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lunes, 30 de diciembre de 2019

viernes, 27 de diciembre de 2019

jueves, 26 de diciembre de 2019

jueves, 19 de diciembre de 2019

El número de presos se desploma en Holanda: así es el programa pionero que ha cerrado 23 cárceles.

Cuando Stefan Koning, que arrastra un historial médico de psicosis, fue declarado culpable de amenazar a una persona con un cuchillo, parecía que nada le libraría de una larga temporada entre rejas. No fue así. Después de una corta temporada en la cárcel ha regresado a su casa en Amsterdam. "Bob es un personaje de la serie Twin Peaks, un asesino que se mete dentro de la piel de inocentes y los obliga a hacer cosas terribles, como asesinar. Dentro de mí hay un Bob que me dice 'mata a esa persona' y cosas parecidas. Si me tomo los medicamentos, Bob me deja tranquilo", explica Koning desde allí. Koning es beneficiario de una tendencia que crece en Holanda. La de evitar que las personas entren en prisión a menos que sea necesario. Entre las claves está, sobre todo, un exitoso programa que ofrece cuidados comunitarios a quienes sufren de problemas psiquiátricos. Hommo Folkerts es el psicólogo forense que brinda apoyo a Koning. Según explica, tienen dos objetivos: "Prevenir otro crimen y aliviar el sufrimiento psiquiátrico y los problemas sociales que siguen". El experto agrega que no se limitan "a tratar a personas con depresión". "Muchas veces se trata de personas con vulnerabilidad psicótica, autismo o dificultades severas en el aprendizaje que a menudo se combinan con serios desórdenes de la personalidad, adicciones, problemas financieros, problemas de vivienda o de vínculos familiares y suelen estar traumatizados". También asegura que aunque "nadie aprobaría los crímenes o la violencia que han cometido, tras ellos hay un mundo muy triste. Repararlo lleva mucho tiempo". 23 cárceles cerradas desde 2014.
En 1988, el criminólogo británico David Downes comprobó que un sistema penitenciario relativamente humano como el holandés da mejores resultados que los de Inglaterra o Gales. Hoy, sentencias de prisión cada vez menores dejan a Holanda ante un problema nuevo: incluso después de alquilar plazas a países como Bélgica o Noruega, no hay suficientes presos para llenar las cárceles. Desde 2014 el país ha cerrado 23 cárceles, convirtiéndolas en centros de asilo temporal, viviendas u hoteles. El país tiene la tercera tasa de encarcelamiento más pequeña de Europa: 54,4 presos por cada 100.000 habitantes. Según WODC, un centro de investigación y documentación del Ministerio de Justicia, el número de sentencias de prisión impuestas en el país ha caído de las 42.000 de 2008 a las 31.000 de 2018. A esa cifra se le suma una disminución de dos tercios en las condenas a jóvenes y un descenso en los crímenes registrados en el mismo período del 40%, a 785.000 en 2018. Miranda Boone, profesora de Criminología de la Universidad de Leiden, ha estudiado ese desplome de la población carcelaria. "No cabe duda de que la población carcelaria se ha reducido de manera muy significativa en los últimos 13 años, un hecho sorprendente y sin parangón en el mundo occidental" La mitad de los internos en el sistema penitenciario holandés ha sido condenado a un mes, explica la experta, y la mitad de los detenidos en 2018 están a la espera de juicio. Los expertos achacan esa disminución a una serie de factores entre los que se encuentran sentencias fuera del sistema judicial como las multas o el uso de la mediación. Una institución "casi única en el mundo". Pero además se cuenta con un programa de rehabilitación psicológica llamado TBS. Boone afirma que se trata de "una institución casi única en el mundo". "En muchos países existe la posibilidad de elegir: la gente puede asumir las consecuencias de sus actos y ser condenada a cárcel, o no y entonces acaban en una institución de salud mental. Nosotros tenemos una que es parte del sistema de justicia criminal para personas que no pueden asumir la responsabilidad por sus actos o solo pueden hacerlo de modo parcial", prosigue. Al contrario de lo que sucede en los hospitales de alta seguridad de Reino Unido o de Holanda, el TBS cuenta con condiciones muy concretas. Sus beneficiarios deben haber cometido un crimen con una condena mínima de cuatro años de cárcel y tener gran riesgo de reincidencia. El programa trabaja específicamente en su reinserción. Si se cree que eso no va a ser posible o el interno no coopera, pueden ser transferidos a una cárcel normal de alta seguridad y ser encerrados para siempre. En 2018 se detuvo a 1.300 personas con la modalidad TBS. Primero pasan por un centro de tratamiento, a veces después de una estancia en prisión y allí son tratados. Cada dos años, un juez evalúa la situación mental que los llevó a cometer su crimen y si el tratamiento debe extenderse o no. La estancia media en el sistema es de dos años. