, sino también Educación y Justicia. “Paradojalmente, la gente viene a hablar de lo más prohibido que es la droga y termina sacando lo que más le interesa. Y en el territorio pasa lo mismo. La gente viene y se acerca al funcionario y le dice `mi hijo consume´, y después aparecen los verdaderos problemas: yo vivo en esta situación, no lo puedo mandar a la escuela, el pibe abandono, etc. ¿Para qué nos sirve? Si en vez de quedarnos solo con el problema del consumo de drogas, y en cambio avanzamos sobre el territorio, uno puede ir mucho más lejos. Los sitios donde más duele son sitios carentes, entonces la acción del Estado que entra por el lado que fuere, si interviene ahí el Estado en forma eficaz, se hacen los talleres, que comenta Matías, hacen promociones sociales, culturales deportivas, se integran cuestiones que estaban deshilachadas.” Mitos. Una de las cuestiones que trabajan desde Desarrollo Social son los mitos, que lo que hacen es poner un obstáculo para cualquier abordaje integral y restringen el acceso a derechos. Al respecto, Tolosa enumero y desmitificó algunos: “Todo el que consume es un adicto”. Sabemos que hay distintas vinculaciones de las personas con las sustancias en cuanto a la frecuencia y a la forma de consumo. “Todo el que consume es un delincuente”. Delincuente es el que trafica, el que consume está afectado por una enfermedad como lo plantea la Ley de Salud Mental. Las adicciones son tomadas como parte de las enfermedades de la salud mental. “La única forma de hacer tratamiento es la internación”. Es una alternativa de tratamiento más, no la única. El 80% de los tratamientos son ambulatorios. “Ninguna persona con consumo problemático de sustancia quiere hacer tratamiento”. No, lo que hay que hacer es generar las opciones para que aquel que quiera hacer tratamiento lo pueda hacer, tenga facilidad en la llegada, tenga facilidad para poder sostener el tratamiento. “Lo que buscamos es poder generar un trabajo de sensibilización en el barrio, pero también con toda la sociedad para poder deconstruir esos mitos y prejuicios, que nos permita construir un nuevo abordaje más vinculado con lo social, entendiendo que la prevención pasa por la inclusión”, refuerza Tolosa. “El desafío, más allá de lo concreto que está haciendo esta gestión en Tucumán, que me parece que va por buen camino, como forma de integración, como forma de mostrar la preocupación del Estado, de mostrar que no están solos, que no son solo un acumulado de población necesitada, es que sus hijos pueden encontrar un camino para ser entendidos, para hablar de sus problemas, para sentirse que no son parias, ni pecadores. Acá se trata de pacientes, de personas igual que todos nosotros”, finalizó Calabresse.

miércoles, 28 de agosto de 2019

A 10 años del fallo de la Corte Aumentó el uso de drogas y sólo en la Ciudad se abren 43 causas al día por tenencia para consumo.

