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viernes, 29 de noviembre de 2019

Comunicado de La Asociación Argentina de Salud Mental.

Comunicado de la AASM en contra de la represión de los profesionales en formación de la CABA. 28 de Noviembre de 2019. La Asociación Argentina de Salud Mental (AASM) repudia la brutal represión que sufrieron en el día de hoy lxs concurrentes y residentes de la Ciudad de Buenos Aires que se manifestaban pacíficamente en la Legislatura Porteña en contra de la retrógrada ley que los regulará a partir de ahora. En lugar de garantizar la formación y la libre expresión de lxs profesionales de la salud, que son el orgullo de los hospitales y centros de salud, las autoridades de la CABA responden con represión. No hay salud con represión. No hay salud sin diálogo. No hay salud sin formación. No hay salud sin democracia. No hay salud sin ministerio. Estamos en alerta. Cordialmente, CD de la AASM

Taller Conversatorio Salud Mental y Adicciones.

Taller Conversatorio de Salud Mental y Adicciones a cargo de el Lic. Alberto Calabrese, Director General de Nuestra Institución. Ciudad de Pergamino, Provincia. de Bs. As.
Imágenes del Taller, Lic. Alberto Calabrese ( der. ) junto al moderador ( izq. ) Psicólogo Marcos Carini.
Imágenes del desarrollo del Taller junto a Profesionales, Funcionarios de las Áreas de Seguridad y Justicia y ciudadanos ligados a la temática tratada.

martes, 26 de noviembre de 2019

Cómo se debe tratar a un adicto a las drogas.

Dr Norberto Abdala, Médico Psiquiatra. Nota del diario Clarín. Es clave entender que el adicto es una persona con dos problemas: el sufrimiento que tiene y el mal remedio que busca en la droga.
La adicción a las drogas requiere enfoques multidisciplinarios. Fui alcohólico y consumidor de cocaína por más de 10 años. Estuve internado tres veces en clínicas psiquiátricas. Un psiquiatra descubrió que tenía una depresión subterránea y gracias a eso hace 8 años que estoy limpio con antidepresivos y psicoanálisis. F.P.Q., CABA. Conductas como fumar cigarrillos, comer en exceso, beber alcohol, consumir marihuana, cocaína, drogas de diseño o LSD son las adicciones más frecuentes de la época actual. El psiquiatra y psicoanalista armenio Edward J. Khantizian (profesor de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard y ex presidente de la Academia Estadounidense de Psiquiatría de Adicciones) es un experto desde hace más de 50 años en el tratamiento de personas con diversas adicciones. Este especialista constató al atender a sus pacientes adictos, que todos ellos habían consumido al menos tres sustancias psicoactivas diferentes antes de desarrollar la dependencia o la adicción por la que iban a ser tratados. Fue entonces cuando este autor se preguntó por qué se había seleccionado esa droga y no otra, llegando a la conclusión de que cada paciente “elegía” la droga que más le servía para aliviar un previo malestar emocional. Postuló su Teoría de la Automedicación por la cual la persona adicta utiliza una determinada droga como si fuera un remedio para sentirse mejor y no porque sea vicioso o inmoral (concepción que aun persiste). El tratamiento de la adicción a menudo se centra en lograr la abstinencia o la reducción del consumo con su daño consecuente. Si bien muchas personas se benefician de tales enfoques, si no se trata el dolor emocional y la angustia subyacente, la persona sigue siendo vulnerable a una recaída. Prevalece así el importante criterio de no considerar al adicto como solo quien busca el placer o su autodestrucción con la droga, si no pone el acento en entender cómo intenta evitar el individuo un sufrimiento que resulta intolerable. El consumo sería entonces lo que se ve del iceberg mientras debajo lo sostienen personales sufrimientos muy penosos. Siempre es un interrogante el por qué algunos individuos se vuelven adictos a una determinada sustancia y otros no, a pesar de que ambos la hayan consumido. Así, por ejemplo, el alcohol alivia los sentimientos de aislamiento, timidez, vacío o ansiedad; la cocaína y los estimulantes mejoran la falta de energía, alivian la depresión y la marihuana busca calmar la angustia y desconectarse de una realidad dolorosa. Khantzian ubica en la temprana infancia el aprendizaje de la regulación emocional y describe cuáles serían algunas de las consecuencias del fracaso de no poder internalizar la capacidad de autocuidado proveniente de los padres. Esta capacidad cuando es bien incorporada permite protegerse de los peligros, tener un preciso criterio de realidad, capacidad de juicio, control de la angustia y la habilidad de sacar conclusiones sobre causas y consecuencias. Por lo tanto, no es aconsejable que la atención de un individuo adicto sea impersonal, protocolizada o estandarizada ya que así el tratamiento de la adicción será igual para todos los pacientes. Resulta entonces clave atender a los factores subyacentes de la adicción, ya que el adicto es una persona con dos problemas: el sufrimiento que tiene y el mal remedio que busca en la droga. Si solo se trata esto último se llega al fracaso y, lo que suele ser peor, se termina acusando al paciente de ser responsable del mismo. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Interesantísimo artículo porque guarda una mirada acotada y no omnipotente desde el lugar médico, donde pone el acento en lo subyacente en materia de adicciones; esto es las necesidades que se cubren con la ingesta de determinadas sustancias. Como bien señala el articulista, y lo nombra en uno de sus ejemplos, comer excesivamente, o jugar/apostar impulsivamente o cualquier otra conducta humana que se haga en una forma sensiblemente exclusiva y excluyente, constituye una adicción. Hemos señalado en anteriores oportunidades, que al decir de algunos equipos de tratamiento y particularmente el surgido de la Universidad de Ginebra y que atiende problemas de salud mental en su hospital respectivo, tiene un servicio de adicciones sin especificar donde trata todo tipo de sintomatología de este tipo que se presente, por lo menos las más frecuentes. Además agrega algo que es de sumo interés; el tratamiento no tiene por objeto únicamente la posibilidad de una abstención absoluta, antes bien puede considerar distintos estadios o etapas logradas como ítems dignos de ser tenidos en cuenta en el sentido de mejoría sustancial. Y agrega, que hay que evitar los tratamientos rígidos y estandarizados, porque indudablemente no respetan la idiosincrasia de cada paciente y sus vicisitudes específicas que lo llevaron a esta sintomatología en un estadío grave. Agregaríamos nosotros, que las propuestas deben contemplar distintas alternativas que son útiles a la hora de resolver un caso en particular; terapia familiar o de pareja, instancias individuales o grupales, actividades lúdicas, recreativas, culturales, etc asumidas en conjunto, en fin todo lo que nos indique un marco adecuado de comprensión y facilitación del sentido vital en cada persona en particular que concurra a tratamiento, amén de una prospectiva que denominamos proyecto, que en la medida de su desarrollo permite salir de esa instancia particular donde parece que el remolino de su expresión adictiva, le impide cualquier posibilidad de reconocerse a sí mismo.