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. El experimento extendido de Holanda en esta materia es revelador. Contrariamente a lo que nos dicen a cerca de este país, es que son liberales en exceso y hablando en lenguaje común "hacen lo que quieren", lo cual es de todo punto de vista falso. Hace más de 40 años, y lo decimos por haberlo comprobado presencialmente, en esa ciudad ya se tenía suma tolerancia con las adicciones a drogas y se las derivaba en lo posible al circuito de salud. Para ésto, por lo pronto ya no tenían incriminada la tenencia para uso personal (lo que aleja al consumidor del control policíaco legal-penal), permitiendo incluso en el caso de la marihuana, hachís para los europeos porque es la equivalente de Europa y Asia, que hubiera un pequeño grupo de cafés donde se podía fumar un cigarrillo de esta sustancia sin transgredir la ley. Por otra parte, tenían desde entonces y simultáneamente una clara persecución sobre el tráfico de otro tipo de sustancias, como cocaína o heroína, cuya transacción significaba severas penas que incluían la cárcel. Pero para los que nos siguen en este blog, hemos señalado en más de una oportunidad, que la incriminación de la tenencia significa convertir en delincuente a un simple probador de sustancias. Al ahorrarse este paso, los holandeses no tienen el problema que nos han exportado a toda América Latina, los norteamericanos que en cambio consideran a las sustancias como origen del mal y por lo tanto tienen en sus cárceles un 60% de encausados, ligados a la tenencia, tránsito o comercio de las sustancias aunque fuera en pequeña dosis. Y por supuesto, esto hace que el sistema norteamericano de prisionalización sea el más elevado del mundo occidental; más de dos millones de encarcelados. Con esto no cuentan los holandeses, antes bien se han percatado que muchos de sus presos y reincidentes, lo son en función de una alteración de su psiquis que los pone virtualmente en peligro, de ser lesivos para sí o terceros, pero al estar albergados por el programa y con los cuidados debidos de profesionales competentes del mismo, han logrado reducir sensiblemente los presos y los ámbitos que los contenían, o sea las cárceles. 23 de las mismas cerraron en virtud del programa y hasta se han permitido alquilarle a sus vecinos belgas o a los noruegos, un poco más lejanos. La disminución de la población carcelaria no sólo se debió a lo que ya hemos explicado, sino también a que se implementaron medidas tales como las multas y la institución mediatoria, que permite acercar a las partes, le otorga a la víctima la posibilidad de pedir un resarcimiento que no sea estrictamente una pena, sino una reparación. Además permite que a través de múltiples mecanismos, se acerque la reparación que en definitiva debe ofrecer el ofensor, no solamente por un acto de exclusión, que poco agrega a su reforma personal ni a su restitución ciudadana y sí en cambio puede significar adquirir conocimientos y luego aplicarlos en obras comunitarias; brindar algún tipo de contribución de acuerdo a su especialidad u oficio, realizar actos de necesidad sostenidos para la comunidad que lo alberga, etc. Están empleando esos insumos en cosas más útiles que restringiendo libertades que pueden ser canjeadas por otras cuestiones de fondo, si bien las realidades son diferentes, los caminos se hacen paso a paso y por lo tanto, no sirven los argumentos falaces del tipo "todavía no están dadas las condiciones" o "todavía no están creadas las instituciones, o los albergues o lo que fuere" y mientras tanto se sigue difiriendo sistemas comprensivos, que por otra parte no implican ni olvido, ni ligereza, antes bien significan la evolución de un país, su grado de responsabilidad ciudadana, porque como se ha visto en más de un artículo de literatura científica al respecto, Holanda es un país donde las pequeñas cosas se discuten construyendo un sentido participativo, donde las conclusiones no son a espaldas de los habitantes, sino más bien con la activa contribución de los mismos.