El 25 de agosto de 2009, el máximo tribunal declaró inconstitucional que se castigue tener estupefacientes para utilización personal. Qué cambió y qué no desde entonces.
"Pasaron 10 años del Fallo Arriola, aquel en el que La Corte Suprema despenalizó la tenencia de droga para consumo personal". A pesar de la repercusión que tuvo la sentencia, recibida con entusiasmo por algunos sectores y alarma en otros, poco parece haber cambiado desde entonces. Las cantidad de causas contra “perejiles” sigue creciendo y también el consumo. El fallo declaró inconstitucional parte del artículo 14 de la “Ley de Drogas” N° 23.737 en el que se castiga la tenencia para uso personal, en un caso contra cinco jóvenes detenidos en Rosario en 2006 con cigarrillos de marihuana. “El artículo 19 de la Constitución Nacional constituye una frontera que protege la libertad personal frente a cualquier intervención ajena, incluida la estatal. No se trata sólo del respeto de las acciones realizadas en privado, sino del reconocimiento de un ámbito en el que cada individuo adulto es soberano para tomar decisiones libres sobre el estilo de vida que desea”, argumentó en su voto el entonces presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti. Una década después, la cantidad de causas por un porro, una dosis de cocaína u otra droga ilegal se mantiene. Las estadísticas de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) indican que en 2018 hubo en todo el país 22.321 causas iniciadas por infracción a la Ley 23.737 en el fuero federal. El 37% de ellas fueron por tenencia para consumo personal y otro 7% por tenencia simple –cuando no puede acreditarse que la sustancia que le encontraron a una persona era para consumirla, almacenarla, ni venderla. No obstante, como distritos como Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y Capital Federal, entre otros, desfederalizaron las investigaciones por venta minorista de sustancias, cada una tiene sus propios datos. En la Ciudad, la Policía y la Justicia porteñas tienen competencia en causas por narcomenudeo desde el 1° de enero pasado. Desde entonces y hasta el 31 de julio ingresaron a las Fiscalías de la Ciudad 13.153 causas por drogas, más de las que había comenzado el fuero federal en todo el 2018 (12.008). Dentro de ese total, el 68% fueron por consumo personal, un promedio de 43 por día. El 7% restante fue por tenencia simple y el 22% por comercialización. “Las causas por consumo terminan archivadas porque aplicamos el criterio de principio de oportunidad”, dijo a Clarín el fiscal general porteño Luis Cevasco, quien en junio fijó un límite de tres dosis de droga como referencia para determinar cuándo se trataba de un caso de “tenencia para consumo”. No obstante, explicó que “no hay un criterio de cantidad” ya que se debe analizar la situación. “No perseguimos al consumidor. Trabajamos para desarticular organizaciones delictivas”, dijo y apuntó que ya hubo 172 condenas, 290 probations y 23 expulsados del país. Cevasco señaló que en los casos de tenencia para consumo, una vez que se archiva la causa, “a la persona no le queda un antecedente penal, ya que no ha sido imputada”. Sobre el incremento en la cantidad de causas que se iniciaron en la Ciudad, el subsecretario de Justicia porteño, Hernán Najenson, detalló que la Policía de la Ciudad demoró a 9.038 personas por tenencia de drogas, de las que terminaron procesadas 1.754 por "tenencia simple" y "para comercialización".
"Hay una Policía más atenta a lo que pasa en el espacio público, con más presencia y predisposición para actuar. Si bien no se trata como un delincuente al que consume, tampoco se hace la vista gorda con lo que pasa en la calle. Sin embargo, se avanza sobre las causas que realmente generan peligro para la sociedad", aseguró Najenson. Hace diez años, los ministros de la Corte también exhortaron “a todos los poderes públicos a asegurar una política de estado contra el tráfico ilícito de estupefacientes y a adoptar medidas de salud preventivas, con información y educación disuasiva del consumo, enfocada sobre todo en los grupos más vulnerables, especialmente los menores". Pero los datos oficiales de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas (Sedronar) indican que en este tiempo aumentó el consumo de drogas legales (alcohol, tabaco y psicofármacos) e ilegales (marihuana, cocaína y sintéticas). "Hubo una tasa de incremento entre 2010 y 2017 de alrededor del 100%. Cuando preguntamos quiénes habían consumido en el último año, encontramos que en relación a 2010, pasó de 3,2 a 7,8, hablando sólo de marihuana. Esto sobre 1,5 millón de personas en población de 12 a 65 años, en medios urbanos", dijo a Clarín María Verónica Brasesco, directora nacional del Observatorio Argentino de Drogas de la Sedronar. "El aumento relativo fue mayor en las mujeres, si bien incluso hoy hay más varones consumidores, en ellos la cifra se duplicó, mientras que en ellas se triplicó", afirmó. La funcionaria admitió "preocupación" por el aumento del consumo "abusivo y frecuente de marihuana" en la franja de 18 a 24 años. Para conmemorar los 10 años del fallo Arriola, distintas organizaciones realizaron una jornada de debate en el Senado, el martes pasado. Uno de los que disertó fue Raúl Zaffaroni, ex juez de la Corte que votó en aquella sentencia. "A 10 años del fallo Arriola creo que ha cambiado poco la política criminal y la política general en materia de consumo de tóxicos en el país --dijo el ex juez--. La ley sigue vigente, los jueces la consideran constitucional o inconstitucional como quieren y (las causas) tienen que llegar de nuevo a la Corte". Leandro Halperín, legislador porteño (Evolución) y autor de un proyecto para legalizar el cannabis con fines medicinales en Capital, también participó de la jornada. En diálogo con Clarín, sostuvo que en el fallo Arriola "la Corte no despenalizó el consumo de drogas y ahí hay una confusión: declaró inconstitucional para ese caso esa ley. Y le recomienda a los otros poderes del Estado que la modifiquen porque no da resultado". Sobre la naturaleza de la sentencia, Halperín dijo que "esa inconstitucionalidad plantea una matriz, que es que el Estado no tiene derecho a decirte cómo vivir. El Estado te tiene que dar herramientas para que vos elijas cómo vivir y recomendarte modelos de vida".
A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. La elección de esta noticia que saliera publicada el domingo pasado en el diario Clarín, tiene que ver con que en ella se mencionan cuestiones que, si bien posiblemente ya las hemos enunciado en otras oportunidades, son necesarias resaltar para poder demostrar cómo los medios de comunicación construyen una idea del fenómeno que nos ocupa que no necesariamente se ajusta a la realidad, más aun teniendo en cuenta que ya desde su título muchas veces, como en este caso, nos ponen una señal de alarma. Pero empecemos a desgranar un poco la cuestión: En primer lugar, el comienzo de la misma es un tanto confuso, señala que "Pasaron 10 años del Fallo Arriola, aquel en el que La Corte Suprema despenalizó la tenencia de droga para consumo personal"., afirmación que no es real, ya que tal despenalización no existió (ni existe). Más abajo aclara que en realidad lo que hizo el fallo mencionado fue declarar la inconstitucionalidad del artículo 14 de la Ley 23737 ya que es contrario al artículo 19 de nuestra Constitución Nacional, que garantiza que "Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe". Sin embargo, al día de hoy la Ley de Estupefacientes, no ha sido modificada en ninguno de sus artículos, ni siquiera en éste que fue cuestionado, y actuar según su letra o el fallo de la Corte queda a criterio de cada Juzgado. Esto queda claro, cuando en la misma nota se señala que la mayoría de las detenciones (75%), aun al día de hoy, continúan siendo por tenencia para consumo personal (68%) o tenencia simple (7%) y sólo el 22% es por comercialización, no aclara la nota a qué corresponde el 3% que falta, pero podríamos asumir que es más probable que esté entre los primeros casos. Estos datos también demuestran que la lucha contra el narcotráfico, tantas veces mencionada y publicitada, no es tal ya que las detenciones poco tienen que ver con esta actividad. Y podríamos pensar también, si ese 22% es verdaderamente "el narcotráfico"; muchas veces quienes son detenidos por estos delitos suelen ser consumidores que venden para poder sostener su propio consumo o personas que encuentran dentro de este mercado ilegal una forma de supervivencia frente a la imposibilidad de otra inserción laboral. El verdadero narcotráfico, más tiene que ver con cuestiones que lejos están de las calles, del "espacio público" donde, como dice el artículo, actúa la policía, sino en espacios menos controlados, donde es posible realizar lavados de activos, cuestión de la que poco se habla. Otro punto interesante, es aquel en el que se menciona que existe un aumento del consumo de sustancias, tanto legales como ilegales. Como ya hemos mencionado en más de una oportunidad, el hecho de haber consumido alguna sustancia en el último año (que es a lo que hace referencia la noticia), no está hablando de que exista un consumo problemático de aquellas. Podemos afirmar sin ninguna duda que, tanto quienes realizaron la encuesta, quien suscribe la nota, como nosotros o quienes estén leyendo estas líneas, consumimos alguna sustancia (legal o ilegal) en el último año y eso no significa que tengamos una adicción o vayamos a desarrollarla indefectiblemente. Es necesario que podamos hacer una lectura crítica de los datos que nos ofrecen las encuestas (todas ellas) ya que muchas veces suelen ser usadas como golpe de efecto. Y en relación al tema de los golpes de efecto, un último comentario, no es casual que la nota elija poner en un recuadro el caso de Uruguay, pero no para resaltar el tema de la despenalización, sino el aumento de hechos delictivos desde que ella se aplicó. El título alarma "En Uruguay hubo un 45% más de homicidios", como ya mencionamos en su momento, y como luego dice el recuadro, estos tienen que ver con luchas por un mercado (el ilegal) que se vio reducido frente a la política establecida por el vecino país.

sábado, 24 de agosto de 2019

Encuentro “a 10 años de Arriola”.

