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viernes, 28 de septiembre de 2018

"LA DROGA" COMO ABSOLUTO PARADOJAL.!!!

Artículo del Lic. Alberto Calabrese Sociólogo. Asesor Institucional del Fondo de Ayuda Toxicológica. Director de las Carreras de Postgrado de la UBA y de la U. N. de Tucumán. .Hace tiempo, convocado por un colega en el interés suscitado por estas problemáticas que nos ocupan, escribí un artículo en el libro que él dirigió, en el cual ponía el tema de las sustancias, que al decir vulgar es una sola “la droga” y muchas veces está corroborado este desconcepto además extendido en su utilización corriente por los discursos oficiales, no necesariamente de gobiernos, sí en cambio de protagonistas actuales de la política, como los medios de comunicación masiva, que marcan agenda en este aspecto. Días pasados, el Presidente en ejercicio de la República concurrió a un acto de quema de sustancias psicoactivas ilegales. Toda acción que es reflejada por los medios es un símbolo de lo que fácticamente se quiere convencer: se ha reanudado la lucha contra el “mal”, personificado éste por una sustancia, un objeto que paradojalmente se lo ha designado como la síntesis del daño posible. Es que también anunció en varias oportunidades, su deseo e intención de dar una lucha total contra el narcotráfico que también paradojalmente parecería que de todos los delitos posibles es el peor. No termina la cosa allí; la quema tradicionalmente ha sido un acto de purificación, los autos de fe, la quema de enemigos, la actualización del sistema en hechos protagonizados por ISIS, también los bombardeos erráticos y sus supuestos “daños colaterales”, simplifican un camino que da a entender que lo que el fuego limpia debe ser erradicado en forma absoluta. Quisiera no pensar, que de este acto simbólico se traduzca en algún tipo de profundización de actos guerreros, porque ya sabemos cómo sigue esta saga, con un saldo horrible de muertos, heridos y desaparecidos, amén de presiones de todo tipo y sufrimientos para incontables familias. Tampoco quiero abundar en el orden disruptivo por el cual además se aplica una suerte de un orden a esperar, cual es el de una “sociedad libre de drogas”, lo que circunscribe este discurso a confundir una lista de 200 de ellas y olvidar las miles que existen en el mundo y la enorme cantidad de las mismas que tienen propiedades semejantes a las que quieren ser erradicadas. Esto tiene una contradicción real en nuestro país, toda vez que ya al comienzo de su experiencia con consumos de sustancias extendido, hecho que empezó a acontecer masivamente hace cuatro décadas, se sustentó con sustancias farmacéuticas (psicotrópicos y psicofármacos) usadas con fines diferentes para los cuales habían sido diseñados. Curiosamente, en la actualidad nos encontramos y esto tiene que ver con mi experiencia reciente finalizada en 2015 como Director de Adicciones del Ministerio de Salud de la Nación, en el sentido de comprobar y esto está corroborado por numerosos jefes de servicios de toxicología con los que mantengo trato, con la utilización de fármacos de todo tipo y fabricación absolutamente legal y no todos con venta bajo receta, consumidos en forma absolutamente dispar mezclados sin ton ni son, utilizados por los jóvenes como forma de obtener los resultados sabidos de las sustancias psicoactivas prohibidas. Hoy se encuentran nuevamente puestos en el lugar de la mayor fuente de intoxicaciones agudas sufridas por consumidores ocasionales o habituales y que terminan colmando las guardias y muchas veces llegan a la muerte por sobredosis, como principal forma de intoxicación con fines supuestamente placenteros.
¿Qué es lo que queremos desentrañar? Que por un lado alguien se erige en representante y lo es por el cargo que ostenta, en el campeón de la “lucha contra” y asiste a la pira simbólica, donde se acaba con el “daño” y objetiva toda una sociedad en la creencia por el absurdo que en ese acto y representación se conjuga la voluntad de lucha con la convicción que se está aniquilando en ese momento al objeto de mayor daño que existe en la Tierra. Párrafos más arriba, podemos observar la actitud de muchos jóvenes y también de gente que no lo es tanto, en función de la toma excesiva de una mezcla que le puede resultar incluso fatal, pero que está identificada con “recibir lo bueno”. Si ambas asimetrías operan sobre una misma creencia en función de totalizadora y representante absoluta de los sentimientos de “todo bueno” o “todo malo”, el objeto resultante de esta dicotomización, es literalmente un absoluto. Como tal tiene todas las cualidades del absoluto o sea puede quitar o dar con la misma intensidad. Si fuera un acto religioso (aunque reviste muchas veces las características del mismo), tiene que tener como base una doctrina que se nutra de estos dos principios y los enfrente en función de una lucha que empezó en el principio de los tiempos y finalizará justamente con los mismos. De nosotros depende que la opción bien-mal, no sea tal, pues este mundo está montado sobre cuestiones relativas. Si bien hay opciones de base como la dualidad vida-muerte, la mayor parte de las opciones vitales tienen que ver con posible o no posible pero en términos aleatorios. Quien piensa que algo le va a brindar todo el bien, le está birlando sustantividad a la realidad, después de todo el deseo existe para no ser satisfecho, lo que por otro lado es el eje de la sociedad que nos toca vivir, o sea de consumo aunque no pueda consumir. Por el contrario quien cree o pretende creer que todo el mal o todo el daño, para ser más precisos, se puede sintetizar en una cantidad de sustancias absolutamente acotadas en función de la enorme cantidad de tóxicos, fármacos o no que existen en la naturaleza y en la forma de fabricación humana, que además puede desarrollarse ad infinitum con nuevas combinaciones y propósitos, aun con una dimensión extraordinaria dejaría de costado y casi como un ejercicio de fantasía, a la enorme cantidad de causales de daño, tales como fenómenos naturales destructivos, prácticas humanas extractivas y depredadoras de los recursos naturales y los ámbitos en los que vivimos, pobreza estructural y falencia de infraestructura para la mitad de la humanidad, y demás etcéteras que podrían llenar con su sola titulación un libro. Infinitas formas de constituir el daño, así como el protagonista del consumo olvida cualquier daño que pueda ser correlativo al mismo. Esto no se limita a las sustancias, incluye muchas otras formas donde lo placentero está al borde de lo destructivo o incluso de un final abrupto. En este caso lo que estamos tratando de sintetizar, constituye tal vez una parte de todo lo que se quisiera decir y que a mi manera de ver, debería ser sustrato de un artículo ampliatorio. Lo que sí está claro, es que la particular forma de tratar de llevar a la hoguera a lo que horroriza o sirve para inducir a ello es una trampa para el sentido, nos desvía del trabajo cotidiano, dificultoso y complejo que consiste en atender a las causas y minimizar los efectos, en ese sentido no hay respuestas desde ningún absoluto. En el ámbito científico, se necesita teoría clara, planes adecuados y acciones consecuentes. Entiendo que los que se interesan particularmente por la prevención de determinados acontecimientos, apuntan a esta última variable, eso sí, solamente va a funcionar con un modelo adecuado.