martes, 17 de diciembre de 2019

¿Qué pasa en tu cerebro cuando haces un “maratón de series”?

El 61% de sus usuarios de Netflix se da atracones de series regulares. Te sientas delante del televisor dispuesto/a a ver esa serie de la que todos están hablando. Le das al play y las horas comienzan a volar, capítulo tras capítulo, hasta que el cansancio te avisa que ya no puedes más. Entonces te das cuenta de que has visto la mitad de la temporada – o más. Y todavía tienes ganas de ver otro episodio. Nos ha pasado a todos. Es difícil apretar el botón de stop cuando no sabemos cuál será el próximo paso de Claire Underwood, Walter White, Daenerys Targaryen o Celeste Wright. Y así nos sumimos – de manera más o menos inconsciente – en un maratón de series.
De hecho, una encuesta realizada por Netflix reveló que el 61% de sus usuarios se da atracones de series regulares, viendo entre dos y seis episodios en cada sesión. Y un análisis más reciente confirmó que “en vez de ver un episodio por semana, los miembros de Netflix optan por atravesar una serie, es decir, terminan una temporada completa en una semana, como media”. Lo curioso es que, mientras miramos la serie, experimentamos sentimientos positivos, pero es probable que al llegar al final no solo nos sintamos exhaustos sino también frustrados y desanimados porque no tenemos más capítulos que ver y tendremos que esperar varios meses hasta la próxima temporada. Si es así, ¿por qué nos enganchamos tanto? Los maratones de series se refieren al hábito de mirar la televisión durante un periodo de tiempo prolongado, generalmente dedicando varias horas a un solo programa. Este fenómeno, también denominado “observación compulsiva”, puede catalogarse como una pseudoadicción. Ver una serie que nos gusta es una actividad agradable y placentera que activa la liberación de dopamina, un neurotransmisor clave en el sistema de recompensa interna. La dopamina cumple dos funciones esenciales: facilita el aprendizaje relacionado con la recompensa y fortalece el recuerdo de los estímulos vinculados a esa recompensa. En otras palabras, la dopamina es la encargada de “marcar” todo aquello que nos genera placer y reforzar los comportamientos que nos permiten obtener ese placer. Cuando nos damos un “atracón de series”, nuestro cerebro produce dopamina continuamente y experimentamos un efecto similar al que producen las drogas. De hecho, las vías neuronales y la respuesta cerebral ante un maratón de series son las mismas que activan las adicciones. Por eso, entre otras razones, nos resulta difícil dejar de ver la serie. La gratificación instantánea que produce esa actividad es similar a la que experimentan los jugadores adictos, quienes incluso después de ganar no se sienten satisfechos y quieren seguir. Eso significa que cuando nos ponemos delante de la pantalla, no solo deseamos ver el contenido de la serie – esa es la excusa – sino que buscamos la sensación de placer que nos provoca ver un episodio tras otro. El problema, como explicó un exhaustivo estudio publicado en la revista Mente y Cerebro, es que cuando este comportamiento se repite a lo largo del tiempo, la cantidad de dopamina liberada termina alterando el funcionamiento cerebral, específicamente los circuitos del sistema de recompensa. El número de receptores dopaminérgicos disminuye, lo cual explica la paulatina disminución de los efectos placenteros que provoca ver un solo capítulo de la serie y la sensación de anhedonia, falta de energía y depresión situacional que experimentamos al terminar el visionado, un estado similar al síndrome de abstinencia. Dado que las vías dopaminérgicas se proyectan hacia la corteza prefrontal - donde se concentran nuestras funciones ejecutivas, esas que nos permiten ser conscientes de nosotros mismos, valorar los riesgos y posibilidades, reflexionar antes de actuar y decidir cuál es la actuación más conveniente en un momento dado – los cambios neuroquímicos que provocan las adicciones terminan disminuyendo su metabolismo. Eso significa que nuestra corteza prefrontal trabajará a media capacidad, por lo que no seremos plenamente conscientes de que tenemos un problema y no podremos tomar medidas para controlar la adicción.
A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Tal como venimos diciendo en este blog, las adicciones no son solo a sustancias, sean estas legales o ilegales, sino que también existen otras que muchas veces son llamadas comportamentales tales como lo son el juego patológico, las compras compulsivas, la adicción al trabajo, o la aquí presentada. En el caso de la noticia en cuestión, se hace mención a la adicción a las series, y hacen una descripción de lo que ocurre "en nuestros cerebros" cuando tenemos un consumo compulsivo de las mismas, esto es, cuando en un mismo día vemos todos los capítulos que nos es posible de una temporada. Si bien ellos dicen que se puede convertir en una pseudoadicción, los mecanismos de recompensa que operan a nivel neuronal son idénticos a los que funcionan en cualquiera de las adicciones hasta el momento conocidas, sean estas a sustancias o no, en el juego patológico opera el mismo circuito y existe síndrome de abstinencia cuando no se realiza la acción en cuestión, ya sea jugar/apostar o ver "hasta el final" y "de una" una serie. Este comportamiento era impensado años atrás donde, pacientemente, teníamos que esperar hasta, en el mejor de los casos el día, la más de las veces la semana, siguiente, para saber cómo continuaba la historia. Pero la inmediatez del streaming hace que tengamos a la mano todos los capítulos de la(s) temporada(s) de la serie del momento. Tal como en otro momento fueran las compras del "llame ya", en un mundo en el que todos están apurados por llegar, aunque no sepan muy bien a dónde ni para qué, donde el tiempo de espera es tiempo perdido (¿porque el tiempo es dinero?), donde no hay lugar para la frustración y si ocurre no sabemos que hacer con ella (probablemente busquemos "anestesiarla" de alguna manera, pueden ser con drogas, comida, o por qué no, series) no es de extrañar que todo lo que existan todo tipo de "atracones" que no hacen más que "llenarnos" momentaneamente para volver a dejarnos "vacíos" a los pocos minutos de desaparecer su "efecto". Tendremos que empezar a plantearnos si estas actividades "solitarias" (todo consumo compulsivo lo es) son la solución a nuestros problemas o sólo los aumentan.

lunes, 16 de diciembre de 2019

El futuro de la política de drogas ante el gobierno de Lacalle Pou.