Hemos participado en el Encuentro “a 10 años de Arriola”, el cual se desarrolló en el Atrio del Senado de la Nación en el Palacio del Congreso. Del mismo participaron personalidades tales como: (Graciela Touzé, Alberto Trimboli, Gustavo Hurtado, Federico Pavlovsky Emilio Ruchansky, Milton Romani, Eugenio Raúl Zaffaroni, entre otros) y trataron temas tan importantes como: Drogas y Poder Legislativo, Drogas y Derecho, Drogas Salud Mental y Reducción de Daños, Drogas y Genero, Drogas y Políticas Públicas, etc. En estas fotos participó nuestro Director General Alberto Calabrese…
¿Por qué es importante el fallo Arriola? Para conocimiento de nuestros seguidores en nuestro país rige un principio por lo menos curioso, respecto de lo que se traduce en las normativas legales acerca del consumo de las llamadas “drogas”, esto es las sustancias psicoactivas que han sido prohibidas por la ley. Las sustancias psicoactivas que pueden causar adicción, son como ya lo explicamos en otras oportunidades, muchas más que aquellas que están en la lista de prohibición internacional. Infinidad de sustancias que no pertenecen a esas listas y que incluso son de producción legal como el caso de las de producción farmacológica, pueden causar y ser usadas como vehiculo de una adicción y a la vez producir tanto mas daño que una ilegal. De hecho e insistimos nuevamente en esto, hoy por hoy la mayoría de los incidentes serios que tienen que ver con abusos de estas sustancias, provienen de la ingesta severa de alcohol y psicofármacos o psicotrópicos de producción legal, al igual que su vehículo el alcohol. Decimos esto simplemente para que los que leen esta nota sepan, y vamos a seguir insistiendo que el tema de las sustancias prohibidas, su trafico y consumo, en lo que respecta a su incremento, no pasan de ser incentivado por otra razón que no fuere su prohibición. Esto ha sido el motor de lo que genero el mundo con este hecho curioso. Como decíamos mas arriba, nuestro ordenamiento legal en esta materia (recordemos que la prohibición internacional no supera los 60 años), no contemplaba en su primera ley la tenencia para el consumo como un delito. La ley vigente actualmente 23737 por el contrario considera que la tenencia simple lo es. O sea no importa la cantidad, asi se establezca que es para consumo personal, igualmente configura un hecho delictivo. La paradoja resulta de esta trampa jurídica: se puede pescar, peor si nos encuentran con una caña, anzuelo o red, estamos incursos en un delito. Así es como en nuestro sistema y hasta el día de hoy, han pasado por ese camino psudodelictivo mas de 400.000 personas.
El fallo Arriola fue un hito por el cual la Corte Suprema de ese momento tuvo en cuenta esa paradoja, desincriminó (no castigó) la tenencia en una caso en particular, por eso el caso lleva el nombre del titular del expediente. Lamentablemente en nuestro ordenamiento jurídico, aún un fallo de la corte se hace sobre caso en particular y no es un entendimiento en general a todos salvo en jurisprudencia y por lo tanto en otros casos deberá ser invocado como un caso que el juez deberá tener en cuenta pero no aceptarlo obligatoriamente. O sea queda un fallo de la Corte queda como una referencia para un juez y puede o no aplicarla. El fallo Arriola debería haberse extendido como en su momento en la década de los 80, lo hizo el más significativo fallo Bastarrica , que servio hasta que se puso vigente la ley actual. Sin embargo ambos dejan establecido y destacado el principio que si una acción es privada y no resulta mal ejemplo o forma de exhibición o búsqueda de seguimiento, no está dentro de lo que pueden juzgar nuestros magistrados sino, según dice la propia constitución, queda referida a la esfera divina porque su acción no reviste otro inconveniente que ser una falta personal en todo caso. Nuestra Constitución por principio es de corte liberal tanto en su primera versión de 1853 como en la reforma actual de 1994 y por lo tanto considera que determinadas acciones son de índole privada o sea que no merecen el control de los magistrados. Arriola dio lugar a numerosas intervenciones e interpretaciones que en muchos casos sirvieron para establecer un atisbo de justicia frente a un hecho – el consumo de sustancias- , que en el pero de los casos y si constituye una adicción, es un hecho de preocupación para la salud y no para la Justicia.
El Profesor emérito Dr. Calabrese, uno de nuestros fundadores, defensor acérrimo, de no incriminar la tenencia para uso personal, solía decir: “como médico no necesito ninguna ley para ocuparme de un paciente”, este es el criterio que nos inculcó y en nosotros sigue vigente porque consideramos lo mismo. Si la cuestión se tratara desde esta óptica los únicos delitos que podría haber por cuestiones de drogas serian los de escala y que tienen que ver con otras esferas, evasión, contrabando, acumulación, lavado de activos, etc. simplemente tenemos que volver a la senda adecuada y seguir los conceptos que nos lego el fallo.

Una sustancia verde que viene de Asia preocupa a las autoridades estadounidenses.

¿Droga mortal o medicamento milagroso? El boom del Kratom. La oficina de correos de Pontianak, una pequeña ciudad indonesia, no da a basto ante una montaña de paquetes destinados a Estados Unidos. ¿Qué envían? Nada más y nada menos que Kratom, un arbusto al que se atribuyen múltiples beneficios y que también está generando mucho debate. Desde hace mucho tiempo, en el Sudeste Asiáticolas hojas de Kratom se consumen en infusión o trituradas como sustituto de los opiáceos, como remedio contra la ansiedad. O como droga recreativa, con fines placenteros en un entorno social o cultural. Pero lo novedoso es que Estados Unidos acaba de descubrirla, y se convirtió en un boom que preocupa a las autoridades norteamericanas. Estiman que la planta ha causado decenas de muertos.
¿Es peligrosa? En Estados Unidos, el kratom es legal en 43 estados. Sus defensores estiman que es una alternativa a algunos medicamentos y que puede ayudar contra la adicción a los opiáceos. Pero sus detractores afirman que “El kratom expone a los consumidores al riesgo de adicción, de abuso y de dependencia”, según advierte la agencia estadounidense responsable de la regulación de medicamentos (FDA), citada por La Nación. Las muertes vinculadas al Kraton tendrían que ver, presuntamente, con esta propensión de los consumidores a volcarse luego hacia el consumo de opiaceos. Indonesia, que cuenta una de las legislaciones contra las drogas más estrictas del mundo, prohíbe el consumo de kratom, pero permite su cultivo, así como la exportación en forma de polvo verde. Malasia y Tailandia autorizan el cultivo, pero no la exportación. Por eso, miles de productores están abandonando cultivos como el caucho o el aceite de palma para dedicarse al rentable y codiciado arbusto verde.
A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Elegimos esta nota porque es una muestra más de lo que venimos afirmando aquí, ésto es que las prohibiciones son arbitrarias y mucho tiene que ver con ellas cuestiones, como en este caso, culturales. Así, esta "nueva" droga que en su país de origen es utilizada como un medicamento tradicional o popular (no necesariamente comercial o industrializado) es visto en una cultura diferente como la norteamericana como un veneno mortal. Aquí se da también la famosa regla de que toda sustancia, según su uso y dosis, puede ser curativa o letal; regla que es aplicable a todos los fármacos, incluso a aquel que creemos más benéfico, la aspirina.

jueves, 15 de agosto de 2019

Adictos, traficantes y “refugiados de las drogas”, el lado oscuro de Nueva York.