sábado, 23 de noviembre de 2019

PANNAPH – Noticias sobre alcohol – noviembre de 2019.

Consumo de alcohol y consumo de drogas. 1. Beber compulsivamente y el uso indebido de opiáceos con receta médica en los Estados Unidos de América, 2012–2014. Los opioides recetados fueron responsables de aproximadamente 17,000 muertes en los Estados Unidos en 2016. Una de cada cinco muertes por opioides recetados también involucra el alcohol. Sin embargo, se sabe poco sobre la relación entre los patrones de consumo de alcohol y el uso indebido de opioides recetados. Se analizaron los datos de los 160,812 individuos (de edad ≥12 años) y los resultados indican una estimación de 4.2 millones de personas que informaron el uso indebido de opiáceos recetados. Los bebedores compulsivos tenían casi el doble de probabilidades de usar indebidamente los opioides recetados en comparación con los no bebedores, ya que una estimación de 2,2 millones de bebedores compulsivos informó sobre el uso indebido de opiáceos recetados. El uso generalizado de estrategias basadas en la evidencia para prevenir el consumo compulsivo de alcohol podría reducir el uso indebido de opioides y las sobredosis relacionadas con el alcohol. Trastorno del espectro de alcohol en el embarazo/alcoholismo fetal. 1. Embarazo, fertilidad, lactancia y consumo de alcohol: Un análisis de la estructura y la integridad de la información difundida por las organizaciones financiadas por la industria del alcohol. El consumo de alcohol durante el embarazo puede dañar al feto en desarrollo. La cantidad exacta, el patrón y el período crítico de exposición necesario para que ocurra el daño no están claros, aunque la guía oficial a menudo enfatiza la abstención precautoria. La información sobre el consumo de alcohol en relación con el embarazo se extrajo de los sitios web de 23 organismos financiados por la industria del alcohol (por ejemplo, Drinkaware, DrinkWise, Health.gov y NHS Choices). Los hallazgos indican que las organizaciones financiadas por la industria del alcohol fueron estadísticamente significativamente menos propensas que los sitios web de salud pública a proporcionar información sobre el trastorno del espectro alcohólico fetal y menos propensas a aconsejar que ninguna cantidad de alcohol es segura durante el embarazo. Fueron significativamente menos propensos a usar lenguaje directo (por ejemplo, "no beber"). Los sitios web financiados por la industria del alcohol omiten y tergiversan la evidencia sobre los principales riesgos del consumo de alcohol durante el embarazo. Esto puede "empujar" a las mujeres a seguir bebiendo durante el embarazo. El público debe ser ampliamente informado de los riesgos de obtener información sobre la salud de fuentes financiadas por la industria del alcohol. 2. Resultados adversos de salud asociados con la exposición al alcohol en el feto: Una revisión sistemática centrada en los resultados cardio-renales. El objetivo de este estudio fue el de identificar toda la literatura preclínica y clínica disponible (22 estudios) que investiga los resultados cardiovasculares y renales en los hijos con exposición prenatal al alcohol (PAE). Los resultados indican que el PAE puede afectar aspectos de la función cardiovascular y renal, incluyendo la presión arterial, el control de la frecuencia cardíaca, la función cardíaca y la excreción urinaria. Sin embargo, debido al pequeño tamaño de la muestra en los pocos estudios clínicos, se requiere investigación adicional para ampliar la evidencia preliminar actual de disfunción cardio-renal en los niños con PAE. Política sobre el alcohol. 1. ¿Son las tendencias en el consumo de alcohol y la mortalidad por causas específicas en Rusia entre 1990 y 2017 el resultado de las medidas de política sobre el alcohol?. El objetivo de este estudio fue analizar las tendencias en el consumo y la mortalidad del alcohol, y su asociación con las medidas de control del alcohol en Rusia entre 1990 y 2017. Los resultados indican que el consumo y la mortalidad aumentaron entre 1991-1994 y 1998-2002, aunque se observó un descenso continuo desde 2003. Las psicosis alcohólicas y las intoxicaciones mortales por alcohol en las mujeres, comenzaron a disminuir en 2002 en un 83% y un 78%, respectivamente. La tendencia de las psicosis alcohólicas y las intoxicaciones mortales por alcohol en los hombres disminuyó en un 74% y un 79%, respectivamente, entre 2003 y 2017. Las tendencias del consumo de alcohol también se reflejaron estrechamente en las tendencias de la esperanza de vida en comparación con 1980; la esperanza de vida al nacer en 2017 era 6,1 años mayor para los hombres y 4,7 años mayor para las mujeres. Esta dinámica parece verse afectada por las tendencias económicas y las políticas de control del alcohol, que se aplican cada vez más, como el precio mínimo de las bebidas espirituosas, que aumenta gradualmente cada año, las restricciones a la venta y el consumo de bebidas alcohólicas, la publicidad del alcohol en la televisión y la asequibilidad del alcohol. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Este estudio, del que aquí sólo podemos publicar un pequeño resumen dado su extensión, da cuenta de algo que ya hemos mencionado en otras oportunidades y es el hecho de que la prescripción de opioides sin el debido control, favoreció el aumento desmedido de su abuso en los EE UU. Algo similar ocurre en nuestro país, donde el consumo problemático de estas sustancias está estrictamente ligado a su uso como tratamiento contra el dolor. Muchas personas que fueron medicadas con productos tales como el tramadol (muy utilizado por nuestros traumatólogos) y sin un debido seguimiento, desarrollan una dependencia (abuso) que luego requiere de un tratamiento para poder abandonarla. Aquí, además, se desarrolla la relación que existiría entre este comportamiento (uso indebido de opioides recetados) y el consumo excesivo de alcohol, marcando una mayor posibilidad de que exista abuso del medicamento prescripto entre las personas que tienen este comportamiento (abuso de alcohol). Lo interesante a este respecto es que las sustancias en cuestión no son las tan temidas, aquellas que son fácilmente demonizadas, las ilegales, sino una sustancia intermedia como lo es cualquier producto farmacéutico y una legal. Cabe preguntarnos, como lo hace en algún sentido el estudio que citamos, cuánto tienen que ver aquí, puntualmente nos referimos al incremento del uso/abuso de ambas sustancias, los intereses económicos que están detrás, por un lado los laboratorios (que imponen "modas" de remedios a utilizar para tal o cual fin) y las destilerías (que cada vez apuntan a incrementar, a partir de sus publicidades, su población destinataria a público de menor edad, pudiendo así ampliar su mercado). Tal vez, siguiendo las conclusiones del trabajo, la cuestión esté, no en prohibir, porque como ya dijimos en más de una oportunidad nada se consigue con ésto, sino en tener una mejor regulación de las sustancias, sin importar su clasificación (legales o ilegales) sino más bien las posibles consecuencias que sus abusos conllevan no sólo a las personas afectadas, sino a la Salud Pública en general. Para ver el estudio completo https://www.jsad.com/doi/full/10.15288/jsad.2019.80.524

viernes, 22 de noviembre de 2019

martes, 19 de noviembre de 2019

APOSTILLAS 11

Microprograma sobre temas relacionados a la drogodependencia y salud mental a cargo del sociólogo Alberto E. Calabrese

Morir en la vereda.

