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jueves, 30 de mayo de 2019

Dr. Martin Blank. ALERTA sobre la RADIACIÓN ELECTROMAGNÉTICA.!!!

El aumento de la exposición a la radiación electromagnética es un problema global. La Organización Mundial de la Salud y los organismos internacionales reguladores no están actuando para proteger la salud y el bienestar públicos. Las normas internacionales para la exposición a los campos electromagnéticos deben endurecerse para reflejar la realidad de su impacto en nuestros cuerpos y, en particular, en nuestro ADN. Este video nos arroja dos comentarios; en primer lugar, el peligro que representan las radiaciones en general, incrementadas a partir de la bombita eléctrica de Edison y hoy por hoy multiplicadas a la enésima por la enorme cantidad de aparatos de fuente eléctrica que, para cumplir con su función entre otras cosas emiten una serie de radiaciones cuyos resultados para la salud, todavía no se conocen cabalmente. Y aquí asoma el nuevo y más distribuido adminículo que tenemos reglando nuestra vida cotidiana: el omnipresente celular. Sin entrar a considerar cuándo y cómo se lo usa y la utilidad de alguna o muchas de sus funciones, lo cierto es que el extraño "ladrillo" de otras épocas, se ha convertido en una extensión de la mano, los oídos y la vista, y se lo usa prácticamente para todo, cada vez está más difundido y por tanto más necesario, resolviendo cuestiones probablemente hasta hoy impensables pero que cada vez se hacen más imprescindibles. Hay dos cuestiones que surgen, una de este artículo y otra debido a nuestros particulares intereses como institución; la primera la advertencia tremenda que nos ofrece el disertante en el sentido de la probable afección en aumento que ya es constatable de cánceres y leucemias que incluso se triplican en algunos estamentos poblacionales. Los otros aspectos enumerados a lo largo del video, abundan más en esto que debería ser algo absolutamente conocido por el grueso de la población y que le permitieran siquiera discernir y elegir qué conlleva el abuso de su utilización, véanlo. Por otra parte, y esto sí nos incumbe directamente como FAT es el hecho ya comprobado de la creciente adicción a los celulares y los sistemas ligados a ellos, juegos en red, búsquedas online que no se terminan nunca, visitas a páginas que esconden complejidades de toda índole, conversación exclusiva a través de estos aparatos, música en alto volumen que agudiza las deficiencias auditivas, etc. En Corea del Sur actualmente, las adicciones a los usos que se hacen de los aparatos de este tipo, así como las computadoras para establecer comunicación interpersonal y juegos en red, incluso con gente a la cual jamás se ve físicamente y que interactúan desde otros lugares del planeta, son la principal fuente de adicciones del país. Muchas de estas conductas con los alicientes o la falta de los mismos, desde el punto de vista del sostén social y el intercambio con los otros se pueden denominar consumo problemático o adicción a estos sistemas, su forma de comunicar y conectar y tal vez lo más grave, el aislamiento creciente de las personas lo que deviene en desinterés naturalizado de instancias públicas, solidarias y que puedan dar otro estímulo al aporte societario de los individuos.

martes, 28 de mayo de 2019

“Las neurociencias van en contra del pensamiento crítico”.

Artículo, entrevista de Marcela Isaías a la psicoanalista y profesora de la UBA Nora Merlin, advierte sobre esta moda que invade a las escuelas. “Las neurociencias van en contra del pensamiento crítico”, se planta la psicoanalista y profesora de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Nora Merlin, sobre esta moda que invade las aulas argentinas. Asegura que la intención que persiguen es borrar las singularidades humanas, uniformar y disciplinar conductas. Y que detrás de todo está el mercado de los medicamentos. Desde hace buen rato las neurociencias vienen pujando por un lugar en las escuelas. La intención se oficializó el año pasado cuando el Ministerio de Educación y Deportes de la Nación firmó un convenio con la Fundación del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco, que preside el neurólogo Facundo Manes) para crear el Laboratorio de Neurociencias y Educación, que —según sus impulsores— promueve la articulación entre unas y otra “con el fin de potenciar los procesos de enseñanza y aprendizaje a partir del conocimiento acerca de cómo funciona el cerebro”. Merlin invita a desandar en forma didáctica aquella afirmación que hoy circula como verdad y panacea a distintos males. “Las neurociencias son disciplinas que estudian el sistema nervioso y pretenden explicar la conducta y el padecimiento mental según bases biológicas. Los psicoanalistas pensamos que son un anacronismo, porque el aprendizaje, la afectividad pasan por otro carril, no responden a la lógica de la neurona”, sostiene quien también trabajó con Ernesto Laclau, es profesora de psicoanálisis en la UBA y magíster en ciencia política. Su trabajo de investigación lo desarrolla alrededor de la articulación de política y psicoanálisis, de los temas de cultura y medios. También es autora de Populismo y Psicoanálisis (Letra Viva). Insiste que lo que hoy se presenta como una innovación en ciencia es en realidad un anacronismo. En 1895 Sigmund Freud, siendo neurólogo, considera que esa disciplina no le servía para explicar lo psíquico: “Lo que hoy venden como la novedad quedó desterrado en 1895. Es como dice la canción de Silvio Rodríguez «Un servidor de pasado en copa nueva»”. Freud enseña que el cuerpo psicológico no coincide con el orgánico, y que la palabra importa cuando se habla de salud y enfermedad. La autora llama la atención sobre el momento político, económico, de época en que las neurociencias irrumpen la cultura y la educación, la vida cotidiana de las personas: “El neoliberalismo avanza tomando toda la cultura, estableciendo un criterio sobre qué es normal y qué es patológico. Esos criterios de normalidad, salud y enfermedad están determinados por los departamentos de marketing de los laboratorios (farmacéuticos), una de las industrias que mueven el mundo. Criterios que se difunden luego por los medios de comunicación y por todos los aparatos de imposición simbólica. Se crean necesidades, se instalan determinadas patologías y definen los síntomas que incluyen”. Estas imposiciones del mercado de los laboratorios —describe— vienen acompañadas por grandes movidas publicitarias que consisten en apadrinar congresos, viajes, capacitaciones, publicaciones y hasta campañas de prevención. “Todo un aparato preparado para imponer determinado medicamento. Para eso primero necesitan desarrollar enfermedades. Es fácil deducir que vamos a obtener como resultado una cultura cada vez más medicalizada”. Merlin menciona como enfermedades “de moda”, impuestas por ese mercado, el ataque de pánico y el trastorno bipolar en los adultos. Y en los más pequeños el famoso TDH: el trastorno de déficit de atención por hiperactividad. “En 1895 Freud llamó al ataque de pánico neurosis de angustia. Es decir, todos los síntomas que aparecen hoy como ataques de pánico ya los describió Freud, no son una novedad. La diferencia es que ahora vienen medicalizados”, repasa la psicoanalista de la UBA para remarcar que a esa depresión manifestada por una persona se le pone una mordaza química. “Esa persona va a tener dos problemas: va a seguir con la angustia y tendrá que resolver la dependencia al psicofármaco. En lugar de escuchar lo que se manifiesta en el cuerpo con sudoración o taquicardia (por ejemplo) se le da un medicamento y se quita la oportunidad de expresar en palabras ese sufrimiento”. “Las neurociencias quieren borrar las historias, la afectividad y entonces hablan solamente de una lógica cerebral. Claro que hay una lógica cerebral, pero la neurona no coincide con el sufrimiento humano”, subraya. Chicos con “trastornos” Los niños y las niñas en edad escolar no escapan a esta lógica de salud y enfermedad motorizada por el mercado. Es corriente escuchar a docentes y familias hablar de chicos que no aprenden o tienen problemas de conducta por padecer déficit de atención. La derivación y la medicalización es lo que sigue a estas rotulaciones. Nora Merlin menciona al TDH como la enfermedad que está a la orden del día. “Quienes impulsan estas patologías incluyen como déficit lo que son características propias de los niños: si un niño se mueve se afirma que tiene déficit de atención, cuando son características propias de la infancia. Qué niño no se mueve, no es activo. A eso las neurociencias lo transforman en un trastorno neurobiológico, en un desorden del cerebro. Y no solo eso sino que piden hacer un diagnóstico temprano para determinar si esos síntomas se presentan con una frecuencia superior a lo normal. Ahora ¿cuál es el límite si un chico se mueve mucho? ¿Quién dice qué es lo normal? Ellos. ¿Qué hacen con esto? Medican. Hay muchísimos niños medicados por un supuesto trastorno que en la mayoría de los casos no existe. Uno de los mayores éxitos de la cultura neoliberal es haber instalado la creencia de una supuesta normalidad psíquica que se debe alcanzar, donde una vía para lograrlo es la medicalización”.
—¿Cómo se manifiesta esta situación en el día a día en las escuelas? —Hay toda una bajada de línea a los docentes quienes se ponen a estudiar neurofisiología y tratan de homologar la lógica de que si un chico tiene problemas de atención hay que derivarlo al neurólogo. Muchas veces lo hacen de buena fe. Pero cada niño tiene su tiempo de aprendizaje. Hay momentos singulares para cada niño que hay que respetar. No se puede sostener que porque los chicos se mueven tienen déficit de atención o un trastorno. Son desafíos para los docentes, porque estamos ante un problema muy serio en la cultura, donde se busca medicalizar. Una cultura que tiende al no respeto por la diferencia, más bien a una supuesta normalidad, y los que no están ahí es porque les falla algo en la sinapsis neuronal que hay que resolver con medicación. —Ante este bombardeo de “neurociencias y educación” ¿qué preguntas debiera hacerse una docente? —¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Por qué el ideal de una supuesta normalidad y uniformidad? ¿Por qué todos los niños deben responder a determinada cifra, ser cuantificados? ¿Y por qué abandonar la singularidad y la diferencia si los niños no son iguales, todos tienen su propia historia? La afectividad es el motor del aprendizaje: si un niño está triste, tiene inhibiciones, seguramente no va a poder aprender. Ahora, eso no responde a una lógica neuronal. Seguramente hay repercusiones en el cerebro, pero eso no significa que el cerebro sea la causa de su tristeza. Los docentes no son pasivos receptores, y porque viene una resolución “de arriba” hay que someterse. Tienen responsabilidad en sus actos. Un docente debe preguntarse por su acto. Hay que deconstruir entonces todos estos mensajes comunicacionales.  —Las neurociencias promueven entonces un pensamiento uniforme. —Las neurociencias van en contra del pensamiento crítico. Hay que someterse a determinada medida y supuesta normalidad, quienes no se someten a eso les caben las patologías. El objetivo es promover un pensamiento ahistórico, eliminar la política, la subjetividad, la singularidad y convertir una masa de gente medicalizada, uniforme, adaptada, disciplinada. Ese es el verdadero objetivo. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Interesante la postura de la entrevistada en cuanto a señalar la relación de un instrumento como es la técnica psicoanalítica para deconstruir las formas de la organización social y sobretodo los estereotipos que se mueven acerca de las conductas humanas. En este caso, la contraposición es respecto de las neurociencias que en los últimos tiempos han tendido a explicar en términos de comunicación básica, que prácticamente tienen registrado todas las cosas que puede hacer una persona y a cada una de ellas contabilizar su actividad, darle una explicación y si fuera el caso medicarla. Todo ésto a raíz del convenio formalizado el año pasado entre el Ministerio de Educación de Nación y el Instituto de Neurología Cognitiva para crear el Laboratorio de Neurociencias y Educación y basándose en el conocimiento de cómo funciona el cerebro. La entrevistada discrimina acertadamente (aunque luego en los comentarios de lectores las críticas fueron muchas) el hecho que porque sepamos, tal vez exactamente, en qué lugar se producen una disfunción de las conexiones cerebrales, no estaremos atendiendo a la diversidad constructiva que tiene el hombre, porque el ambiente y las relaciones con los otros seres humanos y por ende su tipo de cultura y sociedad, van a conformar aun de un mismo patrón genético, por ejemplo dos hermanos gemelos idénticos, que educados en diferentes culturas darían productos similares en cuanto a su constitución morfológica, pero seguramente muy diferentes por los patrones de las culturas donde fueran criados. En otras palabras, por más que se pueda contabilizar el lugar donde se produce la conexión, no podrá dar cuenta de la riqueza que hace que esa conexión funcione en dicha forma gracias a los cambios ambientales, culturales y afectivos que ligan a los seres humanos. Agregamos por nuestra cuenta que cada tanto surgen como explicación absoluta diversa a teóricas con enunciados relativamente sencillos y que se vende como científicos que se toman dogmáticamente y pretenden explicar toda y cada una de las probabilidades de comportamiento o visibilidad de las acciones desde una visión absoluta que se parecería al viejo juego del "cerebro mágico", donde poniendo una punta metálica en el agujero correspondiente se iluminaba una zona del cerebro para ir ganando puntos en dicho juego. La profesional que además es magister en ciencia política, muestra la conexión entre los enfoques académicos y se sirve de algunas expresiones de Sigmund Freud (neurólogo él) donde explicaba que no le servía su ciencia para terminar de configurar la explicación a los sentimientos de las personas. /Y entonces nos agrega la autora, lo que sucede a partir de estas }formas de ver la realidad simplificándolo y a la vez haciéndola víctima de criterios sobre salud normal o enfermedad, a partir de los enunciados que difunden los laboratorios para después darles un rápida contestación medicamentosa. De ahí muchas supuestas enfermedades o trastornos como el TDH, adjudicándole a conductas normales propias de una edad características patológicas y por tanto controlables a partir de respuestas químicas Lamentablemente los docentes asumen muchas veces estas posturas a partir de algunos libros de divulgación y los toman como una especie de coraza de ciencia para poder explicar rápidamente lo inexplicable de otra forma y que parezca científica. Desde luego, eso va también con el sacrificio de cualquier tipo de diferencia, característica o preferencia de un alumno y si esta cabe o no a su vez en lo que está establecido o aceptado. Por su puesto que estos comentarios y razonamientos, en muchos casos será resistido una explicación compleja, toda vez que su postura va a esta avalada por un respaldo supuestamente científico. No se trata de negar los aportes de ninguna cuestión que pueda aportar nuevas posturas o entendimientos a diversos problemas, pero de ahí a convertirlos en un todo capaz de responder a todas las inquietudes hay un mar de por medio.

