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lunes, 30 de diciembre de 2019

viernes, 27 de diciembre de 2019

jueves, 26 de diciembre de 2019

jueves, 19 de diciembre de 2019

El número de presos se desploma en Holanda: así es el programa pionero que ha cerrado 23 cárceles.

Cuando Stefan Koning, que arrastra un historial médico de psicosis, fue declarado culpable de amenazar a una persona con un cuchillo, parecía que nada le libraría de una larga temporada entre rejas. No fue así. Después de una corta temporada en la cárcel ha regresado a su casa en Amsterdam. "Bob es un personaje de la serie Twin Peaks, un asesino que se mete dentro de la piel de inocentes y los obliga a hacer cosas terribles, como asesinar. Dentro de mí hay un Bob que me dice 'mata a esa persona' y cosas parecidas. Si me tomo los medicamentos, Bob me deja tranquilo", explica Koning desde allí. Koning es beneficiario de una tendencia que crece en Holanda. La de evitar que las personas entren en prisión a menos que sea necesario. Entre las claves está, sobre todo, un exitoso programa que ofrece cuidados comunitarios a quienes sufren de problemas psiquiátricos. Hommo Folkerts es el psicólogo forense que brinda apoyo a Koning. Según explica, tienen dos objetivos: "Prevenir otro crimen y aliviar el sufrimiento psiquiátrico y los problemas sociales que siguen". El experto agrega que no se limitan "a tratar a personas con depresión". "Muchas veces se trata de personas con vulnerabilidad psicótica, autismo o dificultades severas en el aprendizaje que a menudo se combinan con serios desórdenes de la personalidad, adicciones, problemas financieros, problemas de vivienda o de vínculos familiares y suelen estar traumatizados". También asegura que aunque "nadie aprobaría los crímenes o la violencia que han cometido, tras ellos hay un mundo muy triste. Repararlo lleva mucho tiempo". 23 cárceles cerradas desde 2014.
En 1988, el criminólogo británico David Downes comprobó que un sistema penitenciario relativamente humano como el holandés da mejores resultados que los de Inglaterra o Gales. Hoy, sentencias de prisión cada vez menores dejan a Holanda ante un problema nuevo: incluso después de alquilar plazas a países como Bélgica o Noruega, no hay suficientes presos para llenar las cárceles. Desde 2014 el país ha cerrado 23 cárceles, convirtiéndolas en centros de asilo temporal, viviendas u hoteles. El país tiene la tercera tasa de encarcelamiento más pequeña de Europa: 54,4 presos por cada 100.000 habitantes. Según WODC, un centro de investigación y documentación del Ministerio de Justicia, el número de sentencias de prisión impuestas en el país ha caído de las 42.000 de 2008 a las 31.000 de 2018. A esa cifra se le suma una disminución de dos tercios en las condenas a jóvenes y un descenso en los crímenes registrados en el mismo período del 40%, a 785.000 en 2018. Miranda Boone, profesora de Criminología de la Universidad de Leiden, ha estudiado ese desplome de la población carcelaria. "No cabe duda de que la población carcelaria se ha reducido de manera muy significativa en los últimos 13 años, un hecho sorprendente y sin parangón en el mundo occidental" La mitad de los internos en el sistema penitenciario holandés ha sido condenado a un mes, explica la experta, y la mitad de los detenidos en 2018 están a la espera de juicio. Los expertos achacan esa disminución a una serie de factores entre los que se encuentran sentencias fuera del sistema judicial como las multas o el uso de la mediación. Una institución "casi única en el mundo". Pero además se cuenta con un programa de rehabilitación psicológica llamado TBS. Boone afirma que se trata de "una institución casi única en el mundo". "En muchos países existe la posibilidad de elegir: la gente puede asumir las consecuencias de sus actos y ser condenada a cárcel, o no y entonces acaban en una institución de salud mental. Nosotros tenemos una que es parte del sistema de justicia criminal para personas que no pueden asumir la responsabilidad por sus actos o solo pueden hacerlo de modo parcial", prosigue. Al contrario de lo que sucede en los hospitales de alta seguridad de Reino Unido o de Holanda, el TBS cuenta con condiciones muy concretas. Sus beneficiarios deben haber cometido un crimen con una condena mínima de cuatro años de cárcel y tener gran riesgo de reincidencia. El programa trabaja específicamente en su reinserción. Si se cree que eso no va a ser posible o el interno no coopera, pueden ser transferidos a una cárcel normal de alta seguridad y ser encerrados para siempre. En 2018 se detuvo a 1.300 personas con la modalidad TBS. Primero pasan por un centro de tratamiento, a veces después de una estancia en prisión y allí son tratados. Cada dos años, un juez evalúa la situación mental que los llevó a cometer su crimen y si el tratamiento debe extenderse o no. La estancia media en el sistema es de dos años. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. El experimento extendido de Holanda en esta materia es revelador. Contrariamente a lo que nos dicen a cerca de este país, es que son liberales en exceso y hablando en lenguaje común "hacen lo que quieren", lo cual es de todo punto de vista falso. Hace más de 40 años, y lo decimos por haberlo comprobado presencialmente, en esa ciudad ya se tenía suma tolerancia con las adicciones a drogas y se las derivaba en lo posible al circuito de salud. Para ésto, por lo pronto ya no tenían incriminada la tenencia para uso personal (lo que aleja al consumidor del control policíaco legal-penal), permitiendo incluso en el caso de la marihuana, hachís para los europeos porque es la equivalente de Europa y Asia, que hubiera un pequeño grupo de cafés donde se podía fumar un cigarrillo de esta sustancia sin transgredir la ley. Por otra parte, tenían desde entonces y simultáneamente una clara persecución sobre el tráfico de otro tipo de sustancias, como cocaína o heroína, cuya transacción significaba severas penas que incluían la cárcel. Pero para los que nos siguen en este blog, hemos señalado en más de una oportunidad, que la incriminación de la tenencia significa convertir en delincuente a un simple probador de sustancias. Al ahorrarse este paso, los holandeses no tienen el problema que nos han exportado a toda América Latina, los norteamericanos que en cambio consideran a las sustancias como origen del mal y por lo tanto tienen en sus cárceles un 60% de encausados, ligados a la tenencia, tránsito o comercio de las sustancias aunque fuera en pequeña dosis. Y por supuesto, esto hace que el sistema norteamericano de prisionalización sea el más elevado del mundo occidental; más de dos millones de encarcelados. Con esto no cuentan los holandeses, antes bien se han percatado que muchos de sus presos y reincidentes, lo son en función de una alteración de su psiquis que los pone virtualmente en peligro, de ser lesivos para sí o terceros, pero al estar albergados por el programa y con los cuidados debidos de profesionales competentes del mismo, han logrado reducir sensiblemente los presos y los ámbitos que los contenían, o sea las cárceles. 23 de las mismas cerraron en virtud del programa y hasta se han permitido alquilarle a sus vecinos belgas o a los noruegos, un poco más lejanos. La disminución de la población carcelaria no sólo se debió a lo que ya hemos explicado, sino también a que se implementaron medidas tales como las multas y la institución mediatoria, que permite acercar a las partes, le otorga a la víctima la posibilidad de pedir un resarcimiento que no sea estrictamente una pena, sino una reparación. Además permite que a través de múltiples mecanismos, se acerque la reparación que en definitiva debe ofrecer el ofensor, no solamente por un acto de exclusión, que poco agrega a su reforma personal ni a su restitución ciudadana y sí en cambio puede significar adquirir conocimientos y luego aplicarlos en obras comunitarias; brindar algún tipo de contribución de acuerdo a su especialidad u oficio, realizar actos de necesidad sostenidos para la comunidad que lo alberga, etc. Están empleando esos insumos en cosas más útiles que restringiendo libertades que pueden ser canjeadas por otras cuestiones de fondo, si bien las realidades son diferentes, los caminos se hacen paso a paso y por lo tanto, no sirven los argumentos falaces del tipo "todavía no están dadas las condiciones" o "todavía no están creadas las instituciones, o los albergues o lo que fuere" y mientras tanto se sigue difiriendo sistemas comprensivos, que por otra parte no implican ni olvido, ni ligereza, antes bien significan la evolución de un país, su grado de responsabilidad ciudadana, porque como se ha visto en más de un artículo de literatura científica al respecto, Holanda es un país donde las pequeñas cosas se discuten construyendo un sentido participativo, donde las conclusiones no son a espaldas de los habitantes, sino más bien con la activa contribución de los mismos.

martes, 17 de diciembre de 2019

¿Qué pasa en tu cerebro cuando haces un “maratón de series”?

