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martes, 17 de marzo de 2020

El médico que asegura que el origen de toda adicción es un trauma.

El médico canadiense Gabor Mate cree que "todas las adicciones están arraigadas en un trauma" y necesitamos repensar nuestro enfoque para tratarlas. El médico explica porqué es incorrecta nuestra actitud ante las adicciones. El doctor Gabor Mate fue premiado con la Orden de Canadá, la más alta condecoración civil del país, por su trabajo.
¿Tú qué piensas sobre la adicción? El médico canadiense Gabor Mate cree que necesitamos repensar nuestro enfoque al tratamiento de los adictos. El experto en adicciones y exitoso autor es conocido por su trabajo en la salud mental de pacientes que abusan de sustancias en el centro de Vancouver, la zona más concentrada de uso de drogas en América del Norte. En 2018, fue premiado con la Orden de Canadá, la más alta condecoración civil del país, por su trabajo. La base de su creencia es que toda adicción está arraigada en el trauma : "Si es que sabemos cómo reconocer lo que es un trauma", dice. Estas son cinco frases del doctor Mate sobre la forma como no hemos logrado entender el problema. 1. No estamos tratando la causa real. Si quieres investigar lo que causa una adicción, debes mirar los beneficios de la adicción: ¿qué es lo que ésta te hace? La gente dice, por lo general, "(la adicción) me alivia el dolor, me hace escapar del estrés, me da un sentido de conexión, un sentido de control, un significado, me hace sentir vivo, me estimula, me da vitalidad...". En otras palabras, la adicción satisface una necesidad humana esencial que de otra forma no estaría presente en la vida de esa persona. Todos estos estados, de falta de conexión, de sentirse aislado o tener mucho estrés en tu vida, son estados de dolor emocional . Así que mi mantra sobre la adicción no es "¿por qué la adicción?" sino "¿por qué el dolor?". Cuando miras a poblaciones de adictos, lo que encuentras es que entre más adversidad durante la infancia, mayor el riesgo exponencial de adicción. La adicción está siempre arraigada en el trauma y en la adversidad infantil, lo que no significa que todas las personas traumatizadas se volverán adictas , pero sí significa que cada adicto estuvo traumatizado. El tratamiento de adicción requiere mucha compasión, mucha ayuda, mucho entendimiento, y no consecuencias severas, medidas punitivas u ostracismo. Pensarías que con el absoluto fracaso de la mayoría de las modalidades de tratamiento ya deberíamos haber despertado y preguntarnos a nosotros mismos: "¿realmente entendemos el trastorno?". Pero eso no ocurre a menudo en el mundo médico. No estamos mirando su naturaleza real como una respuesta al sufrimiento humano. No estamos ayudando a la gente a trabajar para resolver sus traumas. El estudiante promedio de medicina (en Estados Unidos) no recibe ninguna clase sobre trauma emocional. Seguimos preguntando "¿que está mal contigo?", en lugar de preguntar "¿qué te ocurrió?". 2. La adicción no es una elección.El doctor Mate dice: "nadie elige sufrir dolor". El otro mito sobre la adicción es que es una elección que la gente hace. Todo el sistema legal está basado en la idea de que la gente está eligiendo ser adicta, así que vamos a castigarlos por ello, para disuadir a otros. Nadie que conozco despertó una mañana y dijo: "mi ambición es convertirme en adicto". La adicción no es una elección que alguien hace, es una respuesta al dolor emocional . Y nadie elige sufrir. 