viernes, 24 de mayo de 2019

CANNABIS, ENTRE MITO Y PARADIGMA.!!!

Artículo de Leonardo Ferri para Planeta Urbano. Recientemente, la OMS propuso cambiar el estatus de la marihuana dentro del derecho internacional y favorecer la investigación de sus propiedades terapéuticas. Aquí, un breve repaso por los diferentes usos de la planta más controversial del mundo.Cuando Manuel Belgrano fue secretario del Consulado de Comercio de Buenos Aires (entre 1795 y 1809, antes de la Revolución de Mayo) escribió quince memorias de las que solamente se conocen cinco. Una de ellas se titulaba “Utilidades que resultarán a esta Provincia y a la Península del cultivo de lino y cáñamo», y no era otra cosa que un manual de sugerencias destinado a quienes quisieran apostar a la agricultura del cannabis, una planta “útil para la humanidad”, un cultivo provechoso con “increíbles beneficios”. Belgrano veía la planta de la marihuana como un racimo de posibilidades con fines políticos (independizarse económicamente del virreinato), socioeconómicos (“un recurso para que trabajen tantos infelices, principalmente del sexo femenino, un sexo expuesto a la miseria y la desnudez”) y culturales. Había conocido el cáñamo en sus viajes a Europa, donde sus fibras eran utilizadas en la confección de sogas y velas. Belgrano no imaginó que 200 años después el cannabis estaría prohibido en buena parte del mundo y que las personas podrían ir presas por fumarlo o cultivarlo. Según el libro Marihuana. La historia, de Fernando Soriano (Planeta), el uso medicinal del cannabis tiene más de cinco mil años, y hacia mediados del milenio pasado su uso textil estaba muy difundido por toda Europa. Hoy, que la prohibición pasa más por una cuestión de prejuicios, desinformación y estigmatización hacia los sectores sociales que lo utilizan, se sabe que el cáñamo tiene múltiples usos de probada eficacia en el ámbito de la salud, la alimentación, la industria textil y la cosmética, entre otras. Con o sin THC (la sustancia psicoactiva), la marihuana sirve para mucho más que para ser fumada. Medicina. Es el más difundido de los usos por fuera del porro. Cada vez más publicaciones científicas describen los efectos positivos del uso del cannabis sobre los sistemas endocrino, nervioso, inmunológico y óseo. Los usos prácticos del cannabis terapéutico (en forma de aceite, cigarrillo o té) generan buenas respuestas en casos de glaucoma, autismo, quimioterapia, Alzheimer, Parkinson y diabetes. También sirve para algunos tipos de epilepsia y/o convulsiones, e incluso mitiga el dolor menstrual, ayuda en procesos de ansiedad y depresión y es un regulador del sueño. El debate sobre su despenalización para fines terapéuticos ha desbloqueado un nuevo nivel desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó que se elimine el cannabis del listado más restrictivo del Tratado de la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961, cuya lista está integrada por drogas dañinas y peligrosas.
Alimentación. La creciente industria del cannabis legal mira con atención a los consumidores. Sucede que las bebidas y platos entre cuyos ingredientes se encuentra el cannabis son cada vez más habituales y menos discriminados. Pero habrá que saber que sin el tetrahidrocannabinol (THC) se suprimen sus efectos psicotrópicos, mientras que sí persisten los efectos relajantes y analgésicos. Existe variedad como para llegar a cualquier paladar: desde galletitas y bizcochos hasta vinos, pasando por caramelos, chicles, gomitas, cervezas, té negro, manteca, bebidas sin alcohol y suplementos alimenticios. Además, de las semillas del cannabis (ricas en proteínas, omega 3 y omega 6) se puede obtener aceite comestible, harina y leche. Construcción. El cáñamo industrial mezclado con cal resulta en una especie de hormigón liviano y natural: el hempcrete, que tiene excelentes propiedades aislantes térmicas y acústicas y resiste muy bien a la humedad. Además de Francia (el país pionero) hay empresas que construyen con cáñamo en el Reino Unido, España, los Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, Nepal e Israel.
Textil. La resistencia de las fibras del cáñamo fue una de las primeras virtudes que observó Belgrano en Europa. Las mismas propiedades aislantes observadas en la construcción las hacen ideales para temperaturas altas o para el frío, siempre con mayor durabilidad que el algodón. Además, el cáñamo bloquea la luz ultravioleta, mantiene las formas de las prendas y no se arruga.
Cosmética, salud, industria . Se dice que el cáñamo es la planta de los 2.500 usos. En la actualidad es posible encontrar jabones, cremas cosméticas y para dolores. Las semillas se utilizan para alimentar aves y la planta tiene un rendimiento y valor ecológico mayor que la madera, porque tiene una mayor concentración de celulosa, lo que permite producir más papel por hectárea plantada. Y si el cultivo puede realizarse a gran escala, sus semillas y su aceite tienen un gran potencial para la producción de alcohol y biocombustibles.
A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Como cualquier otro objeto del universo, solemos conocer o atribuirle una propiedad en particular cuando lo más probable es que tenga varias. Esta nota es interesante en ese sentido, muestra diversas cualidades y aplicaciones que además son viejas si se miden en términos de lo que a nosotros nos parece un objeto prohibido. No solamente la OMS acaba de recomendar que se la quite de la lista de sustancias prohibidas, entre otras cosas por lo impráctico que resulta tratar de restringir algo que ya tiene un uso muy extendido y aceptado. Insistimos, una vez más, que si no se hubiera prohibido en su momento, podría haber tenido un camino muy distinto el conocimiento que tenemos acerca de esta planta, ya sea porque se hubiera desarrollado plenamente sin obstáculos o la hubiéremos olvidado porque no existe mirada sobre la misma. En definitiva, las cosas están como aparecen y se presentan hoy y poco sirven para instalar cuentos infantiles de terror acerca del daño que produce en forma exclusiva. Recordemos como caso no como hecho pintoresco, que en la literatura médica no existe caso alguno registrado de muerte por sobredosis de esta sustancia, lo cual nos debería librar de muchos fantasmas. En otro orden de cosas y lo hemos comentado también, al mismísimo Henry Ford se le ofreció en los años 40 un automóvil hecho de chapa de fibra construida con cáñamo, más resistente e inoxidable que la lámina de acero y además, el mismo se movía con combustible extraído del prensado de cáñamo. Obviamente, lo habrán adivinado, tanto la industria siderúrgica como las petroleras pusieron el grito en el cielo o en los oídos de Ford y éste, para no entrar en conflicto con gente con la que actuaba frecuentemente, decidió olvidarse del asunto. Es hora y para esto ofrecemos el artículo, de revisar nuestros conocimientos y por tanto los usos y prejuicios que se mueven en referencia a un objeto cuando equivocamente se lo vio en forma unívoca como símbolo del mal. No estamos diciendo que deba consumirse sin más ni más, simplemente que no es lo que se veía y además, para llegar a ser una persona con consumos problemáticos acerca de ésta u otra sustancia, se necesita mucho más que la presencia de las mismas, en orden a una persona, su psiquismo y circunstancias socioambientales.