Página/12 en Uruguay Desde Montevideo. Durante los tres días en que casi 20 mil personas coparon Expo Cannabis en el Centro de exposiciones LATU en Montevideo, uno de los ejes centrales del debate que rodeó las charlas entre funcionarios y académicos fue sobre el futuro de las políticas de derechos de Uruguay ante el cambio de gobierno. “¿Es probable que se pierdan derechos?”, fue una de las preguntas y focos centrales que recorrieron el ambiente, por lo demás festivo y de potencial desarrollo: si el negocio del cannabis moviliza entre 150 mil y 200 mil millones de dólares según las diferentes estimaciones globales, la sexta edición de este encuentro con apoyo estatal en su organización y siendo declarada de interés tanto por el país como por la intendencia de Montevideo, ocupa el lugar de motorizar y agilizar algunas derivas burocráticas que aún padece la industria local. Y nadie escapa al temor por lo incierto del futuro cercano. Mientras la exposición se divide en dos grandes focos, el industrial asociado sobre todo al cannabis medicinal y el de consumo recreativo con más de 100 stands de Brasil, sobre todo, Uruguay y Argentina (los chicos del emprendimiento Magic Box estaban sorprendidos por la fiesta y la organización que implica en el marco de un consumo legal, a diferencia de lo ocurrido en la expo argentina), las charlas fueron bien focalizadas en el aspecto de cómo regular, cómo seguir con la legislación y que Uruguay, considerado un modelo de regulación de vanguardia, siga ese rumbo. La llegada de Luis Lacalle Pou siembra algunas dudas y es disruptiva en el marco actual. Aunque él mismo supo presentar uno de los primeros proyectos de ley para regular el mercado del cannabis en Uruguay, aun antes de que se hiciera la ley de 2013, suponía algunas diferencias que ha ratificado en declaraciones recientes: la primera es que no está del todo de acuerdo con que el Estado se involucre en la producción de cannabis, la segunda es el modo de dispensar la droga, ya que se opone a que sean las farmacias las que entreguen el cannabis. Ya hay 38.601 adquirentes registrados en el Instituto de Regulación y Control del Cannabis.
“Esto supone un problema porque es el 70% de los consumidores --explica Mercedes Ponce de León, directora de Expo Cannabis y experta en la industria cannábica en todo el mundo--, y cerrar la entrega de marihuana en farmacias supone devolverle ese negocio al narcotráfico. Además, una aclaración: el Estado no produce, solo otorga licencias a las cinco empresas que proveen al sistema de expendio estatal”. Los números avalan su inquietud: entre quienes autocultivan (7.871) y quienes adquieren cannabis en alguno de los 145 clubes de membresía (4.187) suman menos de una tercera parte de quienes se anotaron para adquirir su cannabis en alguna de las 17 farmacias habilitadas (luego de que varias rechazaran vender el producto). La eventual asunción de un integrante de Cabildo Abierto, el partido de ultraderecha del ex jefe militar Guido Mannini Ríos --que rechazó el cargo pero lo pidió para su partido-- en el Ministerio de Salud es el mayor temor de Ponce de León y de Marco Algorta, fundador de la empresa Cannapur (asociada a capitales canadienses) y actual presidente de la Cámara de Empresas de Cannabis. La idea suena disruptiva también porque las últimas encuestas de la Junta Nacional de Drogas sobre opinión pública arrojaron que un 98% de las personas aprueba el uso de cannabis medicinal en Uruguay, cuando antes de la ley este número arañaba el 30%. Lo mismo ocurre con el número de uruguayos que aprueba el consumo recreativo, que trepó al 54% y superó la mitad más uno de la población por primera vez. Para ratificar esta voluntad popular, el intendente de Montevideo, Christian Di Candia, aseguró al abrir una mesa debate en Expo Cannabis que “Montevideo es la ciudad de la paz, de los derechos y las libertades; y estos proyectos deben hacernos estar a la vanguardia en estos temas”. Algorta, sin embargo, teme un poco por el futuro de la Salud Pública: “Hay que ver si empiezan una cruzada a favor de las farmacéuticas y contra el aborto, entre otras cosas. Esta industria tiene mucho potencial, aunque es un período de menor liquidez por la guerra comercial entre EE.UU. y China, y a eso se le suma que Tabaré Vázquez era de la fracción que frena la potencia”. Ese es otro secreto a voces y lo gritaron fuerte en la expo tanto el ex titular de la Junta Nacional de Drogas, Milton Romani, como la experta en tratamientos de adicciones y principal asesora en la ley de 2013, Raquel Peyraube. “La evidencia demostró que es mejor regular este mercado que prohibirlo. El que quiera ir contra este negocio, contra este movimiento social, cultural y de derechos es porque vive en una cueva. Los hay, claro, y habrá puja, pero no creo que lo toquen porque es una industria pujante y son derechos adquiridos”, aseguró a Página 12 Romani. Si bien el ex funcionario reconoce los riesgos de abrir el consumo de drogas, explicó que no se trata de regular, porque regular también regula el mercado negro, sino de regular estatalmente. Y que las sustancias, cuanto más riesgosas, más se deben regular para prevenir riesgos y educar a los ciudadanos. Para la doctora Peyraube, está claro que las sustancias están para quedarse y que “la prohibición evita la educación, es una cuestión de seguridad, salud pública y derechos humanos”, por lo que propone “legalizar todas las drogas en sus formas más puras, porque una política debe demostrar pragmatismo, eficacia y humanitarismo”. A los políticos, pero sobre todo a los que ocupan posiciones expectantes, antes de que asuman les advirtió que “Uruguay está siendo ejemplo de legalizar y de decir cómo, es un criterio no de promoción y mercado, sino de salud. Dejen la opinología, porque lo importante no es lo que a un político le parece sino que piense en términos de política pública” y volvió a arremeter contra el presidente saliente: “Tabaré dijo que él obstaculizaba la ley porque para él está mal consumir, y eso está mal. Tenemos referentes internacionales de Políticas Públicas de drogas, como Marcos Baudean... ¡Que los llamen!”, clamó. Justamente Baudean tomó la posta y también advirtió sobre los peligros ante el cambio de manos en el área de Salud. Si bien duda de que retrotraigan las medidas, sí cree que hay algunos elementos en peligro. Consultado por Página 12, aseguró: “No veo que vayan atrás con la regulación, pero sí con venta en farmacias y puede apuntarse al cultivo individual. El canal farmacéutico, sin embargo, tiene todo el control, uno sabe qué sustancia, qué potencia, cómo es. Si vuelve a perderse eso, se vuelve a un mercado sin control y hasta se puede desregular el precio”. También pidió que los políticos entiendan que no se trata de un problema de sustancias sino de políticas públicas, e insistió con que los especialistas coinciden en que no es un tema de drogas, sino de políticas públicas. Por último, aclaró: “No se trata de ver cuántos consumidores hay y si la inseguridad responde a eso, es irrelevante; si se legaliza algo que era ilegal, obviamente sube el consumo porque más gente lo reconoce y porque habrá curiosos, pero la pregunta clave es: ¿la sustancia genera más daño o menos ahora? La violencia aumenta porque el mercado se achica y los narcos recrudecen la disputa también”. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Esta noticia por nosotros hoy compartida, está muy relacionada con la que publicáramos días anteriores. En aquella, un comisario que durante años participó de la denominada "lucha contra las drogas", planteaba la necesidad de la regulación de todas las sustancias, dado que la prohibición nada ha conseguido. En el mismo sentido, el artículo que precede, comienza preguntándose qué pasará ante el cambio de gobierno en el país con la ya establecida regulación del cannabis. Por lo que allí se menciona, las nuevas autoridades estarían en contra de esta política, y si bien no pareciera posible su anulación, el mayor temor es que deje de existir la regulación estatal, que es la única regulación que garantiza no sólo un control sobre la/s sustancia/s en cuestión sino que redunda en el fin del mercado ilegal y todo lo que éste conlleva: dudosa calidad de la/s sustancia/s, luchas por el territorio, por ende mayor violencia, etc. Tal vez una de las afirmaciones del artículo sea la de la Dra. Peyraube que deja al descubierto la perversidad de la prohibición, ya que se presenta como "la" herramienta por excelencia para el cuidado de los ciudadanos ante los terribles riesgos de las drogas pero en realidad “la prohibición evita la educación, es una cuestión de seguridad, salud pública y derechos humanos”.