3. La adicción no es genética. Uno de los mayores mitos de la adicción es que es genética. Sí, aparece en familias. Pero ¿por qué aparece en familias? Si soy alcohólico y le grito a mis hijos y ellos crecen tranquilizándose con alcohol, ¿les heredé eso genéticamente? O ¿es una conducta que desarrollaron porque yo reproduje las mismas condiciones que cuando estaba creciendo? Entonces algo que aparece en familias no dice nada sobre las causas genéticas. Puede haber predisposiciones genéticas, pero una predisposición no es lo mismo que una predeterminación. No significa que estás genéticamente programado para ser un adicto. 4. La adicción está extendida. El otro mito es que la adicción se restringe al usuario de substancias o a unos cuantos perdedores en nuestra sociedad. Ésta está extendida y es rampante en nuestra cultura. Cuando mira a esta sociedad en casi todos los niveles veo tantas adicciones, tantas compulsiones, y no solo eso, también veo toda una economía basada en alimentar esas adicciones. 5. Puedes ser adicto a (prácticamente cualquier cosa)... incluso la música clásica. En mi opinión, la adicción se manifiesta en cualquier conducta que una persona encuentre temporalmente placentera o con la que sienta alivio, y por lo tanto siente ansiedad por ella, pero sufre consecuencias negativas como resultado de ésta y no renuncia a ella, o no puede renunciar, a pesar de esas consecuencias negativas. Esto puede incluir drogas, tabaco, sustancias alcohólicas de todo tipo. También puede estar vinculada al sexo, al juego, a las compras, al trabajo, poder político, juegos en internet... virtualmente cualquier actividad que pueda ser adictiva, dependiendo de tu relación a ella. Mientras exista el ansia y el alivio, con consecuencias negativas de largo plazo, y dificultades para renunciar a ella, existe una adicción . Yo he tenido dos grandes adicciones. Una fue al trabajo, lo que significó que ignoré mis propias necesidades y las necesidades de mi familia para perseguir éxito y satisfacción en el trabajo. La adicción al trabajo estaba arraigada en una profunda sensación inconsciente de que yo no era suficientemente bueno, que tenía que seguir probándome a mi mismo y también una creencia inconsciente de que no era querido y deseado. El mundo entonces te recompensa por ser un adicto al trabajo que se sacrifica. Yo también tuve una adicción a las compras, en mi caso de CD de música clásica. Un día gasté US$8.000 en discos compactos. Mi adicción no era a la música, sí amaba la música, pero a lo que era adicto era a las compras. No importaba cuántas sinfonías tenía de un compositor particular, tenía que tener otra y otra. Siendo presa de la fiebre de compras, una vez dejé a una de mis pacientes en trabajo de parto y me fui al centro a conseguir un disco y perdí el parto. En ese grado tuvo un impacto en mi. Ahora podría darte risa, ¿como puedo comparar esa adicción con la de un paciente adicto a la heroína? Pero mis propios pacientes adictos, cuando les cuento sobre mis adicciones, no se ríen. Afirman con la cabeza y dicen: "sí doctor, lo entendemos, eres igual que el resto de nosotros". El punto es, todos somos iguales al resto.
A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Elegimos compartir con uds esta noticia que, si bien no es reciente, pone el acento en muchas de las cuestiones que venimos señalando desde este blog. Es interesante ver como en otros países también se ponen en cuestión los paradigmas clásicos de atención a estas problemáticas, aquellos que están basados en el aislamiento y en un sistema de premios y castigos y que no han demostrado mayor eficacia y sin embargo siguen siendo los más publicitados y solicitados. Poder pensar los consumos problemáticos desde otra perspectiva, tal la que postula el Dr. Mate y que es muy similar a la que sostenemos desde hace más de 50 años, nos permitirá poder entenderlos mejor pudiendo realizar un mejor abordaje de los mismos en el que siempre tengamos presente la singularidad de cada usuario.