jueves, 23 de mayo de 2019

Los usuarios de drogas.

Artículo de Silvia Inchaurraga, Directora del Centro de Estudios Avanzados en Drogadependencias y Sida ( CEADS ) de la UNR, para el diario La Capital de Rosario. Debate. Rosario fue protagonista de la Marcha de la Marihuana. La movilización reclamó por los derechos de quienes la consumen con fines terapéuticos o recreativos. Martes 21 de Mayo de 2019 Nuevamente Rosario fue este año protagonista clave en Argentina de la masiva concentración conocida como Marcha de la Marihuana. Miembros de organizaciones canábicas y de políticas de drogas y derechos humanos, grupos de madres que reclaman no ser detenidas por comprar marihuana para acceder al aceite que requiere, por ejemplo, la epilepsia refractaria de sus hijos, ciudadanos que reclaman por su derecho al autocultivo, profesionales sensibilizados por los daños sociales y sanitarios que acarrea la ley de drogas 23.737, cultivadores, familiares de enfermos y enfermos que utilizan la marihuana como medicina se concentraron en la ciudad y marcharon al Monumento. Ciudadanos empoderados expuestos a los riesgos de la ilegalidad del mercado, el cultivo y la tenencia, evidencian las contradicciones del sistema represivo que -en su lucha contra la droga y el narcotráfico y supuesto intento de control del consumo de drogas- hace de un potencial medicamento una droga clandestina. Diversas organizaciones focalizan en diversos reclamos; en la legalización o despenalización de la marihuana, en la legalización del autocultivo o los clubes de marihuana y otras -como la organización que represento- hacen extensivo el reclamo a la despenalización de la tenencia y cultivo para uso personal de todas las drogas, sean para uso medicinal o recreativo. Si bien cada vez más ciudadanos participan de estos reclamos y las marchas son más multitudinarias a lo largo y ancho del país, también hoy los reclamos se multiplican. No se trata solamente de reclamar por una nueva ley de drogas que no penalice la tenencia para consumo personal, ni tampoco al autocultivo, y una nueva política de drogas que incluya garantizar los derechos de quienes las consumen, incluido su derecho a la salud con información sobre riesgos y daños. En 2019 tenemos también que reclamar por el cese de las quimeras. No más falsas promesas, no más falsas sensaciones de seguridad que terminan exponiendo a usuarios de drogas, cultivadores y enfermos a nuevos riesgos, o los mismos riesgos. Los riesgos de ser detenidos, allanados, enfrentar una causa judicial y el estigma de la criminalización. Primera Quimera. El fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de 2009. A pesar de la reivindicación del artículo 19 de la Constitución, la ley 23.737 y su artículo 14 permanecen incólumes. Se cumplen diez años del llamado fallo Arriola que declaró inconstitucional la penalización de la tenencia para consumo personal. Este fallo si bien no ordenó la despenalización, sí la legitimó, estableciendo que "el artículo 14, segundo párrafo, de la ley 23.737 debe ser invalidado, pues conculca el artículo 19 de la Constitución Nacional, en la medida en que invade la esfera de la libertad personal excluida de la autoridad de los órganos estatales". Sin embargo, la ley de drogas no cambió. Como diría Don José, ¨el diablo se muerde la cola¨ y la consigna de que la tenencia y el consumo sin daños a terceros no debía ser punible se encuentra con la cruel realidad de que quienes consumen son dañados por terceros. La paradoja de que una ley que castiga un acto privado, que estigmatiza un acto privado, un policía que la aplica y una sociedad que visibiliza y etiqueta esta conducta hace más daños que la misma droga. Segunda Quimera. La ley 27.350 conocida como ley de marihuana medicinal. A pesar de haber cumplido más de dos años de su sanción pareciera ser un espejismo dado que la marihuana no está en ninguna farmacia, ni siquiera el THC sintético o los aceites. La marihuana y los aceites siguen estando en la clandestinidad. Por ello el que no importa el producto del exterior, actualmente solo accede a él a través del mercado negro; un conocido o un desconocido que lo cultiva y/o elabora y se lo ofrece gratuitamente o se lo vende. Las personas no conocen la composición química del producto, por lo cual desconocen si es adecuado para su patología o simplemente inocuo pero inútil, como el puro aceite de coco. La excepción a esta regla son aquellas personas informadas que llevan a testear dicho producto a la Facultad de Bioquimica de la UNR (actualmente a sala 9 del hospital Centenario). El hecho recientemente relevado por dicha unidad académica de que siete de cada diez muestras no tiene la suficiente concentración para su utilización terapéutica ilustra los daños de la prohibición. Derivada de esta quimera encontramos otra. La habilitación de plantaciones de capitales extranjeros en el norte argentino, cuyo principal objetivo es la exportación, ilustra la doble moral de una lógica que favorece a sectores privados frente a las dificultades para encaminar la producción nacional(véase la propuesta de la provincia de Santa Fe y su laboratorio farmacéutico por ejemplo) y especialmente la prohibición del autocultivo y de los clubes de cultivo solidario. Tercera Quimera. El proyecto de reforma del Código Penal en materia de tenencia para consumo. La quimera más reciente fue el anuncio del flamante proyecto de reforma del Código Penal (a cargo del Dr. Borinsky) despenalizaba la tenencia para consumo personal. Sin embargo, esta supuesta despenalización en casos de escasas cantidades en la letra chica se restringe al consumo privado, al ámbito de las cuatro paredes de la casa, un absurdo frente a la realidad de que la mayoría de detenciones en Argentina son en la vía pública. Una crueldad dado el aumento de penas vinculadas a las drogas que deja en las sombras de la arbitrariedad la distancia entre la tenencia para el consumo personal, la tenencia simple y la tenencia para comercialización y que profundiza la criminalización de la pobreza y la falacia de tratar como narcotraficantes a una abuela que comercializa drogas en pequeñas cantidades para sostener una precaria economía de subsistencia o un joven dependiente de la cocaína que tiene en el bolsillo unos gramos de más para financiar el propio consumo. Para concluir considero necesario enfatizar que esta marcha sigue siendo un analizador del fracaso de las quimeras que nos ofrecen las políticas de drogas en Argentina. Muchos usuarios, muchos enfermos, muchos profesionales que nos confrontamos día tras día con el sufrimiento que trae una política de drogas ineficaz e inhumana seguimos desoyendo las falsas promesas, desconfiando de espejismos y denunciando que aunque la quimera promete alivio, es y sigue siendo eso, una quimera. Y eso es una política pública que prometiendo soluciones, genera nuevos problemas. Una política de drogas en la cual los discursos no se transforman en actos.
A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. A través del tiempo hemos sostenido tal como lo creía y defendía el Profesor emérito Alberto Italo Calabrese incriminar la tenencia para el consumo personal, era un grave error y en continuidad con ese pensamiento, decía que si para cada enfermedad necesitamos una Ley para poder tratarla; en el caso de adicciones a sustancias psicoactivas, el error se duplicaba porque para decirlo en términos muy simples convertía a usuarios, abusadores o dependientes en delincuentes y no en probables enfermos. Así mismo entonces ya ésta discusión huele a vieja cuando esas afirmaciones a las que aludimos se hicieron por lo menos hace 45 años. La nota que ponemos a consideración de los lectores está escrita por una persona que tiene un recorrido importante en el camino de la Reducción de Daños: la Doctora Silvia Inchaurraga . La misma organizó en su momento la asociación ARDA , de Reducción de Daños de la República Argentina, tiene una larga trayectoria , tanto en la organización de dicha Institución : Centro de Estudios Avanzados en Drogadependencias y Sida ( CEADS) de la UNR, como en los eventos e investigaciones que hicieron esa Institución y el Centro Universitario ya mencionado. En el artículo plantea las quimeras que se producen en estos contradictorios temas, que muy probablemente no lo fueran tanto, si la ignorancia y el amarillismo de los medios, no lo impulsaran para mantenerlo vivo. Entonces tener en cuenta estas quimeras marcadas por el articulo abren un plano de lucidez en una cuestión que en otras oportunidades hemos hablado , sobre todo sabiendo que la propia Organización Mundial de la Salud ( OMS) ha recomendado hace dos meses, que atento al hecho de los recientes estudios de las propiedades medicinales del Cannabis ( marihuana) , convendría sacarla de la lista de sustancias prohibidas. Pero et aquí que por la obsoleta concepción de la Ley de Drogas que tenemos vigente: 23.737 , todavía por su articulo 14 muchas autoridades resuelven mediante los procesos simples de portacion de cara incriminar y abrir un proceso contra un mero usuario que con esa sustancia en particular resulta casi imposible que cometa ningún tipo de delito. Pero insistimos que esto permitido en algún momento que prácticamente el 75 % de las causas abiertas penalmente son por el supuesto delito de la tenencia simple, de cantidades que no resultan una manera de tráfico bajo ningún concepto. De manera que la lectura de este articulo coincidente es un paso más para constituir a la persona que tenga actitud de miras como para hacerlo un paso más hacia la desmistificación de las sustancias para poder afrontarlo incluso como cuestión de salud y no de delito. En definitiva siempre estará en nosotros el hecho de no tomar ninguna cuestión a la ligera y desde luego también asumiendo la cuota a parte que conlleva el hecho dado que nos abocamos también a su tratamiento del sufrimiento que puede reportar para una persona la dependencia a una sustancia y los padecimientos consecuentes para su grupo de afectos inmediato. Pero no debemos confundirnos que estos sufrimientos no son una exclusividad de los adictos a estas u otras sustancias sino más bien que tienen padecimientos comunes a otras vertientes de lo que llamamos adicción a actividad compulsiva a algo o alguien. ( alcohólicos, jugadores, adictos a las redes, al trabajo, al sexo, etc), Solo si adoptamos criterios de ésta naturaleza y no persecutorios y represivos podemos llegar a entender como se mueve este tema y cuanto más a perjudicado las visiones tremendistas ligadas al delito , la persecución y la guerra.