Por Carlos Alberto Rozansky. Exjuez Federal. Entre las más terribles consecuencias psicológicas del terrorismo de Estado en nuestra región, se destacan la pérdida de empatía y la insensibilidad ante la injusticia. Consecuencias lógicas de un plan sistemático de persecución de opositores cuya finalidad central fue la implementación de un modelo económico neoliberal. El maestro de ese modelo era un economista norteamericano de la conocida escuela de Chicago, Milton Friedman, autor del libro Capitalismo y libertad. La fórmula mágica de la propuesta, era: desregulación, privatización y recortes. Al tratarse de un modelo de exclusión social, era previsible una fuerte resistencia de la población. Máxime, en países como el nuestro, donde el nivel de politización y conciencia social en esos años era muy alto. La metodología ideada por el régimen para enfrentar la resistencia, como se sabe, fue la persecución, secuestro, tortura, desaparición y muerte de decenas de miles de ciudadanos, instalando un clima de terror que facilitó el saqueo. Las consecuencias subjetivas de esos niveles de violencia estatal, en una parte importante de la población, produjeron una fuerte disminución de la empatía –posibilidad de ponerse en el lugar del otro–, y aumento de la insensibilidad ante la injusticia. Dos décadas después de recuperada la democracia, la comunidad argentina realizó esfuerzos que le valieron el reconocimiento internacional, en la búsqueda de la verdad, la justicia y el cultivo de la memoria respecto de aquellos años brutales. Ese proceso de recuperación de la sensibilidad, en un contexto económico de crecimiento, favoreció notablemente la posibilidad de reparación de una subjetividad profundamente dañada por el terror. En el año 2015, complejas circunstancias políticas, con fuerte incidencia de las grandes corporaciones económicas, llevaron al poder a un grupo de dirigentes, identificados con el modelo económico de la dictadura. Discípulos directos del perverso gurú de la escuela de Chicago, y sus continuadores, asumieron la tarea de retomar la senda de la transferencia de recursos de los sectores más vulnerables a los de mayor concentración de la riqueza. Tarea que, ante el conocimiento público de los horrores de la dictadura genocida, ya no podía ser llevada a cabo mediante similares métodos represivos. Fue entonces que con viejas técnicas de manipulación (principios de Goebbells) y nuevas estrategias comunicacionales (Jaime Durán Barba), se instalaron en parte de la opinión pública, consignas carentes de toda veracidad, pero efectivas para el fin perseguido. La reiteración de las mentiras, a través de la difusión de discursos oficiales por parte de los medios hegemónicos de comunicación, generaron “verdades” aparentes. Así, rutas de supuestos dineros espurios fueron atribuidos a ex gobernantes y funcionarios a quienes se les endilgaron una infinidad de hechos ilícitos. Con una parte de la justicia federal al servicio del actual régimen, ninguna importancia tuvo, la mendacidad de las acusaciones. Los servicios de inteligencia del Estado, integrados al plan, en sintonía con un puñado de legisladoras igualmente partícipes, completaron el cuadro de lo que técnicamente se denomina “lawfare”, guerra jurídica o judicial, en palabras del creador del término, general de la aviación norteamericana, Charles Dunlap. Esa mecánica de manipulación de la opinión pública, y simultánea persecución política, reemplazó la metodología desarrollada durante la dictadura de los 70. Se produjo entonces un retroceso enorme tanto en los factores de construcción de la subjetividad social como en la calidad de vida de los ciudadanos, en especial de aquellos de menores recursos. Tal vez la síntesis más descarnada de ese proceso hayan sido las palabras del entonces ministro de Educación de la Nación. “Tenemos que crear argentinas y argentinos capaces de vivir en la incertidumbre y disfrutarla” (Esteban Bullrich 2017, en el Mini Davos). La incertidumbre a la que aludió el ministro no es otra que la producida por el cierre de empresas y pérdidas