Translate

miércoles, 7 de diciembre de 2022

Colombia y México se plantan ante el histórico plan militar de EE UU contra el narcotráfico.

Desde hace al menos medio siglo, ambos países suelen poner los muertos y el imperio las balas. Los presidentes AMLO y Petro acordaron llamar a una conferencia regional para "redirigir esfuerzos".


Tras cinco décadas de sumisión a una suicida política de combate al narcotráfico en la que Colombia y México pusieron alrededor de un millón de muertos y Estados Unidos las balas y las armas asesinas, los presidentes Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador le enviaron a la Casa Blanca un contundente mensaje que, una semana después, ocupado con Ucrania, quizás, Joe Biden no se ha dignado responder. Esto no va más, le anunciaron, y precisaron que llamarán a una cumbre americana, con Estados Unidos y Canadá excluidos, para extenderle la partida de defunción al Plan Colombia y a la Iniciativa Mérida, los engendros represivos concebidos bajo la criminal idea de que un problema social y de salud pública de la mayor entidad –el consumo de drogas– era, estúpidamente, un asunto de orden militar.

Aunque Colombia y México aparecen como los dos países esencialmente afectados por la problemática de las drogas, como proveedores y consumidores, no sólo sus gobiernos se plegaron dócilmente a las políticas dictadas por Estados Unidos y financiadas por el pleno del aparato diplomático y militar y sus múltiples agencias. Otros países, en especial del área andina, se sumaron a la comparsa, al servicio de los planes elaborados por el republicano Richard Nixon (1969-1974), el presidente al que politólogos e historiadores definen como el más bruto de los gobernantes del siglo XX. El objetivo era confrontar militarmente con las mafias de la droga, un oponente sin límites éticos ni morales, lo que llevó a los ejércitos regulares a traspasar fronteras y adentrarse en el mundo del terrorismo de Estado.

Vistas las consecuencias, entre las que se incluye la ruptura del tejido social de ambos países, Petro y AMLO coincidieron en un encuentro bilateral del 25/11, en la necesidad de convocar a esa Conferencia Regional de Mandatarios de Latinoamérica. El objetivo: poner patas para arriba la política impuesta por EE UU. Cuando asumió, en agosto de este año, el colombiano había planteado la urgencia de redirigir los esfuerzos. Después, en setiembre, en la Asamblea General de la ONU, demandó «acabar con la irracional guerra contra las drogas». Mientras, AMLO revisaba la estrategia mexicana con un enfoque centrado en las causas que originan la violencia, una idea para la que Biden comprometió un aporte de 4000 millones de dólares, de los cuales ni uno solo ha llegado.

La sintética pero precisa declaración de intenciones abre las puertas para que América Latina, sin la tutela norteamericana, establezca un antes y un después en el tratamiento de uno de los puntos más lacerantes de la agenda regional. «Si de la cumbre –que en principio se reuniría en enero próximo, en Colombia– se desprenden acuerdos multilaterales positivos, estaríamos ante la anhelada oportunidad de dejar atrás la inservible y contraproducente política punitiva impuesta por Estados Unidos al resto del mundo, y que ha provocado una incuantificable destrucción humana y material». Tal el deseo que, en privado, expresan los voceros del canciller mexicano Marcelo Ebrard.

«En esa fracasada estrategia se han gastado miles y miles de millones de dólares. La cosa a saber es quiénes se beneficiaron», se preguntó la Oficina de Drogas y Crimen de la ONU (ODCONU) en un reporte previo a la Asamblea General del organismo. La respuesta es indirecta. La economía mundial podría crecer un punto por año si los recursos puestos en el circuito del narcotráfico se destinaran al desarrollo de la economía formal. La ONU asegura que el narcotráfico genera unas ganancias anuales de aproximadamente 650.000 millones de dólares. En tiempos del Mundial de Fútbol y sus obscenidades, vale saber que la suma de la facturación de los 20 clubes más grandes del mundo es de unos 16.700 millones, 2,5% del dinero que mueven los narcos. Ese es el nido que Petro y AMLO invitan a patear.

Los presidentes coinciden con los estudiosos en que la política antidrogas es un problema de salud pública, tal como lo definió en Uruguay el gobierno progresista de José Mujica (2010-2015) cuando sancionó una ley que regula la producción, distribución y venta del cannabis. Petro y AMLO señalan que la actual política contra el narco no contempla esta premisa básica para la ciencia y deja de lado las cifras de la demanda. Hay más de 30 millones de consumidores en Estados Unidos y más de 80 millones en Europa. Son más de 110 millones de personas que demandan drogas, sólo en el norte. «Esto debería llevar a la conclusión de que no estamos ante un delito, es un problema que no puede ser penalizado. Es un problema a abordar desde el aspecto social», dijo Petro.

El documento firmado por Petro y AMLO postula la insostenibilidad de prohibir ciertos estupefacientes, la carencia de justificación moral del Estado para determinar qué sustancias pueden consumirse, la arbitrariedad con que se prohíben algunas y se permiten otras, la ineficacia de la prohibición desde la perspectiva de la salud pública y las oportunidades de negocios que esta prohibición acarrea para el crimen organizado.

Durante su primer discurso en la ONU, y en una sutil referencia a la falta de una política autocrítica en Estados Unidos, Petro había aludido a los dramáticos números que deja allí el descontrolado consumo del fentanilo (un poderoso analgésico opioide potencialmente adictivo de venta en cualquier farmacia), “una droga que no se produce en nuestros países y a la que no se le ha hecho la guerra”.

Fue allí que en un foro global de la mayor entidad, la ONU, el presidente colombiano hizo por primera vez una conmovedora apelación. “Vengo de uno de los países más bellos de la tierra –dijo–, vengo de un país de belleza ensangrentada. Pero no sólo es bello, allí también hay violencia (…), les demando, desde mi América Latina herida acabar con la irracional guerra contra las drogas”. «

viernes, 25 de noviembre de 2022

Reconocieron a un grupo de mimo orientado a promover la salud mental.

" Adentro y Afuera" está integrado por usuarios y externos del Hospital Borda y personas de la comunidad en general. La Bienal de Movimimo destacó su "trayectoria ininterrumpida del país".


El arte del mimo tiene un "potencial transformador" para aquellas personas con padecimientos de salud mental y contribuye tanto "a nivel social como institucional" al "proceso de desmanicomialización" que el Estado nacional y algunos provinciales están instrumentando, consideró Juliana Colángelo, una de las coordinadoras del grupo de mimo "Adentro y Afuera" del Frente de Artistas del Borda, que el viernes fue homenajeado por sus 22 años de actividad, en el marco de la cuarta Bienal de Mimo organizada por el grupo Movimimo Teatro del Cuerpo en la Biblioteca del Congreso de la Nación.

Desde 2014, la Bienal de Movimimo homenajea a distintas figuras del mimo relevantes en Argentina que, en esta oportunidad, fueron los integrantes de "Adentro y Afuera", un grupo de mimos integrado por usuarios y externos del Hospital Borda y personas de la comunidad en general, reconocido por ser el espacio de mimo con "mayor trayectoria ininterrumpida del país".

El grupo integra a su vez el Frente de Artistas del Borda, el cual desde 1984, en los albores de la democracia recuperada, se convirtió en un espacio de producción de arte "como herramienta de denuncia y transformación" -sostuvo Colángelo- en la lucha por la desmanicomialización, retomando prácticas, teorías y experiencias comunitarias en salud mental, especialmente artísticas, que habían sido interrumpidas por la última dictadura militar.

"Creemos que el arte por sí solo no alcanza pero que sí puede generar un efecto potenciador y de transformación social y subjetiva al conmover a quienes van a ver una obra que salió de un manicomio, que está hecha por personas que están o han estado en una institución", aseguró a Télam Colángelo, quien aseguró que el del grupo no es un arte "meramente terapéutico" para quedar "dentro de las paredes de los manicomios", sino pensado para que circule y recorra el espacio público.

La lucha por romper con "lo manicomial", explicó a esta agencia, no se reduce al encierro de una institución, sino que "también están los manicomios sociales, el manicomio de la normalidad, los imaginarios sociales que hay sobre la locura, los prejuicios, los miedos e inseguridades, la discriminación".

En escena, todo eso "se pone en cuestión e invita a una transformación" tanto para los espectadores, como para "la persona que sale del manicomio, que se toma un colectivo para ir a la obra, que puede recorrer la ciudad y sentirse parte de un grupo, hacer lazos afectivos, saber que no está sola, que puede crear, aportar ideas y producir".

En el mimo, la palabra está suspendida para "explorar y potenciar otras formas de decir con el cuerpo, los gestos y las sensibilidades".

En paralelo, en el manicomio la palabra "también está suspendida pero porque está negada, porque sus voces no tienen la misma validez, están desjerarquizada", continuó Colángelo.

En esa línea, resaltó el potencial de este tipo de arte para quienes atraviesan algún padecimiento mental, al suspender la palabra para habilitar "que el cuerpo hable y así recuperar el cuerpo, que socialmente está muy negado".

Entre otros talleres y charlas, el grupo de mimo "Adentro y Afuera" se presentó el viernes por la tarde en Auditorio Leonardo Favio, de la Biblioteca del Congreso de la Nación, que fue la sede de la cuarta Bienal de Movimimo, donde presentaron un recorrido por su historia a través de una selección de escenas de diferentes espectáculos: "El por qué de los porqués", "La divina debacle", y "Breve ensayo sobre el desencuentro", que culminará con el conversatorio "22 años de actividad. Desmanicomialización: Arte, lucha y resistencia".

Generalmente las obras del grupo, que son de mimo contemporáneo o mimo teatro, tienen "un carácter político muy fuerte, de denuncia a las violaciones de derechos humanos y de lo que sucede en los manicomios, una crítica social muy fuerte a la normalidad y a los modos de disciplinamiento social", sostuvo la coordinadora.