miércoles, 22 de mayo de 2019

Paradigma de los Derechos Humanos en Salud Mental. Modelo Social de la Discapacidad.

La Ley Nacional de Salud Mental parte de la concepción de que las personas con padecimiento mental son sujetos de derecho y deben gozar de todos los Derechos Humanos declarados universalmente. En este sentido, la Ley Nacional de Salud Mental continúa, amplía y profundiza lo planteado en la Convención de los derechos de las Personas con Discapacidad y su protocolo facultativo 1, que se basa en los siguientes fundamentos: • Dignidad inherente por el hecho de ser humanos. • Igual reconocimiento como persona ante la ley. • Goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad. • Autonomía individual e independencia. • No discriminación por motivos de discapacidad. Respeto a la diferencia y aceptación de la deficiencia como parte de la diversidad y condición humanas. • Participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad: Derecho a vivir de forma independiente y a ser incluido en la comunidad. Esto se hace posible a través de ajustes razonables (son modificaciones y adaptaciones necesarias y adecuadas que no impongan una carga desproporcionada o indebida) con los apoyos que esto requiera. • Acceso a la salud, justicia, educación, trabajo remunerado y empleo, participación en la vida política y cultural (la accesibilidad universal es el grado en el que todas las personas pueden utilizar un objeto, visitar un lugar o acceder a un servicio, independientemente de sus capacidades técnicas, cognitivas o físicas. Una barrera de accesibilidad es un obstáculo que impide o dificulta la realización de una determinada tarea o actividad. Pueden ser naturales o creadas por el hombre, las que a su vez pueden ser: psicológicas, culturales, arquitectónicas, urbanísticas, de comunicación e información, etc. Para promover la accesibilidad se hace uso de ciertas facilidades –ayudas técnicas- que ayudan a salvar los obstáculos o barreras de accesibilidad –sobre todo las barreras físicas, ya que las barreras psicológicas o sociales sólo pueden ser eliminadas mediante la educación y la cultura-). Esto implica un cambio de paradigma del cual es responsable toda la ciudadanía: la discapacidad es entendida como una característica más dentro de la diversidad de los seres humanos, y no como la característica que debe definir la vida de una persona, o que totaliza su destino en un marco de discriminación y exclusión.
Modelo Social de la Discapacidad • Ubica a las persona con discapacidad como sujetos de derecho, y no como objetos de lástima y caridad (modelo de la prescindencia) o como paciente y objeto de rehabilitación (modelo médico-rehabilitador-tutelar). • Considera a la discapacidad como producto social del encuentro entre características personales que limitan el desempeño en algún área del hacer humano (motriz, sensorial, psicosocial, intelectual) y las barreras que existen en cada sociedad profundizando y consolidando esas limitaciones. • Los problemas que enfrentan cada día las personas con discapacidad no son resultado aislado de la deficiencia de la persona sino consecuencia de las barreras en la sociedad (Comunidad Inclusiva. Las comunidades adaptan sus estructuras y procedimientos para facilitar la inclusión de las personas con discapacidad, en lugar de esperar a que sean ellas las que cambien para encajar en los ordenamientos existentes. Centra su atención en todos los ciudadanos y en su derecho a un tratamiento igualitario, reforzando así la noción de que deben respetarse los derechos de todas las personas, incluidas aquellas con discapacidad. La comunidad se observa a sí misma y estudia cómo afectan las políticas, las leyes y las prácticas, las leyes y las prácticas habituales a todos los miembros de la comunidad, y asume la responsabilidad de hacer frente a las barreras a la participación), las cuales pueden ser físicas, actitudinales, jurídicas, informativas o de cualquier otro tipo, que provienen de las falencias de una sociedad o cultura para hacer lugar y brindar los apoyos necesarios a todos sus miembros. • El Estado tiene la obligación de hacer frente a los obstáculos creados socialmente con el fin de promover y garantizar el pleno respeto de la dignidad y la igualdad de derechos de todas las personas. En concordancia con el modelo social de la discapacidad, para la promoción de la vida en la comunidad de las personas con padecimiento psíquico y/o con discapacidad psicosocial, la Ley Nacional de Salud Mental y su Decreto Reglamentario disponen • El respeto de la capacidad jurídica de las personas. • El abordaje comunitario. • La internación en crisis en hospitales generales. • El cierre de los hospitales monovalentes (neuropsiquiátricos) y su sustitución definitiva por dispositivos insertos en la comunidad2 (Cierre de los Hospitales Monovalentes. Existen múltiples estudios –entre los más actuales ver: CELS/MDRI: “Vidas Arrasadas. La segregación de las personas en los asilos psiquiátricos argentinos” y CELS: “Cruzar el muro: Desafíos y propuestas para la externación del manicomio”- acerca de cómo los hospitales monovalentes propician la vulneración de los derechos humanos de las personas internadas en ellos, analizando algunos de los dispositivos existentes en la actualidad para su sustitución. Incluso la Declaración de Caracas (OPS/OMS, 1990) enuncia ya desde hace 27 años que el hospital psiquiátrico “crea condiciones desfavorables que ponen en peligro los derechos humanos y civiles del enfermo”, y propone “la Reestructuración de la Atención en Salud Mental hacia la Atención Primaria de Salud” para la “promoción de modelos alternativos centrados en la comunidad y dentro de sus redes sociales”) Las redefiniciones en salud mental en cumplimiento de la normativa vigente • Partir del concepto de padecimiento mental y no del de enfermedad mental, considerando que el primero puede representar diversos niveles de gravedad. • Desechar el supuesto o representación de peligrosidad asociado a la justificación de la reclusión prolongada. La Ley Nacional de Salud Mental y Código Civil definen las condiciones en las cuales es posible recurrir a la internación como medida terapéutica. • Entender los determinantes sociales del padecimiento subjetivo para una efectiva promoción y prevención en Salud Mental. • Incorporar las conceptualizaciones de ciudadanía y derechos como componentes de la práctica preventiva y asistencial cotidiana. Modelo Social de la Discapacidad • Ubica a las persona con discapacidad como sujetos de derecho, y no como objetos de lástima y caridad (modelo de la prescindencia) o como paciente y objeto de rehabilitación (modelo médico-rehabilitador-tutelar). • Considera a la discapacidad como producto social del encuentro entre características personales que limitan el desempeño en algún área del hacer humano (motriz, sensorial, psicosocial, intelectual) y las barreras que existen en cada sociedad profundizando y consolidando esas limitaciones. • Los problemas que enfrentan cada día las personas con discapacidad no son resultado aislado de la deficiencia de la persona sino consecuencia de las barreras en la sociedad (Comunidad Inclusiva. Las comunidades adaptan sus estructuras y procedimientos para facilitar la inclusión de las personas con discapacidad, en lugar de esperar a que sean ellas las que cambien para encajar en los ordenamientos existentes. Centra su atención en todos los ciudadanos y en su derecho a un tratamiento igualitario, reforzando así la noción de que deben respetarse los derechos de todas las personas, incluidas aquellas con discapacidad. La comunidad se observa a sí misma y estudia cómo afectan las políticas, las leyes y las prácticas, las leyes y las prácticas habituales a todos los miembros de la comunidad, y asume la responsabilidad de hacer frente a las barreras a la participación), las cuales pueden ser físicas, actitudinales, jurídicas, informativas o de cualquier otro tipo, que provienen de las falencias de una sociedad o cultura para hacer lugar y brindar los apoyos necesarios a todos sus miembros. • El Estado tiene la obligación de hacer frente a los obstáculos creados socialmente con el fin de promover y garantizar el pleno respeto de la dignidad y la igualdad de derechos de todas las personas. En concordancia con el modelo social de la discapacidad, para la promoción de la vida en la comunidad de las personas con padecimiento psíquico y/o con discapacidad psicosocial, la Ley Nacional de Salud Mental y su Decreto Reglamentario disponen • El respeto de la capacidad jurídica de las personas. • El abordaje comunitario. • La internación en crisis en hospitales generales. • El cierre de los hospitales monovalentes (neuropsiquiátricos) y su sustitución definitiva por dispositivos insertos en la comunidad2 (Cierre de los Hospitales Monovalentes. Existen múltiples estudios –entre los más actuales ver: CELS/MDRI: “Vidas Arrasadas. La segregación de las personas en los asilos psiquiátricos argentinos” y CELS: “Cruzar el muro: Desafíos y propuestas para la externación del manicomio”- acerca de cómo los hospitales monovalentes propician la vulneración de los derechos humanos de las personas internadas en ellos, analizando algunos de los dispositivos existentes en la actualidad para su sustitución. Incluso la Declaración de Caracas (OPS/OMS, 1990) enuncia ya desde hace 27 años que el hospital psiquiátrico “crea condiciones desfavorables que ponen en peligro los derechos humanos y civiles del enfermo”, y propone “la Reestructuración de la Atención en Salud Mental hacia la Atención Primaria de Salud” para la “promoción de modelos alternativos centrados en la comunidad y dentro de sus redes sociales”) Las redefiniciones en salud mental en cumplimiento de la normativa vigente • Partir del concepto de padecimiento mental y no del de enfermedad mental, considerando que el primero puede representar diversos niveles de gravedad. • Desechar el supuesto o representación de peligrosidad asociado a la justificación de la reclusión prolongada. La Ley Nacional de Salud Mental y Código Civil definen las condiciones en las cuales es posible recurrir a la internación como medida terapéutica. • Entender los determinantes sociales del padecimiento subjetivo para una efectiva promoción y prevención en Salud Mental. • Incorporar las conceptualizaciones de ciudadanía y derechos como componentes de la práctica preventiva y asistencial cotidiana. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Compartimos el Capítulo 1 del libro "Derechos Humanos en Salud. En el Camino de la Implementación de la Ley Nacional de Salud Mental" que nos permite reflexionar, en momentos en los que la Ley se encuentra tan cuestionada por la supuesta imposibilidad de internar, sobre la forma de entender los padecimientos mentales y los derechos de quienes los sufren, incluyendo, tal como lo hace la Ley, al tema que nos atañe que es el de los consumos problemáticos.