El 61% de sus usuarios de Netflix se da atracones de series regulares. Te sientas delante del televisor dispuesto/a a ver esa serie de la que todos están hablando. Le das al play y las horas comienzan a volar, capítulo tras capítulo, hasta que el cansancio te avisa que ya no puedes más. Entonces te das cuenta de que has visto la mitad de la temporada – o más. Y todavía tienes ganas de ver otro episodio. Nos ha pasado a todos. Es difícil apretar el botón de stop cuando no sabemos cuál será el próximo paso de Claire Underwood, Walter White, Daenerys Targaryen o Celeste Wright. Y así nos sumimos – de manera más o menos inconsciente – en un maratón de series.
De hecho, una encuesta realizada por Netflix reveló que el 61% de sus usuarios se da atracones de series regulares, viendo entre dos y seis episodios en cada sesión. Y un análisis más reciente confirmó que “en vez de ver un episodio por semana, los miembros de Netflix optan por atravesar una serie, es decir, terminan una temporada completa en una semana, como media”. Lo curioso es que, mientras miramos la serie, experimentamos sentimientos positivos, pero es probable que al llegar al final no solo nos sintamos exhaustos sino también frustrados y desanimados porque no tenemos más capítulos que ver y tendremos que esperar varios meses hasta la próxima temporada. Si es así, ¿por qué nos enganchamos tanto? Los maratones de series se refieren al hábito de mirar la televisión durante un periodo de tiempo prolongado, generalmente dedicando varias horas a un solo programa. Este fenómeno, también denominado “observación compulsiva”, puede catalogarse como una pseudoadicción. Ver una serie que nos gusta es una actividad agradable y placentera que activa la liberación de dopamina, un neurotransmisor clave en el sistema de recompensa interna. La dopamina cumple dos funciones esenciales: facilita el aprendizaje relacionado con la recompensa y fortalece el recuerdo de los estímulos vinculados a esa recompensa. En otras palabras, la dopamina es la encargada de “marcar” todo aquello que nos genera placer y reforzar los comportamientos que nos permiten obtener ese placer. Cuando nos damos un “atracón de series”, nuestro cerebro produce dopamina continuamente y experimentamos un efecto similar al que producen las drogas. De hecho, las vías neuronales y la respuesta cerebral ante un maratón de series son las mismas que activan las adicciones. Por eso, entre otras razones, nos resulta difícil dejar de ver la serie. La gratificación instantánea que produce esa actividad es similar a la que experimentan los jugadores adictos, quienes incluso después de ganar no se sienten satisfechos y quieren seguir. Eso significa que cuando nos ponemos delante de la pantalla, no solo deseamos ver el contenido de la serie – esa es la excusa – sino que buscamos la sensación de placer que nos provoca ver un episodio tras otro. El problema, como explicó un exhaustivo estudio publicado en la revista Mente y Cerebro, es que cuando este comportamiento se repite a lo largo del tiempo, la cantidad de dopamina liberada termina alterando el funcionamiento cerebral, específicamente los circuitos del sistema de recompensa. El número de receptores dopaminérgicos disminuye, lo cual explica la paulatina disminución de los efectos placenteros que provoca ver un solo capítulo de la serie y la sensación de anhedonia, falta de energía y depresión situacional que experimentamos al terminar el visionado, un estado similar al síndrome de abstinencia. Dado que las vías dopaminérgicas se proyectan hacia la corteza prefrontal - donde se concentran nuestras funciones ejecutivas, esas que nos permiten ser conscientes de nosotros mismos, valorar los riesgos y posibilidades, reflexionar antes de actuar y decidir cuál es la actuación más conveniente en un momento dado – los cambios neuroquímicos que provocan las adicciones terminan disminuyendo su metabolismo. Eso significa que nuestra corteza prefrontal trabajará a media capacidad, por lo que no seremos plenamente conscientes de que tenemos un problema y no podremos tomar medidas para controlar la adicción.
A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Tal como venimos diciendo en este blog, las adicciones no son solo a sustancias, sean estas legales o ilegales, sino que también existen otras que muchas veces son llamadas comportamentales tales como lo son el juego patológico, las compras compulsivas, la adicción al trabajo, o la aquí presentada. En el caso de la noticia en cuestión, se hace mención a la adicción a las series, y hacen una descripción de lo que ocurre "en nuestros cerebros" cuando tenemos un consumo compulsivo de las mismas, esto es, cuando en un mismo día vemos todos los capítulos que nos es posible de una temporada. Si bien ellos dicen que se puede convertir en una pseudoadicción, los mecanismos de recompensa que operan a nivel neuronal son idénticos a los que funcionan en cualquiera de las adicciones hasta el momento conocidas, sean estas a sustancias o no, en el juego patológico opera el mismo circuito y existe síndrome de abstinencia cuando no se realiza la acción en cuestión, ya sea jugar/apostar o ver "hasta el final" y "de una" una serie. Este comportamiento era impensado años atrás donde, pacientemente, teníamos que esperar hasta, en el mejor de los casos el día, la más de las veces la semana, siguiente, para saber cómo continuaba la historia. Pero la inmediatez del streaming hace que tengamos a la mano todos los capítulos de la(s) temporada(s) de la serie del momento. Tal como en otro momento fueran las compras del "llame ya", en un mundo en el que todos están apurados por llegar, aunque no sepan muy bien a dónde ni para qué, donde el tiempo de espera es tiempo perdido (¿porque el tiempo es dinero?), donde no hay lugar para la frustración y si ocurre no sabemos que hacer con ella (probablemente busquemos "anestesiarla" de alguna manera, pueden ser con drogas, comida, o por qué no, series) no es de extrañar que todo lo que existan todo tipo de "atracones" que no hacen más que "llenarnos" momentaneamente para volver a dejarnos "vacíos" a los pocos minutos de desaparecer su "efecto". Tendremos que empezar a plantearnos si estas actividades "solitarias" (todo consumo compulsivo lo es) son la solución a nuestros problemas o sólo los aumentan.

lunes, 16 de diciembre de 2019

El futuro de la política de drogas ante el gobierno de Lacalle Pou.

Página/12 en Uruguay Desde Montevideo. Durante los tres días en que casi 20 mil personas coparon Expo Cannabis en el Centro de exposiciones LATU en Montevideo, uno de los ejes centrales del debate que rodeó las charlas entre funcionarios y académicos fue sobre el futuro de las políticas de derechos de Uruguay ante el cambio de gobierno. “¿Es probable que se pierdan derechos?”, fue una de las preguntas y focos centrales que recorrieron el ambiente, por lo demás festivo y de potencial desarrollo: si el negocio del cannabis moviliza entre 150 mil y 200 mil millones de dólares según las diferentes estimaciones globales, la sexta edición de este encuentro con apoyo estatal en su organización y siendo declarada de interés tanto por el país como por la intendencia de Montevideo, ocupa el lugar de motorizar y agilizar algunas derivas burocráticas que aún padece la industria local. Y nadie escapa al temor por lo incierto del futuro cercano. Mientras la exposición se divide en dos grandes focos, el industrial asociado sobre todo al cannabis medicinal y el de consumo recreativo con más de 100 stands de Brasil, sobre todo, Uruguay y Argentina (los chicos del emprendimiento Magic Box estaban sorprendidos por la fiesta y la organización que implica en el marco de un consumo legal, a diferencia de lo ocurrido en la expo argentina), las charlas fueron bien focalizadas en el aspecto de cómo regular, cómo seguir con la legislación y que Uruguay, considerado un modelo de regulación de vanguardia, siga ese rumbo. La llegada de Luis Lacalle Pou siembra algunas dudas y es disruptiva en el marco actual. Aunque él mismo supo presentar uno de los primeros proyectos de ley para regular el mercado del cannabis en Uruguay, aun antes de que se hiciera la ley de 2013, suponía algunas diferencias que ha ratificado en declaraciones recientes: la primera es que no está del todo de acuerdo con que el Estado se involucre en la producción de cannabis, la segunda es el modo de dispensar la droga, ya que se opone a que sean las farmacias las que entreguen el cannabis. Ya hay 38.601 adquirentes registrados en el Instituto de Regulación y Control del Cannabis.
“Esto supone un problema porque es el 70% de los consumidores --explica Mercedes Ponce de León, directora de Expo Cannabis y experta en la industria cannábica en todo el mundo--, y cerrar la entrega de marihuana en farmacias supone devolverle ese negocio al narcotráfico. Además, una aclaración: el Estado no produce, solo otorga licencias a las cinco empresas que proveen al sistema de expendio estatal”. Los números avalan su inquietud: entre quienes autocultivan (7.871) y quienes adquieren cannabis en alguno de los 145 clubes de membresía (4.187) suman menos de una tercera parte de quienes se anotaron para adquirir su cannabis en alguna de las 17 farmacias habilitadas (luego de que varias rechazaran vender el producto). La eventual asunción de un integrante de Cabildo Abierto, el partido de ultraderecha del ex jefe militar Guido Mannini Ríos --que rechazó el cargo pero lo pidió para su partido-- en el Ministerio de Salud es el mayor temor de Ponce de León y de Marco Algorta, fundador de la empresa Cannapur (asociada a capitales canadienses) y actual presidente de la Cámara de Empresas de Cannabis. La idea suena disruptiva también porque las últimas encuestas de la Junta Nacional de Drogas sobre opinión pública arrojaron que un 98% de las personas aprueba el uso de cannabis medicinal en Uruguay, cuando antes de la ley este número arañaba el 30%. Lo mismo ocurre con el número de uruguayos que aprueba el consumo recreativo, que trepó al 54% y superó la mitad más uno de la población por primera vez. Para ratificar esta voluntad popular, el intendente de Montevideo, Christian Di Candia, aseguró al abrir una mesa debate en Expo Cannabis que “Montevideo es la ciudad de la paz, de los derechos y las libertades; y estos proyectos deben hacernos estar a la vanguardia en estos temas”. Algorta, sin embargo, teme un poco por el futuro de la Salud Pública: “Hay que ver si empiezan una cruzada a favor de las farmacéuticas y contra el aborto, entre otras cosas. Esta industria tiene mucho potencial, aunque es un período de menor liquidez por la guerra comercial entre EE.UU. y China, y a eso se le suma que Tabaré Vázquez era de la fracción que frena la potencia”. Ese es otro secreto a voces y lo gritaron fuerte en la expo tanto el ex titular de la Junta Nacional de Drogas, Milton Romani, como la experta en tratamientos de adicciones y principal asesora en la ley de 2013, Raquel Peyraube. “La evidencia demostró que es mejor regular este mercado que prohibirlo. El que quiera ir contra este negocio, contra este movimiento social, cultural y de derechos es porque vive en una cueva. Los hay, claro, y habrá puja, pero no creo que lo toquen porque es una industria pujante y son derechos adquiridos”, aseguró a Página 12 Romani. Si bien el ex funcionario reconoce los riesgos de abrir el consumo de drogas, explicó que no se trata de regular, porque regular también regula el mercado negro, sino de regular estatalmente. Y que las sustancias, cuanto más riesgosas, más se deben regular para prevenir riesgos y educar a los ciudadanos. Para la doctora Peyraube, está claro que las sustancias están para quedarse y que “la prohibición evita la educación, es una cuestión de seguridad, salud pública y derechos humanos”, por lo que propone “legalizar todas las drogas en sus formas más puras, porque una política debe demostrar pragmatismo, eficacia y humanitarismo”. A los políticos, pero sobre todo a los que ocupan posiciones expectantes, antes de que asuman les advirtió que “Uruguay está siendo ejemplo de legalizar y de decir cómo, es un criterio no de promoción y mercado, sino de salud. Dejen la opinología, porque lo importante no es lo que a un político le parece sino que piense en términos de política pública” y volvió a arremeter contra el presidente saliente: “Tabaré dijo que él obstaculizaba la ley porque para él está mal consumir, y eso está mal. Tenemos referentes internacionales de Políticas Públicas de drogas, como Marcos Baudean... ¡Que los llamen!”, clamó. Justamente Baudean tomó la posta y también advirtió sobre los peligros ante el cambio de manos en el área de Salud. Si bien duda de que retrotraigan las medidas, sí cree que hay algunos elementos en peligro. Consultado por Página 12, aseguró: “No veo que vayan atrás con la regulación, pero sí con venta en farmacias y puede apuntarse al cultivo individual. El canal farmacéutico, sin embargo, tiene todo el control, uno sabe qué sustancia, qué potencia, cómo es. Si vuelve a perderse eso, se vuelve a un mercado sin control y hasta se puede desregular el precio”. También pidió que los políticos entiendan que no se trata de un problema de sustancias sino de políticas públicas, e insistió con que los especialistas coinciden en que no es un tema de drogas, sino de políticas públicas. Por último, aclaró: “No se trata de ver cuántos consumidores hay y si la inseguridad responde a eso, es irrelevante; si se legaliza algo que era ilegal, obviamente sube el consumo porque más gente lo reconoce y porque habrá curiosos, pero la pregunta clave es: ¿la sustancia genera más daño o menos ahora? La violencia aumenta porque el mercado se achica y los narcos recrudecen la disputa también”. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Esta noticia por nosotros hoy compartida, está muy relacionada con la que publicáramos días anteriores. En aquella, un comisario que durante años participó de la denominada "lucha contra las drogas", planteaba la necesidad de la regulación de todas las sustancias, dado que la prohibición nada ha conseguido. En el mismo sentido, el artículo que precede, comienza preguntándose qué pasará ante el cambio de gobierno en el país con la ya establecida regulación del cannabis. Por lo que allí se menciona, las nuevas autoridades estarían en contra de esta política, y si bien no pareciera posible su anulación, el mayor temor es que deje de existir la regulación estatal, que es la única regulación que garantiza no sólo un control sobre la/s sustancia/s en cuestión sino que redunda en el fin del mercado ilegal y todo lo que éste conlleva: dudosa calidad de la/s sustancia/s, luchas por el territorio, por ende mayor violencia, etc. Tal vez una de las afirmaciones del artículo sea la de la Dra. Peyraube que deja al descubierto la perversidad de la prohibición, ya que se presenta como "la" herramienta por excelencia para el cuidado de los ciudadanos ante los terribles riesgos de las drogas pero en realidad “la prohibición evita la educación, es una cuestión de seguridad, salud pública y derechos humanos”.