THE NEW YORK TIMES 17/07/2019 (publicada en el Diario Clarín del Domingo 11 de Agosto de 2019, pág. 34) Por Annie Correal . Una pareja de Ohio empuja el carrito de compras con todas sus pertenencias hacia la calle 34 Este, mientras los turistas se amuchan junto a ellos. Un hombre mayor de Massachusetts duerme afuera de Pennsylvaia Station, por la que 600 mil personas pasan diariamente. No muy lejos, una mujer de Carolina del Norte se agacha junto a un cartel de cartón. Los centros de tránsito de Nueva York son usados por millones de turistas y personas que van a su trabajo cada año. Pero últimamente, estos centros se han convertido cada vez más en un destino para personas con adicción a opioides u otras drogas. Muchos llegan de sitios del país que han visto un enorme aumento en los indicadores de consumo de droga y de sobredosis fatales. Nueva York tiene su propia crisis de drogas: las muertes por sobredosis aumentaron fuertemente en 2016 con la llegada de fentanilo, y las autoridades dicen que la ciudad se ha convertido en un centro importante de comercialización ilegal del opioide sintético. Pero, salvo algunos sitios del Bronx y de Staten Island, la crisis de los opioides no suele ser visible públicamente. Sin embargo, este no es el caso de Penn Station, ni de la terminal de ómnibus de Port Authority en Midtown Manhattan, Jamaica Station en Queens u otros centros de tránsito. Allí, las personas atrapadas por la adicción forman filas en las veredas, esperando, pidiendo dinero, durmiendo en campamentos improvisados. Los números crecen a medida que el clima se vuelve más cálido, y su presencia recuerda una época en la que Nueva York era un lugar más áspero. “Son refugiados de la droga”, dijo Dimitri Mugianis, asesor en New York Harm Reduction Educators, una organización sin fines de lucro que trabaja con consumidores y con sus familias para promover un uso más seguro de la droga. “Están buscando una vida mejor”. Mugianis dijo que los consumidores de opioides vienen a Nueva York por la droga, pero también porque encuentran mayor tolerancia y contención aquí que en sus ciudades natales, y más acceso a servicios como el cambio de jeringas. Rebecca Conklin, de Thomasville, Carolina del Norte, una de las más de treinta personas en situación de calle cerca de centros de tránsito a quienes el New York Times entrevistó, dijo a la salida de Penn Station que vino a la ciudad hace más o menos dos años, desamparada y con la necesidad de tratamientos médicos y un nuevo comienzo. “Mi marido me dijo que Nueva York cuida a su gente”, dijo Conklin, de 40 años.
Funcionarios de la ciudad han dicho que esta población es transitoria y que no representa un incremento general de personas en situación de calle. De todos modos, su presencia cada vez mayor se ha vuelto difícil de ignorar. Barbara A. Blair, presidente de Garment District Alliance, que representa a negocios y dueños inmobiliarios en la zona entre Penn Station y Port Authority, dijo que desde el verano pasado una cantidad significativa de gente que aparentemente consume drogas ha llegado al barrio. “Este año están de vuelta”, dijo Blair. “Están allí con sus carteles de cartón. A veces están desmayados”. Muchas personas viviendo en la calle dicen que tienen más posibilidades de encontrar refugio y tratamiento en Nueva York. Pero algunas vienen a la ciudad por la disponibilidad de las drogas. Drogas como el fentanilo, que puede ser 50 veces más fuerte que la heroína, son más abundantes y baratas, en general, en Nueva York que en las ciudades más pequeñas y pueblos, según muchos consumidores y abogados de Harm Reduction. Las drogas, que también incluyen píldoras recetadas, crack y metanfetaminas, llegan a los centros de tránsito desde toda la ciudad y Nueva Jersey, a menudo transportadas por traficantes al menudeo que le venden a los que viven en la calle —y a los transeúntes— para poder pagar sus propios hábitos de consumo. El Departamento de Policía de Nueva York, cuya oficina de tránsito controla el sistema de trenes subterráneos, dijo que las detenciones por crímenes relacionados con drogas subieron un 55% en junio, en las estaciones de subterráneo conectadas con Penn Station, Port Authority y Jamaica Station, en Queens —donde llegan los compradores de droga, con el Long Island Rail Road— si se comparan con el mismo período del año anterior. En el resto del sistema, los indicadores no habían visto cambios relevantes. Sin duda, la gente ha venido ha Nueva York para comprar drogas desde hace décadas. Pero antes, en general, regresaban a sus hogares una vez que habían hecho la compra. Ahora es más común quedarse. La primera ola vino a la ciudad desde Long Island, Nueva Jersey y Connecticut, hace más o menos cinco años, según muchos entrevistados. Muchos dijeron que primero se habían hecho adictos a opioides recetados, pero que habían terminado comprando la droga en la calle y que ya lidiaban con una adicción a la heroína cuando llegaron. Jay, un ex pintor de 39 años, de Long Island, dijo que había logrado salir de la heroína visitando una clínica de metadona en Manhattan. Dijo que había más obstáculos para el tratamiento en Long Island, por ejemplo, con largas listas de espera. “Aquí uno entra en un programa de metadona el mismo día que aplica”, dijo Jay, que pidió que sólo usáramos su nombre de pila para no avergonzar a su familia. Todavía vive en la calle y gana dinero repartiendo volantes y haciendo trabajos ocasionales. En los últimos años ha venido gente de lugares más lejanos. Grece Cohen, que viene de un suburbio de Atlanta, dijo que ella y su novio vinieron a la ciudad el otoño anterior, luego de lidiar con una adicción a opioides y terminar en la calle. “Aquí hay más recursos”, dijo Cohen, de 19 años, que fue entrevistada a la salida de una boca de subterráneo en la calle 42 Oeste hace algunos días. Estaba sentada sobre una caja, sosteniendo un cartel que decía que vivía en la calle y que estaba embarazada de tres meses. Ella y su novio estaban tratando de ingresar a un refugio familiar cercano, dijo, pero la aplicación no había sido aprobada aún. La causa del incremento de la población es obvia. “Las drogas”, dijo Rodriguez, de 30 años. “Mira alrededor. Están por todas partes”. “Lo difícil es llegar de una vida normal a esto”, dijo Conklin. Sin embargo, no estaba en sus planes volver a casa. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Tomamos este artículo ya que en él aparecen varios puntos sobre los que venimos hablando en este espacio. Por un lado se señala, algo que ya comentamos anteriormente, que muchos de los consumidores afirman haber comenzado con su adicción con opioides recetados. Ya habíamos dicho en otra oportunidad que tanto médicos como odontólogos recetaron por varios años este tipo de fármacos y muchas personas, ante la imposibilidad de dejar de consumirlos y sin poder continuar accediendo a la prescripción médica, se vuelcan al mercado ilegal, el que a su vez, se ve favorecido por la prohibición. Y es justamente ésto, lo que hace que la policía pueda hablar, como menciona la nota, de un aumento de un 55% de las detenciones por crímenes relacionados con drogas, ya que estando ellas prohibidas, el simple hecho de comprarlas ya implica el quebrantamiento de la ley, es en sí mismo un delito, al que hay que sumarle las ya conocidas disputas territoriales de quienes las comercializan. Hasta aquí podríamos decir, en concordancia con el título de la nota, el lado oscuro de Nueva York. Pero a nosotros nos interesa resaltar, cosa que no ocurre en el artículo (al menos no en su encabezado ni nombre) el tema de la accesibilidad al sistema de salud y puntualmente en el caso de los consumos problemáticos, los servicios y tratamientos basados en la reducción de daños. Por qué? Porque como bien puede leerse allí, el aumento de la población en situación de calle en Nueva York tiene que ver no sólo con la accesibilidad a las sustancias, sino también y fundamentalmente, con eso que una de las jóvenes en esa situación llama "más recursos" o en palabras de otra usuaria "Nueva York cuida a su gente". Y esto no es otra cosa que la posibilidad de acceder desde a programas de sustitución de sustancias o intercambio de jeringas a algún refugio. Parafraseando el título, podríamos pensar que este lado luminoso, en este caso, es lo que hace que la gente no sólo vaya a Nueva York a comprar la/s droga/s, sino que elija quedarse. Tal vez si en sus ciudades de origen pudieran contar con los recursos socialed y sanitarios que encuentran en Nueva York no serían tantos los que optaran por quedarse. Aquí nos encontramos nuevamente, y como es habitual en la temática de los consumos problemáticos, con dos posturas posibles frente a quienes los padecen: su inclusión o, lo que ocurre más comúnmente, su exclusión.

viernes, 9 de agosto de 2019

El narcotráfico en la geopolítica del capital.