viernes, 13 de diciembre de 2019

Jornadas de Presentación en Rosario Acuerdo por la Regulación Legal del Cannabis.

Fuente : elciudadanoweb.com. Este viernes organizaciones de profesionales y usuarios y usuarias darán a conocer las bases políticas para debatir un proyecto legislativo que lo habilite. Este viernes desde las 16 en la sede de gobierno de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) se realizará una jornada para presentar el Acuerdo por la Regulación Legal del Cannabis. A mitad de año unas 40 organizaciones sociales de todo el país vinculadas al uso de cannabis firmaron una base que servirá para el futuro debate de proyectos legislativos que modifiquen las políticas de drogas en Argentina. Organiza la Asociación de Reducción de Daños de Argentina (Arda) y el Centro de Estudios Avanzados en Drogadependencia y Sida de la Universidad de Rosario (CEADS/UNR). La actividad es libre y gratuita. “Nos une la lucha por una reforma profunda de las políticas de drogas, que ponga al sujeto en el centro de las acciones tendientes a mejorar la salud y la seguridad entendidas como derechos”, explicaron desde la organización de la jornada y siguieron: “Buscamos desarrollar una regulación legal del cannabis para uso adulto, basada en criterios de salud pública”. Para quienes organizan es necesario llegar al Congreso con un debate que incluya argumentos científicos y sin prejuicios morales. “Porque el 2020 tiene que ser el año de la regulación y de la libertad es que están todos invitados a participar y a difundir”, agregaron desde la organización. Exposición y charla. La jornada tendrá dos paneles de debate sobre la posible discusión legislativa. La primera será desde las 17 y estará integrada por Victoria Darraidou (equipo de políticas de seguridad y violencia institucional del Centro de Estudios Legales y Sociales); Oscar Montenegro (periodista e integrante de Arda); Facundo Rivadeneira (presidente de la Asociación Civil Cogollos del Oeste); Pablo Ascolani (secretario general de Arec); y Vanesa Vargas (integrante de Reset Política de Drogas y Derechos Humanos). Coordinará la mesa Agustín Aranda, periodista del diario El Ciudadano. El segundo panel será sobre políticas públicas y drogas en Argentina y participarán Alberto Calabrese (sociólogo y ex director nacional de adicciones); Matilde Bruera (abogada y presidenta de la Asociación de Profesores de Derecho Penal de la UNR); Silvia Inchaurraga (directora del Área de Reducción de Daños de la UNR); y Gustavo Zbuczynski, presidente de Arda. Coordinará la mesa Claudio Socolsky, periodista de Rosario 12. Fuente : elciudadanoweb.com

martes, 10 de diciembre de 2019

“Hay que regular estatalmente el consumo de todas las sustancias”.