lunes, 24 de septiembre de 2018

QUE ES LO QUE LA GENTE CREE QUE SABE SOBRE LA DEPENDENCIA A SUSTANCIAS.??

Artículo de la OMS. Mitos y realidades dirigidos a los responsables de la formulación de políticas y programas de prevención, tratamiento y apoyo de la dependencia de sustancias. Mito 1. La dependencia a las sustancias es simplemente un fallo de la voluntad o una debilidad del carácter. Realidad 1.La dependencia es un trastorno cerebral y las personas con dependencia de sustancias tienen alterada la estructura y el funcionamiento cerebrales. En efecto, la dependencia se expresa en forma de conducta compulsiva, la cual está fuertemente relacionada con cambios cerebrales que ocurren a lo largo del tiempo, tras un uso repetido de drogas. En los últimos años se han identificado factores genéticos que se asocian con una mayor o menor predisposición de los individuos a desarrollar una dependencia de sustancias. Mito 2. Las personas con dependencia de sustancias pueden volver fácilmente a desarrollar un uso ocasional. Realidad 2. La dependencia de sustancias es difícil de controlar debido al uso compulsivo y al ansia de droga, que lleva a la búsqueda de la sustancia y sus uso repetido, incluso en presencia de consecuencias sociales negativas y de perjuicios para la la salud. Una vez que es drogodependiente, el individuo fracasa con frecuencia en sus intentos para dejarla. Mito 3. No merece la pena invertir en el tratamiento de individuos que tienen una dependencia a las drogas, es un derroche de fondos públicos. Realidad 3. Invertir en tratamientos para la dependencia de sustancias basados en la evidencia científica disminuye las consecuencias sociales negativas y los problemas sociales (ej : crimen, carga económica e infección por VIH). Por cada dólar gastado en tratamiento, se ahorran 7 dólares en costes. Se ha demostrado que el tratamiento puede ser coste-efectivo tanto en países desarrollados como en países en vías de desarrollo. Es más rentable que la cárcel. Mito 4. Las personas en mi país no presentas problemas relacionados con el uso de drogas. Realidad 4. Ningún país es inmune a los problemas derivados del uso de sustancias. Es posible encontrar personas con uso de sustancias en cualquier parte del mundo, entre hombres, mujeres y jóvenes. La incidencia de la dependencia de sustancias va en aumento y, en muchos países el uso de sustancias es el desencadenante de otras epidemias. En la actualidad, 114 países han informado casos de infección por VIH relacionado con la inyección de drogas. Mito 5. Los problemas relacionados con las drogas y el alcohol sólo afectan a individuos en países desarrollados. Realidad 5. La evidencia disponible muestra claramente un incremento de los problemas relacionados con el uso de drogas en países en vías de desarrollo con un impacto significativo en la mortalidad, la enfermedad y las lesiones. Estos problemas afectan sobre todo a los pobres y son más prevalentes también entre los pobres de los países desarrollados. Mito 6. Ya se ha llevado a cabo suficiente investigación en torno a la formulación de políticas en torno a los problemas relacionados con el uso de drogas y alcohol; No hay necesidad de que se haga más. Realidad 6. Las conductas de uso de alcohol y drogas son dinámicas, con patrones cambiantes dependientes de factores como: disponibilidad de las drogas, introducción de nuevas drogas, nuevos modos de administración y rápidos cambios sociales. Es necesario más investigación para desarrollar nuevas estrategias terapéuticas y preventivas, para desarrollar servicios de soporte y para entender las asociaciones entre la dependencia de sustancias y otras conductas de riesgo. Los nuevos retos de la infección por VIH relacionada con el uso de drogas por vía intravenosa plantean un nuevo objetivo de la investigación futura. Mito 7. Los que usam drogas no reciben el castigo que merecen. Realidad 7. Las personas con problemas de salud deben recibir y beneficiarse de los servicios de salud y no un castigo. Las posibles consecuencias a corto y a largo plazo del uso de sustancias incluyen: mortalidad, morbilidad, comorbilidad, aislamiento social y estigmatización. Las personas con dependencia a las sustancias están entre las más marginalizadas en las sociedades y necesitan tratamiento y atención. El encarcelamiento por delitos relacionados con el uso de drogas y la dependencia no es una estrategia efectiva ni de prevención ni de tratamiento. Mito 8. Lo único que se necesita para curar la dependencia son centros de tratamiento - una vez que estás en ellos, estás curado. Realidad 8. No existen soluciones mágicas en el tratamiento de la dependencia de sustancias: es un proceso largo, que requiere múltiples servicios, que no siempre están disponibles. Set rata de una enfermedad crónica y recurrente, que necesita tratamientos repetidos hasta que se consigue la abstinencia. Un seguimiento posterior es esencial para conseguir una buena recuperación, así como un cumplimiento terapéutico y una responsibilización de los propios pacientes.