Para nadie es secreto que los gobiernos de Estados Unidos han utilizado el tráfico de drogas hacia su propio país como una herramienta para llevar adelante sus políticas imperiales. Desde el caso Irán-Contras hasta el crecimiento descontrolado de la producción de amapolas en Afganistán, los militares y la inteligencia norteamericanos utilizaron este mortal negocio como fuente financiamiento y como arma de expansión y dominación. La CIA y la DEA, han mantenido contactos y negocios con los carteles de la droga, y han servido para organizar importantes redes de lavado de activos, que llega hasta Wall Street, e involucra al sacrosanto sistema bancario mundial. El dinero del narcotráfico fluye como “sangre” en el sistema circulatorio del capitalismo mundial. No existe movimiento de narcóticos, trata de personas o tráfico de armas que estos señores ignoren, ni dinero que provenga de ellos que esté fuera de la estructura financiera mundial. Y si el dinero está marcado por el tráfico, también lo está la política. Porque los Estados Unidos, igual que lo hicieron con los derechos humanos, se autonombraron juez universal, sobre quiénes son los buenos y quiénes los malos en el mercado de las drogas. Por eso no es sorprendente que Colombia sea su mayor aliado en la región, como tampoco será sorpresa para nadie que el gobierno sionista de Israel esté metido en el tráfico de estupefacientes en muchos lugares del mundo. En Honduras, se produjo un Golpe de Estado Militar el 28 de junio de 2009, del cual no hemos investigado suficiente, pero que atinamos a pensar que el mismo fue el resultado de una conspiración desde los Estados Unidos contra la integración latinoamericana, y, especialmente, contra la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América. Pero no solo sucedió eso, el factor narcotráfico está omnipresente en la etapa post golpe.
Recién ayer, salió a luz el documento de alegato inicial de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, en su caso contra Juan Antonio Hernández, en el que se señala al jefe del régimen hondureño, Juan Orlando Hernández como pieza clave en una amplia operación de narcotráfico, que, además, trajo como resultado, entre otros, el incremento de la violencia, y la brutalidad de esta en la Honduras de los golpistas. Además, involucra al expresidente Porfirio Lobo Sosa, con un rango similar, así como a ministros, diputados, funcionarios públicos, y altos cargos militares y policiales. Según el documento, Lobo habría llegado al punto de ordenar la movilización de tropas regulares hondureñas a la frontera con Guatemala, con el propósito de preservar los intereses de un cartel específico. En esa época, Juan Orlando Hernández se desempeñaba como presidente del Congreso Nacional, y, siguiendo la trama, todo su Partido Nacional utilizó fondos del narcotráfico (también fondos del saqueo de instituciones del estado como el Seguro Social) para la campaña electoral de 2013, que terminaron “ganando” por el primero de dos fraudes perpetrados hasta la fecha. Según fuentes confiables, este alegato del fiscal neoyorquino, fue demorado largo rato por presiones del Departamento de Estado de Mike Pompeo, cuya misión ha sido hasta ahora sostener al debilitado régimen de Juan Orlando Hernández, con el fin de garantizar sus posiciones en la guerra abierta contra Venezuela, Nicaragua y Cuba. De hecho, el mismo Departamento de Estado y el Comando Sur se han encargado de advertir a Hernández sobre los movimientos de su Departamento de Justicia. Más aún, es a iniciativa de ellos que se han organizado sendas campañas para aligerar la carga de la tormenta desatada por las revelaciones del fiscal neoyorquino. Justo en un intento, burdo, por cierto, por aliviar el vendaval, un diario local de extrema derecha, y estrechamente vinculado al Golpe de Estado en 2009, publicó una nota esta semana, con lujo de amarillismo, sobre un supuesto soborno hecho por un Capo a Manuel Zelaya Rosales, expresidente derrocado. Al leer el documento de la fiscalía, el mismo representante del Estado gringo, argumenta que “el capo dice que NO pago el soborno, porque no creía que ese candidato ganaría las elecciones en 2005”, Aún con la clara declaración del acusado, el fiscal opta en su alegato por decir que no le cree. Al examinar el documento de 32 páginas, el mismo fiscal despotrica contra miembros del gobierno bolivariano de Venezuela y contra las FARC, en una construcción claramente política, diseñada contra la izquierda latinoamericana. Esto como preludio al “infierno” que teóricamente se desataría por las acusaciones más contundentes contra el bipartidismo hondureño. Los Estados Unidos son a su vez el mayor patrocinador del narcotráfico en el mundo, su mayor beneficiario, y a la vez dirige la red ideológica para erigirse en juez mundial contra los narcos que no son sus amigos (o lo que es peor, acusar a quien quieran de sus propios crímenes). Pocas semanas después del Golpe de Estado, en julio 2009, Juan Antonio Hernández, hermano de Juan Orlando y preso en Nueva York, se reunió con un futuro ministro de defensa, y le comento que “el golpe mejoraba ostensiblemente las posibilidades de ganar las elecciones y obtener la protección de su partido Nacional, y sus líderes (Porfirio Lobo Sosa y Juan Orlando Hernández), para continuar sus negocios exitosamente”. Esto lo afirma el mismo documento de la fiscalía neoyorquina. Entonces, básicamente los Estados Unidos urdieron el Golpe de Estado contra José Manuel Zelaya como punto de partida de la contraofensiva continental conocida como “restauración conservadora”, e instalaron al narcotráfico en la conducción del país. A partir de eso, Honduras se convirtió en el “hermanito” de Colombia e Israel. A partir de eso se formó el triángulo que ha servido de punta de lanza para la agresión reaccionaria de toda esta década en el continente. Además, crearon un esquema ideológico que equipara la corrupción, con el narcotráfico, como presuntas fuentes de nuestras desgracias, y se omite la intensa presencia de dinero sucio en el sistema financiero internacional, así como los efectos catastróficos del neoliberalismo en una economía improductiva. No es casual que, en Honduras, el único negocio que progreso después del Golpe fue el capital financiero (a la par del sicariato, la extorsión, el tráfico de personas). Sobre la política interna de Honduras, la prensa se ha dedicado a generar la idea de que los “últimos tres presidentes” están manchados por el narcotráfico, con el fin de conjurar el inminente ascenso de la izquierda al poder, frente a la debacle del bipartidismo golpista. Es improbable que los Estados Unidos pretendan remover a Hernández, al menos mientras no tengan un sustituto confiable, y, sobre todo, cuando hayan eliminado la posibilidad de una Honduras, independiente, soberana y latinoamericana. Por otra parte, en Honduras se ha puesto en práctica la táctica de abrir escándalos que se van “normalizando” con el tiempo. Ellos pueden buscar que este destape, termine siendo nada más una capa más de defensa para la ya deformada imagen de Hernández y la dictadura oligárquica que lo sostiene. Por supuesto, todos estos argumentos funcionan bajo el presupuesto de que las masas tienen valor CERO. Sin embargo, el movimiento social hondureño ha madurado mucho, y tiene acumulada una experiencia de confrontación considerable, que seguramente incidirá de manera definitiva en el desenlace de esta etapa oscura de nuestra historia, iniciada hace una década. Es fácil anticipar el incremento de la inestabilidad social en los próximos días, a la par de una intensa movilización popular El peso del narcotráfico en la geoestrategia imperial, en la política y en el sistema capitalista es innegable, y, como tema, debe ser abordado por nuestros pueblos, para enfrentar a este enemigo sistémico, cuya corrupción no conoce ni escrúpulos ni principios. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Creemos que, como ya lo hemos adelantado antes, siquiera parcialmente la moral de doble vara garantiza el proceder por el cual con un argumento de poca monta en definitiva podemos justificar las acciones más innobles. So pretexto del narcotráfico y el supuesto "flagelo" que implica el consumo de determinadas sustancias psicoactivas se ha intervenido en la vida de los ciudadanos de muchos países, regiones y poblaciones haciéndoles padecer guerras sin justificación alguna; gastos sin sentido que podrían ser empleados en rubros de mayor necesidad (fumigación vs vacunación, por ejemplo) o muertes innecesarias a partir del crecimiento de las cadenas de competencia y tolerancia del delito que cobran a la vez significativas bajas en función de enfrentamientos armados por el control, competencia y ganancia en busca del monopolio de control comercial; ingesta de sustancias adulteradas y sus secuelas en la salud; explotación de personas en función del cultivo o distribución del producto, todo ésto en detrimento de una población y condicionando la vida de una región o país. Lo que se ve aquí, en esta noticia, es que el descarado negocio con complicidades de todo tipo, se concreta en base a la duplicidad y la hipocresía. El pomposo e injustificado castigo al Uruguay que hemos comentado anteriormente, perjudicándolo en sus finanzas, a partir del control de sus operaciones bancarias so pretexto de incrementar el consumo de sustancias prohibidas resulta contradictorio y falaz cuando no se impusieron esas medidas, ni remotamente parecidas, en el caso de California, Colorado y 8 estados más de Estados Unidos, sin contar el reciente anuncio canadiense de separarse de las prohibiciones mundiales acerca de todos los usos y aplicaciones de la marihuana. Al revés del Uruguay, en ninguno de los casos comentados posteriormente, de EEUU y Canadá, la banca de Wall Street ha hecho comentario alguno. Negocios bancarios, financieros y guerra, son las verdaderas secuelas que pesan en esta materia y no la pobre incidencia sanitaria que tienen todas las sustancias psicoactivas ilegales sumadas contra lo que sí representan las dos legales significativas: alcohol y tabaco. Este pequeño y esclarecedor artículo nos lleva al verdadero camino del espíritu de la prohibición.

