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jueves, 23 de mayo de 2019

Los usuarios de drogas.

Artículo de Silvia Inchaurraga, Directora del Centro de Estudios Avanzados en Drogadependencias y Sida ( CEADS ) de la UNR, para el diario La Capital de Rosario. Debate. Rosario fue protagonista de la Marcha de la Marihuana. La movilización reclamó por los derechos de quienes la consumen con fines terapéuticos o recreativos. Martes 21 de Mayo de 2019 Nuevamente Rosario fue este año protagonista clave en Argentina de la masiva concentración conocida como Marcha de la Marihuana. Miembros de organizaciones canábicas y de políticas de drogas y derechos humanos, grupos de madres que reclaman no ser detenidas por comprar marihuana para acceder al aceite que requiere, por ejemplo, la epilepsia refractaria de sus hijos, ciudadanos que reclaman por su derecho al autocultivo, profesionales sensibilizados por los daños sociales y sanitarios que acarrea la ley de drogas 23.737, cultivadores, familiares de enfermos y enfermos que utilizan la marihuana como medicina se concentraron en la ciudad y marcharon al Monumento. Ciudadanos empoderados expuestos a los riesgos de la ilegalidad del mercado, el cultivo y la tenencia, evidencian las contradicciones del sistema represivo que -en su lucha contra la droga y el narcotráfico y supuesto intento de control del consumo de drogas- hace de un potencial medicamento una droga clandestina. Diversas organizaciones focalizan en diversos reclamos; en la legalización o despenalización de la marihuana, en la legalización del autocultivo o los clubes de marihuana y otras -como la organización que represento- hacen extensivo el reclamo a la despenalización de la tenencia y cultivo para uso personal de todas las drogas, sean para uso medicinal o recreativo. Si bien cada vez más ciudadanos participan de estos reclamos y las marchas son más multitudinarias a lo largo y ancho del país, también hoy los reclamos se multiplican. No se trata solamente de reclamar por una nueva ley de drogas que no penalice la tenencia para consumo personal, ni tampoco al autocultivo, y una nueva política de drogas que incluya garantizar los derechos de quienes las consumen, incluido su derecho a la salud con información sobre riesgos y daños. En 2019 tenemos también que reclamar por el cese de las quimeras. No más falsas promesas, no más falsas sensaciones de seguridad que terminan exponiendo a usuarios de drogas, cultivadores y enfermos a nuevos riesgos, o los mismos riesgos. Los riesgos de ser detenidos, allanados, enfrentar una causa judicial y el estigma de la criminalización. Primera Quimera. El fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de 2009. A pesar de la reivindicación del artículo 19 de la Constitución, la ley 23.737 y su artículo 14 permanecen incólumes. Se cumplen diez años del llamado fallo Arriola que declaró inconstitucional la penalización de la tenencia para consumo personal. Este fallo si bien no ordenó la despenalización, sí la legitimó, estableciendo que "el artículo 14, segundo párrafo, de la ley 23.737 debe ser invalidado, pues conculca el artículo 19 de la Constitución Nacional, en la medida en que invade la esfera de la libertad personal excluida de la autoridad de los órganos estatales". Sin embargo, la ley de drogas no cambió. Como diría Don José, ¨el diablo se muerde la cola¨ y la consigna de que la tenencia y el consumo sin daños a terceros no debía ser punible se encuentra con la cruel realidad de que quienes consumen son dañados por terceros. La paradoja de que una ley que castiga un acto privado, que estigmatiza un acto privado, un policía que la aplica y una sociedad que visibiliza y etiqueta esta conducta hace más daños que la misma droga. Segunda Quimera. La ley 27.350 conocida como ley de marihuana medicinal. A pesar de haber cumplido más de dos años de su sanción pareciera ser un espejismo dado que la marihuana no está en ninguna farmacia, ni siquiera el THC sintético o los aceites. La marihuana y los aceites siguen estando en la clandestinidad. Por ello el que no importa el producto del exterior, actualmente solo accede a él a través del mercado negro; un conocido o un desconocido que lo cultiva y/o elabora y se lo ofrece gratuitamente o se lo vende. Las personas no conocen la composición química del producto, por lo cual desconocen si es adecuado para su patología o simplemente inocuo pero inútil, como el puro aceite de coco. La excepción a esta regla son aquellas personas informadas que llevan a testear dicho producto a la Facultad de Bioquimica de la UNR (actualmente a sala 9 del hospital Centenario). El hecho recientemente relevado por dicha unidad académica de que siete de cada diez muestras no tiene la suficiente concentración para su utilización terapéutica ilustra los daños de la prohibición. Derivada de esta quimera encontramos otra. La habilitación de plantaciones de capitales extranjeros en el norte argentino, cuyo principal objetivo es la exportación, ilustra la doble moral de una lógica que favorece a sectores privados frente a las dificultades para encaminar la producción nacional(véase la propuesta de la provincia de Santa Fe y su laboratorio farmacéutico por ejemplo) y especialmente la prohibición del autocultivo y de los clubes de cultivo solidario. Tercera Quimera. El proyecto de reforma del