sábado, 22 de septiembre de 2018

El NEOLIBERALISMO NOS ESTÁ MATANDO : EL ESTRÉS ECONÓMICO COMO MOTOR DE LA DEPRESIÓN GLOBAL Y EL SUICIDIO

Artículo de Noelle Sulivan. es profesora ayudante de Estudios Sanitarios Globales y Antropología en la Northwestern University y compañera de Public Voices en The Op-Ed Project. Como anticipo del Día Mundial de la Salud el 7 de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe que mostraba que las tasas de depresión se incrementaron un 18 por ciento entre 2005 y 2015, estimándose actualmente que afectan a más de 300 millones de personas en todo el mundo. Aproximadamente 800.000 personas se suicidan cada año. Según la OMS, la pobreza y el desempleo son las principales causas. Sin duda, los servicios de salud mental están en unos niveles de apoyo críticos globalmente. Aunque están habitualmente correlacionadas con la pobreza, las enfermedades mentales pueden causar miseria a pesar del estatus socioeconómico de cada uno. Sin embargo, como miembro de la Facultad de Estudios Sanitarios Globales de la Northwestern University, me parece sorprendente que la OMS destaque la pobreza y el desempleo como principales causas de la depresión, pero sugiera ejercicio, programas escolares de prevención, terapias y medicamentos para resolverlo. Si la pobreza y el desempleo son las principales causas de la depresión, ¿no deberían nuestros remedios abordar los factores económicos de la pobreza y el desempleo, en lugar de enfocarse estrechamente en los programas escolares y el ejercicio? ¿Es la expansión de las enfermedades mentales solamente un tema sanitario, o es también una repuesta previsible a la expansión del estrés económico? Esto alcanza a un tema fundamental sobre cómo está conceptuada la salud global a los más altos niveles. Preferimos soluciones rápidas y “factibles” en lugar de abordar problemas complejos. Innovamos en torno al dilema –más antidepresivos, más servicios de salud mental, más ejercicio– pero fallamos en abordar los problemas estructurales subyacentes. ¿En qué momento abordaremos los factores que condicionan globalmente la expansión de los problemas de salud? Realmente sabemos bastante sobre por qué la pobreza se propaga, pero habitualmente se culpa a la pobreza, al desempleo y a los inadecuados servicios sociales inadecuados por la corrupción e incompetencia del Gobierno. Sin embargo, aunque esta visión tiene algún mérito, es miope, particularmente en los países de ingresos medianos y bajos. De hecho, las instituciones de los países ricos tienen una significativa responsabilidad por las economías debilitadas de todo el mundo y, por lo tanto, por el aumento de las crisis sanitarias mundiales. Por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha sido instrumental en expandir nuestro sistema económico neoliberal global. El neoliberalismo aboga por “liberalizar” el mercado de las costuras del Gobierno a través de recortes fiscales, desregulación, privatización, gasto gubernamental reducido para servicios sociales y protecciones reducidas para los trabajadores –los principios clave de los planes de los republicanos para estimular el crecimiento económico en los Estados Unidos–. El crecimiento económico resultante se supone que asegura que los beneficios “se filtran”, ofreciendo a todos una prosperidad creciente y la libertad de adquirir cualquier servicio social que deseen. Excepto décadas de datos sólidos que prueban que el neoliberalismo no es todo lo bueno que decía ser, incluso por estándares económicos. El propio FMI –uno de los principales proponentes de la ideología– afirma que el neoliberalismo ha sido “sobrevalorado”, porque exacerba la desigualdad y el desempleo.
El neoliberalismo ha incrementado la desigualdad en los mismos Estados Unidos. Los EEUU tienen un índice de desigualdad peor que el de China, con una brecha de riqueza económicamente desastrosa. Debido a décadas de reformas forzadas vinculadas a los préstamos del FMI y el Banco Mundial –a las que se refieren habitualmente como “condición”– la pobreza, la desigualdad y el desempleo se han extendido incluso más intensamente en los países más pobres. Si, como el FMI afirma, el actual sistema económico global incrementa la brecha de riqueza global, y las tasas de desempleo y pobreza con ella, no es ninguna sorpresa que la depresión haya crecido un 18 por ciento en todo el mundo. Después de todo, uno solo puede ser tan fuerte cuando puede conseguir trabajo para alimentar a su familia. La pobreza y la desigualdad, y la posterior depresión, quizá parezcan una preocupación ajena, pero la expansión global de desigualdad y pobreza colocan potencialmente a todos en riesgo a pesar de su localización o estatus socioeconómico. Por ejemplo, el FMI ha estado imponiendo condiciones de austeridad sobre países que atravesaron crisis económicas durante años como parte de la agenda de reformas neoliberales que supuestamente estimularían el crecimiento económico a corto plazo. Al imponer la austeridad, el FMI restringió el gasto gubernamental del oeste de África en sistemas sanitarios. El resultado fue una masiva escasez de recursos humanos y debilitó los sistemas sanitarios, permitiendo que el ébola causara estragos en África Occidental y amenazara también a los países ricos. La epidemia demostró que la pobreza es el problema de todos y no solo por razones humanitarias. Más allá de las crisis sanitarias, según el Banco Mundial (otro proponente principal del neoliberalismo), el empleo y la inclusión económica combaten el extremismo violento. Ningún grado de expansión militar ayudarían a “ganar la batalla contra el ISIS” (también conocido como Daesh) como lo haría la estabilidad económica. Quizás es el momento de conocer el papel de nuestro actual sistema económico global en exacerbar los graves problemas que estamos tratando de abordar, desde el extremismo hasta las crisis de salud mental. Por supuesto, no hay panaceas cuando hablamos de salud mental, pero es el momento de empezar conociendo algunos de los temas estructurales que alimentan la ansiedad y la depresión. Quizás es el momento de innovaciones económicas, en lugar de las cansadas reclamaciones sobre reducir el gasto gubernamental, recortes fiscales y desregulación. Algo de esta innovación ya está sucediendo. Portugal ha hecho enormes avances económicos sobre la base de una agenda anti-austeridad. Algunos países, e incluso Silicon Valley, están experimentado con la renta universal, y han observado avances en prosperidad y salud mental. Los resultados de estos experimentos quizá sugieran nuevas ideas sobre formas de estimular el crecimiento económico, aunque evitando las crisis que van junto a él. Las amenazas globales, del extremismo a las enfermedades mentales, pasando por las emergencias humanitarias, solo pueden ser abordadas si nos tomamos seriamente los sistemas económicos que las fomentan.

lunes, 17 de septiembre de 2018

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL TEMA "DROGA/S".!!! SUS IMPLICANCIAS EN LA SOCIEDAD Y EL NEGOCIO DE LAS MISMAS.!!!