jueves, 12 de marzo de 2020

Crimen de Villa Gesell: ¿por qué tenemos tendencia a la maldad?

La maldad humana es silenciosa y a menudo incomprensible y se alberga en cualquier persona. Pregunta. A raíz del caso Fernando, muerto a golpes a la salida de un boliche en Villa Gesell, me pregunto: ¿de dónde viene ese impulso feroz en patota de pegarle a alguien hasta matarlo? ¿De dónde proviene tanta crueldad, salvajismo y necesidad de matar? María B. Burroni Zubeldía, CABA.
Cada vez con mayor frecuencia los medios de comunicación evidencian algún crimen, alguna matanza, alguna hecatombe que obliga a pensar sobre la condición humana. Algunos pensadores (Sócrates, Rousseau) afirmaban que el hombre es bueno por naturaleza, mientras otros (Maquiavelo, Hobbes –“el hombre es un lobo para el hombre”–, Nietzsche) opinaban lo contrario. Siempre el debate consiste en definir si el ser humano es malo por naturaleza o si es la crianza y/o la sociedad quien lo hace malo. Sigmund Freud, en El malestar en la cultura, afirmaba: ‘’La verdad oculta es que el hombre no es una criatura tierna y necesitada de amor, que sólo osaría defenderse si se la atacara, sino, por el contrario, un ser entre cuyas disposiciones instintivas también debe incluirse una buena porción de agresividad”. Es indiscutible que el hombre tiende a la maldad, a diferencia de los animales que pueden ser agresivos o violentos solo si se sienten amenazados o como defensa a las agresiones. En otras palabras, en el reino animal la maldad sólo existe en el ser humano. La maldad humana es inescrutable, silenciosa, confusa y a menudo incomprensible aunque no llegue a alcanzar los ribetes dramáticos de algunos hechos míticos en la historia (Auschwitz o Kosovo). Si algo se sabe o se debería saber es que la maldad se alberga en cualquier persona cercana y de apariencia inofensiva: progenitores que maltratan a sus hijos, chicos que agreden o maltratan a compañeros de clases, jefes agresivos con sus empleados, el que no cuida a su pareja, políticos o profesionales ocultos tras una piel de cordero. La medicina y la psicología siguen tratando de descifrar sus causas. El investigador Hans Brunner lo vinculó con una deficiencia de la MAO A (monoamino oxidasa A) por una mutación en el octavo exón de un gen vinculado a esa enzima. Para otro investigador, el neurocientífico Kent Khiel, los psicópatas tendrían menor densidad de neuronas en el lugar que se registran las emociones. Para el científico argentino Marcelo Cereijido “no existe el gen de la maldad sino circunstancias biológicas y culturales que propician la maldad”. Desde la psicología se ha comprobado la coexistencia de varios factores determinantes en las personas con maldad: 1) El egoísmo, es decir, solo la excesiva preocupación por las propias necesidades. 2) La ausencia de ética y de principios morales. 3) El narcisismo, entendido por una admiración excesiva hacia sí mismo tratando de alcanzar solo sus propios intereses. 4) Actitudes manipulativas estratégicas y de frialdad emocional. 5) Déficit afectivo, baja empatía, insensibilidad, tendencia a la mentira, impulsividad. 6) Comportamientos placenteros y sensación de dominio al infligir dolor al otro a través de cualquier tipo de agresión. 7) Búsqueda constante de beneficios a cualquier precio, ya sean sociales, económicos, de prestigio. 