Respecto a la creación de las obras, Colángelo destacó el carácter "colectivo y horizontal" de la misma, en un proceso en que "jugando con los cuerpos vamos creando escenas que insisten solas, que nos convocan más sin darnos cuenta se van sumando y construyendo la obra".

Siempre guiados, aseguró, por el afán de "ir al frente, cuestionando el imaginario social de la locura, traspasando los muros del hospital, llevando nuestras creaciones artísticas a toda la comunidad".

En esta cuarta edición de la Bienal de Mimo, se decidió reconocer también a Georgina Martignoni, la primera maestra de mimo del país, en la Escuela Elizondo, y con una "gran trayectoria" en este arte, aunque "sumamente invisibilizada mayoritariamente para hombres".

A su vez, el evento coincide con el 38 aniversario del Frente de Artistas del Borda que, además del grupo de Mimo, brinda talleres artísticos de Teatro, Circo, Música, Plástica, Teatro Participativo, Letras, Periodismo, Danza y Expresión Corporal, Mural y Desmanicomialización. Todos ellos gratuitos y abiertos a la comunidad en general.



¿Puede la música hacer que te enfermes? El lado B de la fama de los artistas y una alarma sobre la salud mental?

El Destape
Por Malena Sabanes Niccolini 

¿Qué ocurre cuando se prepara con paciencia y dedicación el camino del artista pero se desestima el camino de la persona?


Justin Bieber cancela su tour por Latinoamérica por problemas de salud. Tiago PZK comparte videos en sus giras reconociendo que está sufriendo y que se siente solo. Lali Espósito frena el programa más visto de la televisión argentina para hablar de la ansiedad. J Balvin dice públicamente que tiene depresión y que se medica por esto hace más de 10 años. Khea pide disculpas a sus fanáticos y anuncia que se tomará un freno en su carrera para encontrarse a sí mismo.

¿Qué ocurre cuando se prepara con paciencia y dedicación el camino del artista pero se desestima el camino de la persona? Las consecuencias negativas de no cuidar la salud mental afectan a todas las personas: según el Ministerio de Salud de la Nación, en Argentina 1 de cada 3 personas presenta un problema de salud mental a partir de los 20 años. Las problemáticas más frecuentes son los trastornos de ansiedad, del estado de ánimo y los problemas por consumo de sustancias. Los expertos admiten que, en el caso de los artistas musicales, puede desembocar directamente en sufrir depresión, ansiedad social, ataques de pánico y adicciones. Trabajaron tanto para llegar al éxito que al conseguirlo, o incluso en medio del camino, el lugar de disfrute puede convertirse en un infierno.

Salud mental y artistas musicales: los datos que alarman

Hace unos meses, varios artistas musicales de la escena nacional se sintieron identificados y compartieron un posteo que plantea la siguiente pregunta: “¿Por qué los músicos son yonkis de la depresión?”.

Se trata del estudio llamado “Can Music Make You Sick?” (¿Puede la música hacer que enfermes?), realizado por la asociación Help Musicians de Reino Unido que se encarga de analizar las condiciones de trabajo de los músicos y manifestar la importancia de cuidar la salud mental y física.

Según la investigación, que fue realizada en 2017, un 71,1% de los músicos experimentaron ataques de pánico o altos niveles de ansiedad y el 68,5% síntomas de depresión. De estos datos extraían que los profesionales de la industria musical podrían tener hasta tres veces más probabilidades de sufrir de depresión en comparación al resto de las profesiones.

¿Cómo se explican estos datos?

La psicóloga especialista en alto rendimiento Melisa Mirabet y la psicóloga humanista especialista en industrias musicales Rosana Corbacho coinciden en que existen varios factores para explicar estas problemáticas: la autoexigencia y presión externa, la mala alimentación, dormir poco, tener giras largas y viajes constantes en sumatoria a estar lejos de tus seres queridos, sentirse solo y sin espacios para pedir ayuda, inevitablemente pueden provocar síntomas de malestar y repercusiones tanto físicas como psíquicas.

En diálogo con El Destape, Mirabet explicó que todos los seres humanos somos seres biopsicosociales. Un artista musical puede verse obligado a tener un estilo de vida que provoca desestabilizaciones en las tres esferas.
Biológica

Es necesario respetar los ciclos de sueño, tener una alimentación variada y nutritiva y hacer ejercicio físico para mantener una buena salud mental. Las giras maratónicas, viajes constantes y trasnoches de los artistas musicales pueden dificultar su cumplimiento.

Mirabet indicó que ahí es cuando pueden comenzar a aparecer conductas "muy poco adaptativas" como el consumo de drogas o de alguna medicación para poder mantenerse despiertos y así desestimar horas de descanso o desconexión.

Sobre este punto, la psicóloga Rosana Corbacho marca que "a veces se comete el error de pensar que la adicción a las drogas es la causa de los problemas psicológicos, cuando es una consecuencia de los mismos".

Psicológica

Según Mirabet, la idea de "éxito" se articula de forma diferente al ser un artista famoso. Las emociones displacenteras, muchas veces, quedan en un segundo lugar y se cree que no tienen validez o que no tienen que ser habladas.

¿Qué ocurre cuando se piensa más en la exigencia del hacer y se deja de lado el cuidado del ser? La necesidad del rendimiento constante y ante cualquier costo tiene consecuencias negativas para la persona a la cual, en muchas ocasiones, tanto la industria como el público la deshumanizan y queda expuesta a un posible burnout físico y emocional.

“Cuando el interior a veces está pidiendo una conducta sabia de autocuidado hay un contexto externo que poco tiene en consideración lo que le pasa a ese sujeto y ahí es cuando deja de ser un ser humano para pasar a ser un producto que debe cumplir porque hay contratos”, explicó Mirabet.

Social

La gran mayoría de las personas nos movemos en espacios sociales, viajamos en transporte público, caminamos por la calle o vamos al supermercado, por ejemplo. Estas actividades el artista las tiene alteradas. Mirabet explica que ante la exposición, el resguardo de la intimidad del artista se ve amenazado y puede tender a elegir el aislamiento o incluso llegar a sufrir ansiedad social.

El shock de adrenalina que se vive al subirse a un show y el contraste con el después puede volverse algo difícil de manejar en algunos casos. Lo mismo ocurre con la sensación de soledad que sienten al verse obligados a estar lejos de su casa, familia, amigos o parejas.

¿Cuándo hay que pedir ayuda?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad.

Para poder prevenir cualquier tipo de enfermedad o diagnóstico desfavorable, la psicóloga especialista en alto rendimiento Melisa Mirabet admite que es necesario tener la predisposición de adaptar pautas de autocuidado y autogénesis.

"A veces los artistas se trabajan con el concepto de patogénesis, que es que cuidamos una vez que está dañado. Si se previene la salud antes de la enfermedad podrían cuidar su salud mental y física manteniendo su buen desempeño y su carrera sin desestimarse a ellos como personas", reconoció la profesional.

Por su lado, la psicóloga humanista especialista en industrias musicales Rosana Corbacho indicó que es necesario pedir ayuda cuando la persona siente que su calidad de vida está siendo afectada de forma constante en el sueño, las relaciones personales, el trabajo o la creatividad. A su vez, cuando esta sensación de malestar se interpone e impide concretar sus objetivos. El reconocerse vulnerable es también reconocer que sos un ser humano.







miércoles, 26 de octubre de 2022

Cuatro hombres y dos mujeres cuentan su inclusión social tras salir de neuropsiquiátricos.

Se trata de "El porvenir de la vida en común", producido por el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, narra las historias de Edgardo, Gabriel, Graciela, Verónica, Walter y Carlos y las posibilidades fuera de los hospitales.


Un documental producido por el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, registra la inclusión social de cuatro hombres y dos mujeres tras ser externados de los hospitales neuropsiquiátricos donde estaban alojados.

Se trata de "El porvenir de la vida en común", que narra, a través de las historias de Edgardo, Gabriel, Graciela, Verónica, Walter y Carlos, los nuevos mundos de externación, las posibilidades de la vida fuera de los neuropsiquiátricos y la potencia de las redes comunitarias que sostienen.

"No es fácil vivir encerrado", "en la internaciones nadie va de tu familia", "me internaron porque una persona vendió la casa. Se aprovechan de las propiedades con algún problema mental", o "y ahí fue morirme", son algunas de las frases que se oyen pronunciar a los protagonistas de este documental sobre su ingreso a un neuropsiquiátrico hasta que un día, como cuenta uno de ellos "el equipo tratante nos dice: acá la mano cambió, esto va a cerrar".


Así relatan los pacientes la política de salud mental puesta en marcha por el gobernador Axel Kicillof de "desmanicomialización".

El documental sigue a estos 6 pacientes ya fuera del "manicomio" y tratando de alcanzar su inclusión social en la comunidad.

"Salimos", dice con emoción uno de ellos, sentado en la cocina de una casa, junto a otro compañero que simplemente asiente sonriente.

El documental está dirigido por Gabriela Cárcova Krichmar y producido por la Fundación Soberanía Sanitaria y Enclaves, cuyo fundador es el ministro de Salud provincial, Nicolás Kreplak y también participa en la producción la subsecretaria de Salud Mental bonaerense, Julieta Calmels, se informó oficialmente.


El filme será presentado el próximo 21 de octubre a las 19:30 horas en el Cine Gaumont de Capital Federal pero anoche fue presentado, para invitados del Gobierno provincial, en el Teatro Roma de Avellaneda.

En él se incluyen testimonios de profesionales de la salud como Alicia Stolkiner, Mario Rovere, Emiliano Galende y Leonardo Gorbacz entre otros.