viernes, 13 de diciembre de 2019

Jornadas de Presentación en Rosario Acuerdo por la Regulación Legal del Cannabis.

Fuente : elciudadanoweb.com. Este viernes organizaciones de profesionales y usuarios y usuarias darán a conocer las bases políticas para debatir un proyecto legislativo que lo habilite. Este viernes desde las 16 en la sede de gobierno de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) se realizará una jornada para presentar el Acuerdo por la Regulación Legal del Cannabis. A mitad de año unas 40 organizaciones sociales de todo el país vinculadas al uso de cannabis firmaron una base que servirá para el futuro debate de proyectos legislativos que modifiquen las políticas de drogas en Argentina. Organiza la Asociación de Reducción de Daños de Argentina (Arda) y el Centro de Estudios Avanzados en Drogadependencia y Sida de la Universidad de Rosario (CEADS/UNR). La actividad es libre y gratuita. “Nos une la lucha por una reforma profunda de las políticas de drogas, que ponga al sujeto en el centro de las acciones tendientes a mejorar la salud y la seguridad entendidas como derechos”, explicaron desde la organización de la jornada y siguieron: “Buscamos desarrollar una regulación legal del cannabis para uso adulto, basada en criterios de salud pública”. Para quienes organizan es necesario llegar al Congreso con un debate que incluya argumentos científicos y sin prejuicios morales. “Porque el 2020 tiene que ser el año de la regulación y de la libertad es que están todos invitados a participar y a difundir”, agregaron desde la organización. Exposición y charla. La jornada tendrá dos paneles de debate sobre la posible discusión legislativa. La primera será desde las 17 y estará integrada por Victoria Darraidou (equipo de políticas de seguridad y violencia institucional del Centro de Estudios Legales y Sociales); Oscar Montenegro (periodista e integrante de Arda); Facundo Rivadeneira (presidente de la Asociación Civil Cogollos del Oeste); Pablo Ascolani (secretario general de Arec); y Vanesa Vargas (integrante de Reset Política de Drogas y Derechos Humanos). Coordinará la mesa Agustín Aranda, periodista del diario El Ciudadano. El segundo panel será sobre políticas públicas y drogas en Argentina y participarán Alberto Calabrese (sociólogo y ex director nacional de adicciones); Matilde Bruera (abogada y presidenta de la Asociación de Profesores de Derecho Penal de la UNR); Silvia Inchaurraga (directora del Área de Reducción de Daños de la UNR); y Gustavo Zbuczynski, presidente de Arda. Coordinará la mesa Claudio Socolsky, periodista de Rosario 12. Fuente : elciudadanoweb.com

martes, 10 de diciembre de 2019

“Hay que regular estatalmente el consumo de todas las sustancias”.

Entrevista al director de la Policia de Uruguay, comisario Mario Layera.Desde Montevideo. A mediados de agosto, el director de la Policía Nacional uruguaya, comisario Mario Layera, sacudió el avispero en plena campaña electoral cuando aseguró que la solución global al narcotráfico debía ir de la mano de la legalización y regulación del consumo y ya no en en su tradicional faceta prohibicionista. Las frases, fuertes en general y sobre todo en particular por tratarse del jefe de la fuerza de seguridad encargada de combatir el narcotráfico, se produjeron en medio de duros cuestionamientos de la oposición a la política de seguridad del Frente Amplio. Aunque Layera, a cargo de la Policía desde 2016, dijo en diálogo con Página 12 que se trató de “un mero relato para sembrar la idea”, lo cierto es que el tema seguridad fue clave en el resultado electoral que sacó del poder tras 16 años al Frente Amplio y depositó a la alianza que conformó Luis Lacalle Pou junto a sectores de ultraderecha en el Gobierno. Layera reitera sus ideas ante la consulta de este diario, en el marco de una conferencia que dio junto al ex ministro de Relaciones Exteriores y ex director de la Junta Nacional de Drogas, Milton Romani; el especialista en políticas públicas sobre manejo de drogas de Monitor Cannabis, Marcos Baudean, y la doctora Raquel Peyraube --experta en tratamiento de adicciones, entre otras cosas--. En esa charla, además, el comisario, que se hizo famoso por su labor en la Brigada Antidrogas en más de una centena de operativos entre 1995 y 2013, cuando llegó a comandar el organismo, dijo que fue --entre otras cosas-- una pregunta de su hija de entonces 12 años la que sirvió como punto de quiebre en su visión sobre la política de drogas.
--¿Usted dice que hay que legalizar todas las drogas? --Sí, digo que hay que regularlas desde el Estado, y aclaro que dependiendo de la peligrosidad de cada una se debe dar una política específica en tal sentido, porque no se pueden manejar todas por igual. Cada una según sus formas, pero sí. Si uno se fija, el cannabis ni siquiera genera violencia, no tiene riesgo y no ha ocurrido todo lo que se decía que podía pasar si se legalizaba. Aún combatimos el narcotráfico, claro, pero porque no alcanza la industria. --¿Es un problema de abastecimiento? --Sí, porque si hay más gente que quiere acceder legalmente y no puede, va a caer en otros modos. Creo que deberían habilitar el autocultivo, e incluso que los que cultivan puedan vender, que se arme una competencia y un mercado legal. --¿Cómo llegó a la conclusión de que la política adecuada era regular estatalmente y no prohibir? --La mitad de mi carrera fue dirección y combate a las drogas. Me formé con expertos internacionales en todo el mundo y siempre la palabra guerra me sonó muy fuerte. En uno de los seminarios en Europa, una psiquiatra nos dijo: "¿De qué guerra hablan? Es una guerra de los políticos, de alguien que da la orden, pero no de ustedes". Y ahí me di cuenta de que nosotros poníamos el cuerpo y sufríamos pérdidas por algo que es ajeno, que no es lo que debe hacer la policía. Entonces empecé a dudar de eso porque no podía compatibilizar la tarea con el sentido de lo que significa guerra en un estado democrático republicano y donde defender y proteger los derechos humanos debe ser la principal tarea de la fuerza policial. --En general se asocia la policía con el combate del delito y otros focos represivos, pero no se la suele ver como garante de derechos… --Es difícil y raro para desarrollarlo a nivel policial. Lleva tiempo, hay que educar al policía, que entienda que es un servidor, y que no es impotente si no atrapa a alguien que está robando. Y, sobre todo, que entienda que no puede dispararle a cualquiera y en cualquier circunstancia. --Si no pasa lo que pasó con el caso de Luis Chocobar en Buenos Aires… --Claro. Pero hay que educar y trabajar con los oficiales, el policía no puede estar al servicio de matones que lo utilizan para su provecho. Si no siempre quedan atrapados en esa lógica de trabajar para provecho de otros que, a la vez, si por una vez fuesen ellos los que sufren atropellos de la Policía, de seguro ya no estarían más de acuerdo con esa idea. --También sé que su hija influyó en su mirada… --Mi hija a los 12 me preguntó si debía consumir o no y yo, oficial antidrogas, fue ahí donde reconsideré todas mis convicciones. Vivía inmerso en el problema de los padres con sus hijos y venían a la dirección antidrogas a buscar una respuesta; a pedir que los detuviéramos. Y ahí vi el problema, ¿qué respuesta le doy? ¿Qué conozco yo sobre la sustancia y sus daños? Yo sólo sé hacer una guerra y un procedimiento policial. A los conservadores les digo: ¿qué hacen con su hijo? Hay que plantar la semilla para el futuro. --¿Y a su hija qué le dijo? --Le dije: "s dificilísimo que yo te diga que es bueno. Todo lo que leí es que hace mal, pero también el alcohol y el cigarrillo, y yo tomo y fumo, así que qué decirte. Esperá un tiempo, estudiá mejor la situación, no hay apuro". Y le expliqué cómo empecé a fumar tabaco, que lo hice para sentirme mejor con los otros. Otra cosa que me pegó fue la idea de que si mi hija quería consumir iba a caer en el narco, no en la vía legal, por su edad, y pensé: "¿La voy a dejar en las manos del narco? ¿Y si saben que es mi hija no van a tomar represalias?". --¿Esta postura en relación con el narcotráfico no le valió presiones? --Las disputas siempre están y uno sabe que no todos piensan igual, pero creo que había que hacer algo diferente y la mayoría de la policía me apoyó. Tras años de establecer los controles según lo establece la ONU sobre control de oferta y demanda y el lavado de activos, seguimos todas las medidas y legislaciones (agente encubierto, informante, arrepentidos) y sin embargo se produjo un incremento del narcotráfico. Nuestro país está siendo nuevamente vulnerado por las organizaciones de narcotráfico. El prohibicionismo nació en los 60, bajo una ideología global determinada. Los procesos de avance hacia otro camino y que defiendan los derechos humanos van a estar en la respuesta de cada individuo de esta sociedad. Los cambios nacen del ciudadano y no de la política. --¿Y desde el Estado qué política se debe aplicar? --Debemos adoptar el paradigma de la prevención y no la represión: se trata de generar una respuesta interdisciplinaria, con investigación y estudio para una vida plena y de calidad. --¿Va a seguir al frente de la Policía? --No no, ya me estoy yendo. --¿Por eso dice lo que dice? --No (risas), me habría ido aunque hubiera ganado Daniel Martínez. Es un ciclo cumplido. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Lo más interesante de esta nota es la lucidez del comisario Mario Layera del Uruguay, que después de una práctica por lo visto importante en el campo de la represión, opta por entender un modelo de reducción de daños y aborda una vertiente que debemos decir el Plan Nacional de Drogas del Uruguay supo abordar en su momento, cuando se decidió dar los pasos para manejar la marihuana como un producto controlado y no prohibido. Tal vez dado que la artificialidad de la prohibición, es eso artificial, debemos pensar que tal vez el de Uruguay es un camino con futuro, si es que el nuevo gobierno es capaz de sostener este paso inteligente. No olvidemos que y no hace mucho, seis meses atrás, un comunicado de Wall Street (¡!) se encargó de destacar que no pensaban hacer negocios que rompía con la prohibición del consumo, tráfico, posesión, en fin todas las instancias de lo que sucede en el comercio y consumo de sustancias. Se olvidaron estos buenos señores, que en EEUU ya son 20 estados que en mayor o menor grado han despenalizado a la sustancia marihuana, a lo que se ha agregado el importante cambio de postura hacia la liberación de la sustancia por parte de Canadá. Volviendo a los dichos del comisario, estamos frente al caso de una persona que habiendo vivido la calle y su realidad, percibe con claridad que el discurso oficial, que como dijimos es la mezcla del Ético Jurídico y el Médico Sanitario, no alcanza para siquiera poner las cosas en un cause razonable. Y se queja y con sobrada razón, que muchas veces el cuerpo lo ponen los agentes de la seguridad del Estado, que tiene que hacer frente a una reacción prácticamente ilimitada, donde talla el crimen organizado, para obtener sus beneficios de mayores ingresos y acumulación de poder. Este hombre, percibe claramente que con más medidas de prevención y sustancias sustraídas del "armario del terror" se convierten en sustancias que como los psicotrópicos y psicofármacos de la industria farmacéutica son regulados, producidos con determinadas normas de calidad y control y si se quiere pudiendo llegar a ser mucho más controlables que sustancias que se producen de manera clandestina. Aquí se puede saber, el costo, una idea de los beneficios, la calidad de producción, la trazabilidad de las sustancias, o sea la persistencia de las características que las identifican a través del tiempo. Desde ya lo que este hombre tiene, es una clara visión que muchas veces nos falta, a quienes pertenecemos a los equipos de salud, que frecuentemente se guían por nociones enmarcadas en el prejuicio, y que poco pueden hacer ya que lo esquivan, por el padeciente que se acerca a los servicios, que muchas veces debe sufrir una discriminación que poco contribuye a su orientación y evolución positiva, en el difícil camino de apartar el síntoma y retrabajar las causales por los que éste se ha manifestado. Siempre es bueno sacarse el sombrero, frente a personas que pasando por encima de su formación y prejuicios con que se los ha encuadrado, pueden hacer un verdadero ejercicio de reflexión y crecimiento, para brindar respuestas mucho más adecuadas y justas.