jueves, 16 de mayo de 2019

Alerta de Macri: "Las 'pepas' que incautamos podían ser para el colegio de tus hijos"

Artículo de Infobae. El Presidente publicó un mensaje para "concientizar" sobre la estrategia de penetración del narcotráfico entre los más jóvenes.
En un guiño a la lucha contra el narcotráfico que que llevan adelante las Fuerzas de Seguridad conducidas por la ministra Patricia Bullrich, el presidente Mauricio Macri escribió este domingo un particular mensaje para "concientizar" sobre la importancia de los operativos antidrogas en el combate contra "un nuevo mercado" que ha avanzado entre los jóvenes. "Cada decomiso significa menos drogas en las calles, drogas más difíciles de conseguir, drogas más caras, más distantes de los colegios, de tus hijos", escribió. En un texto titulado "Las 'pepas' que incautamos podían ser para el colegio de tus hijos", Macri advirtió sobre una "naturalización" que existe por parte de la sociedad hacia los operativos policiales e incautaciones de estupefacientes que aparecen en los medios como "hechos delictivos muy lejanos". "Nos acostumbramos a ver operativos policiales exitosos que terminan incautando todo tipo de drogas: LSD (pepas), ketamina, metanfetaminas, cocaína, éxtasis… Sin embargo, cuando los vemos en la tele o en los diarios parecen hechos delictivos muy lejanos a nosotros y a nuestras familias y a la vida cotidiana de millones de familias argentinas", escribió al comienzo de su mensaje. Y, en referencia a casos conocidos de los últimos años, indagó: "¿Qué tiene que ver esa camioneta con 400 kilos de cocaína que detuvieran en Salta con un colegio secundario en el centro de la Ciudad de Córdoba, o con un bachillerato en el barrio de Belgrano, en Buenos Aires, con el colegio de tus hijos, o con lo que pasa en los secundarios de Mar del Plata, Rosario, Mendoza, Neuquén? ¿Qué tiene que ver ese grupo narco que fue atrapado en un barrio caro con armas y decenas de miles de pastillas y el recital al que van tus hijos a pasarla bien?". El Presidente compartió un mensaje en las redes para “concientizar” sobre le narcotráfico En este sentido, el mandatario afirmó que en la década pasada "sin ninguna política que tuviera la intención de combatirlo, el narcotráfico creció exponencialmente" en la Argentina y que esto contribuyó a la generación de "nuevos mercados". "El nuevo mercado de las drogas está compuesto por chicos y chicas como tus hijos, tus sobrinos, tus hermanos adolescentes y jóvenes de todo el país, de todas las clases sociales, de toda clase de familias. Ellos son el objetivo principal de cualquiera que traiga drogas al país", indicó. Macri advirtió que, al igual que con "el mercado de los videojuegos", el mercado de las drogas "siempre crece hacia las personas de menos edad, hacia los jóvenes, hacia los chicos". De esta manera, Macri llamó a la sociedad a "mirar las cosas de otra manera", en referencia a los operativos de seguridad, desbaratamiento de bandas narco, y otros episodios policiales. "El narco que es detenido con miles de pastillas es justamente el que trae las pastillas que le van a vender a tus hijos en la fiesta que más le gusta. Cuando detenemos al narco, las pastillas no llegan. No es un hecho policial lejano, es absolutamente cercano", finalizó . A continuación el texto completo del mensaje del Presidente: Las "Pepas" que incautamos podían ser para el colegio de tus hijos Nos acostumbramos a ver operativos policiales exitosos que terminan incautando todo tipo de drogas: LSD (pepas), ketamina, metanfetaminas, cocaína, éxtasis… Sin embargo, cuando los vemos en la tele o en los diarios parecen hechos delictivos muy lejanos a nosotros y a nuestras familias y a la vida cotidiana de millones de familias argentinas ¿Qué tiene que ver esa camioneta con 400 kilos de cocaína que detuvieran en Salta con un colegio secundario en el centro de la Ciudad de Córdoba, o con un bachillerato en el barrio de Belgrano, en Buenos Aires, con el colegio de tus hijos, o con lo que pasa en los secundarios de Mar del Plata, Rosario, Mendoza, Neuquén? ¿Qué tiene que ver ese grupo narco que fue atrapado en un barrio caro con armas y decenas de miles de pastillas y el recital al que van tus hijos a pasarla bien? En la década pasada, sin ninguna política que tuviera la intención de combatirlo, el narcotráfico creció exponencialmente en nuestro país. Como consecuencia de eso, drogas de todo tipo en cantidades masivas se pusieron al alcance de nuevos consumidores a menor precio ¿De dónde creés que salió ese mercado?¿Quiénes eran los que antes no compraban drogas y ahora lo hacen? El nuevo mercado de las drogas está compuesto por chicos y chicas como tus hijos, tus sobrinos, tus hermanos adolescentes y jóvenes de todo el país, de todas las clases sociales, de toda clase de familias. Ellos son el objetivo principal de cualquiera que traiga drogas al país. Porque el mercado de drogas, como el de videojuegos, no puede crecer hacia las personas con más edad, siempre crecen hacia las personas de menos edad, hacia los jóvenes, hacia los chicos.
Entonces -para que empecemos a mirar las cosas de otra manera- no se trata de haber descubierto a una banda narco, de un episodio policial aislado, de una avioneta interceptada, de un camión con drogas acá o allá, o de un contrabandista atrapado al entrar en Ezeiza con 100 cápsulas en sus intestinos; cosas que parecen salidas de una serie de televisión. Se trata de capturar concretamente a un conjunto de personas y sus lotes de drogas que representan a organizaciones violentas que buscan llenar las calles, las escuelas, los colegios, las universidades, los clubes y los empleos, con esas drogas. Capaces de repartirlas en cualquier lado con logísticas similares a como te llega una pizza a tu casa. El narco que es detenido con miles de pastillas es justamente el que trae las pastillas que le van a vender a tus hijos en la fiesta que más le gusta. Cuando detenemos al narco las pastillas no llegan. No es un hecho policial lejano, es absolutamente cercano. Cada decomiso significa menos drogas en las calles, drogas más difíciles de conseguir, drogas más caras, más distantes de los colegios, de tus hijos. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Seleccionamos esta noticia ya que en ella encontramos varios ejemplo de lo que venimos señalando en otras publicaciones y nos es de utilidad para poder seguir pensando viejos mitos respecto al tema que nos convoca. En primer lugar, es necesario recordar que lo que se señala como "un nuevo mercado", no es tan nuevo y no siempre fue ilegal. Tal como pudimos apreciar en otra oportunidad, muchas de las que hoy son drogas ilegales eran comercializadas por grandes laboratorios (heroína Bayer) o eran recomendadas para el uso incluso en niños (gotas de cocaína para el dolor de dientes). La prohibición de estas y otras sustancias sólo transformó en ilegal esta comercialización haciéndola, incluso, más rentable. Otro mito que podemos encontrar en esta noticia es la cuestión de que el consumo problemático de drogas (en este caso ilegales pero podemos extenderlo a cualquier otro tipo de consumo) es cosa de jóvenes. Si bien muchos consumos pueden iniciarse en esta etapa de la vida, no es cierto que sean sólo los jóvenes quienes hacen uso de las sustancias sean estas legales o ilegales, y puedan (o no) desarrollar un consumo problemático de las mismas. A este respecto, cabe señalar que no todos los usuarios se convierten en consumidores problemáticos y luego en adictos. Un tercer mito presente es la identificación de las sustancias ilegales con su peligrosidad. Es curioso que se alerte sobre la "llegada" de las drogas ilegales a los jóvenes, pero no se ponga el mismo énfasis en las sustancias legales. Desde hace décadas una de las grandes empresas cerveceras del país tiene como eslogan "el sabor del encuentro", campaña publicitaria que originalmente fue lanzada para ampliar su mercado entre los más jóvenes; pero ésto no llevó a que nadie alzara su voz para señalar la peligrosidad del consumo excesivo de alcohol, a pesar de ser una de las drogas (junto con el tabaco, también legal ella) que tiene mayor incidencia en la salud no sólo de sus consumidores si pensamos en que está presente (el alcohol) en gran cantidad de incidentes de tránsito. No sólo no se alerta por los daños posibles, sino que se incentiva la ampliación de su mercado, son más que bien vistos los emprendedores que fabrican cerveza artesanal, siendo incluso mencionados como ejemplos a seguir. Por último, haremos una aclaración respecto a otra cuestión que también aparece como verdad absoluta, el hecho de que la oferta de x sustancia sólo por existir redunde en el consumo de todo aquel que pueda tener acceso a ella. En primer lugar, pareciera que ésto sólo ocurre con las drogas ilegales; si bien es cierto que el alcohol (y pedimos perdón si parecemos repetitivos, pero junto con las drogas de farmacia -psicofármacos y psicotrópicos- es la que registra mayores ingresos en las guardias hospitalarias los fines de semana) sólo puede ser vendido a mayores de 18 años, no es novedad que es la sustancia fundamental de las "previas" de muchos adolescentes de todas las clases sociales, no por eso está prohibida su venta, publicidad de todo tipo o su libre exhibición en las góndolas de los supermercados. Otro señalamiento a este respecto se relaciona con lo ya mencionado sobre que no todo usuario se convertirá indefectiblemente en adicto, tal si fuera una suerte de progresión lógica. Es aquí donde tenemos que preguntarnos qué es lo que hace que una persona necesite de alguna sustancia (legal o ilegal) para, siguiendo con el artículo, "pasarla bien". Si volvemos al ejemplo de las sustancias legales, tabaco y alcohol, que no sólo son de fácil acceso para su compra, sino que además están publicitadas y hasta auspician eventos musicales y deportivos, ¿cómo se explicaría el hecho de que no todos seamos usuarios de ellas? Su oferta es mucho más "visible" e irrestricta y sin embargo no por ello toda la población las demanda. Y ésto se explica porque no sólo es necesario que exista una oferta de tal o cual cosa y que se construya la necesidad de ella, también deben darse otras cuestiones para poder llegar a lo que llamamos consumos problemáticos y adicciones. Podríamos pensarlo tal como plantea Freud las series complementarias, se requiere de cierta predisposición genética (en sentido amplio y no sólo biológicamente hablando), un contexto que permita su desarrollo y un factor que lo desencadene, sin alguno de estos factores, no es posible que ocurra el fenómeno. Si pensamos que una fiesta o recital (tal como plantea el artículo) en que se ofertan estas sustancias son el contexto, necesitaríamos de los otros dos factores, sin éstos podría o no ocurrir el uso de la droga en cuestión, pero lo que no podría ocurrir es que la persona que hiciera uso se convirtiera en consumidor problemático. Es esto justamente lo que ocurre con las drogas legales, que son utilizadas por muchos, sin llegar a desarrollar nunca una adicción.