Gabriela Cárcova Krichmar, directora del documental explicó que "en la película reflexionamos sobre los daños a los derechos de las personas, sobre qué tipo de sociedad queremos construir y cómo queremos relacionarnos unos con otros".

Sostuvo que "es necesario construir sociedades más inclusivas que respeten las diferencias, que construyan solidaridades y cuidados en salud mental".

Por su parte, Kreplak, productor ejecutivo del proyecto, sostuvo que "buscamos mostrar que es necesario hacer una transformación de fondo en el modelo de atención en salud mental y garantizar un acceso con calidad garantizada. Además, romper esa lógica de encierro que caracterizó históricamente al sistema de salud para estos casos".

"Era elemental una política pública que ponga en igualdad de condición y de inclusión con perspectiva puesta en la salud mental y avanzar sobre los problemas estructurales, propuestas de cuidado, acompañamiento para la construcción de una mejor vida, con derechos, oportunidades e igualdad para todos y todas", afirmó.

"El porvenir de la vida en común" recorre la vida de hombres y mujeres que parecían condenados a transitar los pasillos de los hospitales psiquiátricos pero que recuperan la posibilidad de interactuar en el mundo y al mismo tiempo, tropiezan con la ruptura del tejido social y con la pérdida de lazos comunitarios.

Calmels dijo que "se busca poner la voz de personas que estuvieron internadas y la vida fuera de los manicomios como un modo de poner en común estrategias posibles y salidas posibles a las viejas lógicas asilares".


martes, 25 de octubre de 2022

La Argentina será sede de la V Cumbre Mundial de Salud Mental.

Así lo anunció desde el Global Mental Health Summit en Roma la ministra de Salud, Carla Vizzotti, quien consideró el hecho como una "gran oportunidad" no solo para el país "sino también para América Latina".


La Argentina será sede de la V Cumbre Mundial de Salud Mental, a realizarse el año próximo, una decisión que fue celebrada por el Gobierno nacional por constituir un reconocimiento al compromiso del país con esta materia.

"El cuidado de la salud mental es una prioridad de nuestro Gobierno. Recibimos este reconocimiento como una oportunidad para renovar y profundizar nuestro compromiso", aseveró este viernes a la mañana el presidente Alberto Fernández a través de la red social Twitter.

Así lo señaló luego de que la ministra de Salud, Carla Vizzotti, anunciara este viernes a la mañana que la Argentina había sido elegida sede de la V Cumbre Mundial de Salud Mental en 2023, lo que consideró una "gran oportunidad" no solo para el país "sino también para América Latina".

“Como muestra del compromiso de Argentina y por pedido expreso del Presidente, es un honor y un orgullo para mí y para mi país anunciar que Argentina será sede de la V Cumbre Mundial de Salud Mental en 2023, que se realizará en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Esta es una oportunidad importante no solo para Argentina, sino también para América Latina”, afirmó la ministra.

Vizzotti cerró este viernes la cuarta edición de la Global Mental Health Summit que comenzó el jueves en la ciudad de Roma, con la participación de líderes políticos, expertos y referentes de la sociedad civil para debatir sobre salud mental y bienestar de forma inclusiva.

Desarrollada en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Cumbre de Salud Mental se realizó por primera vez en 2018 en Londres, con el objetivo de "fortalecer la acción global de los gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad civil para abordar las cuestiones clave relacionadas con la atención de la salud mental".

Las siguientes ediciones se realizaron en Ámsterdan (2019) y París (2021), por lo que Argentina se convertirá el año próximo en la primera sede de este encuentro internacional fuera del continente europeo.

Durante su discurso, Vizzotti destacó que “nuestro presidente, Alberto Fernández, ha definido a la salud mental y a los consumos problemáticos como un tema prioritario en salud pública, con la convicción de que no hay salud sin salud mental y de que no hay salud mental sin justicia social, sin perspectiva de derechos humanos y de género”.

La funcionaria recordó que el jefe de Estado lideró el lanzamiento de la Estrategia Federal para el Abordaje Integral de la Salud Mental y el Consumo de Sustancias, con perspectiva de derechos humanos y respeto por el género y la diversidad, y remarcó que “es un reto que implica un trabajo transversal, intersectorial y comunitario y un incremento del presupuesto”.

Además, la ministra de Salud precisó que la Argentina "inició un trabajo que reforzó la coordinación de mecanismos de apoyo en emergencias en salud mental y psicosocial, promovió el entrenamiento, actualización y diseño de protocolos, además de planes de atención específicos para el personal de atención primaria de salud".

Entre esas medidas también mencionó la incorporación por primera vez de medicamentos para la atención de la salud mental en los botiquines del programa Remediar para que sean accesibles en los Centros de Atención Primaria de Salud, según se informó a través de un comunicado de prensa.

Por su parte, el ministro de Salud de Italia, Roberto Speranza, celebró el anuncio "para seguir con el espíritu de continuidad y consistencia en el trabajo global en salud mental".En Buenos Aires, en tanto, la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, también resaltó la noticia y sostuvo que se trata de un "reconocimiento al manejo durante la pandemia y los planes en marcha" en esta materia.

"La Salud Mental es prioridad para nuestras políticas de gobierno", subrayó Cerruti a través de la red social Twitter.

La Cumbre en RomaVizzotti participó jueves y viernes de la IV Cumbre Mundial de Salud Mental y, en el marco de su estadía en la capital italiana, también mantuvo reuniones con Omar Abdi, director ejecutivo adjunto de Unicef, y la ministra de Salud Mental y Adicciones de Canadá, Carolyn Ann Bennett.

También viajó a Roma el director ejecutivo de la Agencia Nacional de Discapacidad, Fernando Galarraga, quien desarrolló una agenda paralela.

Durante este viernes, el funcionario fue recibido por la concejala de Políticas Sociales y Sanidad de la Comuna de Roma, Barbara Funari, y también por el arquitecto Innocenzo Fenici, secretario general de la Federación Nacional de Instituciones Pro Ciegos.

Luego realizó un relevamiento del circuito histórico accesible del Coliseo romano, acompañado de la asesora en accesibilidad cultural y Disability Manager del Instituto de Ciegos de Milán, Patricia Ocampo, y concluirá su viaje con una reunión en el Museo Vaticano, junto Isabella Salandri, directora del Área Didáctica del Museo y Referente de Accesibilidad, y Deborah Tramentozzi, consulente tiflológica.

El miércoles último, el director ejecutivo de la Andis fue recibido en el Vaticano por el Papa Francisco, con quien mantuvo un encuentro en el marco de las audiencias que ofrece el Sumo Pontífice.



En ese marco, Galarraga dialogó con el Santo Padre sobre el proceso que está transitando la Argentina para contar con una nueva ley de discapacidad que permita avanzar en la inclusión efectiva de este colectivo en todas las esferas de la vida en sociedad, y le agradeció también por sus permanentes mensajes, según informaron fuentes oficiales.

Organizada en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y celebrada por primera vez en Londres en 2018, la Cumbre Mundial en Salud Mental tiene el objetivo de fortalecer la acción global de los gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad civil para abordar las cuestiones clave relacionadas con la atención de la salud mental.

lunes, 24 de octubre de 2022

Proyectarán un documental con testimonios de pacientes externados de neuropsiquiátricos.

En coincidencia con el Día Mundial de la Salud Mental -que se conmemora este lunes- se anunció "El porvenir de la vida en común", un filme que rompe con esa lógica de encierro que caracterizó históricamente al tratamiento de estas patologías.


La Fundación Soberanía Sanitaria y Enclaves anunciaron "El porvenir de la vida en común", un documental que narra, a través de pacientes de salud mental, las posibilidades de externación y de la vida en comunidad, en el marco del Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora este lunes.

El registro testimonial fue dirigido por Gabriela Carcova Krichmar y producido por Julieta Calmels, psicóloga y subsecretaria de Salud Mental, Consumos problemáticos y Violencias de la provincia de Buenos Aires; y Nicolás Kreplak, ministro de Salud bonaerense.

"En la película reflexionamos sobre los daños a los derechos de las personas, sobre qué tipo de sociedad queremos construir y cómo queremos relacionarnos unos con otros. Es necesario construir sociedades más inclusivas que respeten las diferencias, que construyan solidaridades y cuidados en salud mental", detalló Krichmar.

Por su parte, Kreplak señaló que "buscamos mostrar que es necesario hacer una transformación de fondo en el modelo de atención en salud mental y garantizar un acceso con calidad garantizada. Además romper esa lógica de encierro que caracterizó históricamente al sistema de salud para estos casos".

Y agregó: "Era elemental una política pública que ponga en igualdad de condición y de inclusión con perspectiva puesta en la salud mental y avanzar sobre los problemas estructurales, propuestas de cuidado, acompañamiento para la construcción de una mejor vida, con derechos, oportunidades e igualdad para todos y todas".

A través de las historias de Edgardo, Gabriel, Graciela, Verónica, Walter y Carlos, el documental retrata la vida de hombres y mujeres que "parecían condenados a transitar los pasillos de los hospitales psiquiátricos pero que recuperan la posibilidad de interactuar en el mundo", indicaron las instituciones convocantes en un comunicado.

En ese sentido, Calmels mencionó que "se busca poner la voz de personas que estuvieron internadas y la vida fuera de los manicomios como un modo de poner en común estrategias posibles y salidas posibles a las viejas lógicas asilares".

"El porvenir de la vida en común" será presentado el 13 y 21 de octubre en el Teatro Roma de Avellaneda y en la Sala Gaumont de CABA, respectivamente.

La recuperación de los niños y adolescentes con cáncer también depende de su salud mental.

El Hospital Garrahan puso de relieve el rol del acompañamiento psicológico de los pacientes con graves enfermedades. Cómo actúan esos equipos de salud.