Artículo del Lic. Alberto Calabrese Sociólogo. Asesor Institucional del Fondo de Ayuda Toxicológica. Director de las Carreras de Postgrado de la UBA y de la U. N. de Tucumán. . El capitalismo de concentración y que actualmente está en la etapa más alta del mismo, necesita para justificar sus grados de apropiación con una adecuada red de supuestos enemigos externos al sistema que lo justifica. En efecto, al cambiar los ámbitos y hábitos de producción, concentrarse las ganacias y diversificarse en espacios financieros, se transforma a su vez de eminentemente productivo a sustancialmente especulativo. O sea, el mundo de las finanzas, sus especulaciones, la economía en paralelo que significan los paraísos fiscales, facilitan los grados de concentración en pocas manos y concretan maneras de apropiación de la masa monetaria en poseedores acotados, ya sean individuales o corporativos, lo que hace que el mundo del trabajo y la producción, se vean disminuídos en tamaño real y derechos consecuentes. Hasta ahora, no se ven reacciones sustantivas, si acotadas, del impacto que significa lo brevemente descripto, que en otras palabras sería; menos dinero circulante, mayor cantidad de ejército de desocupados, incremento de los problemas migratorios en búsqueda de trabajo, amén de la secuela infinita de recortes de beneficios y prerogativas mínimas para los sectores menos favorecidos, que por otra parte constituye la mayoría del género humano. En ese sentido, sin pretender que esta explicación sea totalizadora, a un sistema de esta naturaleza le conviene la formación de peligros supuestos o reales, que funcionalicen una protección a lo establecido y permitan a la vez etiquetar adecuadamente para ser excluído real o potencialmente a quienes lo incomoden. La constitución del enemigo, siempre ha sido una causal suficiente para justificar las peores acciones humanas; las categorías presentes de adicto, terrorista, extranjero, son nuevas y viejas a la vez. La de extranjero es tan antigua como el mundo, el resignificar a un otro, con todas las características de hacedor o promotor del daño, le agrega el componente “peligroso” y otras singularidades que lo deshumanizan y por lo tanto lo promueven a distintas formas de exclusión en diversas categorías. La variante del capital más fundamental a partir de la acumulación, es sustentar la misma y a la vez, armar nuevos negocios que permiten originar nuevas formas de apropiación de dinero. El narcotráfico hoy, es una forma de negocio “ilícito”, que origina lugares de evasión fiscal, ausencia de control del Estado y una multiplicidad de delitos que suelen agruparse bajo el nombre de “lavado de dinero”. De mantenerse la prohibición, en realidad el único sitio para controlar el tráfico es este, pero ahí complica la maraña de intereses. En otras palabras, si el mundo no entiende que debe acabarse con el dislate del supuesto control al tráfico y consumo de sustancias ilícitas o sea el mantenimiento de la prohibición y en cambio sosteniéndose, probablemente la única herramienta eficaz es la inteligencia sobre el camino del dinero, el control de sus pasos y los recaudos jurídicos para que esto no ocurra.
No sucede así en la práctica, porque los propios organizadores de la cruzada antidrogas, los EE UU, tienen cuatro estados que se dedican al lavado o exportación de dinero mal habido de drogas a los paraísos fiscales. Debemos recordar además, que los llamados delitos complejos no suelen ser ajenos al tráfico de armas, de personas (trata y migración), de especies, de insumos prohibidos o regulados, como por ejemplo los precursores químicos, etc. ¿Y en qué influye esto en el orden social establecido? Ya señalamos muy escuetamente, como una prohibición generó un gran negocio, que no tiene más que 55 años como enunciado general de las Naciones Unidas, pero a partir de la declarada “guerra a las drogas” en 1974, no sólo no se frustró el negocio, sino que se lo multiplicó exponencialmente. Además, se origina por parte de los estados, una creciente administración del control ciudadano, a partir del hecho de los consumos de las sustancias puestas en la lista 2 de las Naciones Unidas, incrementando las agencias y las leyes dedicadas a este control, como asimismo la prisionalización de personas con este “delito” original, dándose la paradoja que se le atribuye al incremento del crimen al aumento del consumo de drogas, cuando al estar criminalizadas estas ya originan la primera faz del delito o los primeros pasos de un futuro delincuente. Esto hace a la existencia en especial de tres formas de control social: 1- que el negocio al menudeo y sus víctimas lo pongan el sector menos favorecido de la sociedad. 