de fuentes de trabajo que desde el 10 de diciembre de 2015 se cuentan por centenares de miles. Por la disminución del poder adquisitivo de los ingresos de jubilados y pensionados que no pueden acceder a alimentos mínimos, ni medicamentos. Y por la de niñes que no reciben vacunas (porque el gobierno no adquirió las suficientes), que además padecen un frío insoportable en las escuelas sin gas, o directamente han sido expulsados a las calles de las hostiles ciudades de nuestro país. Y entonces, junto a sus padres desocupados y despojados material y emocionalmente, deambulan en busca de una migaja que no suelen recibir. En ese contexto, el jefe de Gobierno de la capital de la República, ha dicho que esa “gente”, viene a Buenos Aires a “pasar el día” (SIC), como si se tratara de paseos primaverales por parques y plazas, durante feriados o vacaciones. Lo que no quieren ver estos funcionarios es que los excluidos no pasean, sólo intentan sobrevivir junto a sus niñes. La incertidumbre que motiva al ex ministro es la que angustia el alma, es la de no saber si mañana se va a tener trabajo, si se va a poder comer. Esa no se disfruta, se sufre. Sin embargo, como ha sucedido en momentos oscuros de nuestro pasado, la solidaridad y sensibilidad de nuestro pueblo se impondrá ante tanto egoísmo y avaricia. Ya se puede ver asomar un sol que nos abarcará a todes, sin excluidos ni ciudadanos de cuarta. Para que los niñes vuelvan a ser los únicos privilegiados y nunca más un habitante de nuestro país, muera en la vereda.
A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. En un muy buen artículo, el ex Juez (sacado de su cargo en forma espúrea por los aprietes de este gobierno, sufriendo coacciones de todo tipo) Dr. Carlos Alberto Rozanski analiza y le pone el paradojal titulo de morir en la vereda los factores que llevan a que muchas personas, entre otras cosas, tengan que pasar su vida en la vía pública y el sistema procaz y desenfadado lo describe, según decir del propio firmante, como si fueran pasajeros extraordinarios que vienen a gozar de los parques de Buenos Aires. Pero por supuesto para llegar allí hubo de pasar algunas décadas atrás, una dictadura feroz que introdujo el miedo en la población en grandes dosis y culminó sus hazañas en la desgraciada experiencia de Malvinas. En la actualidad con nuevas metodologías los dinámicos inspiradores de estas formas de explotación a la ciudadanía, se basan en una campañas, distorsiones de todo tipo e incluso ignorancia o evaluación totalmente inconsistente de los fenómenos que ocurren. Las técnicas de manipulación hoy impulsadas por lo triste figura de Jaime Duran Barba, marcaron con su discurso a través de los medios una sarta de mentiras en todos los niveles para inducir a la población a dos grandes cuestiones: la creencia en el discurso único y la incapacidad de pensar otra cosa siquiera diferente aunque sea en forma leve y por otra parte la instalación de un absoluto categórico improbable como que todos los que están en frene y han brindado algún tipo de beneficio de la población ene general o a grupos más sumidos en particular, son corruptos per se, demagógicos y tiránicos. Los recientes hechos en las repúblicas vecinas de Chile y Bolivia, dan muestras ciertas de hasta donde se lleva este tipo de acción perniciosa enviada desde nuestro gran padre del norte. Se ha llegado a decir, y es una cita que vale la pena releer los dichos de un ex Ministro de Educación, que llegó a decir que los argentinos tenían que ser capaces de vivir de la incertidumbre y disfrutarla. El orden de la edad media puesto en el primer cuarto del siglo XXI; volvemos a los cuentos de hadas y a ala población paciente que debe aceptar fatalmente su destino aun en las peores condiciones. Termina el artículo en hacer una apuesta a nuestra solidaridad y sensibilidad para superar el egoísmo y la avaricia. Coincidimos y tal vez sea la única apuesta que podamos hacer, claro basándonos en una fuerte toma de conciencia, para que no haya más muertos en la calle, de frío tal vez, pero siempre de injusticia.