“Esta tarea representa muy bien cuál es la función de un servicio de salud mental en un hospital pediátrico de alta complejidad. Tenemos la misión de cuidar la calidad de vida de pacientes con enfermedades médicas y las cirugías no conservadoras son hechos de carácter potencialmente traumático”, destacó Débora Farberman, a cargo del servicio de Salud Mental del Hospital Garrahan.

La cirugía de resección tumoral no conservadora es el procedimiento que más beneficio le reporta a pacientes con tumores sólidos —que aparecen en órganos sólidos, no en el sistema nervioso central— en las extremidades superiores o inferiores. Se denomina no conservadora ya que incluye la pérdida de esa parte del cuerpo porque no hay manera de solucionar o controlar la enfermedad sin abarcar la pierna o el brazo. En el Hospital se realizan aproximadamente diez procedimientos de ese tipo por año.


“En los relevamientos posteriores notamos que la mayoría de las chicas y chicos expresan que la cirugía los alivió”, dijo la profesional. Para alcanzar esa elaboración por parte de los pacientes, está el equipo de salud que, junto a las áreas de Hematología y Oncología y Ortopedia y Traumatología y otros sectores, realizan el abordaje integral de la enfermedad.

El trabajo que lleva adelante el servicio de Salud Mental, en el marco del comité de Tumores Sólidos del Hospital, consiste en ayudar a procesar la información, saber qué comprendieron, responder preguntas y evacuar dudas mediante la utilización de un lenguaje sencillo para explicar los detalles de un procedimiento que resulta necesario para evitar que el tumor siga creciendo y se disemine hacia otras partes del cuerpo, explicaron los especialistas del Garrahan.

En algunas edades el juego es un gran aliado. Si las niñas o niños son más grandes, se planifica en conjunto con la familia las mejores estrategias para hablar con los pacientes. Los adolescentes tienen mayor protagonismo en el proceso y el profesional de la salud mental tiene en cuenta su posición frente a la indicación médica y los ayuda en la toma de decisiones teniendo en cuenta sus temores y emociones. En todos los casos, las familias cumplen un rol esencial para transmitirles la confianza necesaria.

“En muchos casos los tumores eran muy grandes y, por el dolor, las y los pacientes antes de operarse no podían disfrutar de actividades sencillas como jugar, hacer deporte o caminar. Por eso, y aunque haya momentos de tristeza o angustia, en general la adaptación es adecuada y satisfactoria”, explicó Carina Miranda, psicóloga del Garrahan y responsable del equipo que desarrolla el abordaje.

“La mayoría de los pacientes conocen todas las vivencias de la enfermedad y cuentan con trayectoria en el Hospital. Son conscientes que requieren determinados tratamientos y que, como parte del proceso, hay un momento en que la cirugía es necesaria”, explicó Miranda, y agregó: “Saben que sin eso pueden empeorar y, además, el procedimiento tiene una connotación muy importante porque simbólicamente representa sacar la enfermedad”.

La anticipación es un elemento importante a la hora de abordar la decisión. Al explicar en detalle cómo van a ser cada uno de los pasos del antes, durante y después de la cirugía, la psiquis se prepara de otra manera. “Mayormente, el efecto traumático psicológico se da cuando el paciente se enfrenta a algo para lo que no estaba preparado”, sostuvo la profesional.

viernes, 9 de septiembre de 2022

Ni estigma, ni negación: cómo llamar a las cosas por su nombre en el campo de la Salud Mental.

De eso sí se debe hablar, pero con propiedad. Si una de cada cuatro personas tendrá un trastorno mental en algún momento de su vida, este no puede ser un tema tabú en la comunicación pública.


Esta es la convicción detrás de la iniciativa de dos médicos psiquiatras argentinos, Ricardo Corral y Pedro Gargoloff, plasmada en el manual Las Palabras importan. ¿Cómo comunicar temas de Salud Mental?, texto enriquecido con los aportes de colegas de la región: Roberto Sunkel, de Chile, José Ordóñez, de Ecuador, Rodrigo Córdoba, de Colombia, y Mirna Santos, de Guatemala.

Las Palabras importan fue presentado en una Cumbre Latinoamericana de Salud Mental que tuvo lugar esta semana en Cartagena de Indias, Colombia, con la presencia de casi todos sus coautores y periodistas de varios medios de la región que son en definitiva los principales destinatarios del mensaje de estos médicos dedicados a una de las especialidades más duras y que más empatía con el prójimo exige, pues se trata del alma y la mente humanas.

En palabras del doctor Corral, “si no es vocacional, no es buena salud”. Es la empatía, el amor al prójimo, lo que lleva a querer curarlo o al menos aliviar los síntomas de su enfermedad.

La preocupación por cómo evitar la estigmatización al comunicar noticias relacionadas o protagonizadas por personas con enfermedades mentales no lleva a estos profesionales a proponer el silencio; todo lo contrario. “En los medios de comunicación debiera existir una firme decisión de tratar temas de salud mental” -dice el manual-, de que éstos “tengan un espacio en la agenda de los medios”, incluso “permanente”, para la “divulgación de temas prioritarios vinculados al área de salud mental” y que hasta incorporen “los testimonios de los pacientes con trastornos mentales y de sus familiares”.

Pedro Gargoloff, docente, investigador, autor de libros de la especialidad y ex asesor de la Dirección Nacional de Psiquiatría y Salud Mental de Argentina, es también uno de los impulsores y animadores de la Asociación de Ayuda de Familiares de Personas que padecen Esquizofrenia (AAFE), con sede en La Plata, y dio testimonio de la importancia que tiene para los enfermos y sus familias el poder respaldarse en la experiencia y el acompañamiento de los demás y descubrir que la enfermedad o el trastorno mental no es algo “infrecuente, ocasional o aislado”, sino que se trata de problemas que afectan al 25 por ciento de la población, según datos de la OMS.


La pandemia y los efectos colaterales del largo encierro incrementaron en al menos 25 por ciento el número de personas que sufren trastornos mentales, a la vez que éstos representan el 12,5 por ciento de todos los problemas de salud. Sin embargo, del lado del tratamiento, la realidad es muy diferente, ya que a nivel mundial entre el 35 y el 50 por ciento de las personas con enfermedades o trastornos mentales no recibe ningún tratamiento o no recibe el adecuado.

Y, a pesar del impacto de la enfermedad mental en la discapacidad y en el acortamiento de la expectativa de vida -por caso, el 90% de los suicidas tienen un trastorno mental subyacente-, los presupuestos destinados a esta área de la salud son inversamente proporcionales a la necesidad: representan el 3 por ciento en promedio de lo destinado a la salud en general. Sin embargo, como afirmó uno de los expositores en Cartagena, “no hay salud sin salud mental”.

Partiendo de una valoración del papel que pueden jugar los medios -generar una agenda que interpele a los políticos y contribuir a crear conciencia en la población a través de una divulgación adecuada- y en esa perspectiva formulan algunas sugerencias para la comunicación u ofrecen definiciones de algunos términos de la psiquiatría que despejan dudas frecuentes.

Por ejemplo, entre “enfermedad mental”, “trastorno mental” y “padecimiento mental o psíquico”, ¿cuál es el término correcto? Los autores descartan “padecimiento”, término con el cual se “ha pretendido sustituir las palabras enfermedad y trastorno mental, siendo su uso inapropiado” porque refiere a las consecuencias o impacto de los primeros.

“Enfermedad mental” es lo correcto en los “procesos patológicos en los que la pérdida de salud tiene una causa orgánica conocida o sospechada”, como podría ser la esquizofrenia, el trastorno bipolar y la demencia; mientras que “trastorno mental” sería la expresión de uso más frecuente, aplicable a “una alteración genérica de la salud, sea o no consecuencia directa de una causa orgánica evidenciable o sospechosa, en la que los determinantes psicosociales tiene un rol en su génesis y evolución”, por ejemplo, trastorno depresivo, esquizofrenia, trastorno bipolar.

Más en general, la principal preocupación es evitar el estigma que viene unido a la etiqueta psicótico, enfermo mental, trastornado, esquizofrénico, bipolar, etc, que los autores de Las Palabras importan sugieren reemplazar por la expresión persona con problemas o con trastornos de salud mental, o con esquizofrenia. El impacto y la dinámica de las noticias y titulares no siempre se lleva idealmente bien con este tipo de formulaciones; pero de lo que no cabe duda es de que, en los acontecimientos en los que está involucrada una problemática de salud mental, la precisión en los términos es esencial y a eso contribuye este manual, y la consulta a los expertos.

Los autores insisten también en la necesidad de no vincular la peligrosidad o la violencia con la enfermedad mental, un tema que generó algunas objeciones entre los asistentes al panel, considerando los casos que se suceden y son noticia. La respuesta de los profesionales fue que, según la estadística, estas personas suelen ser más víctimas que victimarios en hechos de violencia y, más importante aún, que si están en tratamiento la probabilidad de un hecho violento es casi nula.

Esto se relaciona con el bajo porcentaje de diagnósticos lo que a su vez deriva en baja cobertura de tratamientos; otro aspecto que una buena divulgación podría mitigar. En particular considerando el tabú que rodea el trastorno psiquiátrico que favorece aún más la natural tendencia a la negación de la enfermedad, característica en estos pacientes.

Otro tema clave en la comunicación es el vínculo entre trastorno mental y adicciones, casi siempre eludido o negado en la conversación pública.

“Las adicciones no pueden ni deben verse por fuera de la salud mental”, afirmó el doctor Ordoñez, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Psiquiatría y especialista en drogodependencia, entre otros, ante la consulta. Y enumeró tres situaciones: un trastorno mental puede favorecer el consumo en la persona; pueden ir ambos problemas en paralelo; y una adicción a estupefacientes puede llevar a trastornos mentales.