2- que eso sirva a la vez para que los conflictos que desata la ambición por la ganancia controle la violencia, que de otra forma podría ir “hacia arriba” y se traduce en hechos, especialmente cuando el deterioro en los niveles de producción económica es destruído. 3- la gran excusa es cuando estos dos primeros puntos y frente al descontrol de otras variables económicas, sirve para armar una situación de “guerra global contra el narcotráfico”. En nuestra América, los casos emblemáticos de Colombia y México, constituyen la más alta expresión de este dislate. Vaste señalar que los 10 años de “guerra contra…”, ya se contabilizan más de 200.000 muertos y desaparecidos (con poca posibilidad de aparición) y en el mismo período, el Ministerio de Salud de ese país, contabiliza una cifra cercana a las 750 personas por sobredosis de sustancias. Huelgan las explicaciones. Este sistema ha creado una forma particular de inclusión y exclusión. Naturalmente desde el lugar que se emite la norma (Ley “protectivo” punitiva), se dan los grados de marginalidad, que son atribuidos casi con naturalidad a los sectores más vulnerables del conjunto social, que suelen ser a los que se le atribuyen las adicciones (término equívoco porque adicción es el extremo de consumo compulsivo), únicamente centradas en problemas de drogas prohibidas y por tanto, eso se cuantifica en el grado de peligrosidad que hay que cuidar. Debe destacarse, que aquellos que están más cerca del lugar de producción de la norma (estructura legal y allegados), tienen asegurada casi completamente la impunidad. En otras palabras, los señalamientos están hechos, para los que previamente han sido asignados socialmente como potenciales culpables. O sea, las adicciones se observan de acuerdo al lugar de pertenencia. Es importante destacar que sin el matrimonio de los Modelos Etico Jurídico (las drogas marcadas como prohibidas son objetos delictivos de por sí) y Médico Sanitario (estas sustancias son las que producen daño real con secuelas irreversibles), no se habría producido esta falsa creencia que las sustancias que están en la lista de peligrosas y prohibidas, son las únicas que resultan adictivas, cuando que la adcción cubre todo el espectro de compulsiones humanas. La prohibición crea tres instancias muy claras: 1) adhesión a lo prohibido, a partir del descrédito de quienes afirman la peligrosidad del objeto; 2) equilibrio de los consumos, ingresos de nuevos componentes y aumento de los sectores que se suman a esos consumos y 3) creciente adhesión normalizadora de los nuevos consumos, a conductas establecidas y aceptadas. La conjunción de necesidades del sistema para la precarización, se encuentra cada vez más vigente. La concentración y la inequidad, hace que se establezcan por decantación natural, grupos de personas a ser controladas. Esto habilita este tipo de política y para la potencia dominante y sus seguidores, es uno de sus artículos de primera necesidad, para establecer diversas teorías de peligros subyacentes. Cualquier consumo compulsivo que puede convertirse en adicción, constituye un peligro potencial para la salud, de eso no cabe duda. En el caso de las sustancias psicoactivas prohibidas, sin ese sustento político, del que hablamos someramente, hoy no estaríamos frente a este grave problema como cuestión global, cuando los números oficiales de la OMS, lo ponen por muy lejos debajo de las 2 grandes adicciones al tabaco y al alcohol. Históricamente, esto se constituyó como tal a partir de la descontinuación de la llamada Ley Seca (prohibición del alcoholismo) y el trasvasamiento paulatino hacia estas otras drogas, instigado en muchos casos por los organismos de control. Tal vez es difícil pedirle al mundo, con la desinformación (información interesada) con la que cuenta, que repare en la relatividad de los peligros que se ciernen sobre la humanidad, en este caso el de las sustancias psicoactivas prohibidas, que entienda que si no se soluciona la cuestión de fondo, esto es la extinción de la prohibición, poco podremos hacer para que el floreciente negocio que se ha armado y su contracara de control, no sigan en su avance expansivo, a costa del sufrimiento de quienes padecen aún la enfermedad y la deshumanización de quienes son excluídos por ello.