Entrevista al director de la Policia de Uruguay, comisario Mario Layera.Desde Montevideo. A mediados de agosto, el director de la Policía Nacional uruguaya, comisario Mario Layera, sacudió el avispero en plena campaña electoral cuando aseguró que la solución global al narcotráfico debía ir de la mano de la legalización y regulación del consumo y ya no en en su tradicional faceta prohibicionista. Las frases, fuertes en general y sobre todo en particular por tratarse del jefe de la fuerza de seguridad encargada de combatir el narcotráfico, se produjeron en medio de duros cuestionamientos de la oposición a la política de seguridad del Frente Amplio. Aunque Layera, a cargo de la Policía desde 2016, dijo en diálogo con Página 12 que se trató de “un mero relato para sembrar la idea”, lo cierto es que el tema seguridad fue clave en el resultado electoral que sacó del poder tras 16 años al Frente Amplio y depositó a la alianza que conformó Luis Lacalle Pou junto a sectores de ultraderecha en el Gobierno. Layera reitera sus ideas ante la consulta de este diario, en el marco de una conferencia que dio junto al ex ministro de Relaciones Exteriores y ex director de la Junta Nacional de Drogas, Milton Romani; el especialista en políticas públicas sobre manejo de drogas de Monitor Cannabis, Marcos Baudean, y la doctora Raquel Peyraube --experta en tratamiento de adicciones, entre otras cosas--. En esa charla, además, el comisario, que se hizo famoso por su labor en la Brigada Antidrogas en más de una centena de operativos entre 1995 y 2013, cuando llegó a comandar el organismo, dijo que fue --entre otras cosas-- una pregunta de su hija de entonces 12 años la que sirvió como punto de quiebre en su visión sobre la política de drogas.
--¿Usted dice que hay que legalizar todas las drogas? --Sí, digo que hay que regularlas desde el Estado, y aclaro que dependiendo de la peligrosidad de cada una se debe dar una política específica en tal sentido, porque no se pueden manejar todas por igual. Cada una según sus formas, pero sí. Si uno se fija, el cannabis ni siquiera genera violencia, no tiene riesgo y no ha ocurrido todo lo que se decía que podía pasar si se legalizaba. Aún combatimos el narcotráfico, claro, pero porque no alcanza la industria. --¿Es un problema de abastecimiento? --Sí, porque si hay más gente que quiere acceder legalmente y no puede, va a caer en otros modos. Creo que deberían habilitar el autocultivo, e incluso que los que cultivan puedan vender, que se arme una competencia y un mercado legal. --¿Cómo llegó a la conclusión de que la política adecuada era regular estatalmente y no prohibir? --La mitad de mi carrera fue dirección y combate a las drogas. Me formé con expertos internacionales en todo el mundo y siempre la palabra guerra me sonó muy fuerte. En uno de los seminarios en Europa, una psiquiatra nos dijo: "¿De qué guerra hablan? Es una guerra de los políticos, de alguien que da la orden, pero no de ustedes". Y ahí me di cuenta de que nosotros poníamos el cuerpo y sufríamos pérdidas por algo que es ajeno, que no es lo que debe hacer la policía. Entonces empecé a dudar de eso porque no podía compatibilizar la tarea con el sentido de lo que significa guerra en un estado democrático republicano y donde defender y proteger los derechos humanos debe ser la principal tarea de la fuerza policial. --En general se asocia la policía con el combate del delito y otros focos represivos, pero no se la suele ver como garante de derechos… --Es difícil y raro para desarrollarlo a nivel policial. Lleva tiempo, hay que educar al policía, que entienda que es un servidor, y que no es impotente si no atrapa a alguien que está robando. Y, sobre todo, que entienda que no puede dispararle a cualquiera y en cualquier circunstancia. --Si no pasa lo que pasó con el caso de Luis Chocobar en Buenos Aires… --Claro. Pero hay que educar y trabajar con los oficiales, el policía no puede estar al servicio de matones que lo utilizan para su provecho. Si no siempre quedan atrapados en esa lógica de trabajar para provecho de otros que, a la vez, si por una vez fuesen ellos los que sufren atropellos de la Policía, de seguro ya no estarían más de acuerdo con esa idea. --También sé que su hija influyó en su mirada… --Mi hija a los 12 me preguntó si debía consumir o no y yo, oficial antidrogas, fue ahí donde reconsideré todas mis convicciones. Vivía inmerso en el problema de los padres con sus hijos y venían a la dirección antidrogas a buscar una respuesta; a pedir que los detuviéramos. Y ahí vi el problema, ¿qué respuesta le doy? ¿Qué conozco yo sobre la sustancia y sus daños? Yo sólo sé hacer una guerra y un procedimiento policial. A los conservadores les digo: ¿qué hacen con su hijo? Hay que plantar la semilla para el futuro. --¿Y a su hija qué le dijo? --Le dije: "s dificilísimo que yo te diga que es bueno. Todo lo que leí es que hace mal, pero