“Está claro que los trastornos por consumo de sustancias son parte de la salud mental; son trastornos y deben ser tratados como tales”, coincidió Rodrigo Córdoba, ex presidente de la Asociación Colombiana de Psiquiatría, mientras que Roberto Sunkel, especialista en Psicogerontología, lamentó que en Chile el debate sobre la legalización se lleve adelante sin la participación de los médicos: “Lo ven como un problema de seguridad pública antes que de salud”.

Pedro Gargoloff advirtió que no está adecuadamente informado el riesgo, el impacto, que el consumo de cannabis -según la mayor o menor presencia de ciertos componentes peligrosos- tiene respecto de trastornos como la esquizofrenia. Y Ricardo Corral apuntó al hecho de que no existe una legislación para prohibir la propaganda de consumo de alcohol -como sí la hay del tabaco. “¿Cómo lo permite el Estado? -preguntó- No hay que prohibir pero tampoco promocionar”.

De la elaboración de Las palabras importan participaron también los doctores Catalina Obarrio, Martina Sobrero, Ana Clara Venancio, Marcos Yovino y Marianela Suárez, y AAFE. El libro fue prologado y auspiciado por Upjohn, división de Pfizer dedicada a las enfermedades no transmisibles (ENT).

lunes, 5 de septiembre de 2022

Fallo histórico: para la Corte es inconstitucional castigar a los presos que tienen drogas para consumo personal.

Los jueces del Máximo Tribunal pidieron que Casación revise la condena a un preso que, en 2017, fue descubierto en su celda con ocho cigarrillos de marihuana. Aseguraron que se violó su intimidad y que tener drogas en la cárcel no necesariamente afecta a terceros.


En un fallo que podría considerarse histórico, la Corte Suprema de la Nación definió que no se puede castigar a un preso por tener drogas para consumo personal en su celda. En línea con los célebres fallos “Bazterrica” (1986) y “Arriola” (2009), los jueces del Máximo Tribunal consideraron que criminalizar a un usuario de estupefacientes, aun privado de su libertad, es por parte del Estado una intromisión en la libertad del consumidor, protegida por el artículo 19 de la Constitución.

El caso tiene origen en noviembre de 2020, cuando el juez Pablo Andrés Seró, del Juzgado Federal N° 1 de Paraná, condenó a Marcelo Daniel Selvini a dos meses de prisión por considerarlo autor del “delito” de tener ocho cigarrillos de cannabis en su poder.

Los “porros” fueron hallados el 18 de julio de 2017 durante una requisa de rutina del Servicio Penitenciario dentro de la Unidad Penal 7 de Gualeguay, Entre Ríos, en el Pabellón 2, donde el imputado cumplía una condena por otro hecho. Salvini los tenía escondidos en un teléfono celular.

Tras la condena, el defensor oficial de Salvini en el juicio, Alejandro Joaquín Castelli, presentó un recurso ante la Cámara Federal de Casación Penal y pocos meses después, el recurso fue rechazado. Para sostener esa negativa, los jueces Liliana Catucci y Eduardo Rafael Riggi –Juan Carlos Gemignani votó en disidencia-, consideraron que la cárcel es un ámbito donde la conducta de Salvini trascendía inevitablemente la privacidad que protege el artículo 19 de la Constitución.

Con una mayoría conformada por el voto conjunto de Rosenkrantz y Guillermo Antelo (conjuez designado para integrar el Tribunal debido a la ausencia de mayoría) y el voto concurrente de Lorenzetti, la Corte finalmente revocó la resolución de Casación y mandó de nuevo la causa a ese tribunal para que allí se dicte una nueva sentencia.

Sostuvieron así la decisión con la referencia a un fallo similar, de septiembre del año pasado, contra Héctor Ismael Rodríguez, donde a pesar de que el preso fue castigado por la tenencia de drogas en la cárcel estos dos supremos se opusieron, con “Arriola” y “Bazterrica” como referencia. Ambos sostuvieron aquella vez que la doctrina citada en esos dos famosos fallos es aplicable aun si la tenencia ocurre dentro de una cárcel.

“Cuando se trata de drogas en pequeña cantidad y la tenencia o el consumo no son visibles u ostensibles, (el castigo) es inconstitucional porque constituye una intromisión por parte del Estado en el ámbito de la privacidad protegido por el art. 19 de la Constitución Nacional sin que haya una justificación razonable que muestre que ello es necesario para proteger los bienes jurídicos que la norma penal puede legítimamente apuntar a preservar”, votó Rosenkrantz en aquel momento.


Ese caso fue prácticamente idéntico al de Salvini. Héctor Rodríguez estaba detenido en la Unidad Penal N° 2 de Gualeguaychú, también en Entre Ríos, y el Servicio Penitenciario secuestró de su colchón, en el traslado a otra unidad, 16 cigarrillos armados con apenas 4,14 gramos de marihuana. La justicia federal de Paraná condenó a Rodríguez a dos meses de prisión de cumplimiento efectivo por tenencia de estupefacientes para consumo personal.

Para los jueces de la Corte ni la salud, ni la seguridad ni el combate al narcotráfico -los intereses que supuestamente defiende la ley de drogas, en vigencia desde 1989- están puestos en cuestión ni se vieron afectados por Salvini. Y remarcaron que no es relevante dónde tuvo lugar esa conducta, si en un ámbito público o privado.

En ese sentido comentaron que en el caso del músico de los Abuelos de la Nada, Gustavo Bazterrica, se lo detuvo por una ínfima tenencia de drogas dentro de su casa y en el caso Arriola los cinco imputados fueron detenidos con cannabis en su poder mientras caminaban por la calle. Así todo, la Corte falló en contra de la penalización en ambos casos.

En su crítica al rechazo de Casación en el caso Rodríguez, Rosenkrantz aclaró que las personas privadas de su libertad no pierden todos sus derechos por el solo hecho de estar presos, lo que les permite exigir que se respete su privacidad igual que cualquier persona.

Es un voto que se distingue, por ejemplo, del que emitió el Procurador Eduardo Casal hace unos años en un caso similar, cuando dictaminó que “la tenencia de droga en establecimientos carcelarios nunca es una acción privada” y que las cárceles son “establecimientos destinados al alojamiento obligado de personas que deben convivir en espacios compartidos, es decir, en condiciones tales que hacen que sea prácticamente imposible que la tenencia, y más aún, el consumo de estupefacientes puedan no tener trascendencia a terceros”.

Para el magistrado, Arriola “protege un ámbito de libertad personal de alguna manera ligado a la auto-determinación que debe estar fuera del alcance del reproche estatal”. Rosenkrantz citó al ex juez de la Corte Enrique Petracchi: “La caracterización más perspicua de esa idea aparece en las palabras del juez Petracchi, que conviene citar nuevamente: toda persona goza del derecho de ser dejada a solas por el Estado para asegurar la determinación autónoma de su conciencia”.

El tan comentado artículo 19 de la Constitución, citado en Arriola y Bazterrica, y ahora en este caso Salvini, dice que “las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados”.

Para Lorenzetti, justamente, “no se trata sólo del respeto de las acciones realizadas en privado, sino del reconocimiento de un ámbito en el que cada individuo adulto es soberano para tomar decisiones libres sobre el estilo de vida que desea”.

El magistrado entendió que está descartado que la tenencia de marihuana tuviese destino de distribución o que haya tenido trascendencia en terceros, por eso consideró que la ley de drogas (concretamente el segundo párrafo del cuestionado artículo 14) “no puede encontrar sustento en la circunstancia de que la tenencia de estupefacientes para consumo haya tenido lugar dentro de un establecimiento carcelario. Pues aunque resulta evidente que la privación de libertad conlleva, necesariamente, una restricción a la autonomía personal y al derecho a la privacidad de las personas que la sufren, en modo alguno puede considerarse que importe la pérdida definitiva de dichos derechos”.

A continuación la opinión del Staff Profesional de nuestra Institución.

Más allá de los que lo hacen, en este asunto es coherente con el fallo Basterrica y otros que avalan estas posturas, más allá de las opiniones ignaras que creen que esto va en contra de la prohibición, que es inconstitucional, habida cuenta que el artículo 19 de la Constitución, impide que los actos privados, sean materia de los gobernantes, dado que es un acto de decisión personal, si no ofende la conducta pública, si no se hace como un acto de difusión o exhibición y este es el punto. No siendo público, no es lesivo para la conducta estatuida.

viernes, 2 de septiembre de 2022

Rosario: referentes sociales denuncian que hay chicos de apenas 8 años que consumen cocaína.

El dato fue brindado por el referente de la Pastoral Social de Drogadependencia del Arzobispado de la ciudad, Fabián Belay. Exigen nuevas políticas públicas y un registro estadístico confiable. El jueves se hará una marcha para reclamar medidas al respecto.


Diversas organizaciones sociales y agrupaciones religiosas preparan para el próximo jueves una marcha en Rosario para dar visibilidad al grave peligro que atraviesan los adolescentes y los niños respecto al consumo de drogas de la ciudad.

El trasfondo de la convocatoria es muy preocupante. De acuerdo a los especialistas y a los líderes religiosos de las zonas más vulnerables de la ciudad santafesina, se registraron en el último semestre casos de niños de apenas 8 ó 9 años atrapados por la drogadicción y el consumo de cocaína.

Los líderes de los programas de lucha contra el consumo indicaron que durante los dos años de mayor grado de confinamiento por la pandemia de Covid-19 se incrementó el acercamiento de los menores de 18 años a las drogas y que las autoridades de sanidad pública no están tomando dimensión del problema que se avecina.

“El consumo es cada vez más precoz. Nos han llegado a comentar de pibes que toman cocaína a los 8, 9 años”, aseguró el sacerdote Fabián Belay, uno de los referentes de la Pastoral Social de la Drogadependencia de Rosario, en declaraciones al diario La Capital.