martes, 12 de noviembre de 2019

APOSTILLAS 10

Microprograma sobre temas relacionados a la drogodependencia y salud mental a cargo del sociólogo Alberto E. Calabrese

jueves, 7 de noviembre de 2019

Cocaína a la carta: el restaurante peruano con línea directa a la cárcel de Devoto.

El local funcionaba en Balvanera. La banda cobraba ahí la droga que entregaba en prisión.
La víctima llegó al lugar desesperada. Corría el año 2008 y las noticias sobre secuestros virtuales no estaban muy difundidas. Tenía unos pocos miles de pesos y una dirección: General Urquiza 163, Balvanera. Ni bien encontró el lugar, se sorprendió. Pensó que sería una casa. Pero siguió la orden: entró al bar-restaurante "El Cañonero", dejó la bolsa con el dinero sobre el mostrador y salió, creyendo que su hijo sería liberado en pocos minutos. Se fue sin tener la menor idea de lo que realmente estaba pasando. Ni que su familiar no se encontraba secuestrado, ni que el llamado se había hecho desde un pabellón de la cárcel de Devoto. Tampoco, que los presos habían marcado con uno de los teléfonos celulares que entraban los penitenciarios. Ni en sus sueños se hubiera imaginado cómo le tocó a ella y no a otro persona: el azar quiso que los guardias rompieran, entre tantas, la hoja de la guía de teléfono en la que se encontraba su teléfono y su nombre. Vendérselas a los internos era uno de los tantos negocios. Como aquel día el cobrador de la banda no podía pasar a retirar el dinero, los presos le dieron la orden de ir a "El Cañonero". En definitiva, muchos de sus botines terminaban en ese lugar, ubicado a menos de cien metros del colegio Mariano Acosta. En General Urquiza 163, Balvanera, durante muchos años, funcionó una sede de la comunidad portuguesa en Argentina. A principios del 2000 decidieron no renovar el contrato de alquiler. Ese simple acto sería el comienzo de algo que cambiaría el modo de vida para unos cuántos vecinos de la zona. El primer paso de la familia Fernández Rodríguez, todos nacidos en Trujillo, Perú, fue alquilar el local y montar un restaurante de comidas típicas de su país. Hasta ahí nada anormal: el barrio está lleno de comercios con esas características. Al poco tiempo empezarían a vivir en algunas de las piezas del edificio de tres pisos ubicado al lado del restaurante, en Urquiza 165. Quien regenteaba el lugar era el mismo con el que habían negociado el local. Era un sobrino lejano de una vecina de la cuadra, que era la dueña de ambos inmuebles. Rápidamente lo amenazaron y tomaron el resto de las habitaciones, que comenzaron a subalquilárselas a sus paisanos. El lugar sería clausurado tres veces y se le advirtió un peligro de derrumbe. El verdadero negocio de la familia era la venta de drogas al menudeo. Allí se terminarían abriendo tres causas de narcotráfico. A algunos travestis de Once les vendían a precio mayorista. A otros adictos, lo mismo: les daban una cantidad de pequeñas dosis y les exigían un dinero fijo. Gracias al trato esas personas podían ganarse algo de efectivo y drogarse gratis. Uno de los integrantes de la familia vivía en Estados Unidos y cada tanto pasaba a visitarlos. Otro cumplía una condena por drogas en el pabellón octavo de la cárcel de Devoto. Entonces, el negocio funcionaba así: compañeros o familiares de los detenidos llegaban a "El Cañonero" y pagaban la cocaína que minutos más tarde le llegaría a su ser querido. Solo era cuestión de que alguien de la familia peruana llamara al detenido y le diera el nombre y pabellón del cliente al que debía entregarle el pedido. Muchas veces, los que visitaban el bar y pagaban la droga eran los cobradores de los presos que hacían secuestros virtuales desde el pabellón "Celular 1". Y otras, más bien pocas, las víctimas de esos engaños. Aunque nunca en el local: lo que arreglaban era que un miembro de la familia peruana recibiera el pago del rescate en Balvanera. El problema es que en uno de esos secuestros virtuales los presos mandaron a la víctima directamente a "El Cañonero". Y más tarde, ni bien se enteró que había caído en una trampa, se animó a denunciar el caso. Y hubo allanamientos simultáneos: en el bar, en el pabellón de peruanos y en el de argentinos desde el que habían hecho la llamada. "Uff, la gran mayoría de los que hacían los secuestros virtuales hicieron más plata presos que en libertad. No paraban. Vivían de fiesta", recuerda un ex detenido que fue testigo de todo. En la cárcel el precio de la cocaína duplicaba o triplicaba el valor de la misma en libertad. Una parte de los cheques que cobraban por trabajar en los talleres intramuros también iba a parar a "El Cañonero". La estructura de Devoto hacía que todo fuera más fácil. El pabellón de peruanos que paraban en Bajo Flores y toda la zona de Once, Abasto y alrededores, era el 8. Era el más alto de la planta 2, el del último piso. Eso permitía hacer las entregas mediante una "paloma": metían la droga en una bolsa y la ataban a una soga, que la sacaban por una ventana y la hacían bajar hasta la del pabellón del cliente. Los penitenciarios hacían un negocio completo: le cobraban a los peruanos que vendían y a los argentinos que querían hojas de guías de teléfonos y celulares. Otra manera de entrega era de mano en mano. Los peruanos bajaban al patio de visitas o a alguna actividad y pasaban por los pabellones de argentinos. El allanamiento definitivo de "El Cañonero" fue el 12 de marzo de 2010. En realidad, al edificio que funcionaba de aguantadero. Porque el comercio había sido clausurado desde el 2 de febrero. Al líder de la familia no lo encontraron: estaba internado en el hospital Ramos Mejía desde noviembre de 2009, cuando dos sicarios colombianos le dispararon dentro del restaurante. Se llamaba Ángel