jueves, 8 de agosto de 2019

“Si tuviera que prohibir una droga, sería la marihuana porque destruye el cerebro”

Osmar Terra, médico neurólogo a cargo del Ministerio de la Ciudadanía de Brasil, afirmó que el gobierno de Bolsonaro le declaró la guerra a las drogas.
Guerra a la marihuana, internaciones “involuntarias” de adictos y tratamientos basados en la ciencia y en la fe son las fórmulas del gobierno de Jair Bolsonaro para combatir lo que califica como una epidemia de drogas en Brasil. El médico neurólogo Osmar Terra es uno de los comandantes de esa batalla. Gaúcho de 69 años, Terra maneja los mayores programas sociales del país, entre ellos el emblemático Bolsa-Familia, que beneficia a casi 13,8 millones de familias. Categórico, afirma en esta entrevista con Clarín que menos brasileños pasan necesidades hoy que cuando gobernaba Luiz Inácio Lula da Silva. Los programas del Ministerio de la Ciudadanía llegan a casi 36% de la población, de 210 millones de personas. Son 200.000 millones de reales (52.000 millones de dólares) por año para 76 millones de beneficiarios. Único ministro de Michel Temer (2016-2018) que mantuvo su puesto con Bolsonaro, Terra es un tenaz opositor a la despenalización del consumo de drogas. Su español fluido tiene acento argentino: en su juventud vivió y ejerció la medicina en la localidad bonaerense de Moreno. La corte suprema de Brasil podría tratar este año la despenalización del consumo de marihuana. Usted defiende políticas rigurosas. ¿Por qué las considera más efectivas? El consumo de drogas afecta mucho la salud pública. Fui ocho años secretario de Salud de Rio Grande en un período en el que explotó el consumo de paco. La dependencia química es una enfermedad del cerebro. De esto los defensores de la liberación de las drogas no hablan porque no saben. El estímulo repetido de la droga altera regiones del cerebro. Como saben los alcohólicos anónimos hace 100 años, hay que evitar el primer trago cada día. Lo mismo sirve para todas las drogas. Con políticas que faciliten el acceso a las drogas habrá más gente mentalmente enferma, que no pueda hacer nada más que drogarse. Los defensores de la despenalización afirman que por la extensión del consumo los países perdieron la batalla contra las drogas y que la despenalización reduce la violencia. ¿Por qué eso no funciona? El Estado perdió la lucha contra las drogas porque nunca hubo una política eficaz. Brasil tiene 30 millones de dependientes del alcohol y del tabaco. Hay ocho millones que consumen drogas ilícitas. Si se legalizan esas drogas el consumo aumentará. La marihuana es la droga que afecta el cerebro en mayor extensión. Más que la cocaína, más que cualquier otra droga. El mayor psiquiatra brasileño, Valentim Gentil, dice que si tuviera que prohibir una droga sería la marihuana porque destruye el cerebro. ¿Nuestros países enfrentan una epidemia de drogas? Ese es el concepto que aplica. El de epidemia. EE.UU. fue muy permisivo. Luego endureció las leyes y cayó el consumo. Uruguay liberó la marihuana y aumentó el número de homicidios. José Mujica decía que iba a disminuir la violencia. Ocurrió lo contrario. Admiro a Uruguay. Lamento que haya ido por ese camino. Tendrá que volver atrás. En los estados americanos donde se liberó la marihuana aumentó la violencia. En China el consumo es bajísimo. Visité centros de detención de adictos. En Indonesia hay pena de muerte para traficantes y el número de homicidios es bajo. Lo único que funciona es el rigor. Los gobiernos del PT (Partido de los Trabajadores) miraban la violencia con cara de paisaje. Estamos en un continente con una producción colosal de drogas y eso debería preocupar a todos. ¿Cuáles son los ejemplos de políticas exitosas? Cuando Nueva York endureció penas para quienes traficaban, los homicidios comenzaron a declinar fuertemente. Suecia y Japón son otros ejemplos. En Suecia hasta 1969 el uso de drogas era casi libre. Luego vino la prohibición y se enfrentó al delito. Suecia cerró cárceles por falta de presos. Otro ejemplo es Islandia. Estuve allí el año pasado. Hicieron una suerte de toque de queda. Ningún menor de 18 años puede estar en la calle de noche sin la compañía de un adulto. Argentina aprobó la Ley de Cannabis Medicinal. En Brasil hay reclamos de madres con hijos que padecen tipos raros de epilepsia para que se autorice su uso. ¿Cómo ve ese debate? Ahora se vende una nueva, que la marihuana es remedio. Pero no dicen que la morfina, que también es un remedio, viene de la heroína, de la amapola, del origen de la lidocaína. ¿Por qué no permitir entonces plantaciones generalizadas? Porque aumenta la oferta de drogas y el consumo. Esconderse atrás de las madres de esos chicos para decir que la marihuana es un remedio y que hay que liberar el cultivo es cobarde. Millones de madres perdieron sus hijos por las drogas. Están abriendo las puertas para que haya más. Su ministerio aumentó el financiamiento a las llamadas comunidades terapéuticas, muchas en manos de iglesias. ¿Brasil está poniendo la atención a los adictos en los cultos religiosos? Ejercí la medicina en hospitales católicos, religiosos. Todos los días había una persona rezando con un paciente que traté. Pensaban que la fe recupera. ¿Cuál es el problema con la fe? La propia sociedad se organizó para enfrentar eso porque el gobierno nunca le dio importancia. El área de salud mental del Estado hace más de 20 años trabaja sólo con políticas de reducción de daños porque ve a la droga como un derecho. ¿Pero son los cultos religiosos los que deben velar por los adictos? Si sos pobre, tu hijo se droga, no logra estudiar, trabajar, no hace nada. ¿Cuál es la primera persona que te va a aconsejar? El líder religioso. El padre, el pastor. Las iglesias empezaron a recibir una demanda cada vez mayor y montaron las comunidades terapéuticas. Eso no quiere decir que sólo trabajan con la fe. Trabajan con una metodología que da resultados. Hay una red de 2.000 comunidades terapéuticas que funcionan en iglesias, católica, evangélica, hasta espiritistas. Y hay algunas sin participación de religiosos. ¿Cómo las financian? Para las comunidades terapéuticas transferimos 1.100 reales (285 dólares) por mes por vacante. Lugar para dormir, tratamiento, alimentación, evaluación médica. Incrementamos este año el sistema, que fue muy combatido por la gente del PT, que defiende la liberación de las drogas. Las personas van a las comunidades terapéuticas para permanecer en abstinencia, no para convertirse en evangélicos o en católicos. Se tratan en base a la ciencia. ¿El gobierno de Bolsonaro está cambiando la concepción de los programas sociales que tenían los gobiernos del PT? Nos enfocamos en desarrollo humano. Es la educación que saca a la gente de la pobreza. Dar dinero no resuelve el