“Queremos una justicia que tenga una mirada restauradora con los pibes que delinquen y consumen, para que puedan salir adelante y dejen de ser el material descartable”, agregó el cura.


La Pastoral Social de la Drogadependencia, junto a otras organizaciones sociales, comandará el próximo jueves la marcha denominada “Ni un pibe menos por la droga”. La cita es en la plaza Montenegro, en las calles San Luis y San Martín, el próximo jueves a las 15 horas.
La idea es que, durante la manifestación, la Pastoral y otras organizaciones barriales difundan una serie de medidas que le exigirán tomar al Gobierno provincial y a los dirigentes de la propia ciudad en el transcurso de este año.

El gran foco de la lista de consignas a realizar radica en el planteamiento de políticas públicas sustentables y con objetivos marcados a largo plazo.

Entre algunas de las medidas se pedirá el refuerzo de contrataciones en la sanidad pública en cargos como psiquiatras, psicólogos, enfermeros, médicos clínicos y trabajadores sociales, entre otros.

Asimismo, se les pedirá a las figuras políticas que no utilicen el narcotráfico para ensanchar la grieta ideológica y política existente en la ciudad y que las mejoras se sustenten en una inclusión de ese grupo de adolescentes de riesgo dentro de la sociedad.

“No sabemos las consecuencias de lo que está dejando esto en distintos barrios de la ciudad a nivel neurológico, social, clínico y psicológico. Hoy no hay estudios serios y creemos que la Universidad Nacional de Rosario podría aportar; necesitamos que pueda elaborar una estadística”, explicó Belay, quien lamentó que en la actualidad no hay cifras confiables sobre el flagelo del consumo de drogas entre los menores de edad en Rosario.

“Necesitamos que todas las organizaciones sociales, instituciones civiles y religiosas sean convocadas para la elaboración de estas políticas”, agregó.

El sacerdote deslizó duras críticas al Poder Judicial de Santa Fe, al que acusa de tratar a los menores de edad con problemas de adicciones como un deshecho y que una vez que estos chicos son derivados a las cárceles o reformatorios, ya nunca pueden escapar de ese sistema.

“Muchas veces en el ámbito de la Justicia muchos de nuestros chicos, niños, adolescentes y jóvenes de barrios carenciados son tomados por el sistema delictivo y usados como material descartable, que terminan siendo desechados en las cárceles y en los cementerios”, afirmó el sacerdote, en referencia a los menores, a quienes les auguró que puedan aferrarse a un nuevo estilo de vida.

Por su lado, el padre Claudio Castricone, cura de la parroquia Nuestra Señora de Fátima brindó un análisis muy duro sobre el cambio en el comportamiento de los adolescentes en el último año y medio.

“Veo mucha más violencia que antes de la pandemia. Noto en la gente algo que es a todo nivel. No solo en las balaceras y los muertos sino en la violencia entre los más chicos. Todo se arregla a las piñas. Y por otro lado, percibo rostros con mucho temor, algo que antes no lo notaba. Miedo a estar en la vereda, a salir a un mandado, a ligarse un tiro de rebote”, le afirmó a La Capital.

Además de la marcha, se espera que el mismo jueves, el arzobispo rosarino Eduardo Martín participe cerca de las 18.30 en una sede de la Universidad Católica Argentina de un encuentro multisectorial con el fin de la generación de propuestas de empleo digno en todo el territorio nacional.

jueves, 1 de septiembre de 2022

Entre Ríos: alumnos de entre 10 y 11 años metieron envoltorios con cocaína dentro de una escuela primaria.

El hecho ocurrió en un colegio del barrio El Sol, en Paraná. En total, la policía decomisó 7 gramos de esa droga. Las autoridades policiales y escolares mantendrán una reunión con los padres de los estudiantes involucrados.


Un caso insólito y muy preocupante se vivió en una escuela primaria de Paraná, Entre Ríos: un grupo de alumnos de entre 10 y 11 años fue encontrado con envoltorios que contenían cocaína, listos para distribuir dentro de la institución educativa.

El hecho ocurrió en la Escuela Nº 193 Pedro Giachino, ubicada en la calle Santos Vega al 24 el lunes al mediodía.

Según informó el Diario Uno, las autoridades de la institución se pusieron en contacto con la Dirección de Toxicología de la provincia para consultarles sobre el contenido de cuatro envoltorios que fueron hallados en posesión de algunos chicos de 10 y 11 años.

Al parecer durante un recreo en la institución ubicada en el barrio El Sol, unos alumnos empezaron a pasarse de mano en mano unos envoltorios. Una maestra divisó esa situación y les solicitó a los estudiantes que le entregaran el envoltorio.

Los alumnos intentaron desentenderse de la situación y esconder los paquetes, pero la docente se mostró inflexible y les exigió la entrega de los mismos. Una vez en su poder, la maestra constató que en el interior de los envoltorios se hallaba un polvo blanco que inmediatamente disparó la alarma sobre la posible presencia de cocaína dentro de la escuela primaria.

Se presume que la idea del alumno que llevó la droga al colegio era venderla entre algunos de los alumnos. Las propias autoridades de la Escuela revelaron luego que fue la primera vez que se encontraron ante una situación de esta magnitud en un ámbito de estudiantes de entre 6 y 12 años.

En principio, la dirección de la institución convocó a los padres de los alumnos involucrados en el incidente. Había dos objetivos de cara al encuentro. El primero, intentar identificar cómo los envoltorios con cocaína llegaron a manos de niños de 10 y 11 años y, segundo, detectar si alguno de los estudiantes padecía algún tipo de adicción o consumo habitual de esa droga.

En el lugar trabajó personal de la División de Minoridad y Toxicología de Entre Ríos y los alumnos serán sometidos a diferentes evaluaciones por parte de personal médico de la provincia.

De acuerdo a las pericias de la policía, en total se incautaron 7 gramos de cocaína que se encontraban en poder de los alumnos.

Una vez que apareció la noticia en las redes, la comunidad de lectores de Paraná se indignó con la noticia: “Esto ocurre porque la familia se ha vuelto cualquier cosa, los padres están más preocupados por comprar el último modelo de celular que por la educación de sus hijos, y no hablemos de pobres o ricos, hablemos de respeto, dignidad, valores, palabras que han perdido su significado”, afirmó una mujer llamada Cinthia en los comentarios de la noticia en Facebook.

El episodio de la escuehal Giachino sucede apenas unas semanas después del revuelo ocurrido en Morón, provincia de Buenos Aires, cuando la Municipalidad de la ciudad lanzó una polémica guía donde daban indicaciones para consumir estupefacientes de una manera responsable.

“Acordate de estos consejos. El porro conseguilo de fuentes confiables. Con la cocaína y las pastillas andá de a poco y despacio. Tomá poquito para que ver cómo reacciona tu cuerpo”, decía uno de los folletos que eran entregados en mano en un stand en la campaña comandada por la Dirección de Política para las Juventudes.

“Si te detienen, tenés derecho a un abogado”, se recomendaba en otro de los folletos.

miércoles, 31 de agosto de 2022

Las adicciones desde el punto de vista social.

El contexto social tiene un impacto muy importante en el desarrollo de las adicciones.


La problemática de las adicciones, por su complejidad, requiere de un abordaje complejo, interdisciplinario, para lograr un acercamiento integral que nos lleve a comprenderla de la forma más completa posible. Una de las aristas de lectura y análisis posibles en el área de las adicciones es el área social.

¿En qué hace foco la mirada social?

En la configuración de una adicción, confluyen muchos aspectos, condiciones y factores. Más allá de las características físicas y psicológicas que debe tener una persona para que se desarrolle la conducta adictiva, y por fuera de lo más íntimo e individual, hay factores sociales que la condicionan y se entrelazan con otras circunstancias para que esto se produzca.

El contexto familiar y social más amplio, donde la persona nace, se cría y desarrolla su vida, puede condicionar, aunque no determine, el hábito del consumo compulsivo, y de alguna manera promoverlo.

En tanto cada familia es diferente, habrá posibilidad de que cada una configure una diferente postura sobre el consumo. Por lo cual, así como algunas familias promueven el consumo y otras lo prohíben abruptamente, adquiriendo rasgos represivos y del orden del tabú; otras familias pueden, sin facilitar ni prohibir el consumo, educar para que éste, si va a existir, sea de forma moderada.

Factores sociales y familiares de la adicción

¿Hay factores socio-familiares que pueden promover una conducta adictiva o riesgosa?

Sí, hay muchos factores que pueden constituir un riesgo. Podemos mencionar la falta de redes de contención, de involucramiento de los lazos familiares, de comunicación y diálogo, o la presencia de familiares o seres queridos cercanos con consumo problemático.

Cuando un entorno socio-familiar promueve el consumo de sustancias, priman los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de que haya consumo y de que éste sea problemático. Es decir, si un niño nace y crece en un sistema familiar donde los mayores (y a veces también los jóvenes menores de 18 años) beben alcohol, en cada reunión familiar, el niño puede llegar a pensar que la bebida no puede faltar. Si este mismo niño observa a alguna figura significativa de referencia bebiendo en exceso, divirtiéndose, puede llegar a relacionar alcohol = diversión.

También puede ocurrir que se acostumbre a que algún miembro de su entorno más cercano tome pastillas para dormir, no estar nervioso o estar más tranquilo, sin un tratamiento adecuado supervisado.

El mensaje es el mismo: se necesita de las sustancias para pasarlo mejor. Y aunque se diga a los niños que no deben beber, o no beber de mas o no involucrarse con determinadas sustancias, van a ser los actos y hechos concretos los que van a modular las conductas de los jóvenes. Aprenden mas por lo que ven que por lo que se les dice, por eso debemos acompañar a nuestras palabras con nuestros actos.