martes, 11 de septiembre de 2018

NUESTRO MODELO DE INTERVENCIÓN ÉTICO SOCIAL.!!! QUE PODEMOS HACER PARA PREVENIR.??

Nuestro Modelo de Intervención Ético Social sostiene una interacción entre : COMUNIDAD <> FAMILIA <> PACIENTE .La adicción a las drogas es producto de un conjunto de situaciones de vida previas a su aparición y tiene que ver con el ambiente en el que crecemos y nos movemos. Cuando queremos reparar esta situación, tenemos que trabajar en el ámbito cultural y social del paciente, acompañado de su familia (en sentido amplio, es decir, no sólo la formada por lazos sanguíneos y/o jurídicos, sino también amigos/grupos de pertenencias, referentes importantes para la persona, etc.) además de trabajar en sus aspectos físicos y psíquicos. Por eso > HABLEMOS SIN MIEDO > NO JUZGUEMOS > Quien está abusando de las drogas o está en una relación de dependencia respecto de ellas para poder vivir soporta las circunstancias que está padeciendo.
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA PREVENIR? • Conocer la problemática de las drogas • Hablar del tema, sin temor y abiertamente • Asumir un verdadero compromiso

ADICCIÓN Y TOXICOMANÍA : FORMAS DE UNA ÉPOCA.!!!