viernes, 6 de diciembre de 2019

Asistencia en Consumos Problemáticos en el Centro Carlos Gardel.

Nuestro Director General, Lic. Alberto Calabrese participó de la Jornada Asistencia en Consumos Problemáticos en en Centro Carlos Gardel donde además se conmemoró su 25° Aniversario.
Imágenes de los Participantes y Autoridades del Centro Carlos Gardel.

martes, 3 de diciembre de 2019

Declaración del Consejo Consultivo Honorario en Salud Mental y Adicciones.

Compartimos con uds la Declaración del Consejo Consultivo Honorario a la cual adherimos. Buenos Aires, 30 de noviembre de 2019. Frente a la asunción del nuevo gobierno en la República Argentina, desde el Consejo Consultivo Honorario en Salud Mental y Adicciones celebramos este nuevo hito de profundización democrática en nuestro país, esperamos con gran expectativa la designación de las nuevas autoridades nacionales y locales, y manifestamos nuestro compromiso y apoyo para la construcción de consensos y acciones que fortalezcan la implementación de la Ley 26.657 en todo el país, así como los marcos normativos ampliatorios de derechos que supimos construir. El Consejo Consultivo Honorario de Salud Mental y Adicciones es un organismo federal, plural y honorario conformado por 30 organizaciones y asociaciones de derechos humanos, profesionales, usuarios, familiares, gremios, universidades, centros de investigación del campo de la salud mental y adicciones, que fue creado por el marco normativo de la Ley Nacional 26.657 sancionada en el 2010. La Ley 26.657, reconocida internacionalmente como un instrumento normativo de avanzada, fue generada participativamente y recupera al mismo tiempo los avances internacionales y las prestigiosas experiencias fundantes participativas, comunitarias y ampliatorias de derechos en nuestro país. La implementación de la ley implica un profundo proceso intersectorial e interdisciplinar que requiere la transformación de prácticas y saberes profesionales, sociales, culturales e institucionales en favor de la construcción de modos de abordaje dignos que promuevan la autonomía y que garanticen la accesibilidad, integralidad, universalidad y continuidad en todos los procesos de salud, enfermedad, atención y cuidados para todas las personas a lo largo de su vida. A diez años de su sanción, conviven avances, pero también resistencias y desafíos que requieren mucho trabajo, claridad y compromiso con la plena implementación. El proceso en curso debe fortalecerse y consolidarse a partir de un sólido desarrollo y respaldo a políticas públicas en salud y salud mental, que incluyan las adicciones como parte de dicho campo, con funcionarios que acrediten experiencia y consistencia con la Ley 26.657, reconozcan la relevancia de las experiencias previas, la asignación de recursos necesarios, el acompañamiento de los procesos de formación profesional y la articulación intersectorial. Estas acciones requerirán principalmente del compromiso de las instancias políticas y de gestión decisorias que defiendan y orienten, de forma perentoria y urgente, la plena implementación de la Ley 26.657. En esta nueva etapa democrática, es necesario profundizar las prácticas sustitutivas de las lógicas manicomiales como Política Pública. La unidad alrededor de los principios de nuestra Ley 26.657 es la mejor brújula para la construcción de un país más justo y respetuoso de las personas en tanto sujetos de derechos. Por todo eso, por qué es con todxs, porque necesitamos redoblar nuestro trabajo para garantizar la implementación de políticas que sustancien los derechos de, con y para todxs invitamos a adherir al presente documento y a comprometernos entre todxs a potenciar políticas y prácticas transformadoras que afiancen los derechos de los sujetos logrado con tanto esfuerzo y trabajo.

lunes, 2 de diciembre de 2019

RESOLUCIÓN CONSEJO DIRECTIVO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES.

VISTO El proyecto de ley el proyecto de ley 2828/2019 presentado el día 20 de noviembre en la legislatura porteña sobre la regulación del régimen de residencias dependientes del GCBA Y CONSIDERANDO : Que los residentes se encuentran organizados legítimamente en una Asamblea de Trabajadores Residentes y Concurrentes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Que dicha organización no fue consultada en absoluto por quienes pretenden modificar las condiciones laborales y de formación académica de los residentes. Que es una prioridad para los residentes, para el sistema de salud y para la sociedad en su conjunto que cese la situación de abuso laboral y explotación a la que están sometidos los residentes y concurrentes de CABA. Que en dicho proyecto no se reconoce a los residentes y concurrentes como TRABAJADORES Y TRABAJADORAS en formación de postgrado en servicio. Que el planteo de un régimen de 64 hs semanales máximo cristaliza un régimen laboral de explotación con jornadas extenuantes, que excede cualquier convenio colectivo de trabajo. Que el proyecto de ley deja de establecer el salario por el coeficiente vinculado al cargo profesional de planta, desprotegiendo aún más las condiciones salariales de los residentes. Que las modificaciones que se implementaron en el proyecto presentado en la legislatura no solucionan la situación de precariedad laboral y explotación a las que están sometidos los residentes y concurrentes , sino que las empeoran. Por ello, EL CONSEJO DIRECTIVO DE LA FACULTAD DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES RESUELVE: Art. 1°. Apoyar el reclamo de los residentes y concurrentes de la CABA en contra de la sanción de dicho proyecto de ley. Art. 2°. Solicitar a la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la postergación del tratamiento del mencionado proyecto de ley. Art. 3°Solicitar a la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la participación de la Asamblea de Trabajadores Residentes y Concurrentes en la discusión de dicho proyecto de ley. Art. 4° Comuníquese a la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Art. 5° Comuníquese, de forma.

viernes, 29 de noviembre de 2019

Comunicado de La Asociación Argentina de Salud Mental.

Comunicado de la AASM en contra de la represión de los profesionales en formación de la CABA. 28 de Noviembre de 2019. La Asociación Argentina de Salud Mental (AASM) repudia la brutal represión que sufrieron en el día de hoy lxs concurrentes y residentes de la Ciudad de Buenos Aires que se manifestaban pacíficamente en la Legislatura Porteña en contra de la retrógrada ley que los regulará a partir de ahora. En lugar de garantizar la formación y la libre expresión de lxs profesionales de la salud, que son el orgullo de los hospitales y centros de salud, las autoridades de la CABA responden con represión. No hay salud con represión. No hay salud sin diálogo. No hay salud sin formación. No hay salud sin democracia. No hay salud sin ministerio. Estamos en alerta. Cordialmente, CD de la AASM

Taller Conversatorio Salud Mental y Adicciones.