8) La íntima convicción de sentirse merecedor de más derechos y concesiones que las que merecen los demás. Lo fundamental entonces es que la maldad no le gane a la ley. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Elegimos compartir con uds esta publicación para poder pensar no sólo acerca de las violencias que vivimos a diario y que nos son más visilbles, tal el caso que da inicio a la nota, sino también aquellas que son más invisibles. El Dr. Abdala, si bien pareciera no dar respuesta a la pregunta con que titula su exposición, al finalizarla enumera siete factores que estarían presentes en personas con maldad, de los cuales 5 podemos identificar con premisas que rigen a las sociedades actuales. A saber: 1)El egoísmo, es decir, solo la excesiva preocupación por las propias necesidades. Nadie puede negar que esta característica que tendrían las personas "malvadas" es uno de los principios de toda sociedad neoliberal, cada uno es artífice de su propio destino y debe preocuparse y procurarse su propio bienestar. Y acá podemos incluir el segundo punto que se menciona en la nota 2) La ausencia de ética y de principios morales, ¿por qué relacionarlo? porque para conseguir el progreso/bienestar propio nada debe importarnos, ni interponerse, al decir de Maquiavelo, el fin justifica los medios. Lo que nos lleva al tercer postulado 3) El narcisismo, entendido por una admiración excesiva hacia sí mismo tratando de alcanzar solo sus propios intereses. Es interesante que aquí haya un error gramatical, ese solo debería haber llevado tilde ya que lo que quería transmitir el Dr. Abdala era que solamente se quieren alcanzar los objetivos propios, pero no es casual la equivocación (tal vez haya sido adrede) ya que la forma de conseguirlo también es en soledad, o sea, solo. La sexta característica, búsqueda constante de beneficios a cualquier precio, ya sean sociales, económicos, de prestigio. Al igual que las anteriores, nuevamente nos habla del individualismo que tan bien representa a las sociedades neoliberales, premisa que se refuerza con la muy nombrada años atrás, y que podemos relacionar con el punto 7 (la íntima convicción de sentirse merecedor de más derechos y concesiones que las que merecen los demás), la meritocracia, si uno obtiene algo, no es ni más ni menos que por su propio esfuerzo y trabajo. Si como proponemos acá, es posible encontrar paralelismos entre las características de una persona con maldad y las sociedades neoliberales, entonces podríamos pensar que el hombre se vuelve malo, no porque no puede haber cuestiones intrínsecas a cada persona en particular, sino porque contextos como los actuales donde la "salvación" es individual, donde el "otro" (sea quien sea) es un competidor, un enemigo, al que si es necesario hay que eliminar (simbólica o literalmente), son el lugar propicio para que esas características que podrían nunca desarrollarse, no sólo se despierten, sino que son fomentadas y hasta elogiadas podríamos decir. Tal vez podríamos encontrar menos "maldad" si pudiéramos pensarnos como comunidad, donde mis actos están íntimamente ligados a los de los otros, los afectan, modifican, condicionan, donde no somos individuos aislados, sino más bien sujetos, en el sentido de estar unidos unos a los otros. Pensarnos así nos llevaría a ver en el "otro" no un competidor, sino un aliado sin el cual no hay progreso posible, es con él y no a costa de (sobre) él.