problema. Vamos en dos frentes. Con el programa Criança Feliz, que atiende más de 700.000 niños en el período crítico de cero a tres años, y llegaremos a tres millones de chicos. Tenemos el Progresar (capacitación vinculada a necesidades de empresas) para los jóvenes de 18 a 29 años que ni estudian ni trabajan. Son 4,6 millones de ni-ni, el ejército de reserva del delito. Es un público clave para reducir la violencia. En el gobierno del PT hubo transferencia de ingresos sin propuestas de superación. Bolsonaro creó una polémica al decir que en Brasil no hay gente con hambre. Su ministerio tiene un registro con todos los beneficiarios de los planes. ¿Qué muestra esa información? Garantizo que había mucha más gente pasando necesidad con el gobierno del PT que con el nuestro. No hay hambre endémica en Brasil. Está la recesión, el desempleo, pero también una red de protección social increíble. Sólo pasa hambre quien no está en ningún programa. Y no existe hoy una familia que quiera entrar al Bolsa-Familia y no pueda. No hay fila para entrar. En el gobierno del PT siempre hubo fila. Nosotros la eliminamos.
A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Ya es algo muy repetido por nosotros, pero cada vez que aparece una nota como la que precede este comentario, no hay más opción que volver a reiterarlo: la prohibición es un hecho puramente arbitrario. Así en algunas culturas están permitidas sustancias que en otras no lo están, o en momentos históricos diferentes estuvieron prohibidas algunas que el sólo hecho de pensarlo en la actualidad nos daría risa, tal el caso de la yerba mate, que era vista (así como ahora lo es “la droga”) como algo demoníaco. Ahora bien, el Ministro de Ciudadanía de Brasil realiza algunas afirmaciones que al menos deberíamos poner en cuestión. Asegura que el haber legalizado la marihuana en nuestro país vecino de Uruguay hizo aumentar el número de homicidios. Si bien hay datos que corroboran esto, hubo un incremento en la tasa de criminalidad uruguaya desde 2013 (año en que se legalizó) a la actualidad, responden a que, tal como menciona un artículo de CNÑ, “El cannabis regulado parece haber obstaculizado el mercado negro, que fue uno de los principales objetivos de la legalización. Las cifras del IRCCA en mayo de 2018 indicaban que el 55% de los usuarios de marihuana participaban en el sistema regulado” Podemos pensar, entonces, que este aumento no se debe a que los consumidores por efecto de la sustancia dañina se convierten en potenciales homicidas (lo que podría traducirse de la expresión poco desarrollada del Ministro) sino a las luchas por el control territorial entre narcotraficantes que ven reducido el mercado tras la legalización. Algunos expertos como Ricardo Fraiman, asesor del Ministerio del Interior de Uruguay, plantea que este “estrangulamiento” del mercado ilegal de marihuana produjo más violencia entre las mafias, “a menos demanda más competencia por los clientes”. En la nota antes mencionada del 17 de septiembre de 2018 de la CNÑ (https://cnnespanol.cnn.com/2018/09/17/uruguay-el-primer-pais-en-legalizar-la-marihuana-esta-tomandose-las-cosas-con-calma/), Hannah Hetzer, gerente senior de política internacional de Drugs Policy Alliance, se expresa (podríamos decir que en disidencia con lo que se expone en la entrevista de Clarín) que el proyecto de la legalización en Uruguay está yendo bien “es demasiado pronto para hacer evaluaciones concretas ero el cielo no ha caído”. Otro dato interesante sobre la experiencia de nuestros vecinos uruguayos y que el Ministro brasilero pasa de largo es las trabas que encontraron a la hora de la legalización, ya que los bancos con sede en Norteamérica no permiten que sus filiales acepten cuentas que “involucren la fabricación, importación, venta o distribución de una sustancia controlada”. Curioso, ya que no fueron tan estrictos en la multa que le impusieron al HSBC por lavar dinero de cárteles mexicanos… Y yendo al país del Norte, son varios los estados que ya legalizaron esta sustancia, algunos sólo con fines medicinales, pero otros, tal el caso de Colorado, también su uso recreativo. En un artículo del New York Times del 2 de julio de este año (https://www.nytimes.com/es/2019/07/02/marihuana-legal-colorado/), se mencionaba que, tras 5 años de encuestas, contrario a lo que parece pronosticar la mayoría de la gente, la mayoría de los adolescentes (luego de la legalización) probaron marihuana, pero el 80% no la consume en la actualidad. “Las encuestas estatales muestran que el consumo entre adolescentes ha disminuido considerablemente desde que las ventas de marihuana medicinal se dispararon en 2009 y básicamente se ha mantenido estable desde la legalización completa”. O sea que no pareciera ser que como dice la nota “políticas que faciliten el acceso a las drogas habrá más gente mentalmente enferma, que no pueda hacer nada más que drogarse”, al menos no en la forma lineal que se plantea allí. Otro dato interesante de la nota del New York Times respecto a la experiencia de Colorado, es el tema de la relación con el delito. Allí señalan que los delitos menores relacionados con esta sustancia disminuyeron considerablemente, “aunque la división racial en los arrestos persiste”, las personas negras son detenidas por delitos relacionados a la marihuana a una tasa que casi duplica a los blancos. “El porcentaje de adolescentes arrestados por delitos relacionados con la marihuana ha caído en alrededor del 20% desde que Colorado votó a favor de legalizar la droga, aunque los jóvenes y adultos negros continúan siendo arrestados en índices mucho mayores que la población blanca o hispana de Colorado, según un informe estatal. En el 2017, las personas negras en el estado fueron arrestadas por delitos relacionados con la marihuana el doble de veces que los blancos, según la División de Justicia Penal de Colorado”. Estos datos, no sólo nos hablan de que la regulación de las sustancias no abren las puertas del infierno como mucha gente asegura, sino que sostener su prohibición sólo tiene otros fines que nada tienen que ver con el cuidado de la salud de las poblaciones, y el mayor de ellos es el control social. Control de unos Estados sobre otros y dentro de los países, de unas clases sobre otras. Y unas preguntas finales: si la marihuana destruye el cerebro, ¿cómo sobreviven los países árabes para cuya cultura es un hábito fumarla comparable al alcohol para nuestra cultura occidental?; si debemos cuidar la salud de nuestros cerebros ¿no deberíamos prohibir deportes como el boxeo? Son varios los estudios que demuestran daño cerebral tras años de recibir golpes en la cabeza; por no mencionar a la sustancia más extendida en su consumo y que tiene mayor índice de enfermedades asociadas y mortalidad, el alcohol.