Taller Conversatorio de Salud Mental y Adicciones a cargo de el Lic. Alberto Calabrese, Director General de Nuestra Institución. Ciudad de Pergamino, Provincia. de Bs. As.
Imágenes del Taller, Lic. Alberto Calabrese ( der. ) junto al moderador ( izq. ) Psicólogo Marcos Carini.
Imágenes del desarrollo del Taller junto a Profesionales, Funcionarios de las Áreas de Seguridad y Justicia y ciudadanos ligados a la temática tratada.

martes, 26 de noviembre de 2019

Cómo se debe tratar a un adicto a las drogas.

Dr Norberto Abdala, Médico Psiquiatra. Nota del diario Clarín. Es clave entender que el adicto es una persona con dos problemas: el sufrimiento que tiene y el mal remedio que busca en la droga.
La adicción a las drogas requiere enfoques multidisciplinarios. Fui alcohólico y consumidor de cocaína por más de 10 años. Estuve internado tres veces en clínicas psiquiátricas. Un psiquiatra descubrió que tenía una depresión subterránea y gracias a eso hace 8 años que estoy limpio con antidepresivos y psicoanálisis. F.P.Q., CABA. Conductas como fumar cigarrillos, comer en exceso, beber alcohol, consumir marihuana, cocaína, drogas de diseño o LSD son las adicciones más frecuentes de la época actual. El psiquiatra y psicoanalista armenio Edward J. Khantizian (profesor de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard y ex presidente de la Academia Estadounidense de Psiquiatría de Adicciones) es un experto desde hace más de 50 años en el tratamiento de personas con diversas adicciones. Este especialista constató al atender a sus pacientes adictos, que todos ellos habían consumido al menos tres sustancias psicoactivas diferentes antes de desarrollar la dependencia o la adicción por la que iban a ser tratados. Fue entonces cuando este autor se preguntó por qué se había seleccionado esa droga y no otra, llegando a la conclusión de que cada paciente “elegía” la droga que más le servía para aliviar un previo malestar emocional. Postuló su Teoría de la Automedicación por la cual la persona adicta utiliza una determinada droga como si fuera un remedio para sentirse mejor y no porque sea vicioso o inmoral (concepción que aun persiste). El tratamiento de la adicción a menudo se centra en lograr la abstinencia o la reducción del consumo con su daño consecuente. Si bien muchas personas se benefician de tales enfoques, si no se trata el dolor emocional y la angustia subyacente, la persona sigue siendo vulnerable a una recaída. Prevalece así el importante criterio de no considerar al adicto como solo quien busca el placer o su autodestrucción con la droga, si no pone el acento en entender cómo intenta evitar el individuo un sufrimiento que resulta intolerable. El consumo sería entonces lo que se ve del iceberg mientras debajo lo sostienen personales sufrimientos muy penosos. Siempre es un interrogante el por qué algunos individuos se vuelven adictos a una determinada sustancia y otros no, a pesar de que ambos la hayan consumido. Así, por ejemplo, el alcohol alivia los sentimientos de aislamiento, timidez, vacío o ansiedad; la cocaína y los estimulantes mejoran la falta de energía, alivian la depresión y la marihuana busca calmar la angustia y desconectarse de una realidad dolorosa. Khantzian ubica en la temprana infancia el aprendizaje de la regulación emocional y describe cuáles serían algunas de las consecuencias del fracaso de no poder internalizar la capacidad de autocuidado proveniente de los padres. Esta capacidad cuando es bien incorporada permite protegerse de los peligros, tener un preciso criterio de realidad, capacidad de juicio, control de la angustia y la habilidad de sacar conclusiones sobre causas y consecuencias. Por lo tanto, no es aconsejable que la atención de un individuo adicto sea impersonal, protocolizada o estandarizada ya que así el tratamiento de la adicción será igual para todos los pacientes. Resulta entonces clave atender a los factores subyacentes de la adicción, ya que el adicto es una persona con dos problemas: el sufrimiento que tiene y el mal remedio que busca en la droga. Si solo se trata esto último se llega al fracaso y, lo que suele ser peor, se termina acusando al paciente de ser responsable del mismo. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Interesantísimo artículo porque guarda una mirada acotada y no omnipotente desde el lugar médico, donde pone el acento en lo subyacente en materia de adicciones; esto es las necesidades que se cubren con la ingesta de determinadas sustancias. Como bien señala el articulista, y lo nombra en uno de sus ejemplos, comer excesivamente, o jugar/apostar impulsivamente o cualquier otra conducta humana que se haga en una forma sensiblemente exclusiva y excluyente, constituye una adicción. Hemos señalado en anteriores oportunidades, que al decir de algunos equipos de tratamiento y particularmente el surgido de la Universidad de Ginebra y que atiende problemas de salud mental en su hospital respectivo, tiene un servicio de adicciones sin especificar donde trata todo tipo de sintomatología de este tipo que se presente, por lo menos las más frecuentes. Además agrega algo que es de sumo interés; el tratamiento no tiene por objeto únicamente la posibilidad de una abstención absoluta, antes bien puede considerar distintos estadios o etapas logradas como ítems dignos de ser tenidos en cuenta en el sentido de mejoría sustancial. Y agrega, que hay que evitar los tratamientos rígidos y estandarizados, porque indudablemente no respetan la idiosincrasia de cada paciente y sus vicisitudes específicas que lo llevaron a esta sintomatología en un estadío grave. Agregaríamos nosotros, que las propuestas deben contemplar distintas alternativas que son útiles a la hora de resolver un caso en particular; terapia familiar o de pareja, instancias individuales o grupales, actividades lúdicas, recreativas, culturales, etc asumidas en conjunto, en fin todo lo que nos indique un marco adecuado de comprensión y facilitación del sentido vital en cada persona en particular que concurra a tratamiento, amén de una prospectiva que denominamos proyecto, que en la medida de su desarrollo permite salir de esa instancia particular donde parece que el remolino de su expresión adictiva, le impide cualquier posibilidad de reconocerse a sí mismo.

sábado, 23 de noviembre de 2019

PANNAPH – Noticias sobre alcohol – noviembre de 2019.

Consumo de alcohol y consumo de drogas. 1. Beber compulsivamente y el uso indebido de opiáceos con receta médica en los Estados Unidos de América, 2012–2014. Los opioides recetados fueron responsables de aproximadamente 17,000 muertes en los Estados Unidos en 2016. Una de cada cinco muertes por opioides recetados también involucra el alcohol. Sin embargo, se sabe poco sobre la relación entre los patrones de consumo de alcohol y el uso indebido de opioides recetados. Se analizaron los datos de los 160,812 individuos (de edad ≥12 años) y los resultados indican una estimación de 4.2 millones de personas que informaron el uso indebido de opiáceos recetados. Los bebedores compulsivos tenían casi el doble de probabilidades de usar indebidamente los opioides recetados en comparación con los no bebedores, ya que una estimación de 2,2 millones de bebedores compulsivos informó sobre el uso indebido de opiáceos recetados. El uso generalizado de estrategias basadas en la evidencia para prevenir el consumo compulsivo de alcohol podría reducir el uso indebido de opioides y las sobredosis relacionadas con el alcohol. Trastorno del espectro de alcohol en el embarazo/alcoholismo fetal. 1. Embarazo, fertilidad, lactancia y consumo de alcohol: Un análisis de la estructura y la integridad de la información difundida por las organizaciones financiadas por la industria del alcohol. El consumo de alcohol durante el embarazo puede dañar al feto en desarrollo. La cantidad exacta, el patrón y el período crítico de exposición necesario para que ocurra el daño no están claros, aunque la guía oficial a menudo enfatiza la abstención precautoria. La información sobre el consumo de alcohol en relación con el embarazo se extrajo de los sitios web de 23 organismos financiados por la industria del alcohol (por ejemplo, Drinkaware, DrinkWise, Health.gov y NHS Choices). Los hallazgos indican que las organizaciones financiadas por la industria del alcohol fueron estadísticamente significativamente menos propensas que los sitios web de salud pública a proporcionar información sobre el trastorno del espectro alcohólico fetal y menos propensas a aconsejar que ninguna cantidad de alcohol es segura durante el embarazo. Fueron significativamente menos propensos a usar lenguaje directo (por ejemplo, "no beber"). Los sitios web financiados por la industria del alcohol omiten y tergiversan la evidencia sobre los principales riesgos del consumo de alcohol durante el embarazo. Esto puede "empujar" a las mujeres a seguir bebiendo durante el embarazo. El público debe ser ampliamente informado de los riesgos de obtener información sobre la salud de fuentes financiadas por la industria del alcohol. 2. Resultados adversos de salud asociados con la exposición al alcohol en el feto: Una revisión sistemática centrada en los resultados cardio-renales. El objetivo de este estudio fue el de identificar toda la literatura preclínica y clínica disponible (22 estudios) que investiga los resultados cardiovasculares y renales en los hijos con exposición prenatal al alcohol (PAE). Los resultados indican que el PAE puede afectar aspectos de la función cardiovascular y renal, incluyendo la presión arterial, el control de la frecuencia cardíaca, la función cardíaca y la excreción urinaria. Sin embargo, debido al pequeño tamaño de la muestra en los pocos estudios clínicos, se requiere investigación adicional para ampliar la evidencia preliminar actual de disfunción cardio-renal en los niños con PAE. Política sobre el alcohol. 1. ¿Son las tendencias en el consumo de alcohol y la mortalidad por causas específicas en Rusia entre 1990 y 2017 el resultado de las medidas de política sobre el alcohol?. El objetivo de este estudio fue analizar las tendencias en el consumo y la mortalidad del alcohol, y su asociación con las medidas de control del alcohol en Rusia entre 1990 y 2017. Los resultados indican que el consumo y la mortalidad aumentaron entre 1991-1994 y 1998-2002, aunque se observó un descenso continuo desde 2003. Las psicosis alcohólicas y las intoxicaciones mortales por alcohol en las mujeres, comenzaron a disminuir en 2002 en un 83% y un 78%, respectivamente. La tendencia de las psicosis alcohólicas y las intoxicaciones mortales por alcohol en los hombres disminuyó en un 74% y un 79%, respectivamente, entre 2003 y 2017. Las tendencias del consumo de alcohol también se reflejaron estrechamente en las tendencias de la esperanza de vida en comparación con 1980; la esperanza de vida al nacer en 2017 era 6,1 años mayor para los hombres y 4,7 años mayor para las mujeres. Esta dinámica parece verse afectada por las tendencias económicas y las políticas de control del alcohol, que se aplican cada vez más, como el precio mínimo de las bebidas espirituosas, que aumenta gradualmente cada año, las restricciones a la venta y el consumo de bebidas alcohólicas, la publicidad del alcohol en la televisión y la asequibilidad del alcohol. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Este estudio, del que aquí sólo podemos publicar un pequeño resumen dado su extensión, da cuenta de algo que ya hemos mencionado en otras oportunidades y es el hecho de que la prescripción de opioides sin el debido control, favoreció el aumento desmedido de su abuso en los EE UU. Algo similar ocurre en nuestro país, donde el consumo problemático de estas sustancias está estrictamente ligado a su uso como tratamiento contra el dolor. Muchas personas que fueron medicadas con productos tales como el tramadol (muy utilizado por nuestros traumatólogos) y sin un debido seguimiento, desarrollan una dependencia (abuso) que luego requiere de un tratamiento para poder abandonarla. Aquí, además, se desarrolla la relación que existiría entre este comportamiento (uso indebido de opioides recetados) y el consumo excesivo de alcohol, marcando una mayor posibilidad de que exista abuso del medicamento prescripto entre las personas que tienen este comportamiento (abuso de alcohol). Lo interesante a este respecto es que las sustancias en cuestión no son las tan temidas, aquellas que son fácilmente demonizadas, las ilegales, sino una sustancia intermedia como lo es cualquier producto farmacéutico y una legal. Cabe preguntarnos, como lo hace en algún sentido el estudio que citamos, cuánto tienen que ver aquí, puntualmente nos referimos al incremento del uso/abuso de ambas sustancias, los intereses económicos que están detrás, por un lado los laboratorios (que imponen "modas" de remedios a utilizar para tal o cual fin) y las destilerías (que cada vez apuntan a incrementar, a partir de sus publicidades, su población destinataria a público de menor edad, pudiendo así ampliar su mercado). Tal vez, siguiendo las conclusiones del trabajo, la cuestión esté, no en prohibir, porque como ya dijimos en más de una oportunidad nada se consigue con ésto, sino en tener una mejor regulación de las sustancias, sin importar su clasificación (legales o ilegales) sino más bien las posibles consecuencias que sus abusos conllevan no sólo a las personas afectadas, sino a la Salud Pública en general. Para ver el estudio completo https://www.jsad.com/doi/full/10.15288/jsad.2019.80.524