jueves, 5 de marzo de 2020

"Rompe cráneos": el nuevo reto viral que es un peligro.

El desafío necesita a dos cómplices y una víctima. Los tres se paran en línea para saltar y los de los costados aguardan el momento para hacer tropezar al del medio, que cae de espaldas. Ya se registró un caso fatal. El reto viral de moda es el "Rompe cráneos", una tendencia que, como su nombre lo indica resulta peligrosa, al punto que ya derivó en consecuencias fatales en otros países. Así lo hicieron saber desde el Ministerio Público Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires (MPT), por lo cual recomendaron a los adultos "estar actualizados" y en alerta a lo que hacen sus hijos. El flamante desafío requiere de tres personas: dos cómplices y una víctima. Generalmente se trata de adolescentes, que cuentan hasta tres para saltar y dos de ellos esperan el momento indicado para hacerle una zancadilla al que está en el medio y provocar su caída de espaldas. Todo esto ocurre mientras está siendo grabado y luego es viralizado en las redes sociales, en plataformas como digitales como Tik Tok, que permite realizar, editar y publicar videos de hasta 60 segundos de duración. Según trascendió, el peligroso reto habría comenzado en los colegios de Venezuela, mientras que ya se cobró su primera víctima fatal, cuando una joven de 16 años se cayó y golpeó su cabeza en la ciudad de Manila, en Filipinas. Es que, según especialistas, la sola realización del acto es peligrosa, porque puede generar desde conmociones cerebrales hasta lesiones en la columna. CONSEJOS : A raíz de este panorama, Yael Bendel, Asesora General Tutelar, aconsejó a los adultos "estar actualizados de lo que ocurre en las redes sociales" y argumentó: "Eso nos da herramientas para conversar y prevenir a los chicos a la hora de explicarles cuáles son los riesgos, tanto físicos como psíquicos de participar de estos retos". "Frente a los retos virtuales de los adolescentes, se recomienda que los adultos estén al tanto de cuáles son las redes sociales en las que tienen cuentas los chicos y chicas, si tienen la edad requerida para abrir ese perfil y qué sitios frecuentan", insistió Bendel, en una recomendación para evitar que se produzcan tragedias. Ante cualquier consulta, desde ese organismo precisaron que los interesados en recibir orientación o información pueden comunicarse con las líneas de contacto del MPT: 0-800-12-27376 o a través de WhatsApp al 157-037-7037. De hecho, extendieron las vías de ayuda a otras plataformas. También la gente puede consultar a través de las redes sociales del organismo: "Ministerio Público Tutelar" en Facebook y "@mptutelar" en Twitter e Instagram. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Si bien la vez anterior comentamos el estudio que indicaba que la utilización de celulares y otras pantallas no eran riesgosas para los chicos, al poco tiempo salió esta otra publicación que, de alguna manera, está ligada a ese uso. Como se dijo la vez anterior, el riesgo no está en el uso de los dispositivos, ni en sus múltiples aplicaciones, sino en estas otras cuestiones que vienen aparejadas. Así como en este caso es un “reto viral“ que puede poner en riesgo la vida de quienes participen de él, la casi constante necesidad de chicos (y no tanto) de estar todo el tiempo conectados, subiendo fotos a todo momento, informando a todos de todo, viviendo en tiempo “real“ en el espacio virtual, trae otros riesgo que no son necesariamente aquellos de los que la nota pasaba nos informaba que podíamos estar tranquilos. Tal vez sea cierto que el uso de celulares inteligentes no haga que la gente se deprima más, pero al romper la frágil línea entre lo público y lo privado, aparecen otras cuestiones que pueden ser riesgosas. Así como por tener unos minutos de fama en las redes pueden poner en riesgo sus vidas al realizar retos tales como el rompe cráneos, también se abren las puertas a otros fenómenos tales como el ciber acoso o el ciber bulling, en este último caso, lo que antes finalizaba una vez concluido el horario de clase, se hace interminable, sin límites ni de horario, ni espaciales. Tal como dijeramos la vez anterior, el problema no está en los dispositivos o sus aplicaciones, sino en el uso que les demos, y, cuando hablamos de niños/as y adolescentes, se hace indispensable la supervisión de los padres, no prohibiendo, sino acompañando.

martes, 3 de marzo de 2020

¿Aterrado por cómo tus hijos usan sus teléfonos? Nuevas investigaciones dicen que no deberías.