y fallecería a los meses de las detenciones. Entre los arrestados estaban la mujer, un hijo de 17 años del muerto y la esposa del preso de Devoto. También, una persona en situación de calle que limpiaba el edificio a modo de changa. Los días de lluvia y frío podía quedarse adentro. Como esa mañana se encontraba en el lugar, terminó en la cárcel de Marcos Paz. Les encontraron, en total, después de revisar todas las habitaciones, más de 3 kilos de marihuana, 60 gramos de cocaína, un revólver calibre 38, una pistola calibre 22 y una tarjeta de visitas para entrar a la cárcel. "Era común despertarnos y salir a nuestros patios y encontrar gorras de la Policía, bolsas con plata o pedazos de droga", recuerda uno de los vecinos que vivían detrás del edificio de la banda. Y agrega: "Los allanaban y tiraban lo que podían. Una vez uno de ellos saltó de una ventana del edificio al patio de una vecina. La señora tuvo que dejarlo salir por la puerta de su casa". Otra vecina dice que los inquilinos de las piezas que alquilaban los detenidos arrojaban bolsas con excrementos. "El frente de un par de viviendas de la cuadra tienen marcas de disparos. Los tiroteos eran constantes", cuenta. Por esa razón, asegura, muchos decidieron irse del barrio. Para poder hacerlo vendieron sus propiedades a valores inferiores. Los que vivieron en la cuadra recuerdan que los peruanos solían ser amables con los vecinos. Que los saludaban, que si cruzaban a alguna abuelita cargada la ayudaban con las bolsas de las compras. Una de ellas se animó a hablarle al que terminaría muerto. "Me dio su teléfono y me dijo que podía llamarlo por cualquier cosa. Fue muy amable conmigo. Con nosotros eran atentos. Pero a los pacientes del consultorio odontológico los asaltaron varias veces. El dueño perdió la clientela. Muchos tenían miedo de venir". Las mujeres de la familia compartían peluquería con las vecinas. Ese era el punto de encuentro, donde coincidían. Aunque ninguna de ellas podían entender todo el dinero que gastaban las dos que manejaban el bar, en el que nunca veían comiendo a más de tres o cuatro clientes. Después del allanamiento de marzo de 2010, el lugar permaneció cerrado durante años. Al tiempo se volvió a alquilar. Abrieron otro restaurante. Les fue mal, cerraron. Hubo cambio de dueños y lo inauguraron otra vez. La que era la puerta del edificio de Urquiza 165 sigue tapeada: colocaron ladrillos, hicieron una pared que pintaron de blanco y que hoy muestra una especie de mural de Héctor Lavoe, uno de los artistas de salsa más reconocidos del mundo. El Juzgado Federal Número 12, a cargo de la investigación, ya le permitió a la dueña del edificio poder habitarlo. Leonardo Dattoli es el presidente de "Balsud, Balvanera al Sudoeste", una asociación civil de vecinos y comerciantes del barrio. Lo primero que recuerda es una anécdota arriba del taxi. "Voy a Urquiza al 100", le indicó al chofer, que le respondió: "Ah, ¿vas a comprar de la buena?". Ahora habla en serio. "En su momento denunciamos en la comisaría 8 a 18 lugares conflictivos en el barrio: creemos que había conexión entre todos. Llegamos a la conclusión de que se trata de un corredor de la droga. Que empieza en la avenida Chiclana y termina en la zona de El Abasto. Si te ponés a buscar encontrás unos cuántos asesinatos en los últimos años por ajustes de cuentas en ese territorio. Son una ramificación de la organización de peruanos de la 1-11-14", dice. Los vecinos se movieron: fueron a la comisaría, al Tribunal Federal Número 12, al de Oyarbide y a todo el que investigó "El Cañonero". Algunos son los mismos que ahora denuncian otros domicilios. Porque el negocio sigue. En Balvanera y en la cárcel de Devoto. Lo único que cambia son los dueños del botín. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Elegimos esta noticia ya que en ella podemos observar varias cosas de las que venimos hablando desde hace tiempo en referencia al tema de la comercialización de sustancias ilegales. En primer lugar la connivencia de quienes se suponen que deberían controlar o según el discurso oficial "luchar contra", en este caso todo ocurre, diríamos irónicamente, bajo la "supervisión" del servicio penitenciario, quien no sólo cobra por permitir la venta dentro de una unidad carcelaria, en este caso Devoto, sino también por "facilitarle" a los reos los medios para poder conseguir el dinero para comprar las sustancias en cuestión. Así, la nota describe como los detenidos conseguían celulares y "hojas de guías telefónicas" para poder realizar secuestros virtuales, cuyos rescates que muchas veces cobraban los mismos proveedores de drogas. Otra cosa curiosa de la noticia, y que debería llamarnos a la reflexión, es que el acento está puesto sobre la nacionalidad de los "narcotraficantes", varias veces mencionan que tanto los dueños del restaurante en cuestión como que quienes comercializaban la cocaína dentro de la cárcel eran peruanos, como si fuera un dato relevante a la cuestión. Si la nacionalidad de quienes participaban de estos hechos delictivos fuese importante, por qué no se menciona la de los penitenciarios que permitían (y sacaban provecho) que ocurrieran tales cosas? Porque la realidad es que sin su intervención interesada (también sacaban provecho del negocio) estas cuestiones no podrían haber sucedido. Pero es más sencillo señalar al enemigo conocido, que poder reconocer cómo las cuestiones que hacen al narcotráfico, incluso a baja escala como este ejemplo, tienen sus redes tendidas en sectores poderosos que "hacen la vista gorda" a cambio de algún tipo de beneficio. Motivo por el cual difícilmente pueda acabarse con el comercio ilegal si sólo nos centramos en perseguir a los eslabones más débiles de la cadena.