martes, 7 de mayo de 2019

Consideraciones sobre viejos mitos y consumos asimilados. ( Parte II ).

Artículo del Lic. Alberto Calabrese Sociólogo. Asesor Institucional del Fondo de Ayuda Toxicológica. Director de las Carreras de Postgrado de la UBA y de la U. N. de Tucumán. De manera que esta cuestión, sobre todo a la hora de evaluarla desde el ámbito de la salud prima la subjetividad también desde quienes lo integran, usándose todavía categorías que hoy, más allá de su cotidianidad, quedan desfasadas. De por sí, se ha abusado de figuras como la de la perversión, la psicopatía, y la adicción como medida desmedida, la sociopatías y demás categorías que hablan a las claras de un proceso que nos ocupamos de “desviados” (o personas que no cumplen con el deber ser de una sociedad), en vez de verlos como los previamente asignados para cumplir con ese papel. El desacierto de este discurso, consiste en no ver ni entender, los procedimientos por los cuales una sociedad, necesita de la adjudicación de características diferenciadas a un determinado grupo de personas en función de cubrir la necesidad de poder albergar la falta en el lugar de otro. Si los tiempos son más complejos y provocan trastornos sociales de magnitud con más razón algunos seleccionados involuntarios, van a cubrir la cuota parte de esa sociedad para poner las cosas “fuera de”. No es casual que en estos momentos de la humanidad con graves problemas estructurales, algunos de ellos gravísimos como el del hambre o el calentamiento global –soslayándolos- aparecen temas con una notoria falta de gravedad, a los que se los resignifica arbitrariamente como prioritarios y especialmente dañinos. Como los problemas en sí no pueden asumir ninguna responsabilidad al producirse, quedan para dar cuenta de ellos quienes son sus actores. En el caso de los consumos problemáticos de sustancias psicoactivas, el primer lugar va a ser para aquellos que son definidos como adictos, aunque no lo sean, los trafiadictos y eventualmente algún actor de un volumen un tanto mayor. Más arriba aclaramos, que no son los más sino todo lo contrario, los que por alguna falla de sus cadenas de protección y acuerdos no reconocidos con autoridades, además de protección y promoción por parte de funcionarios de toda suerte, que terminan siendo castigados la mayoría elude todo control o miradas sobre sí. Volviendo entonces a nuestro objeto de consideración, la maquinaria de la cual formamos parte, lo sopesa, lo convierte en caso del caso, descuida cualquier otra sintomatología o enfermedad en función de esta que aparece como tan importante, al punto de necesitar (aun para quienes entienden el mecanismo) de servicios especializados, equipo de la salud ídem y una maquinaria de inducción y acompañamiento, que se llena la boca con expresiones que van desde el improbable triunfo contra el narcotráfico, hasta la cura absoluta de esa persona, sin ninguna consideración hacia probables recaídas, deserciones parciales o totales al tratamiento, informes que no conducen a ninguna parte o excusas de todo tipo para no tratar a alguien por no reunir las “condiciones de”. A la par de esto, se suceden requerimientos a partir de un discurso oficial endurecido, de actitudes para quienes trabajan en éstas áreas, que hacen a las formas del “control bueno”, tratando de legitimar lo que en las calles puede significar prisión efectiva, aprietes, eventuales gatillo fácil, maltrato y soborno, etc. Cada vez que vemos, que un profesional con cierta trayectoria, recae en actitudes discriminatorias y no atiende eventualmente al paciente, con expresiones tales: como que puede ser el que posiblemente lo asalte, que va a recaer sin duda, que está virtualmente perdido, que no reúne las condiciones terapéuticas para ese servicio, como muestra de innumerables preceptos prejuiciosos que se reitera sobre todo cuando el curso de los hechos impuesto desde lo discursivo, terminan permeando al total de la sociedad y naturalmente a quienes participan de la responsabilidad de atender personas en otras cosas, con consumos problemáticos reconocidos. En estos momentos sucede un fenómeno curioso que se contrapone al discurso del cual hemos estado hablando en los párrafos anteriores. La carta del Director General de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanon Ghebreyeieus a su jefe, el Secretario General de las Uniones Unidas Antonio Guterres, por la que el primero le recomienda quitar del listado de drogas prohibidas peligrosas a la Cannabis. Hagamos un pequeño alto en el camino; cualquiera que haya recorrido un tiempo en este tema, recordará la enorme cantidad de material y discursos de todo tipo, donde la marihuana establecía las características de “droga puerta”, ( característica que suele compartir también con el alcohol), basado muchas veces en difusores con una fuerte capacidad para engancharse, con el afán irreverente de nuestro cerebro, para quedar confundido, anestesiado o distorsionado, a partir de pruebas contundentes que así lo establecían. No es menor poner un toque de seriedad, recordando que durante años nuestros juzgados federales abocados al control de los mal denominados estupefacientes (olvidándose que estos son únicamente los opiáceos) estaban ocupadas en un 70% en causas relacionadas con el tema drogas, dándose la curiosidad lamentable que la mayor parte de las mismas causas eran por tenencia simple de… ¡dos cigarrillos de marihuana! . Siguiendo con el pedido de OMS, cabe recordar que el ahora secretario de Naciones Unidas, Guterres como primer ministro de Portugal en su momento, promulgó la desincriminación de la tenencia para uso personal, medida que en nuestro país, todavía involucra un fuerte debate a partir del art. 14 de la ley vigente en materia de control, la 23.737, olvidando que nuestra primera ley sobre sustancias, no consideraba la tenencia simple como algo incriminable. Guterres en cambio ha promovido esta medida ante la Comisión de Estupefacientes de la ONU en el curso del pasado año, instando a que los 53 países que integran ésta comisión traten esta propuesta sometiéndola a votación durante el 62 Periodo de Sesiones de la UN. En diciembre del año próximo pasado la OMS había realizado una recomendación pública para no catalogar al CBD (cannabidiol), que es uno de los componentes activos fundamentales de esta sustancia, como una droga, basándose en las propiedades terapéuticas del cannabidiol, particularmente en el tratamiento de la epilepsia. Esto es algo que tenemos que tener muy en cuenta, resignificando que determinadas sustancias por estar en el ámbito de la prohibición, no dejan de tener un componente positivo entre sus propiedades medicinales, aunque su exceso pueda ser motivo del consumo problemático de determinadas personas. Por caso, recordemos que la imprescindible morfina, imposible de soslayar de la terapéutica del dolor, puede ser fuente también de severas adicciones. De más está decir, que la atribución de daño o maldad al objeto constituido en este caso por una sustancia, es realmente absurda. El protagonismo corresponde al sujeto. ¿Qué nos propone este desafío ahora concretado ahora por la resolución de la OMS? El tema de reconsiderar las sustancias, su papel y quienes las consumen. El punto de vista estrictamente sanitario por parte de la OMS, sin pretender empañarlo en lo más mínimo, deja una pata suelta que acrecienta la indicación de ellos. Las sustancias, tal como lo he señalado en muchas oportunidades, van variando en el tiempo y con el correr del mismo se sustentan nuevos usos y costumbres. En esta materia no estamos ajenos a ese ciclo, a nivel mundial es muy distinto la actitud y procederes acerca de esta sustancia, van variando a través de las décadas. Un ex Secretario de Drogas de los Estados Unidos, casi en un principio de la prohibición generalizada a nivel mundial, estimaba que sus hijos o sea la generación de los 70 en su país estaba descontrolada, por lo que la prohibición sobre la marihuana vendría bien para ponerle un “control” a sus hijos. Paradojalmente, en diez estados de los Estados Unidos, se la ha desincriminado