Las adicciones y las toxicomanías constituyen, en este escenario de cultura, los modos paradigmáticos de relación de nuestra era narcisista y laxa. La lasitud es una forma de lazo actual. Dice el diccionario sobre lasitud: desfallecimiento, cansancio. Desfallecimiento del sujeto, cansancio del deseo. Este cansancio es también el de una sociedad con pérdida del proyecto en común y la razón solidaria, como decíamos al comienzo de este artículo.
La clínica de las toxicomanías empieza por correr al sujeto del acto compulsivo a la palabra, para nombrar lo que la droga tapa. Re-construir el nombre propio, un proyecto y el lazo con el otro. Este trabajo no compete sólo a un operador, un psicólogo o un médico. En un "antes" existen políticas de estado que pueden operar en una lógica "co-dependiente" negadora ( cada vez mas persecución de drogas ilegales pero a la vez más y variada oferta de drogas de laboratorio ), o políticas públicas solidarias de inclusión social, construcción de ciudadanía y producción de identidad que vaya más allá del objeto volviendo la mirada y la acción al sujeto y su comunidad.

lunes, 10 de septiembre de 2018

TIEMPOS COMPULSIVOS.!!! LA EFICACIA DE LA DROGA

Artículo del Lic. en Psicología Fernando Parolo. Docente de la U.N.T.. La droga, como sustancia, es una cosa insignificante. La sustancia como droga, significa mucho. La cultura y el mercado construyen la droga como objeto lanzado a la oferta y esta oferta, construye al toxicómano. El valor de la droga radica en su construcción social y en la promesa de su eficacia. Pero, cual es esta eficacia?. Negar la falta en ser. Y este efecto no es solo en la subjetividad del consumidor, también lo es en el imaginario social: negar la tensión de las diferencias de clases encontrando en la droga un enemigo común. La históricamente enunciada "lucha contra las drogas", funciona como una política que sólo pretende no saber de las causas reales. Aquí la droga vela la falta social y da nombre a los "desadaptados". Bulímicos-anoréxicos, adictos a drogas, prozac, sexo, internet, shoppings o juegos de azar, son los nuevos fanáticos de culto de los ideales posmodernos de la belleza, la juventud y el éxito. Lazos del vacío, del acto líquido, sujetos de la metonimia eterna que obedecen al "Amo"posmoderno que paradójicamente los castiga por su exceso. Los discursos construyen el lazo social y las subjetividades de las épocas. En nuestros días, el discurso capitalista estructura los modos principales de gozar, desear, sintomatizar y actuar.
Y el sistema capitalista solo funciona si el objetivo es consumible y consumido. La condición del objeto entonces ha de ser deshechable. Un buen objeto no es aquel "que dura para siempre" sino que "puede ser siempre reemplazado por otro mejor". La condición del objeto en el discurso capitalista es la de crear un deseo por otro objeto. En ese punto, el sujeto intenta representarse en la posesión de sus objetos, pero cuando los posee el deseo renace en otro lanzado a la oferta. El otro es un gran creador de ofertas de gadgets (artilugios, aparatos que siempre funcionan),que enchufan el sujeto a un éxtasis singular que pretende en su globalización dar garantías de un goce que no pase por un "Otro" que interrogue al deseo. Paradoja y engaño de esa oferta eterna y metonímica: construye objetos que prometen goce, pero que en su caducidad misma generan el deseo del próximo objeto y así el próximo y el próximo. El enunciado axial de la subjetividad posmoderna podría sentenciar: "Soy, por amor al próximo". Objeto que es a la vez causa y tapón.

sábado, 8 de septiembre de 2018

TIEMPOS COMPULSIVOS.!!!

Artículo del Lic. en Psicología Fernando Parolo. Docente de la U.N.T.. Vivimos tiempos compulsivos. La pregunta de la época, según el Psicoanalista francés Jacques Miller, reza "Que vas hacer hoy para gozar más?". Caminamos al ritmo del mercado, de la oferta de satisfacciones rápidas y fugaces. Ritmo del " Llame ya !!" que traduce una lógica social "Viva yá!!". Caído de la espera, el proyecto y razón solidaria, el sujeto se divide entre una cultura de masas que manda a gozar más y un deseo propio posible. Un jugador compulsivo tiene algo de niño renegador caprichoso que se refugia en la oscuridad de la sala, en las campanitas titilantes de una máquina, en la pista de un hipódromo, o en el paño verde de una ruleta. Aunque esté rodeado de gente, siempre juega solo. Caparazón, regresión, escape de la realidad; no hay mujer, hijos ni trabajo: hay pulsión, corazón palpitante, mente en stand by, goce autoerótico. Nunca gana, nunca es la plata, es la adrenalina y el no a la realidad que lo espera a la luz del día. Adicciones sociales, adicciones no-químicas, neo-adicciones, diferentes formas de nombrar un viejo síntoma en una nueva época: la de la angustia de no saber donde vamos.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

SENTIDO Y SIN SENTIDO.!!!