también el alcohol y el cigarrillo, y yo tomo y fumo, así que qué decirte. Esperá un tiempo, estudiá mejor la situación, no hay apuro". Y le expliqué cómo empecé a fumar tabaco, que lo hice para sentirme mejor con los otros. Otra cosa que me pegó fue la idea de que si mi hija quería consumir iba a caer en el narco, no en la vía legal, por su edad, y pensé: "¿La voy a dejar en las manos del narco? ¿Y si saben que es mi hija no van a tomar represalias?". --¿Esta postura en relación con el narcotráfico no le valió presiones? --Las disputas siempre están y uno sabe que no todos piensan igual, pero creo que había que hacer algo diferente y la mayoría de la policía me apoyó. Tras años de establecer los controles según lo establece la ONU sobre control de oferta y demanda y el lavado de activos, seguimos todas las medidas y legislaciones (agente encubierto, informante, arrepentidos) y sin embargo se produjo un incremento del narcotráfico. Nuestro país está siendo nuevamente vulnerado por las organizaciones de narcotráfico. El prohibicionismo nació en los 60, bajo una ideología global determinada. Los procesos de avance hacia otro camino y que defiendan los derechos humanos van a estar en la respuesta de cada individuo de esta sociedad. Los cambios nacen del ciudadano y no de la política. --¿Y desde el Estado qué política se debe aplicar? --Debemos adoptar el paradigma de la prevención y no la represión: se trata de generar una respuesta interdisciplinaria, con investigación y estudio para una vida plena y de calidad. --¿Va a seguir al frente de la Policía? --No no, ya me estoy yendo. --¿Por eso dice lo que dice? --No (risas), me habría ido aunque hubiera ganado Daniel Martínez. Es un ciclo cumplido. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Lo más interesante de esta nota es la lucidez del comisario Mario Layera del Uruguay, que después de una práctica por lo visto importante en el campo de la represión, opta por entender un modelo de reducción de daños y aborda una vertiente que debemos decir el Plan Nacional de Drogas del Uruguay supo abordar en su momento, cuando se decidió dar los pasos para manejar la marihuana como un producto controlado y no prohibido. Tal vez dado que la artificialidad de la prohibición, es eso artificial, debemos pensar que tal vez el de Uruguay es un camino con futuro, si es que el nuevo gobierno es capaz de sostener este paso inteligente. No olvidemos que y no hace mucho, seis meses atrás, un comunicado de Wall Street (¡!) se encargó de destacar que no pensaban hacer negocios que rompía con la prohibición del consumo, tráfico, posesión, en fin todas las instancias de lo que sucede en el comercio y consumo de sustancias. Se olvidaron estos buenos señores, que en EEUU ya son 20 estados que en mayor o menor grado han despenalizado a la sustancia marihuana, a lo que se ha agregado el importante cambio de postura hacia la liberación de la sustancia por parte de Canadá. Volviendo a los dichos del comisario, estamos frente al caso de una persona que habiendo vivido la calle y su realidad, percibe con claridad que el discurso oficial, que como dijimos es la mezcla del Ético Jurídico y el Médico Sanitario, no alcanza para siquiera poner las cosas en un cause razonable. Y se queja y con sobrada razón, que muchas veces el cuerpo lo ponen los agentes de la seguridad del Estado, que tiene que hacer frente a una reacción prácticamente ilimitada, donde talla el crimen organizado, para obtener sus beneficios de mayores ingresos y acumulación de poder. Este hombre, percibe claramente que con más medidas de prevención y sustancias sustraídas del "armario del terror" se convierten en sustancias que como los psicotrópicos y psicofármacos de la industria farmacéutica son regulados, producidos con determinadas normas de calidad y control y si se quiere pudiendo llegar a ser mucho más controlables que sustancias que se producen de manera clandestina. Aquí se puede saber, el costo, una idea de los beneficios, la calidad de producción, la trazabilidad de las sustancias, o sea la persistencia de las características que las identifican a través del tiempo. Desde ya lo que este hombre tiene, es una clara visión que muchas veces nos falta, a quienes pertenecemos a los equipos de salud, que frecuentemente se guían por nociones enmarcadas en el prejuicio, y que poco pueden hacer ya que lo esquivan, por el padeciente que se acerca a los servicios, que muchas veces debe sufrir una discriminación que poco contribuye a su orientación y evolución positiva, en el difícil camino de apartar el síntoma y retrabajar las causales por los que éste se ha manifestado. Siempre es bueno sacarse el sombrero, frente a personas que pasando por encima de su formación y prejuicios con que se los ha encuadrado, pueden hacer un verdadero ejercicio de reflexión y crecimiento, para brindar respuestas mucho más adecuadas y justas.