viernes, 22 de noviembre de 2019

martes, 19 de noviembre de 2019

APOSTILLAS 11

Microprograma sobre temas relacionados a la drogodependencia y salud mental a cargo del sociólogo Alberto E. Calabrese

Morir en la vereda.

Por Carlos Alberto Rozansky. Exjuez Federal. Entre las más terribles consecuencias psicológicas del terrorismo de Estado en nuestra región, se destacan la pérdida de empatía y la insensibilidad ante la injusticia. Consecuencias lógicas de un plan sistemático de persecución de opositores cuya finalidad central fue la implementación de un modelo económico neoliberal. El maestro de ese modelo era un economista norteamericano de la conocida escuela de Chicago, Milton Friedman, autor del libro Capitalismo y libertad. La fórmula mágica de la propuesta, era: desregulación, privatización y recortes. Al tratarse de un modelo de exclusión social, era previsible una fuerte resistencia de la población. Máxime, en países como el nuestro, donde el nivel de politización y conciencia social en esos años era muy alto. La metodología ideada por el régimen para enfrentar la resistencia, como se sabe, fue la persecución, secuestro, tortura, desaparición y muerte de decenas de miles de ciudadanos, instalando un clima de terror que facilitó el saqueo. Las consecuencias subjetivas de esos niveles de violencia estatal, en una parte importante de la población, produjeron una fuerte disminución de la empatía –posibilidad de ponerse en el lugar del otro–, y aumento de la insensibilidad ante la injusticia. Dos décadas después de recuperada la democracia, la comunidad argentina realizó esfuerzos que le valieron el reconocimiento internacional, en la búsqueda de la verdad, la justicia y el cultivo de la memoria respecto de aquellos años brutales. Ese proceso de recuperación de la sensibilidad, en un contexto económico de crecimiento, favoreció notablemente la posibilidad de reparación de una subjetividad profundamente dañada por el terror. En el año 2015, complejas circunstancias políticas, con fuerte incidencia de las grandes corporaciones económicas, llevaron al poder a un grupo de dirigentes, identificados con el modelo económico de la dictadura. Discípulos directos del perverso gurú de la escuela de Chicago, y sus continuadores, asumieron la tarea de retomar la senda de la transferencia de recursos de los sectores más vulnerables a los de mayor concentración de la riqueza. Tarea que, ante el conocimiento público de los horrores de la dictadura genocida, ya no podía ser llevada a cabo mediante similares métodos represivos. Fue entonces que con viejas técnicas de manipulación (principios de Goebbells) y nuevas estrategias comunicacionales (Jaime Durán Barba), se instalaron en parte de la opinión pública, consignas carentes de toda veracidad, pero efectivas para el fin perseguido. La reiteración de las mentiras, a través de la difusión de discursos oficiales por parte de los medios hegemónicos de comunicación, generaron “verdades” aparentes. Así, rutas de supuestos dineros espurios fueron atribuidos a ex gobernantes y funcionarios a quienes se les endilgaron una infinidad de hechos ilícitos. Con una parte de la justicia federal al servicio del actual régimen, ninguna importancia tuvo, la mendacidad de las acusaciones. Los servicios de inteligencia del Estado, integrados al plan, en sintonía con un puñado de legisladoras igualmente partícipes, completaron el cuadro de lo que técnicamente se denomina “lawfare”, guerra jurídica o judicial, en palabras del creador del término, general de la aviación norteamericana, Charles Dunlap. Esa mecánica de manipulación de la opinión pública, y simultánea persecución política, reemplazó la metodología desarrollada durante la dictadura de los 70. Se produjo entonces un retroceso enorme tanto en los factores de construcción de la subjetividad social como en la calidad de vida de los ciudadanos, en especial de aquellos de menores recursos. Tal vez la síntesis más descarnada de ese proceso hayan sido las palabras del entonces ministro de Educación de la Nación. “Tenemos que crear argentinas y argentinos capaces de vivir en la incertidumbre y disfrutarla” (Esteban Bullrich 2017, en el Mini Davos). La incertidumbre a la que aludió el ministro no es otra que la producida por el cierre de empresas y pérdidas de fuentes de trabajo que desde el 10 de diciembre de 2015 se cuentan por centenares de miles. Por la disminución del poder adquisitivo de los ingresos de jubilados y pensionados que no pueden acceder a alimentos mínimos, ni medicamentos. Y por la de niñes que no reciben vacunas (porque el gobierno no adquirió las suficientes), que además padecen un frío insoportable en las escuelas sin gas, o directamente han sido expulsados a las calles de las hostiles ciudades de nuestro país. Y entonces, junto a sus padres desocupados y despojados material y emocionalmente, deambulan en busca de una migaja que no suelen recibir. En ese contexto, el jefe de Gobierno de la capital de la República, ha dicho que esa “gente”, viene a Buenos Aires a “pasar el día” (SIC), como si se tratara de paseos primaverales por parques y plazas, durante feriados o vacaciones. Lo que no quieren ver estos funcionarios es que los excluidos no pasean, sólo intentan sobrevivir junto a sus niñes. La incertidumbre que motiva al ex ministro es la que angustia el alma, es la de no saber si mañana se va a tener trabajo, si se va a poder comer. Esa no se disfruta, se sufre. Sin embargo, como ha sucedido en momentos oscuros de nuestro pasado, la solidaridad y sensibilidad de nuestro pueblo se impondrá ante tanto egoísmo y avaricia. Ya se puede ver asomar un sol que nos abarcará a todes, sin excluidos ni ciudadanos de cuarta. Para que los niñes vuelvan a ser los únicos privilegiados y nunca más un habitante de nuestro país, muera en la vereda.
A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. En un muy buen artículo, el ex Juez (sacado de su cargo en forma espúrea por los aprietes de este gobierno, sufriendo coacciones de todo tipo) Dr. Carlos Alberto Rozanski analiza y le pone el paradojal titulo de morir en la vereda los factores que llevan a que muchas personas, entre otras cosas, tengan que pasar su vida en la vía pública y el sistema procaz y desenfadado lo describe, según decir del propio firmante, como si fueran pasajeros extraordinarios que vienen a gozar de los parques de Buenos Aires. Pero por supuesto para llegar allí hubo de pasar algunas décadas atrás, una dictadura feroz que introdujo el miedo en la población en grandes dosis y culminó sus hazañas en la desgraciada experiencia de Malvinas. En la actualidad con nuevas metodologías los dinámicos inspiradores de estas formas de explotación a la ciudadanía, se basan en una campañas, distorsiones de todo tipo e incluso ignorancia o evaluación totalmente inconsistente de los fenómenos que ocurren. Las técnicas de manipulación hoy impulsadas por lo triste figura de Jaime Duran Barba, marcaron con su discurso a través de los medios una sarta de mentiras en todos los niveles para inducir a la población a dos grandes cuestiones: la creencia en el discurso único y la incapacidad de pensar otra cosa siquiera diferente aunque sea en forma leve y por otra parte la instalación de un absoluto categórico improbable como que todos los que están en frene y han brindado algún tipo de beneficio de la población ene general o a grupos más sumidos en particular, son corruptos per se, demagógicos y tiránicos. Los recientes hechos en las repúblicas vecinas de Chile y Bolivia, dan muestras ciertas de hasta donde se lleva este tipo de acción perniciosa enviada desde nuestro gran padre del norte. Se ha llegado a decir, y es una cita que vale la pena releer los dichos de un ex Ministro de Educación, que llegó a decir que los argentinos tenían que ser capaces de vivir de la incertidumbre y disfrutarla. El orden de la edad media puesto en el primer cuarto del siglo XXI; volvemos a los cuentos de hadas y a ala población paciente que debe aceptar fatalmente su destino aun en las peores condiciones. Termina el artículo en hacer una apuesta a nuestra solidaridad y sensibilidad para superar el egoísmo y la avaricia. Coincidimos y tal vez sea la única apuesta que podamos hacer, claro basándonos en una fuerte toma de conciencia, para que no haya más muertos en la calle, de frío tal vez, pero siempre de injusticia.

martes, 12 de noviembre de 2019

APOSTILLAS 10

Microprograma sobre temas relacionados a la drogodependencia y salud mental a cargo del sociólogo Alberto E. Calabrese

jueves, 7 de noviembre de 2019

Cocaína a la carta: el restaurante peruano con línea directa a la cárcel de Devoto.