jueves, 1 de agosto de 2019

Conductores alcoholizados: cada semana hay 420 choques.

El reciente caso de Villa Devoto reflota una problemática que se expande: el abuso del alcohol por parte de los jóvenes. Accidentes, peleas y la salud en permanente riesgo. El caso del conductor alcoholizado que atropelló a un ciclista y luego chocó a otro vehículo en el barrio porteño de Villa Devoto forma parte de una problemática realmente dramática. Es que una encuesta realizada por una organización no gubernamental sostiene que cada semana se registra un promedio de 420 accidentes viales, muchos con víctimas lesionadas y fallecidas, en el marco del abuso extremo de alcohol al manejar vehículos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las zonas más pobladas del territorio bonaerense. Según se expresa en la última Encuesta Semestral sobre jóvenes en Buenos Aires elaborada por los 1.900 colaboradores de la organización no gubernamental Defendamos Buenos Aires y el Estudio Miglino y Abogados, cada vez son más los casos de abuso de alcohol. "Pasamos de unos pocos cuando comenzaron las encuestas allá por 2004 a más de 1.200 hechos semanales en el semestre enero-junio de 2019,que engloban accidentes de tránsito, peleas en la vía pública, daños en autos y portales de edificios y atención urgente por coma alcohólico en hospitales públicos, a ambos lados de la Avenida General Paz. Son claros indicios de que algo está pasando con los jóvenes y el alcohol’, dijo Javier Miglino, responsable de Defendamos Buenos Aires. En ese sentido, el especialista manifestó: "En 15 años hemos pasado de un caso semanal de coma alcohólico semanal en Capital Federal y dos en Provincia de Buenos Aires a 240 en Capital Federal y 320 en Provincia de Buenos Aires". Pero no es todo. "Debemos sumar más de 420 accidentes en ambas jurisdicciones que son causados directamente por el abuso de alcohol, como el último que tiene entre la vida y la muerte a Sebastián Devoto, cuyo ‘pecado’ fue ir a trabajar en bicicleta o días atrás el atropellamiento mortal de Magdalena Piccone, que iba a su trabajo también en bicicleta. Son solo dos muestras de los estragos que hace el alcohol al volante", dijo Miglino. "Por zonas, en Capital Federal el barrio de Belgrano va primero, seguido por Palermo y Recoleta. En la Provincia, Morón, Hurlingham y San Isidro son los tres distritos con mayor consumo de alcohol, lo que se traduce en accidentes, en algunos casos mortales y daños de todo tipo, porque los chicos cuando se emborrachan saben donde empieza todo pero nunca donde terminará", manifestó Miglino.
A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Esta noticia es un claro ejemplo de lo que venimos afirmando en reiteradas ocasiones, que una de las sustancias que provoca mayor cantidad de muertes asociada a su abuso es el alcohol. Como bien se señala allí, no sólo hubo un aumento en los números de incidentes viales, sino también en el ingreso a las guardias hospitalarias los fines de semana por coma alcohólico, estando a su vez su abuso presente en muchas de las peleas y destrozos callejeros. Ahora bien, lo llamativo de esta nota es que si bien los datos son aportados por la misma ONG (Defendamos Bs. As.) que la vez pasada hablaba de la preocupación por el aumento del consumo de sustancias (haciendo clara referencia a la cocaína pero sin mencionarla explícitamente) asociando a los "extranjeros" (verdulerías bolivianas que dicen vender papa blanca pero es otra cosa; colombianos y venezolanos que con autos y motos último modelo realizan su delivery) no no haga ningún comentario o referencia particular respecto de las zonas (Belgrano, Palermo y Recoleta en CABA y Morón, Hurlingham y San Isidro en Provincia de Bs. As.) donde se consume más alcohol y que, curiosamente, son barrios de un mayor poder adquisitivo. Aquí sólo nombra a los barrios sin mayores referencias y casi como exculpando a quienes realizan estos abusos ("los chicos cuando se emborrachan saben donde empieza todo pero nunca donde terminará") mientra que la noticia anterior se explayaba mucho más sobre la "necesaria" participación de extranjeros en la comercialización de las sustancias ilegales. No queremos con ésto decir que las clases menos pudientes no hagan abuso del alcohol, bien es sabido que éste está extendido, al igual que el resto de los consumos, a todas las clases sociales, sino más bien señalar cómo el tema de los consumos problemáticos es utilizado como una forma más de control social y estigmatización de ciertos sectores de la sociedad.

FONDO AYUDA TOXICOLÓGICA ( F.A.T. )

QUIENES SOMOS.!!!

El Fondo de Ayuda Toxicológica (FAT) es una ONG fundada en el año 1966 por el Profesor Emérito Dr. Alberto Italo Calabrese para trabajar en ...