Un número creciente de académicos están cuestionando las suposiciones sobre los efectos negativos de las redes sociales y los teléfonos inteligentes en los chicos. SAN FRANCISCO : Se ha vuelto una creencia común que pasar demasiado tiempo en los teléfonos inteligentes y las redes sociales es responsable de un aumento reciente en la ansiedad, la depresión y otros problemas de salud mental, particularmente entre los adolescentes.
Sin embargo, un creciente número de investigadores académicos ha producido estudios que sugieren que la creencia común está equivocada. La investigación más nueva, publicada recientemente por dos profesoras de psicología, analiza unos 40 estudios que han examinado el vínculo entre el uso de redes sociales y la depresión y la ansiedad entre los adolescentes. Ese vínculo, de acuerdo con las catedráticas, es pequeño e inconsistente. “No parece haber una base de evidencias que explicaría el nivel de pánico y consternación en torno a estas cuestiones”, dijo Candice L. Odgers, profesora en la Universidad de California, en Irvine, y la autora principal del artículo, que fue publicado en la revista Journal of Child Psychology and Psychiatry. Los investigadores están poniendo en duda la creencia generalizada de que las pantallas son responsables de amplios problemas sociales, como las crecientes tasas de ansiedad y de privación del sueño entre adolescentes. En la mayoría de los casos, dicen, el teléfono es un espejo que revela problemas que tendría un niño aún sin este aparato. El nuevo artículo escrito por Odgers y Michaeline R. Jensen, de la Universidad de Carolina del Norte, en Greensboro, llega tras la publicación de un análisis realizado por Amy Orben, investigadora en la Universidad de Cambridge, y poco antes de la planeada publicación de un trabajo similar de Jeff Hancock, fundador del Laboratorio de Redes Sociales de Stanford. Ambos llegaron a conclusiones similares. El debate sobre el tiempo en pantalla y la salud mental se remonta a los primeros días del iPhone. En 2011, la Academia Estadounidense de Pediatría publicó un artículo ampliamente citado que advertía a los doctores sobre la “depresión de Facebook”. Pero para 2016, a medida que salían más investigaciones, la Academia cambió esa declaración, eliminando toda mención de la depresión de Facebook y poniendo énfasis en la evidencia contradictoria y los potenciales beneficios positivos de usar las redes sociales. Megan Moreno, una de las autoras principales de la declaración actualizada, dijo que la declaración original había sido un problema “porque creó pánico sin una base sólida de evidencia”. La preocupación por el vínculo entre los teléfonos inteligentes y la salud mental también ha sido alimentada por trabajos de alto perfil como un artículo de 2017 en la revista The Atlantic —y un libro relacionado— del a psicóloga Jean Twenge, quien argumentó que un aumento reciente en el suicidio y la depresión entre los adolescentes estaba vinculado a la llegada de los teléfonos inteligentes. Los investigadores argumentan que fácilmente podría ser que el aumento en la depresión llevó a los adolescentes al uso excesivo del teléfono en un momento en que había muchas otras explicaciones posibles para la depresión y la ansiedad. Además, las tasas de ansiedad y suicidio parecen no haber aumentado en gran parte de Europa. “¿Por qué otra razón podrían estar ansiosos los niños estadounidenses, aparte de los teléfonos?”, preguntó Hancock. “¿Qué tal el cambio climático, la desigualdad de ingresos o más deudas estudiantiles? Hay tantas cuestiones estructurales importantes y enormes que tienen un gran impacto en nosotros, pero que son invisibles y no las estamos considerando”. Odgers dijo que no le sorprendió que a la gente le costara aceptar sus hallazgos. Su propia madre cuestionó su investigación después de que uno de sus nietos dejó de hablarle durante los largos recorridos en auto que ella solía disfrutar. Pero difícilmente es una tendencia nueva el que los niños ignoren a sus mayores cuando se vuelven adolescentes, comentó. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Este artículo resulta interesante ya que en él aparece un planteo que podemos fácilmente extrapolar a la cuestión de cualquier otro consumo problemático. Así como aquí se dice que se “culpabilizó“ a los teléfonos intelegentes del aumento de ciertos padecimientos mentales, todos los días vemos como se señala inequívocamente al consumo problemático de sustancias (más si estas son prohibidas) de prácticamente todos los males de la humanidad. Pero tal como venimos diciendo en este espacio (quienes nos siguen desde el comienzo deben estar cansados de leerlo) las comunmente llamadas adicciones no se producen por la simple presencia de “la droga“. Tal como aquí se afirma para el caso de los teléfonos, los consumos problemáticos (sean estos de lo que sean) no son más que “un espejo que refleja los problemas que tendría un niño (nosotros podemos decir una persona) aun sin este aparato (o, para nosotros, esta sustancia, conducta, actividad, etc.)“. Como siempre, el problema no está en la “cosa“, al fin y al cabo, un teléfono, una sustancia legal o ilegal, el juego, las compras, los hidratos de carbono, e infinidad más de ejemplos, no son más que, en muchos casos, objetos inanimados sin capacidades propias. somos nosotros los que, al hacer uso (o abuso) de ellos los embestimos de ciertas características (que muchas veces son casi poderes) que poco o nada tienen que ver con ellos, sino más bien con nosotros, con lo que tenemos y no tenemos, con lo que queremos y no podemos.

FONDO AYUDA TOXICOLÓGICA ( F.A.T. )

QUIENES SOMOS.!!!

El Fondo de Ayuda Toxicológica (FAT) es una ONG fundada en el año 1966 por el Profesor Emérito Dr. Alberto Italo Calabrese para trabajar en ...