El local funcionaba en Balvanera. La banda cobraba ahí la droga que entregaba en prisión.
La víctima llegó al lugar desesperada. Corría el año 2008 y las noticias sobre secuestros virtuales no estaban muy difundidas. Tenía unos pocos miles de pesos y una dirección: General Urquiza 163, Balvanera. Ni bien encontró el lugar, se sorprendió. Pensó que sería una casa. Pero siguió la orden: entró al bar-restaurante "El Cañonero", dejó la bolsa con el dinero sobre el mostrador y salió, creyendo que su hijo sería liberado en pocos minutos. Se fue sin tener la menor idea de lo que realmente estaba pasando. Ni que su familiar no se encontraba secuestrado, ni que el llamado se había hecho desde un pabellón de la cárcel de Devoto. Tampoco, que los presos habían marcado con uno de los teléfonos celulares que entraban los penitenciarios. Ni en sus sueños se hubiera imaginado cómo le tocó a ella y no a otro persona: el azar quiso que los guardias rompieran, entre tantas, la hoja de la guía de teléfono en la que se encontraba su teléfono y su nombre. Vendérselas a los internos era uno de los tantos negocios. Como aquel día el cobrador de la banda no podía pasar a retirar el dinero, los presos le dieron la orden de ir a "El Cañonero". En definitiva, muchos de sus botines terminaban en ese lugar, ubicado a menos de cien metros del colegio Mariano Acosta. En General Urquiza 163, Balvanera, durante muchos años, funcionó una sede de la comunidad portuguesa en Argentina. A principios del 2000 decidieron no renovar el contrato de alquiler. Ese simple acto sería el comienzo de algo que cambiaría el modo de vida para unos cuántos vecinos de la zona. El primer paso de la familia Fernández Rodríguez, todos nacidos en Trujillo, Perú, fue alquilar el local y montar un restaurante de comidas típicas de su país. Hasta ahí nada anormal: el barrio está lleno de comercios con esas características. Al poco tiempo empezarían a vivir en algunas de las piezas del edificio de tres pisos ubicado al lado del restaurante, en Urquiza 165. Quien regenteaba el lugar era el mismo con el que habían negociado el local. Era un sobrino lejano de una vecina de la cuadra, que era la dueña de ambos inmuebles. Rápidamente lo amenazaron y tomaron el resto de las habitaciones, que comenzaron a subalquilárselas a sus paisanos. El lugar sería clausurado tres veces y se le advirtió un peligro de derrumbe. El verdadero negocio de la familia era la venta de drogas al menudeo. Allí se terminarían abriendo tres causas de narcotráfico. A algunos travestis de Once les vendían a precio mayorista. A otros adictos, lo mismo: les daban una cantidad de pequeñas dosis y les exigían un dinero fijo. Gracias al trato esas personas podían ganarse algo de efectivo y drogarse gratis. Uno de los integrantes de la familia vivía en Estados Unidos y cada tanto pasaba a visitarlos. Otro cumplía una condena por drogas en el pabellón octavo de la cárcel de Devoto. Entonces, el negocio funcionaba así: compañeros o familiares de los detenidos llegaban a "El Cañonero" y pagaban la cocaína que minutos más tarde le llegaría a su ser querido. Solo era cuestión de que alguien de la familia peruana llamara al detenido y le diera el nombre y pabellón del cliente al que debía entregarle el pedido. Muchas veces, los que visitaban el bar y pagaban la droga eran los cobradores de los presos que hacían secuestros virtuales desde el pabellón "Celular 1". Y otras, más bien pocas, las víctimas de esos engaños. Aunque nunca en el local: lo que arreglaban era que un miembro de la familia peruana recibiera el pago del rescate en Balvanera. El problema es que en uno de esos secuestros virtuales los presos mandaron a la víctima directamente a "El Cañonero". Y más tarde, ni bien se enteró que había caído en una trampa, se animó a denunciar el caso. Y hubo allanamientos simultáneos: en el bar, en el pabellón de peruanos y en el de argentinos desde el que habían hecho la llamada. "Uff, la gran mayoría de los que hacían los secuestros virtuales hicieron más plata presos que en libertad. No paraban. Vivían de fiesta", recuerda un ex detenido que fue testigo de todo. En la cárcel el precio de la cocaína duplicaba o triplicaba el valor de la misma en libertad. Una parte de los cheques que cobraban por trabajar en los talleres intramuros también iba a parar a "El Cañonero". La estructura de Devoto hacía que todo fuera más fácil. El pabellón de peruanos que paraban en Bajo Flores y toda la zona de Once, Abasto y alrededores, era el 8. Era el más alto de la planta 2, el del último piso. Eso permitía hacer las entregas mediante una "paloma": metían la droga en una bolsa y la ataban a una soga, que la sacaban por una ventana y la hacían bajar hasta la del pabellón del cliente. Los penitenciarios hacían un negocio completo: le cobraban a los peruanos que vendían y a los argentinos que querían hojas de guías de teléfonos y celulares. Otra manera de entrega era de mano en mano. Los peruanos bajaban al patio de visitas o a alguna actividad y pasaban por los pabellones de argentinos. El allanamiento definitivo de "El Cañonero" fue el 12 de marzo de 2010. En realidad, al edificio que funcionaba de aguantadero. Porque el comercio había sido clausurado desde el 2 de febrero. Al líder de la familia no lo encontraron: estaba internado en el hospital Ramos Mejía desde noviembre de 2009, cuando dos sicarios colombianos le dispararon dentro del restaurante. Se llamaba Ángel y fallecería a los meses de las detenciones. Entre los arrestados estaban la mujer, un hijo de 17 años del muerto y la esposa del preso de Devoto. También, una persona en situación de calle que limpiaba el edificio a modo de changa. Los días de lluvia y frío podía quedarse adentro. Como esa mañana se encontraba en el lugar, terminó en la cárcel de Marcos Paz. Les encontraron, en total, después de revisar todas las habitaciones, más de 3 kilos de marihuana, 60 gramos de cocaína, un revólver calibre 38, una pistola calibre 22 y una tarjeta de visitas para entrar a la cárcel. "Era común despertarnos y salir a nuestros patios y encontrar gorras de la Policía, bolsas con plata o pedazos de droga", recuerda uno de los vecinos que vivían detrás del edificio de la banda. Y agrega: "Los allanaban y tiraban lo que podían. Una vez uno de ellos saltó de una ventana del edificio al patio de una vecina. La señora tuvo que dejarlo salir por la puerta de su casa". Otra vecina dice que los inquilinos de las piezas que alquilaban los detenidos arrojaban bolsas con excrementos. "El frente de un par de viviendas de la cuadra tienen marcas de disparos. Los tiroteos eran constantes", cuenta. Por esa razón, asegura, muchos decidieron irse del barrio. Para poder hacerlo vendieron sus propiedades a valores inferiores. Los que vivieron en la cuadra recuerdan que los peruanos solían ser amables con los vecinos. Que los saludaban, que si cruzaban a alguna abuelita cargada la ayudaban con las bolsas de las compras. Una de ellas se animó a hablarle al que terminaría muerto. "Me dio su teléfono y me dijo que podía llamarlo por cualquier cosa. Fue muy amable conmigo. Con nosotros eran atentos. Pero a los pacientes del consultorio odontológico los asaltaron varias veces. El dueño perdió la clientela. Muchos tenían miedo de venir". Las mujeres de la familia compartían peluquería con las vecinas. Ese era el punto de encuentro, donde coincidían. Aunque ninguna de ellas podían entender todo el dinero que gastaban las dos que manejaban el bar, en el que nunca veían comiendo a más de tres o cuatro clientes. Después del allanamiento de marzo de 2010, el lugar permaneció cerrado durante años. Al tiempo se volvió a alquilar. Abrieron otro restaurante. Les fue mal, cerraron. Hubo cambio de dueños y lo inauguraron otra vez. La que era la puerta del edificio de Urquiza 165 sigue tapeada: colocaron ladrillos, hicieron una pared que pintaron de blanco y que hoy muestra una especie de mural de Héctor Lavoe, uno de los artistas de salsa más reconocidos del mundo. El Juzgado Federal Número 12, a cargo de la investigación, ya le permitió a la dueña del edificio poder habitarlo. Leonardo Dattoli es el presidente de "Balsud, Balvanera al Sudoeste", una asociación civil de vecinos y comerciantes del barrio. Lo primero que recuerda es una anécdota arriba del taxi. "Voy a Urquiza al 100", le indicó al chofer, que le respondió: "Ah, ¿vas a comprar de la buena?". Ahora habla en serio. "En su momento denunciamos en la comisaría 8 a 18 lugares conflictivos en el barrio: creemos que había conexión entre todos. Llegamos a la conclusión de que se trata de un corredor de la droga. Que empieza en la avenida Chiclana y termina en la zona de El Abasto. Si te ponés a buscar encontrás unos cuántos asesinatos en los últimos años por ajustes de cuentas en ese territorio. Son una ramificación de la organización de peruanos de la 1-11-14", dice. Los vecinos se movieron: fueron a la comisaría, al Tribunal Federal Número 12, al de Oyarbide y a todo el que investigó "El Cañonero". Algunos son los mismos que ahora denuncian otros domicilios. Porque el negocio sigue. En Balvanera y en la cárcel de Devoto. Lo único que cambia son los dueños del botín. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Elegimos esta noticia ya que en ella podemos observar varias cosas de las que venimos hablando desde hace tiempo en referencia al tema de la comercialización de sustancias ilegales. En primer lugar la connivencia de quienes se suponen que deberían controlar o según el discurso oficial "luchar contra", en este caso todo ocurre, diríamos irónicamente, bajo la "supervisión" del servicio penitenciario, quien no sólo cobra por permitir la venta dentro de una unidad carcelaria, en este caso Devoto, sino también por "facilitarle" a los reos los medios para poder conseguir el dinero para comprar las sustancias en cuestión. Así, la nota describe como los detenidos conseguían celulares y "hojas de guías telefónicas" para poder realizar secuestros virtuales, cuyos rescates que muchas veces cobraban los mismos proveedores de drogas. Otra cosa curiosa de la noticia, y que debería llamarnos a la reflexión, es que el acento está puesto sobre la nacionalidad de los "narcotraficantes", varias veces mencionan que tanto los dueños del restaurante en cuestión como que quienes comercializaban la cocaína dentro de la cárcel eran peruanos, como si fuera un dato relevante a la cuestión. Si la nacionalidad de quienes participaban de estos hechos delictivos fuese importante, por qué no se menciona la de los penitenciarios que permitían (y sacaban provecho) que ocurrieran tales cosas? Porque la realidad es que sin su intervención interesada (también sacaban provecho del negocio) estas cuestiones no podrían haber sucedido. Pero es más sencillo señalar al enemigo conocido, que poder reconocer cómo las cuestiones que hacen al narcotráfico, incluso a baja escala como este ejemplo, tienen sus redes tendidas en sectores poderosos que "hacen la vista gorda" a cambio de algún tipo de beneficio. Motivo por el cual difícilmente pueda acabarse con el comercio ilegal si sólo nos centramos en perseguir a los eslabones más débiles de la cadena.