martes, 5 de noviembre de 2019

María Celeste Romero: “El cannabis medicinal es muy efectivo para situaciones de salud que antes no tenían respuesta”

Cada vez más el cannabis está derribando mitos y prejuicios. Por lo pronto ya son más de cuatrocientos médicos en el país que están capacitados para asesorar a una lista de pacientes que se viene incrementando desde que dio a luz la Ley 27.350 de cannabis medicinal hace dos años. El paraguas de profesionales que realizaron un posgrado sobre esta especialidad es muy amplio: desde traumatólogos, neurólogos, pediatras hasta especialistas en dolor, médicos de familia y psiquiatras. Sin embargo, el Programa Nacional a través del cual se aplica la legislación sólo contempla el uso en epilepsia refractaria y no se autorizó el autocultivo, lo cual genera controversias. El interés y curiosidad creciente por este tipo de medicina se elevó al punto que en pleno corazón de Palermo se realizó hace poco la Expo Cannabis con miles de asistentes. La doctora María Celeste Romero es médica psiquiatra, especialista en este tipo de medicina y aclara de entrada: “La planta de cannabis tiene cannabinoides que son las sustancias químicas que le dan propiedades farmacológicas. Y hay dos grandes componentes: la del consumo recreativo que es el THC y la que se liga con lo medicinal que es el CBD”.
-¿El cannabis medicinal se convirtió en una moda?. Algo así. Por un lado la gente está un poco cansada de tratamientos tradicionales y quieren regresar a la naturaleza. No sólo lo vemos en padres preocupados por patologías de sus hijos pequeños sino también cada vez más en adultos mayores. Por parte de los médicos se va imponiendo esta moda porque es una medicina muy efectiva y es muy difícil que no te llame la atención, es muy atractiva. Pero creo que más que una moda es una revelación, porque durante años nuestra sociedad no contó con información sobre el tema y se vinculó al uso de cannabis desde el temor y el prejuicio. Hoy en día estamos viviendo un “boom” porque estamos viendo que es una medicina muy efectiva para situaciones de salud que antes de esta “moda” no tenían respuesta. Toda esta generosidad de la planta se ha instalado en nuestras sociedades y ya produjo un fenómeno imparable. -¿No es paradójico que exista la ley pero siga siendo un delito tener una planta, necesaria para el cultivo? . Desde ya, por eso hay que regular esto con urgencia porque es una locura. Es una planta con un montón de propiedades medicinales que nos la estábamos perdiendo por tener leyes viejas. Tenemos a la vez una ley de estupefacientes que dice que si tenés una planta en tu casa podes ir preso entre cuatro a quince años. -Sin esa legalidad para cultivar: ¿hay un mercado ilegal? ¿se precisa de laboratorios serios interesados en desarrollarse y producir en el país? . Es importante que haya productos de calidad que hoy no tenemos. Hay un boom de cannabis donde hay muchísimos oportunistas que venden cualquier cosa. Hay un mercado ilegal muy grande que no está regulado, donde no podemos asegurar la calidad de los productos. Los laboratorios se están despertando, están en vías de desarrollo pero están llegando. Las personas que cultivan no están en contra para ese desarrollo, hay espacio para todos: no es una cosa o la otra. Si tienen buenos productos con precios accesibles para la gente, perfecto. El autocultivo tiene que ser un derecho, no una obligación. Pero en Argentina seguimos haciendo lío: tenemos una ley que no responde a la demanda social inicial (salir de la ilegalidad para cultivar) y es necesario continuar expandiendo el mensaje de que la legislación actual no es suficiente y existen miles de familias en riesgo por la regulación insuficiente. Nadie puede ser privado de su libertad por hacer un uso terapéutico de esta planta que es absolutamente medicinal. En definitiva, todo pasa por algo y creo