Otras escenas recurrentes de consumo se suelen ver en el barrio. Sentados en la vereda, grandes y chicos, como estilo de vida usan el “parar en la esquina”, con personas a quienes consideran amigos pero quizás tan solo sean compañeros momentáneos del consumo.

¿Son suficientes estos aspectos para determinar una problemática de consumo?

Por supuesto que estos aspectos sociales no son suficientes. Deberán confluir otros factores que se anuden a lo social. Los fenómenos sociales son sólo un componente, importante y condicionante pero no determinante. En el entramado de cuestiones generadoras de una situación problemática de consumo, se encuentran lo social, cultural, físico-neurológico y psicológico.

Cada miembro de la sociedad que conformamos tomamos una posición, a veces sin darnos cuenta, acerca de los diferentes acontecimientos y problemas sociales. En especial con las adicciones, cuesta comprender si se trata de una problema, o si hay una intencionalidad de generar malestar, así como también se confunde al adicto como sinónimo de delincuente, o peligroso.

Dependiendo de qué posición asumamos como parte de la sociedad podremos contribuir o no, a un cambio social.

viernes, 19 de agosto de 2022

Crisis de los Opioides en EEUU : cómo empezó y por qué está peor que nunca.

 


La otra pandemia continúa: cuáles son los trastornos psíquicos que afectan a niños y adolescentes.

El aumento de las consultas por problemas de salud mental es del 54% si se compara con las que se registraban en 2019. Cuáles son las problemáticas que más se incrementaron, y qué señales de alarma temprana deberían advertir los padres.


Desde el inicio de la pandemia por COVID-19 se desarrollaron numerosas investigaciones relacionadas con el virus, específicamente sobre sus características infectológicas, epidemiológicas, y sobre cómo dar respuesta a la crisis sanitaria que su surgimiento desató.

Como una ola, que cuando baja deja ver la orilla nuevamente, a medida que la emergencia lo fue permitiendo, los especialistas no tardaron en poner la lupa en la salud mental de las personas, y cómo la pandemia, las cuarentenas, las restricciones a la movilidad y la imposibilidad de socializar estaba afectando este aspecto no menor de la salud integral.

Puntualmente los niños y los adolescentes, que se vieron obligados a dejar no sólo las clases presenciales sino todas las actividades extraescolares, deportivas y sociales que realizaban vieron perjudicado su estado de ánimo, en una etapa de la vida en la que el contacto con los pares es clave.

Pero, ¿cuál fue el real impacto de la pandemia en la salud mental de los más chicos? Y lo más importante: ¿Cuál es la mejor manera de abordar estas problemáticas para su pronta resolución?

“La estadística que tenemos es la de consultas en la central de emergencias pediátricas, no de consultorios externos. Si comparamos 2019 con 2021 el aumento es del 54% y siguió aumentando en lo que va del año”. La que planteó a Infobae el panorama de situación es la médica psiquiatra infantojuvenil Gisela Rotblat (MN 111.628), quien describió que “los motivos de consulta más frecuente son las idas de muerte, que duplicó la incidencia; los intentos de suicidio, que se triplicaron; las crisis de angustia, que se duplicaron, y los trastornos de conducta alimentaria, que quintuplicaron sus casos”.


Según la jefa de psiquiatría e interdisciplina del Servicio de Salud Mental Pediátrica del Hospital Italiano de Buenos Aires, “en general, los trastornos de conducta alimentaria son la punta del iceberg: hay que ver el cuadro psicopatológico que está debajo, que en la mayoría de los casos son trastornos del estado de ánimo”.

En sincronía con ella, el médico psiquiatra del Departamento Infantojuvenil de Ineco, Fabián Triskier (MN 75.680), sostuvo que “aunque no hay datos oficiales recolectados de manera global, existe una coincidencia en diferentes servicios de salud mental y en profesionales que trabajan en sus consultorios que reportan un incremento en las consultas de adolescentes”.

Consultado sobre cuál es la causa de este fenómeno que dejó la pandemia consideró que “son múltiples”. “Tenemos que tener en cuenta que la adolescencia es un período de profunda reorientación social, con una alta sensibilidad a la mirada y aceptación de sus pares y una alta vulnerabilidad a la vivencia de ser rechazados -comenzó a analizar el especialista-. Por otra parte, es una etapa en la que el cerebro presenta cambios importantes, muchos de ellos influenciados por el contexto. Diferentes trabajos publicados desde hace más de 20 años han mostrado que al menos un 50% de las personas adultas que presentan trastornos de su salud mental refieren el inicio de los mismos alrededor de los 14 años”.

Para él, “sin duda, los efectos de la pandemia pueden haber impactado en la salud mental de las y los adolescentes, ya sea por la muerte de seres queridos, el deterioro de la situación económica de sus familias, el aislamiento obligado, la pérdida de vivencias propias de la edad, las alteraciones en el ritmo de sueño, entre otras han impactado en la salud de muchos, aunque la mayoría han mostrado una extraordinaria resiliencia”.

Sin embargo, según evidenció Triskier, “algunos indicadores de incremento de alteraciones en la salud mental, especialmente en chicas adolescentes muy jóvenes se venía evidenciando en estudios realizados en el norte de nuestro continente y en el Reino Unido. La denominada ‘crisis de la salud mental adolescente’ no parece ser un fenómeno local sino que se repite en diferentes sociedades con características muy diferentes”.

- ¿Cuál es la franja etaria donde más lo nota?

- Rotblat: El servicio es de 0 a 17 años, y el mayor incremento se dio en la franja de 13 a 17. En general  el sexo femenino predomina en las consultas. En los varones se observan síntomas depresivos que no ingresan por guardia.

- Triskier: En los últimos años se ha evidenciado un incremento de los trastornos de ansiedad y de desregulación emocional, con autolesiones con y sin intencionalidad letal en chicas muy jóvenes.

Al respecto, la psiquiatra infantojuvenil Andrea Abadi (MN 76.165) señaló que “particularmente post pandemia, se nota un aumento de conductas de restricción alimentaria, conductas del estado de ánimo o auto injurias en adolescentes y en púberes muy pequeñas de 12 o 13 años, que en otro momento aparecían en edades más tardías”. Para ella, “es posible que esto se deba a una cantidad de cambios que tienen que ver con cuestiones sociales que hacen que el contexto sea por momentos más hostil, la exposición en las redes , etc. Esto puede hacer que se evidencien cuestiones biológicas que en otro momento aparecerían más tarde”.

Sin embargo, en opinión de la directora del Departamento Infantojuvenil de Ineco, no debe perderse de vista “que la adolescencia no solo es una etapa conflictiva en sí misma, sino también es la etapa de la vida donde comienzan a aparecer gran parte de las patologías que se van a expresar fuertemente hacia la adultez”. “En ese sentido, nos referimos a todo lo que tiene que ver con procesos del estado de ánimo, trastornos psicóticos, trastornos de personalidad los cuales se terminan de expresar e instalar en esta etapa de la vida. Por ende, no es extraño pensar que sea una etapa de alta necesidad de atención”.

En la mirada de Abadi, “si se observan las estadísticas, claramente hay una mayor incidencia o una mayor demanda para tratar adolescentes o jóvenes con trastornos del ánimo o con trastornos de ansiedad. Esto es algo que ha empezado a aparecer con mayor fuerza en estos últimos tiempos”.

“A pesar de ello, no podemos solamente decir que hay un aumento de prevalencia, también hay una crisis en todo el sector de salud mental, en nuestro país sino y a nivel mundial”, enfatizó la especialista, para quien “posiblemente a medida que aumenta la psicoeducación y a partir que los padres están más en contacto con sus hijos, se genera un aumento de la demanda explícita en los diferentes consultorios”.

Rotblat agrupó las problemáticas que más crecieron en el último tiempo en cuatro categorías: trastornos del estado de ánimo, ansiedad, fobias y trastornos de conducta alimentaria.

Por trastornos del estado de ánimo entendió “estados anímicos que se caracterizan por desgano, irritabilidad, tristeza, tendencia al aislamiento, pensamientos negativos acerca de sí mismo y acerca del futuro, que puede cursar con alteraciones en el sueño -ya sea por más o menos-, alteraciones en la alimentación, descenso en el rendimiento académico y la capacidad de concentración y en algunas ocasiones con ideas de muerte y conductas autolesivas”.

En segundo término, “la ansiedad es un síntoma transversal a una gran cantidad de cuadros psicopatológicos -aseguró la especialista del Hospital Italiano-. Está presente en múltiples de ellos y se caracteriza por un intenso malestar, preocupaciones frecuentes acerca del futuro, dificultades en la concentración, deterioro del rendimiento académico (estas últimas las comparten casi todos los cuadros), muchas veces aparecen síntomas somáticos como dolores de cabeza o panza recurrentes. Se caracteriza por una preocupación persistente y constante. Muchas veces cursa con inquietud”.

Las problemáticas que más se incrementaron


En la mirada de Abadi, “si se observan las estadísticas, claramente hay una mayor incidencia o una mayor demanda para tratar adolescentes o jóvenes con trastornos del ánimo o con trastornos de ansiedad. Esto es algo que ha empezado a aparecer con mayor fuerza en estos últimos tiempos”.

“A pesar de ello, no podemos solamente decir que hay un aumento de prevalencia, también hay una crisis en todo el sector de salud mental, en nuestro país sino y a nivel mundial”, enfatizó la especialista, para quien “posiblemente a medida que aumenta la psicoeducación y a partir que los padres están más en contacto con sus hijos, se genera un aumento de la demanda explícita en los diferentes consultorios”.

Rotblat agrupó las problemáticas que más crecieron en el último tiempo en cuatro categorías: trastornos del estado de ánimo, ansiedad, fobias y trastornos de conducta alimentaria.