viernes, 6 de diciembre de 2019

Asistencia en Consumos Problemáticos en el Centro Carlos Gardel.

Nuestro Director General, Lic. Alberto Calabrese participó de la Jornada Asistencia en Consumos Problemáticos en en Centro Carlos Gardel donde además se conmemoró su 25° Aniversario.
Imágenes de los Participantes y Autoridades del Centro Carlos Gardel.

martes, 3 de diciembre de 2019

Declaración del Consejo Consultivo Honorario en Salud Mental y Adicciones.

Compartimos con uds la Declaración del Consejo Consultivo Honorario a la cual adherimos. Buenos Aires, 30 de noviembre de 2019. Frente a la asunción del nuevo gobierno en la República Argentina, desde el Consejo Consultivo Honorario en Salud Mental y Adicciones celebramos este nuevo hito de profundización democrática en nuestro país, esperamos con gran expectativa la designación de las nuevas autoridades nacionales y locales, y manifestamos nuestro compromiso y apoyo para la construcción de consensos y acciones que fortalezcan la implementación de la Ley 26.657 en todo el país, así como los marcos normativos ampliatorios de derechos que supimos construir. El Consejo Consultivo Honorario de Salud Mental y Adicciones es un organismo federal, plural y honorario conformado por 30 organizaciones y asociaciones de derechos humanos, profesionales, usuarios, familiares, gremios, universidades, centros de investigación del campo de la salud mental y adicciones, que fue creado por el marco normativo de la Ley Nacional 26.657 sancionada en el 2010. La Ley 26.657, reconocida internacionalmente como un instrumento normativo de avanzada, fue generada participativamente y recupera al mismo tiempo los avances internacionales y las prestigiosas experiencias fundantes participativas, comunitarias y ampliatorias de derechos en nuestro país. La implementación de la ley implica un profundo proceso intersectorial e interdisciplinar que requiere la transformación de prácticas y saberes profesionales, sociales, culturales e institucionales en favor de la construcción de modos de abordaje dignos que promuevan la autonomía y que garanticen la accesibilidad, integralidad, universalidad y continuidad en todos los procesos de salud, enfermedad, atención y cuidados para todas las personas a lo largo de su vida. A diez años de su sanción, conviven avances, pero también resistencias y desafíos que requieren mucho trabajo, claridad y compromiso con la plena implementación. El proceso en curso debe fortalecerse y consolidarse a partir de un sólido desarrollo y respaldo a políticas públicas en salud y salud mental, que incluyan las adicciones como parte de dicho campo, con funcionarios que acrediten experiencia y consistencia con la Ley 26.657, reconozcan la relevancia de las experiencias previas, la asignación de recursos necesarios, el acompañamiento de los procesos de formación profesional y la articulación intersectorial. Estas acciones requerirán principalmente del compromiso de las instancias políticas y de gestión decisorias que defiendan y orienten, de forma perentoria y urgente, la plena implementación de la Ley 26.657. En esta nueva etapa democrática, es necesario profundizar las prácticas sustitutivas de las lógicas manicomiales como Política Pública. La unidad alrededor de los principios de nuestra Ley 26.657 es la mejor brújula para la construcción de un país más justo y respetuoso de las personas en tanto sujetos de derechos. Por todo eso, por qué es con todxs, porque necesitamos redoblar nuestro trabajo para garantizar la implementación de políticas que sustancien los derechos de, con y para todxs invitamos a adherir al presente documento y a comprometernos entre todxs a potenciar políticas y prácticas transformadoras que afiancen los derechos de los sujetos logrado con tanto esfuerzo y trabajo.

lunes, 2 de diciembre de 2019

RESOLUCIÓN CONSEJO DIRECTIVO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES.

VISTO El proyecto de ley el proyecto de ley 2828/2019 presentado el día 20 de noviembre en la legislatura porteña sobre la regulación del régimen de residencias dependientes del GCBA Y CONSIDERANDO : Que los residentes se encuentran organizados legítimamente en una Asamblea de Trabajadores Residentes y Concurrentes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Que dicha organización no fue consultada en absoluto por quienes pretenden modificar las condiciones laborales y de formación académica de los residentes. Que es una prioridad para los residentes, para el sistema de salud y para la sociedad en su conjunto que cese la situación de abuso laboral y explotación a la que están sometidos los residentes y concurrentes de CABA. Que en dicho proyecto no se reconoce a los residentes y concurrentes como TRABAJADORES Y TRABAJADORAS en formación de postgrado en servicio. Que el planteo de un régimen de 64 hs semanales máximo cristaliza un régimen laboral de explotación con jornadas extenuantes, que excede cualquier convenio colectivo de trabajo. Que el proyecto de ley deja de establecer el salario por el coeficiente vinculado al cargo profesional de planta, desprotegiendo aún más las condiciones salariales de los residentes. Que las modificaciones que se implementaron en el proyecto presentado en la legislatura no solucionan la situación de precariedad laboral y explotación a las que están sometidos los residentes y concurrentes , sino que las empeoran. Por ello, EL CONSEJO DIRECTIVO DE LA FACULTAD DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES RESUELVE: Art. 1°. Apoyar el reclamo de los residentes y concurrentes de la CABA en contra de la sanción de dicho proyecto de ley. Art. 2°. Solicitar a la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la postergación del tratamiento del mencionado proyecto de ley. Art. 3°Solicitar a la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la participación de la Asamblea de Trabajadores Residentes y Concurrentes en la discusión de dicho proyecto de ley. Art. 4° Comuníquese a la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Art. 5° Comuníquese, de forma.

FONDO AYUDA TOXICOLÓGICA ( F.A.T. )

QUIENES SOMOS.!!!

El Fondo de Ayuda Toxicológica (FAT) es una ONG fundada en el año 1966 por el Profesor Emérito Dr. Alberto Italo Calabrese para trabajar en ...