Artículo del Lic. Alberto Calabrese Sociólogo. Asesor Institucional del Fondo de Ayuda Toxicológica. Director de las Carreras de Postgrado de la UBA y de la U. N. de Tucumán. . Una vez más, nos golpea el sentimiento del absurdo: una adolescente muere luego de una ingesta combinada de drogas antagónicas. Poco importa si las sustancias eran prohibidas o permitidas, sólo que fueron hechas en función de la apropiación de tiempos y espacios que exceden el propio momento que se vive. Nos llama la atención, nos sorprende, pero poco sabemos decirnos sobre que es lo que hace a esta producción lamentable. Sólo podemos afirmar que esto no es únicamente algo que nos pasa por las drogas; en un país cuya conducta es típicamente transgresora, la sobredosis en otros campos como por ejemplo, el manejo desaprensivo produce entre nosotros un tendal de muertes prematuras e innecesarias. ¿Cuál sería la razón de todo esto? Es difícil establecer una teoría única; en el campo de las sustancias podríamos señalar diversas causas convergentes para su desarrollo y extensión: a) las sustancias amén de sus cualidades biológicas, estimulantes, depresoras o alucinógenas, suman a esas características todo lo que el imaginario le otorga en función de mercancías con poder y prestigio; b) en los menores de 25 se ha producido un quiebre donde no se tiene sobre estas sustancias las valoraciones predominantes entre los adultos, sino que se incorporan como parte de una cultura adaptativa y de consumo; c) en una sociedad consumista la satisfacción del deseo es una búsqueda permanente y además ofertada y prestigiada. En ese sentido las drogas tienden a una satisfacción inmediata respecto de supuestos o reales beneficios que otorgan las mismas, imaginación mediante: comunicación, mejor intercambio afectivo o sexual, poder, creatividad, desinhibición, etc. O sea todas las características de un buen producto y hemos errado en cuanto a nuestras verdaderas propuestas, nos dedicamos a asustar, a sospechar, a condenar y no a escuchar, comprender y proponer. Esto tiene que ver con el sentido y los adultos deberíamos ser concientes, que la propuesta y la construcción en común son las que pueden dar otra pertenencia a estos jóvenes que hoy se pierden en un camino o en el fondo de un vaso.

lunes, 3 de septiembre de 2018

QUE SIGNIFICA LA ADICCIÓN HOY.?

Las drogas son objetos y no son dañinas por sí mismas. El daño se produce a partir de una ingesta y desde un hombre que las ingiere con sus dificultades y angustias convirtiéndose así en consumidor. Para que se produzca una adicción, se necesitan diversas cuestiones de índole humana, que tiene que ver con lo más profundo que padece una persona, es decir, con una cantidad de temas que tratamos de resolver. Comprendemos, integralmente, que esto sucede a alguien que no está solo, que existe en una comunidad, en una familia y en una realidad única y personal que por múltiples causas, no puede enfrentar solo. ¿Qué significa la adicción hoy? Es un Problema Social Global que atraviesa todos los sectores sociales, las distintas edades, compromete temas diversos a actores en ámbitos de decisiones, económicas, políticas, legales, educativas, sanitarias movilizando a todo el contexto social. Por una u otra razón este problema es de todos. No es solamente una cuestión basada en la oferta del producto, sino especialmente sostenida desde el consumo y la constante estimulación para la demanda.

QUIENES SOMOS.!!!

El Fondo de Ayuda Toxicológica (FAT) es una ONG fundada en el año 1966 por el Profesor Emérito Dr. Alberto Italo Calabrese para trabajar en el campo relacionado con las farmacodependencias (alcoholismo y drogadicción) constituyéndose de esa manera en la primer entidad del país dedicada a esta temática. Su primer lugar de funcionamiento fue en dependencias de la Cátedra de Toxicología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos, donde actuó hasta el año 1980.
Nuestra misión: Prevenir, Investigar, Capacitar para comprender cuando el consumo de drogas es un problema y proponer transdisciplinariamente nuevas estrategias de acción que mejoren la calidad de vida de los pacientes, sus familias o los ámbitos comunitarios donde actuamos.

FONDO AYUDA TOXICOLÓGICA ( F.A.T. )

QUIENES SOMOS.!!!

El Fondo de Ayuda Toxicológica (FAT) es una ONG fundada en el año 1966 por el Profesor Emérito Dr. Alberto Italo Calabrese para trabajar en ...