Por trastornos del estado de ánimo entendió “estados anímicos que se caracterizan por desgano, irritabilidad, tristeza, tendencia al aislamiento, pensamientos negativos acerca de sí mismo y acerca del futuro, que puede cursar con alteraciones en el sueño -ya sea por más o menos-, alteraciones en la alimentación, descenso en el rendimiento académico y la capacidad de concentración y en algunas ocasiones con ideas de muerte y conductas autolesivas”.

En segundo término, “la ansiedad es un síntoma transversal a una gran cantidad de cuadros psicopatológicos -aseguró la especialista del Hospital Italiano-. Está presente en múltiples de ellos y se caracteriza por un intenso malestar, preocupaciones frecuentes acerca del futuro, dificultades en la concentración, deterioro del rendimiento académico (estas últimas las comparten casi todos los cuadros), muchas veces aparecen síntomas somáticos como dolores de cabeza o panza recurrentes. Se caracteriza por una preocupación persistente y constante. Muchas veces cursa con inquietud”.

“Los estados constantes de ansiedad determinan una disminución del estado anímico”, destacó.

jueves, 18 de agosto de 2022

Drogas psicodélicas: ¿por qué podrían ser la próxima revolución en salud mental?.

Un repaso de la exploración científica de los potenciales beneficios terapéuticos del LSD, la psilocibina (que se encuentra en algunos hongos), el éxtasis y la mescalina. El pasaje de un paradigma prohibicionista a uno de mayor apertura, que no contempla especialmente el uso recreativo.


El interés por el empleo de psicodélicos con fines terapéuticos --útiles para tratar depresión, ansiedad, trastorno por estrés postraumático, anorexia e incluso consumos compulsivos-- resurge con fuerza en el mundo científico. Academias de prestigio desembolsan millones de dólares, buscando examinar sus beneficios para mejorar la salud. Si bien durante décadas estos agentes químicos fueron demonizados y fueron uno de los principales blancos de la doctrina de la “Guerra contra las drogas”, hoy se cuelan también en el plano cultural. Hace poco Netflix estrenó How to change your mind (¿Cómo cambiar tu mente?, pero también un juego de palabras con ¿Cómo cambiar de idea?), que condensa las temáticas del libro homónimo escrito por el periodista Michael Pollan. En cuatro capítulos, este documental cuenta cómo el LSD (ácido lisérgico), la psilocibina (que se encuentra en algunos hongos), el MDMA (éxtasis) y la mescalina “ayudan a expandir la mente”, en la medida en que “permiten el trabajo sobre experiencias enterradas y pueden ayudar a mejorar la calidad de vida”. Se trata, siempre, no de darles un fin recreativo a estas drogas, sino de su uso controlado y supervisado en la experimentación científica, que está dando sorprendentes resultados.

Los psicodélicos (según su significado, que “revela la mente o el alma”) son compuestos químicos que alteran la cognición y la percepción de la mente, dando lugar a modificaciones en lo visual: los colores, la geometría. La eliminación de los límites de la individualidad que provocan se relaciona con la idea de “ser uno con el universo” y con un profundo ejercicio de introspección. Para poder evaluarlos en toda su complejidad, esta semana, la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos, a partir de una jugosa inversión de 17 millones de dólares, comunicó la apertura de un centro de investigaciones de “medicina psicodélica”. Uno de los proyectos que ya están en marcha se relaciona con medir la eficacia de la psilocibina, por un lado, en pacientes con anorexia nerviosa y angustia psicológica y, por otro, en individuos con Alzheimer.

“El empleo de psicodélicos es una llave a una revolución psicofarmacológica, en los próximos años habrá grandes novedades. Una exploración que viene desde hace tiempo, pero después de tantas décadas de paradigma prohibicionista, se puede comenzar a estudiar de manera seria el efecto eventualmente terapéutico de algunas drogas”, señala el psiquiatra Federico Pavlovsky. En definitiva, como rezaba el viejo axioma, según la dosis, una droga puede convertirse en un veneno o un remedio. Sustancias cuyo uso lúdico o litúrgico fue castigado durante décadas comienzan a ser estudiadas por el método científico tradicional.

Del prohibicionismo a una apertura

El interés del presente, sin embargo, no sucede en el vacío. Durante los 60, el psicólogo y profesor de la Universidad de Harvard, Timothy Leary, al socializar sus trabajos con psilocibina y LSD en el universo hippie, se convirtió en estandarte del avance de los psicodélicos. No solo fomentaba públicamente su uso con fines terapéuticos, sino que también promocionaba el uso adulto responsable. Ello lo llevó, con el trasfondo de la Guerra contra las drogas estimulada por el presidente Richard Nixon, a ser tildado como una de las personas más peligrosas de Estados Unidos y pasó buena parte de sus años en prisiones de todo tipo y color.

En paralelo, era la CIA la que realizaba sus propios experimentos con LSD: creían que podría funcionar como suero de la verdad, como arma biológica contra los enemigos. No obstante, a tono con el pulso de época, los psicodélicos pasaron a la ilegalidad y a transformarse en “drogas destructoras de mentes”. Tras varias décadas de hegemonía del paradigma prohibicionista, con el cambio de siglo, diversos equipos científicos volvieron a examinar el potencial de los psicodélicos para tratar problemas psiquiátricos. Las drogas suelen acompañar las psicoterapias y estimulan la apertura de conciencia que, en muchos casos y según lo refieren las diferentes experiencias que relatan los especialistas, culminan por ser “liberadoras”.

La iniciativa de la Universidad Johns Hopkins se suma a un hito anterior liderado por otra institución de renombre: en abril, un equipo del Imperial College de Londres inauguró el primer centro del rubro. En Nature Medicine describieron un experimento que incluye el uso de resonancias magnéticas en 43 personas con depresión resistente. A una mitad le suministraron psilocibina y a la restante un antidepresivo de uso corriente. Quienes recibieron el hongo presentaron, al correr las semanas, “una mejora evidente y sostenida”.

A partir de la legitimidad que estas instituciones tienen en el campo académico mundial, las investigaciones con psicodélicos parecen consolidarse y dejar, al menos parcialmente, de ser miradas de reojo. Tras años de silencio, se abre una ventana que procura superar el enfoque prohibicionista para explorar las relaciones entre la mente, la conciencia y los trastornos psiquiátricos.

Las pruebas con meditación

“Es posible que el hallazgo psicofarmacológico más importante de los últimos años en la psiquiatría se relacione con el uso de una vieja droga como la ketamina para el tratamiento de cuadros de depresión refractaria. Pacientes que respondían parcialmente a antidepresivos, demostraron respuestas sorprendentes en apenas horas. Disminuyó de forma notable la sintomatología depresiva y la eliminación de la ideación suicida”, destaca Pavlovsky.

A mediados de los 70, Alberto Fontana y Julio Loschi fueron pioneros a nivel local al realizar pruebas para tratar la depresión con ketamina, un anestésico comúnmente empleado en procedimientos quirúrgicos breves. Luego, también realizaron experimentos con LSD, mescalina y psilocibina que acompañaron y se propusieron potenciar los tratamientos psicoanalíticos de los pacientes. No obstante, conforme el paradigma prohibicionista internacional, todo se estacionó.

La buena noticia es que en 2022, el Comité de Ética del Hospital Borda aprobó la puesta en marcha de ensayos para suministrar psilocibina a 100 pacientes oncológicos. Con el visto bueno de Anmat y el apoyo del Conicet, el equipo de especialistas --conformado por el físico Enzo Tagliazucchi; el jefe de investigación del Borda, Ricardo Corral; y por Ain Stolkiner, médico del Hospital de Clínicas-- se encargarán de llevar adelante un experimento sin precedentes.

Los científicos locales utilizan como punto de partida un estudio realizado por la Universidad de Johns Hopkins en 2016, que buscaba tratar la depresión o la ansiedad de 50 pacientes oncológicos. Advirtieron, tras una sesión con psicodélicos, que un 80 por ciento experimentaba mejorías a partir de una experiencia mística: demostraban un estado de ánimo positivo, conexión total, apertura hacia las relaciones afectivas y sensaciones indescriptibles con palabras. “No es un cambio puramente farmacológico, lo que se trata de lograr es que la persona tenga una experiencia fuerte, en la cual desaparece la sensación de tiempo, de individualidad. Se produce una unión con todas las cosas, de incorporarse a lo sagrado, que les cura sus síntomas previos”, explica Ain Stolkiner a Página/12.

Un 40 por ciento de los pacientes que se internan con cáncer desarrollan depresión o ansiedad; pero no cualquier depresión o ansiedad, sino una muy especial, relacionada con enfrentar a la muerte. Los fármacos que se les prescriben no funcionan de manera eficaz.

En el Borda se prevé hacer algo similar, pero además le sumarán un aspecto adicional: la meditación. Hay evidencias de que puede potenciar la posibilidad de tener esa experiencia mística que tanto se busca. “Los efectos que tendrá el psicodélico se relacionan con la mentalidad y con la estabilidad durante los días previos. Nuestra idea es que 50 personas realicen una preparación intensiva de tres días antes de que le suministren psilocibina y en las otras 50 seguir el protocolo tal cual lo hicieron en Johns Hopkins, es decir, replicarlo”, relata Stolkiner. A la fecha, aguardan la llegada de la psilocibina desde Estados Unidos o Canadá. De concretarse, el equipo científico será protagonista de un nuevo punto de inflexión.

FONDO AYUDA TOXICOLÓGICA ( F.A.T. )

QUIENES SOMOS.!!!

El Fondo de Ayuda Toxicológica (FAT) es una ONG fundada en el año 1966 por el Profesor Emérito Dr. Alberto Italo Calabrese para trabajar en ...