Hoy cumple 35 años de vigencia esta ley que, a pesar de tener como objeto la salud pública, maximizó todos los daños que las drogas pueden causar: violaciones de derechos y muertes por encierros clandestinos, intoxicaciones por sustancias adulteradas, sobredosis prevenibles y mezclas desinformadas, disputas territoriales entre bandas y corrupción política, judicial y de fuerzas de seguridad.
Desde ARDA convocamos una vez más a empoderarnos en el reclamo por una política de drogas más eficaz, más justa y más humana.
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