martes, 5 de noviembre de 2019

María Celeste Romero: “El cannabis medicinal es muy efectivo para situaciones de salud que antes no tenían respuesta”

Cada vez más el cannabis está derribando mitos y prejuicios. Por lo pronto ya son más de cuatrocientos médicos en el país que están capacitados para asesorar a una lista de pacientes que se viene incrementando desde que dio a luz la Ley 27.350 de cannabis medicinal hace dos años. El paraguas de profesionales que realizaron un posgrado sobre esta especialidad es muy amplio: desde traumatólogos, neurólogos, pediatras hasta especialistas en dolor, médicos de familia y psiquiatras. Sin embargo, el Programa Nacional a través del cual se aplica la legislación sólo contempla el uso en epilepsia refractaria y no se autorizó el autocultivo, lo cual genera controversias. El interés y curiosidad creciente por este tipo de medicina se elevó al punto que en pleno corazón de Palermo se realizó hace poco la Expo Cannabis con miles de asistentes. La doctora María Celeste Romero es médica psiquiatra, especialista en este tipo de medicina y aclara de entrada: “La planta de cannabis tiene cannabinoides que son las sustancias químicas que le dan propiedades farmacológicas. Y hay dos grandes componentes: la del consumo recreativo que es el THC y la que se liga con lo medicinal que es el CBD”.
-¿El cannabis medicinal se convirtió en una moda?. Algo así. Por un lado la gente está un poco cansada de tratamientos tradicionales y quieren regresar a la naturaleza. No sólo lo vemos en padres preocupados por patologías de sus hijos pequeños sino también cada vez más en adultos mayores. Por parte de los médicos se va imponiendo esta moda porque es una medicina muy efectiva y es muy difícil que no te llame la atención, es muy atractiva. Pero creo que más que una moda es una revelación, porque durante años nuestra sociedad no contó con información sobre el tema y se vinculó al uso de cannabis desde el temor y el prejuicio. Hoy en día estamos viviendo un “boom” porque estamos viendo que es una medicina muy efectiva para situaciones de salud que antes de esta “moda” no tenían respuesta. Toda esta generosidad de la planta se ha instalado en nuestras sociedades y ya produjo un fenómeno imparable. -¿No es paradójico que exista la ley pero siga siendo un delito tener una planta, necesaria para el cultivo? . Desde ya, por eso hay que regular esto con urgencia porque es una locura. Es una planta con un montón de propiedades medicinales que nos la estábamos perdiendo por tener leyes viejas. Tenemos a la vez una ley de estupefacientes que dice que si tenés una planta en tu casa podes ir preso entre cuatro a quince años. -Sin esa legalidad para cultivar: ¿hay un mercado ilegal? ¿se precisa de laboratorios serios interesados en desarrollarse y producir en el país? . Es importante que haya productos de calidad que hoy no tenemos. Hay un boom de cannabis donde hay muchísimos oportunistas que venden cualquier cosa. Hay un mercado ilegal muy grande que no está regulado, donde no podemos asegurar la calidad de los productos. Los laboratorios se están despertando, están en vías de desarrollo pero están llegando. Las personas que cultivan no están en contra para ese desarrollo, hay espacio para todos: no es una cosa o la otra. Si tienen buenos productos con precios accesibles para la gente, perfecto. El autocultivo tiene que ser un derecho, no una obligación. Pero en Argentina seguimos haciendo lío: tenemos una ley que no responde a la demanda social inicial (salir de la ilegalidad para cultivar) y es necesario continuar expandiendo el mensaje de que la legislación actual no es suficiente y existen miles de familias en riesgo por la regulación insuficiente. Nadie puede ser privado de su libertad por hacer un uso terapéutico de esta planta que es absolutamente medicinal. En definitiva, todo pasa por algo y creo que el cannabis ha contribuido al cambio de consciencia que necesita nuestra sociedad para aprender a valorar a la naturaleza y cuidarla. -¿En qué dolencias, además de la epilepsia refractaria, se comprobó la efectividad de esta medicina? . También es muy efectiva en esclerosis múltiple y funciona para múltiples afecciones como el autismo, el alzheimer, depresión, ansiedad, esquizofrenia, fibromialgia. En Israel, por ejemplo, el ministerio de salud habilita para trastornos postraumáticos, síndrome de Tourette, para paliar los dolores que provoca el cáncer, Parkinson…a todo lo que es neurológico, responde muy bien. Las mejores respuestas se dan cuando el cannabis no es tomado solamente como una estrategia farmacológica sino más bien como un estímulo para revisar las costumbres que afectan la calidad de vida. -¿Se derriba el mito de si existe un riesgo que el paciente se vuelva adicto con la medicina cannábica? . Por empezar, sólo el 10% de las personas que fuma cannabis suelen generar una dependencia. El aceite medicinal puede producir una habituación como a cualquier tratamiento y no tiene un síndrome de abstinencia físico. Si bien tampoco se puede interrumpir el proceso porque sí, la gente no se hace adicta. Además creo que cualquier tipo de adicción no se explica por la sustancias sino por el contexto, que hace que la persona tiene que estar predispuesta para esa situación. Pero la marihuana per se no es una sustancia que produzca adicción. Cuando me preguntan si hay psicoactividad, yo siempre digo que si vos ves jóvenes que están fumando marihuana y están riéndose, con hambre y sueño decís que están muy “fumados”. Sin embargo para una persona con cáncer que tiene dolor, que no tiene apetito por la quimioterapia, todo lo que veíamos como psicoactividad acá es medicinal. Terapéutica cannabica. Médica con diploma de honor de la Universidad de Buenos Aires, María Celeste Romero es también especialista en psiquiatría y homeópata unicista. Es también una de las primeras egresadas del Posgrado de Endocannabinología y Terapéutica Cannabica (UNLP). Es Coordinadora de asistencia e investigación médica del Centro de Estudios de la Cultura Cannábica (CECCA) y Secretaria Académica del Posgrado de Endocannabinología y Terapéutica Cannabica UNLP en 2018. También es docente de la Cátedra Libre de Cannabis de la Universidad Nacional del Sur y asesora médica de la Revista THC. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Como lo demuestra la entrevista a la médica psiquiatra Celeste Romero, tal como lo venimos diciendo en numerosas oportunidades, la marihuana tiene muchas propiedades medicinales. Raro? No, lógico. Por qué? Sencillamente porque ninguna droga es buena o mala de por sí, de hecho cualquier fármaco depende de la dosis para ser un beneficio o constituirse en un tóxico. La inclusión de sustancias en las listas de prohibición, constituyó un arbitrio que no tiene más de 45 años a nivel mundial. De hecho las sustancias psicoactivas naturales y de producción farmacéutica - legítima o ilegítima, son muchos miles y por síntesis, pueden ser muchas más. Pero la buena noticia para muchos que padecen trastornos y dolores sin solución , con la marihuana como fármaco, tienen una nueva oportunidad y con un detalle positivo: no produce acostumbramiento o posibilidad de adicción. Y esto es lo notable, teníamos otra posibilidad terapéutica natural y nos la estábamos perdiendo. Será cuestión de explorar y dejar prejuicios de costado. Estamos hablando de propiedades terapéuticas, otro día, hablaremos de otras cualidades de esta prolífica planta en materia industrial.

jueves, 31 de octubre de 2019

APOSTILLAS 9

Microprograma sobre temas relacionados a la drogodependencia y salud mental a cargo del sociólogo Alberto E. Calabrese

martes, 29 de octubre de 2019

APOSTILLAS 8

Microprograma sobre temas relacionados a la drogodependencia y salud mental a cargo del sociólogo Alberto E. Calabrese

jueves, 24 de octubre de 2019

APOSTILLAS 7

Microprograma sobre temas relacionados a la drogodependencia y salud mental a cargo del sociólogo Alberto E. Calabrese

martes, 22 de octubre de 2019

APOSTILLAS 6

Microprograma sobre temas relacionados a la drogodependencia y salud mental a cargo del sociólogo Alberto E. Calabrese

jueves, 17 de octubre de 2019

APOSTILLAS 5

Microprograma sobre temas relacionados a la drogodependencia y salud mental a cargo del sociólogo Alberto E. Calabrese

FONDO AYUDA TOXICOLÓGICA ( F.A.T. )

QUIENES SOMOS.!!!

El Fondo de Ayuda Toxicológica (FAT) es una ONG fundada en el año 1966 por el Profesor Emérito Dr. Alberto Italo Calabrese para trabajar en ...