que el cannabis ha contribuido al cambio de consciencia que necesita nuestra sociedad para aprender a valorar a la naturaleza y cuidarla. -¿En qué dolencias, además de la epilepsia refractaria, se comprobó la efectividad de esta medicina? . También es muy efectiva en esclerosis múltiple y funciona para múltiples afecciones como el autismo, el alzheimer, depresión, ansiedad, esquizofrenia, fibromialgia. En Israel, por ejemplo, el ministerio de salud habilita para trastornos postraumáticos, síndrome de Tourette, para paliar los dolores que provoca el cáncer, Parkinson…a todo lo que es neurológico, responde muy bien. Las mejores respuestas se dan cuando el cannabis no es tomado solamente como una estrategia farmacológica sino más bien como un estímulo para revisar las costumbres que afectan la calidad de vida. -¿Se derriba el mito de si existe un riesgo que el paciente se vuelva adicto con la medicina cannábica? . Por empezar, sólo el 10% de las personas que fuma cannabis suelen generar una dependencia. El aceite medicinal puede producir una habituación como a cualquier tratamiento y no tiene un síndrome de abstinencia físico. Si bien tampoco se puede interrumpir el proceso porque sí, la gente no se hace adicta. Además creo que cualquier tipo de adicción no se explica por la sustancias sino por el contexto, que hace que la persona tiene que estar predispuesta para esa situación. Pero la marihuana per se no es una sustancia que produzca adicción. Cuando me preguntan si hay psicoactividad, yo siempre digo que si vos ves jóvenes que están fumando marihuana y están riéndose, con hambre y sueño decís que están muy “fumados”. Sin embargo para una persona con cáncer que tiene dolor, que no tiene apetito por la quimioterapia, todo lo que veíamos como psicoactividad acá es medicinal. Terapéutica cannabica. Médica con diploma de honor de la Universidad de Buenos Aires, María Celeste Romero es también especialista en psiquiatría y homeópata unicista. Es también una de las primeras egresadas del Posgrado de Endocannabinología y Terapéutica Cannabica (UNLP). Es Coordinadora de asistencia e investigación médica del Centro de Estudios de la Cultura Cannábica (CECCA) y Secretaria Académica del Posgrado de Endocannabinología y Terapéutica Cannabica UNLP en 2018. También es docente de la Cátedra Libre de Cannabis de la Universidad Nacional del Sur y asesora médica de la Revista THC. A continuación la opinión sobre el tema del Staff Profesional de nuestra Fundación. Como lo demuestra la entrevista a la médica psiquiatra Celeste Romero, tal como lo venimos diciendo en numerosas oportunidades, la marihuana tiene muchas propiedades medicinales. Raro? No, lógico. Por qué? Sencillamente porque ninguna droga es buena o mala de por sí, de hecho cualquier fármaco depende de la dosis para ser un beneficio o constituirse en un tóxico. La inclusión de sustancias en las listas de prohibición, constituyó un arbitrio que no tiene más de 45 años a nivel mundial. De hecho las sustancias psicoactivas naturales y de producción farmacéutica - legítima o ilegítima, son muchos miles y por síntesis, pueden ser muchas más. Pero la buena noticia para muchos que padecen trastornos y dolores sin solución , con la marihuana como fármaco, tienen una nueva oportunidad y con un detalle positivo: no produce acostumbramiento o posibilidad de adicción. Y esto es lo notable, teníamos otra posibilidad terapéutica natural y nos la estábamos perdiendo. Será cuestión de explorar y dejar prejuicios de costado. Estamos hablando de propiedades terapéuticas, otro día, hablaremos de otras cualidades de esta prolífica planta en materia industrial.

FONDO AYUDA TOXICOLÓGICA ( F.A.T. )

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El Fondo de Ayuda Toxicológica (FAT) es una ONG fundada en el año 1966 por el Profesor Emérito Dr. Alberto Italo Calabrese para trabajar en ...