Código Penal en materia de tenencia para consumo. La quimera más reciente fue el anuncio del flamante proyecto de reforma del Código Penal (a cargo del Dr. Borinsky) despenalizaba la tenencia para consumo personal. Sin embargo, esta supuesta despenalización en casos de escasas cantidades en la letra chica se restringe al consumo privado, al ámbito de las cuatro paredes de la casa, un absurdo frente a la realidad de que la mayoría de detenciones en Argentina son en la vía pública. Una crueldad dado el aumento de penas vinculadas a las drogas que deja en las sombras de la arbitrariedad la distancia entre la tenencia para el consumo personal, la tenencia simple y la tenencia para comercialización y que profundiza la criminalización de la pobreza y la falacia de tratar como narcotraficantes a una abuela que comercializa drogas en pequeñas cantidades para sostener una precaria economía de subsistencia o un joven dependiente de la cocaína que tiene en el bolsillo unos gramos de más para financiar el propio consumo. Para concluir considero necesario enfatizar que esta marcha sigue siendo un analizador del fracaso de las quimeras que nos ofrecen las políticas de drogas en Argentina. Muchos usuarios, muchos enfermos, muchos profesionales que nos confrontamos día tras día con el sufrimiento que trae una política de drogas ineficaz e inhumana seguimos desoyendo las falsas promesas, desconfiando de espejismos y denunciando que aunque la quimera promete alivio, es y sigue siendo eso, una quimera. Y eso es una política pública que prometiendo soluciones, genera nuevos problemas. Una política de drogas en la cual los discursos no se transforman en actos.
A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. A través del tiempo hemos sostenido tal como lo creía y defendía el Profesor emérito Alberto Italo Calabrese incriminar la tenencia para el consumo personal, era un grave error y en continuidad con ese pensamiento, decía que si para cada enfermedad necesitamos una Ley para poder tratarla; en el caso de adicciones a sustancias psicoactivas, el error se duplicaba porque para decirlo en términos muy simples convertía a usuarios, abusadores o dependientes en delincuentes y no en probables enfermos. Así mismo entonces ya ésta discusión huele a vieja cuando esas afirmaciones a las que aludimos se hicieron por lo menos hace 45 años. La nota que ponemos a consideración de los lectores está escrita por una persona que tiene un recorrido importante en el camino de la Reducción de Daños: la Doctora Silvia Inchaurraga . La misma organizó en su momento la asociación ARDA , de Reducción de Daños de la República Argentina, tiene una larga trayectoria , tanto en la organización de dicha Institución : Centro de Estudios Avanzados en Drogadependencias y Sida ( CEADS) de la UNR, como en los eventos e investigaciones que hicieron esa Institución y el Centro Universitario ya mencionado. En el artículo plantea las quimeras que se producen en estos contradictorios temas, que muy probablemente no lo fueran tanto, si la ignorancia y el amarillismo de los medios, no lo impulsaran para mantenerlo vivo. Entonces tener en cuenta estas quimeras marcadas por el articulo abren un plano de lucidez en una cuestión que en otras oportunidades hemos hablado , sobre todo sabiendo que la propia Organización Mundial de la Salud ( OMS) ha recomendado hace dos meses, que atento al hecho de los recientes estudios de las propiedades medicinales del Cannabis ( marihuana) , convendría sacarla de la lista de sustancias prohibidas. Pero et aquí que por la obsoleta concepción de la Ley de Drogas que tenemos vigente: 23.737 , todavía por su articulo 14 muchas autoridades resuelven mediante los procesos simples de portacion de cara incriminar y abrir un proceso contra un mero usuario que con esa sustancia en particular resulta casi imposible que cometa ningún tipo de delito. Pero insistimos que esto permitido en algún momento que prácticamente el 75 % de las causas abiertas penalmente son por el supuesto delito de la tenencia simple, de cantidades que no resultan una manera de tráfico bajo ningún concepto. De manera que la lectura de este articulo coincidente es un paso más para constituir a la persona que tenga actitud de miras como para hacerlo un paso más hacia la desmistificación de las sustancias para poder afrontarlo incluso como cuestión de salud y no de delito. En definitiva siempre estará en nosotros el hecho de no tomar ninguna cuestión a la ligera y desde luego también asumiendo la cuota a parte que conlleva el hecho dado que nos abocamos también a su tratamiento del sufrimiento que puede reportar para una persona la dependencia a una sustancia y los padecimientos consecuentes para su grupo de afectos inmediato. Pero no debemos confundirnos que estos sufrimientos no son una exclusividad de los adictos a estas u otras sustancias sino más bien que tienen padecimientos comunes a otras vertientes de lo que llamamos adicción a actividad compulsiva a algo o alguien. ( alcohólicos, jugadores, adictos a las redes, al trabajo, al sexo, etc), Solo si adoptamos criterios de ésta naturaleza y no persecutorios y represivos podemos llegar a entender como se mueve este tema y cuanto más a perjudicado las visiones tremendistas ligadas al delito , la persecución y la guerra.

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