absolutamente para todo uso y función, reconociéndole de esta manera que hoy se encuentra apropiada por las personas de tal manera que hacen virtualmente imposible el ejercicio de la prohibición. Es digno de verse, documentales donde en California, policías que hasta hace no mucho, prácticamente ayer se dedicaban a destruir cultivos de esta sustancia, hoy se encuentran abocados al cuidado de la misma y naturalmente sus consumidores, quienes por inmensa mayoría no son adictos a la sustancia, cuentan con multiplicidad de ofertas sobre la misma que abarcan todos los límites de utilidad e incluso hasta se puede suponer de propiedades que no tiene, pero que hoy forman parte de nuevos usos y costumbres. La pregunta frente a esto es ¿en qué este panorama general incide en nuestra posición o debería hacerlo, frente al usuario común que accede a alguna oferta de los servicios de salud? Descartando desde luego, las “oportunidades” que suele brindar el sistema por la vía del absurdo, lo que significa un encierro asegurado de hasta probables tres años. Sin abundar en los detalles de lo que significa la cuestión, puesto que son conocidos y existen aproximaciones escritas que los describen bien, simplemente creer que esta particular manifestación de enfermedad, verdaderamente sintomática de cuestiones profundas mayores, se resuelve en una internación prescriptiva, obsesivamente organizada y con muchos dispositivos que rigen las actividades por el absurdo. En los ámbitos profesionales, más allá que en esas instituciones cerradas, no se incluyen usualmente en el espacio público, muchos de sus manierismos, siempre en el orden de clausura de derechos y libertades, se corren a otros espacios donde no deberían siquiera figurar. El desafío de la construcción de programas diversos respecto de la proyección que hace el sistema, para brindarle tratamiento a una persona con consumos problemáticos, es el de la articulación de los espacios públicos, en conjunción con cualquier área y fundamentalmente, lo más libre de prejuicios posible. Tal vez los dos principales, son por una parte la clasi y calificación del supuesto adicto, sin tener en cuenta las mutaciones que hemos venido señalando. La segunda, es la de considerar quién es el otro y cuánto de lo que actúa, lo hace por verdadera transgresión o simplemente por mera adaptación. A esto deberíamos agregar algo; siempre consideramos pero sin tener en cuenta, que los consumos compulsivos de cualquier índole, se encuadran en las pautas de una sociedad de consumo. En este sentido está claro, que los crecientes usos van produciendo un acostumbramiento, una naturalización y una designificación acerca de la “traición” al sistema. Lo notable es que, existen diversos tipos de resignificaciones, asociadas a aspectos varios de la personalidad y del entorno de ese consumidor en particular, sin contar además algo que suele suceder respecto de los consumos. La realidad es que, los mismos van a ser calificados como tales, en la medida de la razón de pertenencia o estatus que el objeto en cuestión, le brinde esa respuesta al sujeto en base a su subjetividad y al lugar que ocupe en la escala social. De manera tal que, donde queda sustantivado una percepción sobre un consumo que virtualmente pueda llegar a ser serio o incluso fatal, va a estar dado únicamente en función de la novedad, cuando los usuarios la captan como distinta, con nuevas propuestas, más asociada a determinado fin lúdico o de funcionalidad operativa. Lo que no van a poder registrar, es el difícil camino que existe hasta incorporar plenamente otra sustancia. El símil al cual podemos recurrir, es el del usual alcohol. Si bien su consumo supera enormemente y en todo nivel los consumos de cualquier sustancia psicoactiva prohibida, individual y colectivamente, puede incluso llegarse a ver como una sustancia virtualmente peligrosa, siempre y cuando quien la consuma, no pertenezca a un lugar favorecido del conjunto de la estructura pertinente. Por caso, la estadística policial de los denominados “hechos de sangre”, o sea, riñas, tumultos, hechos confusos, incidentes leves a graves, peleas de cualquier tipo, están seriamente comprometidas con el consumo alcohólico. Pero se ven, casualmente, si los protagonistas pertenecen a inserciones sociales de bajo nivel e incluso pueden ser un buen material para los programas policiales en vivo. Lo mismo sucede, si las peleas intrapareja se traducen en niveles de agresión, con secuelas leves o graves, llegando incluso al fallecimiento de algún protagonista, van a ser leídas desde esa misma óptica, en definitiva, queda como las expresiones incorrectas de estamentos inferiores. Obviamente, si el incidente e incluso la muerte de un protagonista de hechos de esta naturaleza, los podemos ubicar en un balneario reconocido a la entrada de una discoteca o en un tercer tiempo de un partido de rugby, quedará en todo caso debidamente ocultado o tomado con una ligereza quitándole cualquier tipo de rispidez al comentario. Entre otras cuestiones, la conducta adoptada frente a estas manifestaciones va a quedar reducida a una repetición tan agotadora de circunstancias adversas como para considerarla digna de atención. El alcohol y su consecuente consumo excesivo, es la gran adicción negada. La cotidianeidad entre otras cosas, lo hace requerir de un esfuerzo mayor para estar presente. Y aun así, su atención sistemática es un gran débito del sistema de salud y todavía más, impidiendo incluso campañas persistentes, no genéricas y con elección de los distintos tipos de públicos a los que se quiere acceder, cuesta realizarlas en tanto no existen políticas públicas continuas en cuanto al qué hacer en este campo en función de su importancia, teniendo en cuenta la enorme cantidad de usuarios y abusadores que existen. También, nos da una pauta de lo que sucede con lo que está incorporado a usos y costumbres; su reconocimiento sólo nace de una creciente sucesión de hechos o nuevas formas de apropiarse, como por ejemplo el consumo adolescente, donde ocurren cuestiones como considerar a la cerveza poco menos que agua o consumir alcohol de alta graduación y buscar la embriaguez como un punto de llegada para las salidas interesantes. Desde ya, esta misma mirada de soslayo, es la que prima en los servicios de atención y las consideraciones que pueda haber acerca del paciente con problemas de alcoholismo, dada su invisibilidad por exceso de cantidad. Probablemente, este es el camino que ha iniciado el consumo de la marihuana. A futuro deberemos comportarnos como con la sustancia alcohol; la debemos considerar no porque sea un objeto prohibido o un castigo que esté vigente para sus consumidores, sino por lo que realmente significa, un consumo más que en todo caso puede tener características negativas, de acuerdo al sujeto que ejerza con su consumo, alguna suerte de resignificación donde ese consumo equivale a otra cuestión a dilucidarse a través de una atención interdisciplinaria e intervención terapéutica. Bibliografía Calabrese, A. “La Dependencia Alcohólica”. Publicación Técnica N° 3 Fondo de Ayuda Toxicológica. Buenos Aires, Argentina, 1998. Edddy, P; Sabogal, H y Walden, S. “Las Guerras de la Cocaína”. Serie Reporter. Ediciones B Grupo Zeta. Buenos Aires, Argentina, 1989. Labrousse, A. y Wallon, A. (comp.) “El Planeta de las Drogas”. Ediciones Mensajero. Bilbao, España, 1992. Bleichmar, S. “De la Creencia al Prejuicio”. Vertex, Revista Argentina de Psiquiatría, Vol. XVIII, 2007. Calabrese, A. “Acerca de las Frustraciones”. AVISPA, Boletín virtual, 2018. Autores varios. “El Alcohol: Un Producto de Consumo No Ordinario”, Segunda Edición, OPS, 2010. Youngers, C. “El Debate sobre Políticas de Drogas en América Latina”, en URVIO Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana N° 13. FLACSO, Ecuador, 2013. Monroy Díaz, J. “La Penalización de Drogas en América Latina desde el Marco Legal y Constitucional”, en URVIO Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana N° 13. FLACSO, Ecuador, 2013.

lunes, 6 de mayo de 2019

Consideraciones sobre viejos mitos y consumos asimilados. ( Parte I ).

Artículo del Lic. Alberto Calabrese Sociólogo. Asesor Institucional del Fondo de Ayuda Toxicológica. Director de las Carreras de Postgrado de la UBA y de la U. N. de Tucumán. . Resulta extremadamente difícil de comprender, que a pesar de las evidencias que muestra el paso del tiempo, algunos discursos se repiten una y otra vez, lo que le da nuevos brillos aunque su base esté desgastada. La oxigenación del tema sobre las sustancias psicoactivas prohibidas, evidentemente se va a dar y se está realizando ese proceso, pero sin el concurso activo de una buena parte de quienes se dedican a trabajar de una u otra forma sobre este tema. Existen dos cuestiones sobre las cuales deberíamos detenernos, en función de la observación acerca de la razonabilidad de la vigencia de ciertas prohibiciones y su impacto o aceptación para lo que resulta más complejo de asumir, y esto es que la sociedad de por sí , y aún sin que nos lo propongamos, cambia. Los fenómenos que podemos ignorar, varían en función de percepciones que tienen que ver con los discursos aceptados y ampliados sin cuestionamiento. Esto es: la garantía de continuidad de una forma de ver el mundo, está montada sobre el hecho de la ignorancia del movimiento que se produce ante nuestros ojos. En un reconocido show inglés un cantante de edad mediana, famoso él y su conjunto, refería para solaz de su interlocutor y el público asistente, que su hijo adolescente le preguntada entre intrigado y fastidiado, si iba a cantar esas canciones viejas (las suyas) que ya le había escuchado cuando era chico. Esto es la mirada del jovencito con apenas una referencia de sólo diez años atrás, le parecían antiguas esas canciones que- entre otras cosas -habían hecho famoso a su padre y el conjunto que integraba. Bueno fuera, que el cantante en cuestión a su vez, no pudiera darse cuenta lo que implicaba el comentario de su hijo; el cambio se evidenciaba con el transcurso de una década, él lo pudo referir, pero ¿qué hacemos cuando un discurso se instala y congela ante la mirada obediente de sus seguidores? ¿Por qué, y ahí hay que bucear en otras aguas, quiere decir qué sólo se ve el cambio, si realmente me puede favorecer o canalizar alguna de las otras cuestiones que me afectan o creo que me pueden afectar? Por lo general y contraponiéndose a esto que acabamos de mostrar, la mayoría de la gente sigue los dictados de la moda. Se podría decir referido a la misma, que esta representa algo superficial o sencillamente o una cuestión imprescindible en la vida de las personas. Sin embargo, millones de seres humanos siguen estos mandatos que regulan largo de pelo o de pollera; el talle de sacos; barbas o rapados; colores o gris y negro y muchas más cuestiones imposibles de detallar. Esto es, un fenómeno que es pauta y muestra de una cultura. Muchas de estas mismas personas en otras cuestiones, que van a variar por grupos o sujetos, cambiarán o mantendrán sus criterios de representación y asimilación tal como les fueron dados. A otros les da referencia un grupo mayor que los contiene. Esto puede ser desde cuestiones religiosas; como maneras de interpretar el mundo; sentirse incorporado por cuestiones ideológicas o de identificación en función de parámetros de toda naturaleza. Resulta particularmente interesante analizar entonces, qué sostiene una identificación o cercanía para algunas cuestiones que determinadas personas las mantiene cual si fueran artículos de fe. En esta última, se integra la forma de categorización en inmovilismo y con bastante éxito. El discurso acerca de lo que monolíticamente se conoce como el “riesgo o peligro de las drogas”, y que pomposamente las Naciones Unidas lo denomina “el problema mundial de las drogas”. Tal vez este discurso, basado en el “problema “o los riesgos también, de no haberse instalado, no habría derivado en la mayor lesividad que tiene actualmente. Por ejemplo, cuando se compara el total de muertos y desaparecidos en diez años en México (250.000 aproximadamente), donde tal vez más se lo ha legitimado, en el mismo lapso de tiempo hubo apenas, según los datos del Ministerio de Salud de ese país, unos 735 muertos por sobredosis. La pregunta subsecuente sería, ¿valió la pena todo esto? Por tanto, el mismo logra tener cierta presencia gracias a que se mantiene como hegemónico y brinda pretextos de intervención, especialmente para aquellos países (tal vez uno solo) que lo usan como una de sus maneras de controlar al mundo. Es en efecto éste, un ejercicio de inclusión y exclusión y secuencialmente de persecución y castigo. Esto origina un accionar legitimado para que determinados poderes, particularmente los estatales, tengan justificación para obrar en un sentido autoritario y represivo. En otros y no los mayoritarios, reviste varias formas de inclusión, aunque obviamente para poder operar en ese sentido en forma casi automática crean las categorías de falta de pertenencia. Ésta, la inclusión , se puede dar en niveles bajos, por el simple y mínimo tráfico de sustancias; en otros por participar de un nivel de distribución más alto, subiendo mucho la escala incluso como para poder llegar a integrar formas complejas de la actuación dentro del crimen organizado. En sentido opuesto, la forma de estar integrado o aceptado lo hace poco posible o incluso ajeno en otro. Debemos recordar que, esto se hace mucho más usual e incorporado cuando el propio sistema, que dice repeler a ese negocio ilícito, termina asociado en grandes operaciones bancarias para dar cauce al enorme negocio que representa la circulación de bienes prohibidos, que solamente por esa circunstancia pasan a ser un comercio de un volumen tal, que solamente es superado por la venta de armas o la de medicamentos. Dicho brevemente y por que esto en definitiva no es el sujeto de éste artículo. Esto vale para todo el sistema en cuanto a discurso oficial; de significar a la inclusión como manera de aceptar lo que una sociedad dice que está bien o está mal, hasta que por el simple juego del devenir de los nuevos usos y costumbres, los convierte en cotidianos y aceptados. Cabe decir que, la tensión entre una y otra forma de enfocar el problema, o sea el abstencionismo o un supuesto “permisivismo”, arrojan resultados similares a bandos contrapuestos en una guerra no declarada, donde en muchos casos excluyendo razonamiento alguno (fundamentalmente entre aquellos que sostienen un paradigma prohibicionista y represivo), se sostienen cuestiones que están ligadas más al prejuicio y su forma poco probable de certificarse racionalmente, que a una cuestión donde no se juegan pasiones y por tanto las líneas de razonamiento resultan más fiables. Lo que sucede también, es que según la línea que se adopte en cuanto a otros muchos temas aunque particularmente en lo que hace a las políticas públicas sobre sustancias psicoactivas prohibidas, nos encontramos con un desconcepto dominante que escinde las posibilidades de razonamiento sobre estas circunstancias, cual es el de la peligrosidad. Los criterios para definir a la misma, se ajustan a hechos constatables pero en la más de las veces a expansiones del fenómeno según la percepción subjetiva de quien expone acerca del mismo; números inexistentes; el clásico uno, dos, muchos (extensión no probada); el llevar el fenómeno a los límites de lo no constatable. Por caso, si se está hablando de un hecho al que se le atribuyen los criterios de daño absoluto, como ser “el paco”, quien le advierta sobre este daño generalizado, en caso de que encuentre un interlocutor que dude de esas generalizaciones y de algún tipo de datos de su expansión, el informante le dirá que en tal sector no es comprobable, pero seguramente ( y ahí se ponen ejemplos personificados pero nunca personales) observaremos que, cuanto más pretendemos acercarnos al mismo, mayores son las dificultades de objetivarlo: “están en los barrios más sumergidos” ; “ no es aquí es más allá”; “en el grupo tal o cual según me contó X pasa una determinada situación”, etc. También suele legitimarse asegurando “se lo dijo alguien bien relacionado” o “trabaja con tal o cual o es pariente de un pariente”; la distancia se convierte en un punto en el horizonte casi de espejismo donde la posibilidad del encuentro real termina siendo una fantasía o una realidad mucho más acotada que como se la describió originalmente, pero por sobre todo de mucho menor magnitud. En ese sentido, el criterio de realidad no interesa, más que nada se trata de una suerte de espejismo inducido, que asegura el relativismo de la pertenencia. De no existir determinados riesgos magnificados o personas y/o grupos con rasgos de peligrosidad, habría que construirlos. Alivian una pertenencia que no tiene un sustento consolidado más que por la negativa : soy de tal y cual forma y por tanto no de tal otra, nosotros somos trabajadores y ellos son vagos y se aprovechan de nosotros, es sabido de sus intenciones , que no son buenas que buscan satisfacer tal o cual bien espurio , usan las drogas para….. Ahí habría que llenar este espacio, que el creído afectado ubica en ese otro constelado de daños y posibilidades de infligirlo de todas las especies. Como contraparte y para terminar con ese daño, se estipula la casi obligación de imponer separaciones drásticas, impedir que el mal se difunda, que no exista posibilidad de contagio, que se demuestre al público la necesidad de castigo, que no exista ningún tipo de concesión, que se baje la edad de imputabilidad (donde quedaría también comprendido éste delito), y mostrar en donde se pueda, particularmente en los grandes medios de comunicación, que el “ combate” frente al flagelo es la única solución posible y además que tantos los operadores mínimos, como el gran narcotráfico, quedarán reducidos en tamaños de organización y volumen de negocios, de actuar con severidad , mano dura y castigos inexcusables. Resta advertir, aunque la gente crea otra cosa, que el “Chapo Guzmán”, no integra un pelotón demasiado nutrido de los castigados por los delitos derivados del tráfico ilícito, sino más bien lo contrario, recordemos, una vez más, que el decomiso, o sea la posibilidad de restringir o quitar al narcotráfico y sus agentes del comercio de sustancias psicoactivas algo importante, en los hechos esto no significa más que un 10% de capturas legales y esto a nivel mundial. No se trata de la eficacia de tal o cual sistema de control, sino de la ineficacia del conjunto, especialmente porque el sistema que establece conductas a cumplir por determinadas personas (que ya tienen sobre sí la carga de haber estado en el sitio social por el cual se los debe controlar), por otra parte corroe la posibilidad de castigo, dado que está permeado con crecientes índices de soborno y negocios ilícitos.

FONDO AYUDA TOXICOLÓGICA ( F.A.T. )

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El Fondo de Ayuda Toxicológica (FAT) es una ONG fundada en el año 1966 por el Profesor Emérito Dr. Alberto Italo Calabrese para trabajar en ...